“No hay ni para un Golpe”

Posted on: mayo 10th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Maduro se fue a Moscú a celebrar entre tanques accidentados el aniversario del ejército rojo. Poco le importa que ultimen a un teniente a tiros en una carretera de Barlovento para quitarle sus pertenencias. Poco le interesa que asesinen a un profesor de la Academia Militar en la parroquia San Pedro. Poco valora que al escolta de uno de sus nuevos socios, Winston, el mismo que lloró por RCTV, lo acribillen a tiros delante de los clientes de una cafetería del Centro de Caracas. Qué puede importarle todo esto a Maduro, si lo que él quiere es festejar y terminar de gastarse 5 millones de dólares en sus viajes, en lugar de usarlos para alimentar a su propio pueblo. Es una catástrofe, una crisis humanitaria de la que tampoco escapan los militares. Usted se lleva las manos a la cabeza y ellos también.

 

 

Antes de salir de vacaciones a Rusia, Maduro sentenció a 10 militares con carreras intachables, aun cuando sus abogados me aseguran que ninguno de los 90 testigos, afirmó que se sintió instigado por estos oficiales a perpetrar el llamado “Golpe Azul” u “Operación Jericó”. El general Oswaldo Hernández, el coronel retirado del Ejército José Gregorio Delgado Vásquez, el teniente coronel de la Aviación retirado Ruperto Chiquinquirá Sánchez, el mayor Víctor Ascanio Castillo, el mayor César Orta Santamaría, el capitán Andrés Thomson Martínez, el capitán Neri Córdova, la capitana Laired Salazar Zerpa y el capitán retirado de la Guardia Nacional Juan Carlos Nieto Quintero, tendrán que pasar en prisión entre 5 y 8 años. Se les acusa de instigación a la rebelión, contra decoro militar e instigación a la conspiración.

 

 

Los mayores y el capitán Thomson eran pilotos de los sukhoi y de los tucanos, pero según sus defensores, se demostró que los aviones han estado fuera de circulación desde hace año y medio, por fallas en el tren de aterrizaje, falta de aceite y cauchos. Los sukhoi se manejan a través del radar y también estaban dañados. Lo más grave es que los acusan de intentar artillar un avión en una operación que necesita entre 6 y 17 personas. Una sola persona no puede levantar una bomba de unas 500 libras, unos 226 kilos. Y en todo caso, la fiscalía militar jamás investigó al personal de armamento y no ha hablado de la cantidad de pilotos que han pedido la baja de la Fuerza Aérea.

 

 

Las incoherencias no se acaban aquí. Las armas de los tucanos, han estado fuera de la base Sucre de Maracay, desde 2002. Hablan de varias reuniones conspirativas, pero los testigos se contradicen en fecha y lugar. Usaron a cuatro testigos “estrella” y ahora los supuestos infiltrados, fueron trasladados a Cuba y Bolivia, como recompensa por hablar contra sus compañeros. César Eduardo Ramón Lozada, de la aviación, era asistente del general Hernández y cuando su superior le comentó su molestia por la evidente crisis del país y del sector castrense, él, de repente, llegó a la conclusión de que el general, pretendía sublevarse. Así que lo acusó, por quejarse de un deterioro del que nadie se salva. El capitán Fernando Viloria Hidalgo, según dicen, uno de los últimos en su promoción, con varios arrestos severos y una investigación por supuesto tráfico de armas, es otro de los testigos que uso la Corte Marcial. Otro testigo es el primer teniente de la Aviación, Wilfredo Rafael Coronel Peña, cuyo nombre figura en la sentencia número IG0120120000712 del 8 de octubre del 2012, donde lo acusan de supuesto Homicidio frustrado y violencia de género. Y por último, figura el Teniente Alexander Guerrero Romero, quien sin dar datos precisos, habló de un supuesto movimiento cívico militar denominado “350”, que se ejecutaría con esos mismos aviones que están fuera de servicio.

