¡Perdónanos Tío Simón!

Posted on: febrero 23rd, 2014 by lina 3 Comments

Asesinan y, ahora también matan, a quienes reclaman esos crímenes

 

El mundo entero habla ahora de Venezuela. Jóvenes ejercen un derecho, que el opresor cree desobediencia y, decidió convertir en tragedia. Ni Cher ni Juanes ni usted ni yo, nos pusimos un cartelito en el pecho para orar por los 25 mil venezolanos asesinados el año pasado. Es tan insensato que estos últimos, murieran en protestas que comenzaron por el reclamo de más seguridad.

 

El papá del joven asesinado en Chacao, me dijo que si su hijo iba a morir igual en manos de un delincuente, era mejor que se fuera luchando. Es estremecedor sentir que los secuestros disminuyeron estas dos semanas por sospechar que quienes los perpetran, estén ocupados en lesionar manifestantes o despacharlos para siempre.

 

Que tengamos años clamando protección y aparezcan, ahora, cientos de uniformados para cuidar sólo a quien les dio la orden. A veces cuestiono si en verdad nos importa cada víctima o si nuestros nuevos muertos, solapan a los que ya no son noticia. Quisiera pensar que nos cansamos de acumular listas de bajas que parecen drenarse en una furia fugaz, que merma por la llegada de un nuevo dolor.

 

Asesinan y, ahora también matan, a quienes reclaman esos crímenes. Y ahora es cuándo el mundo voltea y se horroriza por el exterminio. Aquí tenemos una verdad malograda por incontables mentiras y un vergonzoso silencio de medios, de cómplices, de un continente. Los rojos usaron piedras contra la cuarta pero les resulta inmoral si las recibe la quinta. No queremos piedras.

 

Mucho menos, que el gobierno se desentienda de sus balas. Para tapar la muerte y la culpa, no es suficiente un collarín. El gobierno tiene 15 años acumulando poder y el ciudadano tiene el mismo tiempo apilando indignación.

 

Aquí no había resignación, había demasiada nobleza en unas venas que también saben arder. Es la valentía que impulsa el hastío, frente a la cobardía propia de una inmerecida autoridad. Ya mataban a los venezolanos en su rutina y ahora los aniquilan por rebelarse contra lo que jamás debió ser costumbre.

 

Es tan injusto, que reunimos desconsuelo suficiente como para olvidar honrar a lo más puro y honesto de nuestra venezolanidad. A nuestro Sol de los Vena’os. Nuestro lucero de la mañana se levantó de su hamaca y sus sobrinos estaban ocupados como para verlo partir entre los maizales. Dejaste una Venezuela con demasiada gana junta Tío.

@piedraangolar / @carlaangola

 

«Del Rincón hasta los Andes»

Posted on: febrero 9th, 2014 by lina No Comments

Quien está realmente con los pobres es quien lucha para acabar con la pobreza, no quien la propaga

 

El Gobierno dispuso un saco de miserias y reparte migas a un pueblo desheredado de calidad de vida. En tres años, Medellín se impregnó de prosperidad y, a los más infortunados, no les hicieron la villanía de pedirles que sintieran dicha por ser pobres. Les construyeron en el centro del barrio, la biblioteca más moderna que Europa podía tener y, ahora viven en la ciudad más innovadora del mundo.

 

Desde Chávez, a los pobres solo les falta oír, que todavía hay que esperar 90 años para vivir en la tierra prometida de la revolución. Es el socialismo del siglo XXI, ¡Ahora es que queda siglo para esperar! Fidel Castro le dijo una vez a Guaicaipuro Lameda: «General, tiene mucho que aprender, a la gente hay que tenerla ocupada, aunque sea, buscando comida». Siempre me resisto a hacer esas colas.

