Allanan y arrestan, pero no han podido desprender del corazón de la gente tanto enojo y desengaño
A Maduro también le extrañará que 400 cuerpos hayan ingresado en el último mes a la morgue? ¿Le extrañará que un joven haya recibido mas disparos que los años que tiene de vida? ¿Que un productor de Venevisión fuera asesinado, porque ahora los venezolanos arreglamos las discusiones con una bala? ¿Le parecerá extraño que hallaran estrangulado a un comerciante sirio? Todavía tenemos que oír al Ministro de vivienda, decir que los materiales escasean porque es que aquí se construye mucho. No protesten entonces, para que no les den un tiro en la cabeza.
No coman, para que no les alarme el desabastecimiento. Ingresen al PSUV, el malandro no les perdonará la vida, pero cuando los maten, el Gobierno los velará, los llorará y, esa muerte, quizás sí le importe. Pues a cada venezolano, todo le importa. A todos nos importa cada vida, cada muerte. Queremos que la vida sea solo vida. Que queden en el pasado quienes condenaron a esta patria a la muerte. Quienes condenaron a propios, extraños, a este país que era solamente uno y ahora está lleno de etiquetas. Que algún día sean solo un mal recuerdo, quienes nos convirtieron en: enemigos, camaradas, objetivos de guerra, héroes y traidores. Que algún día los libros de historia den su verdadero lugar a quienes pretendieron apellidar a la patria, junto al socialismo, junto a la muerte.
Una frase que condenó a sus propios padres y que arrastra a toda una hermosa nación que solo merece la mejor de las vidas. Lo único que nos consuela es conversar con los barrios, las parroquias. Confirmar que se cansaron de tanta descomposición y de la propagación de tanta indigencia. Leopoldo López cumplió años en la cárcel, Simonovis sigue muriendo en ella, mientras que el Gobierno sigue libre a pesar de no cumplirle a nadie.
Allanan y arrestan, pero no han podido desprender del corazón de la gente tanto enojo, tanto desengaño, con la misma facilidad con que arrancan la bandera de Venezuela, de las ventanas de quienes gritan ¡Libertad! Así como el Papa espera que el diálogo traiga la paz, muchos conservamos una inquebrantable confianza, en este pueblo que dice la verdad. Eso mantiene nuestra fe, en que todo esto pasará. ¡Claro que pasará! ¿En qué momento se nos desvaneció el país entre los dedos? Nos queda tan poco, casi nada, pero quedamos nosotros.
Carlaangolarodriguez@gmail.com
@carlaangola