 

 

De manera que todo esto comprueba la única certeza a la que se enfrenta Venezuela: Expresar desesperación ante la crisis humanitaria que ahoga a los ciudadanos, es un delito civil y militar. Lo más irónico, es que en nuestro país ya no hay nada, ni siquiera para gestar una rebelión.

 

Carla Angola

“Que no muera el alma, Venezuela”

Posted on: abril 26th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Cuando se hace inexplicable que sectores del pueblo venezolano todavía se nieguen a creer que el gobierno es el artífice de su limitada y frágil vida, viene a la mente lo difícil que debe ser aceptar la traición de quien más profesa amarte. Debe haber una resistencia inconsciente a verbalizar la verdad o siquiera darle cabida a ese pensamiento. Supongo que para evadir tanta aflicción es mejor fingir desconocimiento y es preferible asumir, como la única certeza, cada palabra que pronuncia tu supuesto salvador. Aunque ya lo hayas descubierto, y lo sepas impío. Aunque ya lo veas como es, desalmado, por no protegerte de la epidemia de muerte decretada por asesinos envilecidos y emancipados por ellos mismos, por el propio Estado. Delincuentes quienes son los verdaderos soberanos en Venezuela, gracias al gobierno de turno. Ese mismo que dice adorar a este pueblo azotado, al que solo ha logrado herir de gravedad.

 

El padre Moreno, teólogo, psicólogo y estudioso de las ciencias sociales y los barrios venezolanos, ha confesado que si la nación continúa por esta turbia vereda, desaparecerá como sociedad. Y usted se preguntará: ¿Cómo desaparece un colectivo? Según este experto, eso ocurre cuando se destruye el sentido de convivencia. Así, nos volvemos primitivos, violentos y capaces de cualquier conducta que nos permita sobrevivir. Pero ¿qué pasa cuando ya no es solo la supervivencia la que desata los demonios de un país y sus habitantes? Nadie se acostumbra a ver a dos amas de casa tratando de ganar el forcejeo por un pollo, a punta de mordiscos y patadas. ¡Claro que no! Pero, a veces ni siquiera hay excusa, alguna justificación o motivo que desate la peor de las iras y la más temible cólera. El hampa toma el arma y dispara sin inmutarse. No puede ser casual que la mayoría de los jóvenes venezolanos abandonen los estudios antes de los 15 años, y que justo la edad de iniciación de los nuevos criminales sea la temprana adolescencia.

 

Por lo menos 350.000 niños y adolescentes están fuera de los liceos. Se cuentan casi 50 homicidios por día en Venezuela y se tiene la terrible sospecha de que no se registra la misma cifra de remordimientos. Tenemos una nueva generación de venezolanos cuya aula es la calle, cuyo profesor es la muerte. La masacre a la familia del Rosario del Perijá, en la que también se despidió de la vida un bebé de solo 10 meses, es uno de tantos, desmesurados casos.

 

¿Por qué el tricolor tiene más balas que estrellas? ¿En qué momento el amarillo y el azul se nos comenzaron a opacar por la sangre? Muchos quienes solo amaban, lloraban y cantaban como el alma llanera, ya no sueñan, perecen. ¿Cómo es posible que sigamos viendo partir a los afectos, a los amigos…? Hace tiempo que dejaron de ser estadísticas de las que alguien pueda salvarse. Le decimos adiós a la vida de tantos, y el único que debería despedirse del mando sigue allí en su silla, haciendo tanto daño. Dejaron seca a Venezuela. Le exprimieron toda una esencia bendita en valores y riquezas. Nuestra imponente geografía nos mira silente. Nos observa lejana, tratando de que el desgaste no la toque, no la manche. Trata de ponerse de puntillas y quedarse en los bordes, escondida como pueda, para que esta gente no nos robe hasta el paisaje.