 

Pero la arepa, acababa de ser reconocida como el mejor desayuno del mundo, así que quería mi harina. Para celebrarla aquí, no en el mundo. Ya en la fila, casi gritaba: «antes de Chávez, nadie hacía cola para comprar comida. ¿Quién de ustedes votó por esta vida? La única respuesta fue silencio y vergüenza. Quien está realmente con los pobres es quien lucha para acabar con la pobreza, no quien la propaga en todos los estratos. Los sectores populares con anhelos, inquietan al poder y, eso fue lo que vi en la cola del mercado.

 

Todos los venezolanos sin excepción, somos pobres, no solo por la escasez sino porque tenemos una deuda impagable con nosotros mismos. El verdadero hombre pobre es quien le pide aprobación a otro para vivir. Ya se nos hace natural pedir autorización. Permiso para comprar, para vender, para sembrar, para opinar, para ahorrar, para despertar.

 

Dejemos de echarle la culpa de esta pesadilla, al voto de los humildes. Hay desabastecimiento, pero todos tenemos un bochornoso exceso de hábito y adaptación al yugo y al abuso. Dicen que la función de la juventud en cualquier época es representar el siguiente paso de la civilización. Algunos creen preciso que los jóvenes sean injustos con los hombres maduros sino, los mitificarían y las naciones nunca encontrarían salida a sus letargos. Puede ser que los estudiantes de los Andes se conviertan como decía Savater, en el suplemento vitamínico de esta anémica rutina social. Aunque solo CNN, permita que nos suba la hemoglobina.

 

@carlaangola / @piedraangolar

 Carlaangolarodriguez@gmail.com

 

«Muere el alma»

Posted on: enero 12th, 2014 by lina No Comments

No me explico cómo puede caber tanta crueldad en un joven corazón de sólo 15 o 17 años

 

Algunos describen la muerte como la mayor patada de todas, por eso se guarda para el final. Pero los venezolanos, no tienen ni tiempo de subir la guardia.

 

Están sometidos a una paliza, al estar cada día, amenazados de muerte. Aquí no se nace, se crece y se muere. Sólo se necesita nacer en este país para que, en cualquier momento, un paisano arrebate a cualquiera su último aliento.

 

No puedo sacar de mi mente a Mónica y Thomas. Conocí a Berry. Ya una vez recibió dos tiros y vio morir a un amigo, mientras él mismo agonizaba. Intentó hacer vida en otra nación, pero no pudo resistirse a regresar y fundar una empresa de turismo que, más bien, invitaba a los extranjeros a confiar en este destino. Lo llamé cuando dispararon y lanzaron granadas en Chacao hace dos años, porque sabía que él vivía cerca. El carro en el que murió, recibió varios impactos, también en aquella ocasión. Ya no nos sirven las estadísticas ni probabilidades. Recuerdo que Thomas no era capaz de completar una sola frase, sin incluir en ella, a su Maya y a Mónica.

 

Imaginarlos, hace apenas unos días, juntos, dichosos y en los parajes que tanto adoraban, es aún más devastador. Murieron en manos del salvajismo de un país del que estaban perdidamente enamorados. Un amor tan grande como el odio, rencor y resentimiento que hay en el espíritu de sus victimarios. No me explico cómo puede caber tanta crueldad en un joven corazón de sólo 15 o 17 años. Estamos criando a nuestros propios verdugos. La peor orfandad es la del arrepentimiento, la compasión, la piedad. Quizás fueron abandonados por una madre, un vecindario o el Estado, pero no puede existir peor desabrigo en esos adolescentes, que el de su propia humanidad, que el de sus propias almas. Una generación sin consciencia, es una generación que expira.

 

Siempre he pensado que este Gobierno jamás ha frenado el delito, porque les conviene mantenernos ocupados de nuestra propia supervivencia y no de sus desmanes. Ojalá hayan entendido, que ante tal fiereza, ni ellos mismos podrán protegerse.

 

Es imposible que una sociedad esté a salvo si es desangrada por sus propios hijos. Pido a Dios que todo diálogo, planes y operativos, aunque tardíos, muy tardíos, cargados de culpa y hasta complicidad, les permitan mirarse un día en los ojos de Maya y encontrar el perdón que ellos nunca podrán darse a sí mismos.

 

@carlaangola

 Carlaangolarodriguez@gmail.com

 

Es ahora, no en el 2014

Posted on: diciembre 29th, 2013 by lina No Comments

Apreciemos la vida, a pesar de los líderes de turno y de nuestras desdichas cotidianas

 

Hacemos propósitos de enmienda en lugar de evitar tener algo que enmendar. En ocasiones, no perdonamos por escuchar la sugerencia de quien se alegra por tu desdicha para sentirse acompañado en la suya.

 

Si las cosas no resultan como te apetece, te obnubila el dolor por un tiempo infinito. La vida comienza a comportarse como testigo inmutable de nuestro pesar, no interesado en intervenir.

 

Y es que el sufrimiento cesa, solo cuando nos purificó la pena y, es probable, que te espere un destino más sublime. Vivimos una sucesión de hoyos y cimas.

 

La experiencia te hace valiente y comprendes que el desconsuelo da carácter. Todo parece revolverse en Navidad. Época feliz, llena de nostalgia y, más despechados a tu alrededor.

 

«¿Cómo es posible que te dejara en Navidad?» (como si no le fuera a doler igual en julio). «¡Mis padres no van a compartir conmigo estas fechas!» (te duele en año nuevo y te dolerá toda tu vida).

 

Este diciembre vi menos adornos, y un profesor me dijo que los venezolanos tenemos quince años viendo la Navidad con pesadumbre, porque invocamos una esperanza, sin fundamento, de que el año que viene todo cambiará y se podrá celebrar.

 

Este año siento que esto está lejos de componerse. Como colectivo vivimos una gran tragedia y, además, debemos cargar con las individuales. A veces creemos que la gran desgracia es el Gobierno, mientras muchos sollozan además por una relación amorosa, por un empleo o por ¿qué se yo? Lo que afortunadamente aprendes de adulto, es que mientras estás vivo, no hay finales, sino millones de comienzos.

 

Empiezas a agradecerle al Niño Jesús y le dejas de pedir. Cada vez necesitas menos cosas y demandas más cariño. Los disgustos son más cortos porque no quieres perderte besos. Así, dejamos de existir y comenzamos a vivir.

 

Siempre que tenemos una angustia, el resto de nuestra historia pierde relevancia por uno solo de nuestros episodios. Mi deseo es que apreciemos la vida, a pesar de los líderes de turno y de nuestras desdichas cotidianas.

 

No miremos sólo el horizonte, nos perderíamos los letreros, señales, paisajes y, sobre todo, la compañía de quienes siguen montados con nosotros en esta aventura que es la vida.

 

Además, tenemos un reto muy importante como venezolanos: comenzar a vivir como pensamos, si no, acabaremos por pensar como este gobierno nos ha hecho vivir.

 

@carlaangola

 Carlaangolarodriguez@gmail.com

 

 

«Ni regalando un mua»

Posted on: diciembre 15th, 2013 by lina No Comments

Los de turno en Venezuela, se creen inspiradores del continente y, «sus amigos», los despluman…

 

Mi apreciado Chúo Torrealba, dice que la quincalla ideológica nos divide, pero las angustias de la vida real nos unen. Comenta que en las entrevistas, los chavistas radicales empiezan a declarar odas revolucionarias, él los deja terminar y les pregunta: ¿Hace cuánto tiempo no te visita un político del oficialismo? ¡Uf, hace años! Carlos Ocariz ganó en Petare con 2.500 barrios populares. Le sacó diez puntos al cantante y sus lavadoras regaladas.