 

Esos datos de las encuestas jamás podrán comprenderse. 80% de un país rechaza a su verdugo, mientras el agresor se mantiene inamovible, impasible y frío. Así como si no fuera con él. Protagonista de un desprecio que no percibe riesgoso, pero que sí resulta demasiado retador. Por aquello de que podemos ignorar a la gente un tiempo, pero jamás los podremos oprimir a todos, todo el tiempo. Un ciclo que parece agotarse para los recursos, pero también para el sosiego, hasta de los más leales. En nuestra Venezuela ya no se puede comprar, ya no se puede volar, ya no se puede comer ni salir y a veces tampoco quedan fuerzas para reír. Venezuela es un país en el que no pueden hacerse realidad los sueños, ni siquiera los más modestos, pero queremos creer que jamás será una patria conforme, resignada a la idea de no volver a soñar.

 
Carlaangolarodriguez@gmail.com

@carlaangola

Revolución racista

Posted on: abril 19th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

 

Tienen casi 17 años envenenando al pueblo venezolano y llenándolo de resentimiento hacia políticos de antaño quienes los ignoraron, y este gobierno ha sido el más racista de la historia nacional. Parece que esa siempre es la excusa de los discriminados para terminar vengándose de quienes, dicen, los marginaron a ellos una vez. Un pretexto de poca monta para drenar complejos y una muy baja autoestima.

 

Quienes habitamos casi 30 años en La Pastora, una de las más antiguas parroquias caraqueñas de clase popular, jamás hemos querido freírle la cabeza a quienes se burlaban porque éramos hijos de la maestra y por estar becados en un colegio de clase alta, que de otra manera no hubiéramos podido pagar. Nuestros padres nos enseñaron en casa a ambicionar, a desear superarlos a ellos y a apuntar a los escenarios educativos y laborales de más prestigio y reputación. Nos estimulaban a no conformarnos con lo que veíamos alrededor y a quemarnos las pestañas para transformar nuestro entorno.

 

Estos irracionales llegaron al poder regodeándose en una rabia amasada por años y con ese fango de traumas “empatucaron” las alas de un pueblo afable, deseoso de emprender vuelo a una vida sobresaliente. Irrumpieron con la historia de querer reivindicarlos y terminaron castigándolos. Estaban tan obsesionados con barrer a su lista de enemigos, que no había tiempo ni espacio para un pueblo feliz. Cada hora debe ser invertida en el rencor. No dan cabida a la prosperidad. La vida de sus seguidores debe estar dedicada a un odio imperecedero hacia todo aquel que ellos eligieran como objetivo. No hay oportunidad para construir nada, para el estudio o el trabajo honrado. Los revolucionarios del poder desean encargarse de empeorar la vida de los venezolanos de tal manera, que sólo puedan regodearse en nuevos motivos para despreciar a quienes el gobierno elija como los responsables de esa precaria vida.

 
Y así, quienes hoy controlan Venezuela, ordenaron sentir repulsa hacia los españoles, porque una vez nos conquistaron. Hacia la Iglesia, porque una vez fue inquisidora. Hacia los judíos, porque reclamaron un territorio. Hacia los empresarios, por una envidia desvergonzada. Hacia los opositores, para que nadie pudiera comparar su gestión y lograra abrir los ojos del pueblo. Hacia los medios, para que ninguno pudiera exponerlos. Se han dedicado a pelear contra Colón, contra le herejía del siglo IV, La Guerra de los Seis Días, contra Rómulo y profesan preceptos del siglo XIX, mientras el mundo habla de la secuenciación masiva del genoma, de llegar a Plutón y Marte, de la cura contra el cáncer, de la bioimpresion 3D y seguro que muchos talentosos venezolanos serán parte de estos equipos de alto nivel y de estos hallazgos desde la diáspora.

 

La llamada revolución vive del pasado y sentencia a Venezuela a quedarse inconclusa, atascada en el tiempo, también. El gobierno venezolano no permite que nadie se le salga de la línea de la tirria, la aversión y el aborrecimiento. La Guardia Nacional dispersó a los trabajadores del aseo cuando protestaban para pedir reivindicaciones salariales, porque hubieran preferido que salieran a defender a siete corruptos desenmascarados por Obama. Por eso, cortan los dólares a jóvenes venezolanos en el exterior y los ponen a pasar hambre. Porque siempre han pretendido anular la razón, para que los venezolanos no conviertan el discernimiento en poder y para que jamás puedan comparar un mundo pujante con tanto infortunio.