 

El público que creemos propiedad exclusiva del Gobierno, confió de nuevo en él. ¿Por qué no funciona así en toda Venezuela? En noviembre sólo 39% aprobaba la gestión de Maduro. Eso no se vio el 8D. No con esa contundencia. Pero uno también se pregunta: Si hay tanta insatisfacción, ¿por qué este pueblo no intenta darle el relevo a alguien nuevo y ver si lo hace mejor? La mayoría se lamenta, no importa su color, pero tienen el poder de cambiar y, no se animan.

 

Carla Angola

Según la CEPAL, ocupamos el último puesto de la región en crecimiento económico. Haití es más venturoso que nosotros. ¡No es un chiste! Bolivia, Ecuador, dicen querer parecerse a esto, pero están en los primeros lugares de desarrollo. Vienen, adulan un rato, se llevan lo que pueden y, en la práctica, ejecutan ideas progresistas.

 

Los de turno en Venezuela, se creen inspiradores del continente y, «sus amigos», los despluman a cambio de unas cuantas vacas o caraotas que antes se cosechaban aquí. Hasta aumentarán la gasolina. Una decisión que ni siquiera Chávez se atrevió a tomar por los alzamientos populares de otrora. Están a punto de aplicar el paquete de CAP, exacto.

 

Despotrican del pasado pero, es probable, que el incremento se justifique tanto ahora como en el 89. ¡Qué ironía! Recordaba a Jorge VI, y cómo en un momento, se rindió en la lucha por vencer su tartamudez. Su profesor vocal, decepcionado, le contaba a su esposa que tenía un alumno quien había nacido para la grandeza y no se esforzaba por conquistarla. La esposa le respondió que quizás el problema era que su pupilo, no quería ser grande.

 

¿Será que una parte del país se empeña en ambiciosos, excelsos destinos para esta patria y, la otra, está conforme con su vida tal cual es? Quizás Balzac tenía razón y a todos los auténticos grandes hombres, por absurdo que parezca, les gusta dejarse tiranizar por un ser mucho más débil y pequeño que ellos.

 

@carlaangola

 CarlaAngolaRodriguez@gmail.com

 

¡Te olvidé, Libertad!

Posted on: diciembre 1st, 2013 by lina No Comments

No nos permitamos olvidar quiénes éramos. Resistir ha impedido que nos embistan con más celeridad

 

Desechemos coartadas para no ir a votar. Quién sabe cuánto más podremos disfrutar de ese recurso, con gobernantes de esta calaña. Los detractores del voto lo creen estéril. Se enfurecen con Capriles por no defender la victoria. Pero no mueven un cabello a favor de esos remedios que, dicen, serían más certeros. Henrique y los candidatos no se han detenido. Fueron invisivilizados por la prensa y, aún así, no han dejado de caminar el país ni un día. Si no se nos ocurre una idea mejor, hagamos lo que tenemos que hacer.

 

Caldera, quienes los siguen eligiendo son condenados, cuando en realidad, todos hemos sido cómplices de esta trampa histórica. Hacemos cola para comprar lo que escasea y nos limitamos a rezongar en la fila. Hay inseguridad, me guardo a las seis. ¡Sólo me robaron, salí vivo! Me compran mi periódico, mi canal independiente, lo vendo. No hay papel, compro toallas húmedas. Ya no es: «Por favor me da un…». Pasamos al: «¿Tiene…?».

 

Años atrás, el gobierno quería imponer doctrinas que uniformaran consciencias. Padres y educadores pelearon y, sin embargo hoy, en algunos textos de primaria, describen las vacaciones y hasta un par de zapatos nuevos, como gastos que deberían darnos vergüenza.

 

Qué diferencia hay entre una libreta de racionamiento y una cajera que sólo te factura dos kilos. El gobierno quiebra a los empresarios por ser usureros, acaparadores y, después, trae containers con electrodomésticos chinos y permite que la gente se lleve hasta tres neveras, para después revender a un precio más alto del que tenía ese comerciante que arruinaron antes. Los judíos del Ghetto sobrevivían mientras tenían habilidades especiales.