 

Segregan a todos, pero jamás las balas. No esas 25, que usó con saña el sicario que acabó con la vida de un comerciante de La Victoria. No las que ejecutaron a 44 policías este año. No las que lesionaron a un amigo, no las que aterrorizaron a otra más, no las que matan en este instante y lo harán también mañana. Instruyeron a la gente más pura y candorosa en los más infaustos sentimientos. La enseñaron a mirar con desdén a sus propios hermanos. El oficialismo inyectó en la sociedad venezolana su pérfida fórmula y la dejó actuar y permear con éxito, para después poder dedicarse a disfrutar y viajar por el mundo a dólar preferencial.

 

 

Carlaangolarodriguez@gmail.com

@carlaangola 

«Me verás volver»

Posted on: septiembre 7th, 2014 by Super Confirmado No Comments

 

Vecchio insiste en que las transiciones pacíficas requieren siempre del otro sector, siempre

 

Carlos Vecchio me contó con lágrimas en los ojos, que se perdió cinco meses del embarazo de su esposa. Jamás pudo hablarle desde la clandestinidad. Juzgamos a los políticos, a cualquiera, mientras lo escribimos desde el Twitter, echados en el sofá. Algunos políticos tienen al interés y al ego como guía de su camino y eso entorpece el de todo un país. Pero no puedo sino ponderar el sacrificio que otros tantos sí han hecho y del que sus críticos no serían capaces.

 

Los juzgamos cuando se van y también cuando se entregan. Cuando callan y también cuando plantean una nueva salida a este infierno. Aunque los contemos con los dedos, hay quienes han sido un referente moral en un país que olvidó la probidad. Un país bipolar, que combate a un gobierno que viola el derecho a disentir y, en paralelo, celebra que un periodista foráneo acorrale a un actor de nuestro propia nación por no estar de un lado, del único lado en el que aceptamos que haya víctimas. Acusamos al exiliado de abandonar, de olvidar, sin saber que las peores condenas del desterrado, son esas justamente, la lejanía y el recuerdo.

 

Vecchio insiste en que las transiciones pacíficas requieren siempre del otro sector, siempre. Con Gallegos logramos fundar la República y la fantasía solo duró los meses que quiso Pérez Jiménez. Pinochet salió del Gobierno y siguió comandando el ejército diez años más. Quién diría que De Klerk sería el último presidente del Apartheid.

 

Los suburbios se incendiaban, la economía se hundía, la presión internacional era implacable. Cuando nadie lo creía posible, ese líder blanco liberó a Mandela y dio paso a un gobierno de dignidad y de derechos políticos, sin venganza. Vecchio se tuvo que ir de Venezuela.

 

Un preso más, siempre es demasiado. Demasiado como seguir luchando ahora en la distancia. Suficiente como para que la libertad en el exilio, sea la peor cárcel. Su orden de captura era una fotocopia de la de Leopoldo. Solo cambiaron el nombre en el encabezado. La Jueza estaba tan asustada el día de la sentencia a López, que salió persignándose del despacho.

 

Un alto funcionario de la AN había entrado golpeando puertas y preguntándole por qué no tenía listo lo que él le había dictado. A veces quisiéramos, como diría Gus, Despertar, ya cuando pase el temblor en esta ciudad de la furia, donde nadie sabe de ti, pero eres parte de todos.

 

Carlaangolarodriguez@gmail.com

Sudan como Sudán

Posted on: agosto 10th, 2014 by Super Confirmado No Comments

No somos un país con amnesia, sólo somos una nación que por un rato, estuvo confundida

 

Al-Bashir tiene orden de captura internacional, por 400.000 muertes, en 25 años. 16.000 asesinatos, cada 365 días. En 2013, Venezuela duplicó la cifra, y sin guerra. Pero, el juicio moral de este país humillado, es aniquilador y, no necesita ni que Rusia ni China ni un tribunal extranjero, lo sentencie. Casi 70%, acusa a Maduro de ser responsable de nuestro mediocre destino. Quienes lo creen un gobierno aciago, cuadruplican a quienes lo siguen calificando con generosidad.

 

El Mesías se fue, y Maduro es un simple mortal a quien se puede acusar, ya sin sentir culpa. Dicen que los golpes de la adversidad son amargos, pero nunca estériles. Si la recompensa a estos 15 años, es proporcional al castigo que ha significado vivirlos, tendremos un dulce porvenir. Las decisiones económicas, enfurecen hasta a los más fanáticos.

 

Una ira, que este pueblo convertirá de una buena vez en amor propio, y se regará como mastranto, en cada recodo. Un país que exudará crítica, cada vez con menos miedo. Y que con los actos, logrará ser fiel, sólo a sí mismo. Por un momento, uno podría sentir satisfacción porque nieguen visas y confisquen bienes, a quienes no ganan sueldos acordes a esos groseros depósitos, en bancos de un imperio, que aseguran detestar. Por un momento, la trampa psicológica te seduce, con una suerte de venganza cobrada. Pero, ese breve regocijo que te podría dar el saber que por fin, ellos, serán los señalados, se ve opacado por una gran verdad.

 

El robo de esos dineros, que pudieron utilizarse para evitar que tantos murieran, para ahorrarnos hambruna, servicios mediocres, pérdida de valores, de energía y de años, que debieron ser sólo plenitud. Pero ya no podemos recrearnos más, en el gimoteo por cada estrategia con la que se intentó un cambio, y fracasó.

 

No se ha hallado la vía que hará de este presente, Olvido. Eso no significa que no exista. El gobierno envía a Medio Oriente médicos, toneladas de ayuda, y es como si no sintiera nada, frente a 400 cadáveres que ingresan cada semana, en su propia morgue. Tanta tacañería y sordidez, con su propio pueblo. Nunca les importó lo que pasara con ellos. Este error, lleva tanto tiempo en nuestra vida, que la democracia se nos había extraviado del recuerdo. Pero no somos un país con amnesia, sólo somos una nación que por un rato, estuvo confundida.

 

@carlaangola

 Carlaangolarodriguez@gmail.com

«Los despiadados, se hacen»

Posted on: junio 1st, 2014 by lina No Comments

 

Ningún ser humano nace hostil o violento. Se toma el tiempo necesario para lograrlo

 

Susana Rojas preguntó el lugar de reclusión de su hijo y, un Guardia Nacional le respondió con ironía: «ojalá no se lo vayan a violar». Oí que ningún ser humano nace hostil o violento. Se vuelve hostil o violento, porque se toma el tiempo necesario para lograrlo. Este Gobierno, ha tomado el tiempo necesario para criar una generación, a su imagen y semejanza. Ahora es que vemos los efectos del tan temido adoctrinamiento, de la tan protestada ideologización. Años atrás, parecía casi una leyenda. Pero, no era un inocuo y cándido capricho del Gobierno.

 

La intención era cebar un batallón de fanáticos, dispuestos por ejemplo, a poner electricidad en los senos de la señora Gloria Tobón, manifestante del estado Táchira. Capaces de golpear a Angely Pernía, hasta desprenderle un ovario. Capaces de dispararle a Andrés León, hasta provocarle una infección en sangre y corazón. Capaces de partirle la tibia a Clipso Martínez, por dispararle a quema ropa. Perdigones, que también le perforaron un pulmón a Kevin Gómez.