 

Habían perdido familia, bienes, pero llegaba un momento en que comenzaban a sentirse privilegiados. Era mejor ser obrero que subir a un tren y desaparecer. Se les escuchaba decir que ya no podía irles peor. Los hicieron botón, jabón… Nunca pensé dejar de saludarlos por cable para hablarles por Internet o cambiar el aceite de maíz por uno sirio.

 

No nos permitamos olvidar quiénes éramos. Resistir ha impedido que nos embistan con más celeridad. En «Sueños de Fuga» el protagonista es liberado después de 40 años y no podía ir al baño sin pedir permiso. Ya no recordaba cómo ser libre. No permitamos que nos vendan la libertad como ese lujo que no todos podremos permitirnos.

 

@carlaangola

carlaangolarodriguez@gmail.com

 

Nos saquearon la virtud

Posted on: noviembre 17th, 2013 by lina 2 Comments

Hicieron mustia la decencia. ¿Qué más le quieren saquear a Venezuela?

 

No se puede saquear el hastío del país frente un gobierno inútil. Desde el cuartel estaban famélicos de mando. Nunca desearon reivindicar a nadie. Nos hicieron mendigos de paz. Lo asaltaron todo y jamás pensaron compartirlo. Ultrajaron a productores y después pusieron a los pobres en su contra. Los incriminaron por no abastecer, después que ellos mismos les habían dejado las manos vacías. Planearon desvalijarnos lo básico y convertirnos en bárbaros capaces de gruñirle a otro si se atreve a desear la bolsa de harina que logramos tomar primero.

 

Nos robaron hasta el decoro. La ganadería, la agricultura, instituciones, lo industrial, el comercio. Con vileza, dejaron a consciencia uno que otro incauto sin tocar, para culparlo cuando el reclamo colectivo recrudeciera.

 

Timaron a sus votantes. Estafaron a quienes les compraron el sueño. Controlan precios, lo que se come y lo que no. Hacen agua lo que ganamos y le piden al pueblo que se vengue de quien escogieron para tapar su alevosía. Retan y logran de la gente, su elemental proceder. Los imagino talones en mesa, festejando la arremetida contra los anaqueles.

 

Eufóricos, jubilosos a costa de la voracidad de unos y la zozobra en los demás. Celebrando la confusión. Que se caiga facilito en la trampa de la viveza. Juguetean y ponen a prueba la dignidad. Hacen creer a un grupo que se salió con la suya. Les dan una alegría insignificante que se evaporará tan veloz, como el necio gozo de poseer un simple objeto.

 

Ellos saben muy bien que un televisor, no amortigua el hambre. No borra los asesinatos, las peleas a puños por una piche bolsa de leche en polvo. Pero aún así, desde Miraflores, ríen y veneran el desorden. El único artilugio en el que es pedagogo este gobierno inconsciente. Invitan a un pueblo noble a portarse mal, porque es el único patrón que necesitan instruirles para lograr sus objetivos.

 

Hicieron mustia la decencia. ¿Qué más le quieren saquear a Venezuela? Nos devuelve la ilusión el saber que, sin remedio, la causa real y determinante que ha hecho perder el poder a los hombres, es ser indignos de ejercerlo. Los medios callan, el gobierno distrae. Sin embargo, la dicha de un pueblo depende únicamente de ser bien gobernado. Y dijo Voltaire: «Yo conozco al pueblo, cambia en un día y, derrocha pródigamente, lo mismo su desprecio que su amor».

 

@carlaangola

 

carlaangolarodriguez@gmail.com

 

¿Quién es tu héroe?