 

El Director de un penal, agarró por los cabellos a la estudiante zuliana Delibeth Briceño, hasta arrodillarla. Le advirtió que se lo cortaría, si se atrevía a «alborotar» a las demás reclusas. Le dijo que se acostumbrara, porque de ahora en adelante, se vestiría con lo que él ordenara, comería solo lo que él dispusiera y, que ésta, sería su preparación para la patria socialista que comenzaría a vivir al salir de la cárcel. Que eso es lo que le esperaba a toda Venezuela. En estos días, pude abrazar a la madre de Geraldine Moreno. Impresiona que no guarde encono hacia quienes dispararon cerquita, no una vez, sino dos, al rostro de su muchacha de 23 años, hasta herirla de muerte. Es como conversar con Bony.

 

Compruebas que en su noble corazón, no ha permeado el desprecio de quienes escogieron a Iván, como el rostro «victimario» para «matear» la masacre de abril, con total desvergüenza. Sí, las medidas humanitarias solo pueden darlas quienes son realmente humanos. Así es que uno entiende, por qué se han tardado tanto. Dicen que la excelencia moral es resultado del hábito. Las víctimas, han estado por encima de la injuria y del dolor. Mientras que el Gobierno, aplaza investigaciones, aplaza la amnistía, porque no es capaz de perdonar, las injusticias que él mismo ha cometido.

 

@carlaangola

Carlaangolarodriguez@gmail.com

«Oh, ¿qué será? ¿qué será?»

Posted on: mayo 18th, 2014 by lina No Comments

El ministro clarividente, mata la protesta en julio, pero la gente les da la espalda…

 

Uno de mis sabios lectores, el señor Juan Francisco Hernández, cree que hemos perdido el orgullo de ser venezolanos. Caracas tuvo electricidad primero que Nueva York. Aquí ya habían logrado iluminar algunos sitios públicos en 1873, mientras que J.P. Morgan, se tuvo que esperar hasta el 80, para que su casa fuera la primera en tener energía en su ciudad. Fue aquí, en Venezuela, donde se creó un modelo exitoso llamado Fe y Alegría. Se exportó a innumerables países en los sesenta, cuando en el mundo nadie hablaba todavía de consciencia social. El señor Francisco tuvo la dicha de recibir clases de los propios creadores, de las que fueron las obras de ingeniería más avanzadas del mundo: El Guri, las Torres de Parque Central. Eran de hecho, las estructuras de concreto más altas de la época. Y resulta que en el siglo XXI no hay ni cemento ni cabilla. Veníamos a toda velocidad cabalgando en la prosperidad y nos estrellaron contra un muro de resentimientos y complejos, hoy poder.

 

El gobierno sacó una lista muy corta de conspiradores. Cada vez, son más los venezolanos quienes maquinan un codiciado y apetecido cambio. La diferencia es que no se intriga en clandestinidad, como lo quieren hacen ver los de turno. Militantes del PSUV y ciudadanos de barrios, han dicho de viva voz que están hastiados, descorazonados. El deseo de una mejor vida, jamás podría ser una conspiración. Aquí sólo ha conspirado, quien empujó a su propio pueblo a la bancarrota. Cómo no vamos a estar dentro de los peores países para invertir, si 4.300 industrias han desaparecido. Qué buenos han sido para lograr que estemos tan mal. Hay que ser chavista y corrupto para que te aprueben la medida humanitaria. Ya ni Correa se calla la boca y tampoco se quedaría sin cantarlo «El gran varón». El idilio no perdura al llegar la noche y Willie les advierte que serán buscados por sus malas mañas. El ministro clarividente, mata la protesta en julio, pero la gente les da la espalda, así como ellos arrollan y abofetean a nuestro más joven criterio. Forran la ciudad de vallas, que los ayuden a recuperar su conexión con los humildes. ¿Por qué usar la vieja campaña de su mentor? Maduro insiste desesperado en que él «es pueblo», en que no se ha desviado del camino del «Supremo». Sin estar en elecciones sienten, que las están perdiendo.

 

Carla Angola 

@carlaangola

Carlaangolarodriguez@gmail.com

Nadie los extrañará

Posted on: mayo 4th, 2014 by lina No Comments

Allanan y arrestan, pero no han podido desprender del corazón de la gente tanto enojo y desengaño

 

A Maduro también le extrañará que 400 cuerpos hayan ingresado en el último mes a la morgue? ¿Le extrañará que un joven haya recibido mas disparos que los años que tiene de vida? ¿Que un productor de Venevisión fuera asesinado, porque ahora los venezolanos arreglamos las discusiones con una bala? ¿Le parecerá extraño que hallaran estrangulado a un comerciante sirio? Todavía tenemos que oír al Ministro de vivienda, decir que los materiales escasean porque es que aquí se construye mucho. No protesten entonces, para que no les den un tiro en la cabeza.

 

No coman, para que no les alarme el desabastecimiento. Ingresen al PSUV, el malandro no les perdonará la vida, pero cuando los maten, el Gobierno los velará, los llorará y, esa muerte, quizás sí le importe. Pues a cada venezolano, todo le importa. A todos nos importa cada vida, cada muerte. Queremos que la vida sea solo vida. Que queden en el pasado quienes condenaron a esta patria a la muerte. Quienes condenaron a propios, extraños, a este país que era solamente uno y ahora está lleno de etiquetas. Que algún día sean solo un mal recuerdo, quienes nos convirtieron en: enemigos, camaradas, objetivos de guerra, héroes y traidores. Que algún día los libros de historia den su verdadero lugar a quienes pretendieron apellidar a la patria, junto al socialismo, junto a la muerte.

 

Una frase que condenó a sus propios padres y que arrastra a toda una hermosa nación que solo merece la mejor de las vidas. Lo único que nos consuela es conversar con los barrios, las parroquias. Confirmar que se cansaron de tanta descomposición y de la propagación de tanta indigencia. Leopoldo López cumplió años en la cárcel, Simonovis sigue muriendo en ella, mientras que el Gobierno sigue libre a pesar de no cumplirle a nadie.

 

Allanan y arrestan, pero no han podido desprender del corazón de la gente tanto enojo, tanto desengaño, con la misma facilidad con que arrancan la bandera de Venezuela, de las ventanas de quienes gritan ¡Libertad! Así como el Papa espera que el diálogo traiga la paz, muchos conservamos una inquebrantable confianza, en este pueblo que dice la verdad. Eso mantiene nuestra fe, en que todo esto pasará. ¡Claro que pasará! ¿En qué momento se nos desvaneció el país entre los dedos? Nos queda tan poco, casi nada, pero quedamos nosotros.

 

Carlaangolarodriguez@gmail.com

 @carlaangola

¡Gobierno infiltrado!

Posted on: abril 6th, 2014 by lina No Comments

Venezuela ya repudia, decidida, a quien intentó contaminar su alma. A quien intentó cambiarla a ella

 

Los poetas sabían que el ucevista iría a la guerra, con un canto infinito de paz. Confiaban en que las azules boinas, empujarían hacia el alma la vida, en un mensaje de marcha triunfal. Que el Alma Mater, siempre sería abierto cabildo, donde nuestro pueblo podría redimir su voz. El vate deseaba para todos un destino amable y, el ruego, se volvió juventud.

 

Pero los iracundos violentan la academia, desnudan al aprendiz que sólo quiere instruir libertad y, se vuelven tan primitivos, que su crueldad no requiere motivo, sólo oportunidad. VTV celebra la «integridad» de una Guardia Nacional, cuyos escudos y cascos jamás los protegerán de la deshonra, o de haber dado permiso a la saña y al sadismo, de los civiles armados que reconocieron camaradas. Pero el país, ¡No los reconoce a ellos! ¡No se reconoce en ellos! Este gobierno de lo indebido y, cuyo corazón volvió simple víscera, no arrastrará consigo la pureza de toda una nación.