Posted on: noviembre 3rd, 2013 by lina No Comments

 

Neylan, con dolor físico, trabajaba, atendía a su familia y lucía bella con su cabeza rapada

 

Cinco muertes diarias en Venezuela por cáncer de mama. Mi sobrina de sólo 35 años es una de ellas. Este es un reconocimiento a su fervor, a su brío y el espíritu imperturbable que mantuvo en esta difícil contienda. Ella decía que Dios no nos pone pruebas que no podemos tolerar, pero, a veces, desearíamos que no nos estuviera probando. Aunque es lógico que en el cielo ansíen tener de vuelta a gente tan formidable.

 

Viajé por trabajo y su abuela llamó: «Neylan pregunta dónde estás». Me disculpé por no haberla ido a ver esos días. «¡No! Ella sólo quiere saber si no has venido por tu recaída cervical. ¡Está preocupada por ti!». Ella respiraba gracias a una bombona, le pronosticaron seis meses de vida y todavía me llamaba para saber cómo estaba mi dolorcito.

 

Su seguro no cubría sus gastos, las cuentas de exámenes y quimio se hacían impagables, pero siempre quería saber si los demás estaban bien. Sólo la noté compungida cuando ya no podía atender a sus morochos. La verdad es que nunca he venerado a famosos y creo que la razón es que los más ilustres personajes se han revelado siempre entre mi familia y mis amigos.

 

Esperamos que un salvador nos rescate de esta situación país y olvidamos que vivimos rodeados de ídolos. Nos vencerá la ruindad, cuando tengamos la grandeza delante y no nos demos cuenta.

 

Seremos mejores si nuestros modelos de vida no son los inalcanzables y si damos a nuestros cercanos, el crédito que merecen por sus encomiables actos de valentía, de los que muchos de nosotros no seríamos capaces.

 

Sólo a fuerza de favores se conquistan almas mezquinas, pero a los corazones generosos como el de ella, se les gana únicamente con el afecto. No pidió nada más. Gastamos neuronas tratando de rescatar a Venezuela con planes rimbombantes, cuando tenemos el ejemplo de todas las Neylan Johanna que abundan aquí.

 

Con dolor físico, trabajaba, atendía a su familia y lucía bella con su cabeza rapada. ¿Queremos inspiración para no desmayar? No le hará falta recordar a grandes próceres ni renombradas epopeyas. Mire a su alrededor y encontrará suficientes paladines y agallas que copiar.

 

Los hijos de Neylan no necesitarán abrir un libro de historia para aprender sobre memorables cruzadas e intrépidas batallas. Vivirán con la certeza de haber tenido a una heroína, dentro de su propia casa.

 

@carlaangola

 

carlaangolarodriguez@gmail.com

 

«Herederos de furia»

Posted on: octubre 20th, 2013 by lina No Comments

A veces dudo que estén realmente conscientes de que sus retoños los observan también

Los testigos de este desvarío llamado revolución, odian o temen. Desperdiciamos el tesoro de la vida, como dijo Stendhal. El pueblo, se sumerge en desasosiego. El gobierno desmantela una nación que debería marcar pauta, desde el Norte del Sur. Llegan al servicio público a servirse ellos y extinguen cualquier rastro de prosperidad, fuera de Palacio. Ahora ponen, incluso a sus esposas desde el Legislativo, a vomitar mensajes de repulsa.

 

Hablan de enemigos parasitarios. Son amantes de la bazofia del diccionario y hacen suyo lo más deleznable del idioma, para descalificar. Lo peor es que, ese es el modelo que presencian sus propios hijos. A veces dudo que estén realmente conscientes de que sus retoños los observan también. Si ese segundo de cordura llegara, no harían tanto daño.

 

En ocasiones dejas de decir y hacer por no lastimar a tus padres, sobre todo, cuando sólo recuerdas de ellos, honestidad y sacrificio. Uno nunca se siente digno de tal dote y pasas toda tu vida tratando siquiera de parecerte a tan irrepetible molde. Nunca se debe perder la esperanza de que las nuevas generaciones venezolanas, reivindiquen con un camino probo, las profundas heridas y calamidad de este tiempo.