 

Este gobierno se infiltró en una sociedad decente. Se persigue a quien revienta dos dientes y, se deja impune la bala, que apunta directo al discernimiento. Las barricadas son terroristas, mientras cientos de bandas criminales y carros lujosos cargados de secuestrados y armas largas, siempre han sido invisibles al poder. Sus sabuesos son eficientes cuando el caso salpica al adversario, pero pierden el olfato para encontrar a los asesinos de casi 400 cuerpos que ingresaron a la morgue, sólo este mes, en nuestro valle. La justicia no sabe de pruebas, depende de las ganas que te tenga el gobierno.

 

El derecho, se aplica de revés. Y mientras tanto, marcan al pobre como ganado y les entregan casa digna, después de patearles la lealtad en un refugio, durante cuatro años. Pero el pueblo también tiene sus ganas y, la protesta no claudica. Tanto, que el gobierno intenta con desespero, remendar una ruina irreversible. Tanto, que hasta evalúan quitarnos la soga de un control cambiario de 11 años.

 

Tanto, que los antiimperialistas ruegan a EEUU, restituir al embajador. Tanto, que hasta los herederos de Mussolini se niegan a que Maduro adultere su fascismo. Tanto, que hasta las monjas manchan el hábito de cemento y hacen de la inconformidad, oración. Tanto, que no hay necesidad de esperar un cambio. Venezuela ya repudia, decidida, a quien intentó contaminar su alma. A quien intentó cambiarla a ella.

 

 

@carlaangola

 

«La revolución es de todos»

Posted on: marzo 9th, 2014 by lina No Comments

No hay dos lados, todos estamos en esa esquina a la que el gobierno sólo le tira sus sobras

 

Ricardo Ríos me recordó en estos días «la masacre de Lídice». Un poblado checo que Hitler desapareció en resarcimiento por la muerte de uno de sus soldados. Muchos países, entre ellos Venezuela, dieron el nombre a sus comunidades para conmemorar el atropello. Rodearon el poblado de Lídice, cerraron las salidas y ejecutaron a 340 habitantes. Ese pueblo fue destruido, por ser uno de los más activos en contra de la ocupación nazi.

 

De allí procedían los hombres quienes se unieron a la resistencia. Para Ricardo fue inevitable la referencia histórica después de ver el deshonroso proceder de las Fuerzas Armadas en Chacao, Los Ruices y en cada día y noche de acción cobarde. Hay una legítima y profunda preocupación ante la sospecha de que este gobierno es capaz de cualquier bellaquería.

 

Pero la libertad también dispone de tantas tribunas y voces como hombres convencidos de que ella en sí misma es desobediencia. La nueva historia de Venezuela sólo era escrita por quienes la imponían. Las comunidades protestan y el gobierno celebra que sus hombres armados ejecuten un plan de retaliación y de venganza.

 

Desde hace días alerté sobre la amenaza de Aristóbulo Istúriz: «gobierno contra pueblo viola derechos humanos, pueblo contra pueblo, ¡no!». Y no fue el mensaje aislado de una gobernación. Desde la propia presidencia, se autorizó la anarquía y la fechoría asistida en dos ruedas, arengadas por el odio. El gobierno corrobora su naturaleza infame y los venezolanos descubren coraje en la suya. No puede haber 350 mil militares rufianes y tampoco 500 mil delincuentes como motos hay en Caracas.

 

No hay muchos barrios con barricadas, pero no por eso, aplauden la abominable represión contra quienes sienten hermanos. Todos debemos aprender a contar. Somos casi 30 millones cercados por un pequeño grupo de abusivos. El pobre quizás esté silente, pero no cómplice. No hay dos lados, todos estamos en esa esquina a la que el gobierno sólo le tira sus sobras. Veo a la misma OEA secuaz, pero descubrimos a un planeta del lado correcto. La verdad es que no necesitamos que el mundo le ponga nombre a un sistema que suda despotismo.

 

No es mejor una revolución que otra. Como decía la Francia de 1800: los autores de revoluciones no pueden sufrir que otros también deseen liderarlas después de ellos.

 

@carlaangola

Carlaangolarodriguez@gmail.com