 

Cuando una maestra y un realizador de televisión te dejan de herencia un arsenal de valores muy difíciles de emular, no sabes por dónde comenzar. Pero, un verdadero conflicto se le presentó, por ejemplo, al hijo de un hombre como Pablo Escobar.

 

Su legado era, un imperio de muerte y dolor. Y, ¿Qué hizo él? Estrechó la mano de los hijos de los rivales de su padre y pidió perdón a las víctimas del narcotráfico. A las víctimas de su papá. Me recuerdo adolescente, pensando sólo en mí. Por eso cuando veo a los veinteañeros de ahora, tan conscientes de su entorno y con un libre albedrío a prueba de toda sumisión, anhelo que la virtud se imponga en ellos, a pesar de haber crecido sin ver nada más que este infortunio en Venezuela. Es tan reconfortante cuando la sucesión no aflige. Los hijos del llamado Patrón del Mal, tuvieron que cambiar de nombre y padecer el mismo terror que su padre infligía a otros.

 

Ojalá que quienes eligieron odiar y también quienes les temen en nuestro país, evitemos que la descendencia sienta vergüenza del mal que algunos han hecho o de quienes no supieron nunca defenderse.

 

@carlaangola

 

carlaangolarodriguez@gmail.com

 

Pobre Calixto

Posted on: octubre 6th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Cuántos quisiéramos el mismo número de escoltas que el presidente del Indepabis al momento de un robo. Vivió lo que el resto padece cada minuto, pero no en igualdad de condiciones. Los delincuentes muertos y él ileso. Esa no es la misma cuenta que le da a los habitantes de los barrios. Usan recursos que no son suyos para salir al campo de guerra, blindados; mientras mandan al pueblo, desnudo. A Maduro le da gripe y a los venezolanos les dan un tiro. Expulsan a los diplomáticos gringos justo cuando Calixto estaba allá tan feliz haciendo su mercado en Wal-Mart. Y a los militantes del PSUV los obligan a financiar la campaña electoral con el mismo salario indigente que les da el Gobierno. Hablan de soberanía y las hamacas de Tintorero se fabrican con hilos chinos o españoles, cuando en otros tiempos se producían en los Andes. La misma hipocresía de todos los regímenes de este estilo. Juran que protagonizan una lucha épica de un país pequeñito frente a un Imperio, cuando esa misma verborrea la han repetido infinidad de seres que han hecho un profundo daño a la humanidad, con la misma excusa ridícula. Todo en nombre de una causa que dice ser colectiva y termina en manos de unos cuantos. Como dice mi suegra: Claro que procuran el bien común… El bien para ellos y el común para la gente. Pero los venezolanos nos estamos acostumbrando a decir rara vez, lo que pensamos continuamente. Queremos desgañitarnos y sólo murmuramos. Regresamos a lo troglodítico y de repente nos convertimos en fieras sin espíritu capaces de saquear un camión con carne, antes de socorrer al chofer que está al volante convaleciente.

 

Nunca he sido buena para los números, pero a veces pienso: ¿Quiénes son más? ¿Quienes nos gobiernan o nosotros? Esa misma reflexión la hacía un judío a sus vecinos cuando veía a los nazis subir ancianos y niños a un tren que los conduciría a la muerte. «En este campo hay veinte militares armados, nosotros somos miles». A los venezolanos también se nos olvida que vivimos una rutina de privaciones por decisión de un grupo exiguo. No es que ellos puedan más que todo un país, a veces pareciera que decidimos entregarlo. Recuerdo que Ortega y Gasset decía que la vida cobraba sentido cuando se hacía de ella una aspiración a no renunciar a nada. ¿En qué momento decidimos renunciar nosotros a nuestra propia vida?

 

Carlaangolarodriguez@gmail.com

 

@carlaangola

Por Carla Angola