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A media hora del caos

Posted on: septiembre 30th, 2013 by Super Confirmado No Comments

A media hora del caos» es una expresión que le escuchamos a un colega hace unos años cuando pensábamos que nada peor podía pasarle al país con los llamados gobiernos de la Cuarta y realmente, en comparación, con estos tiempos «éramos felices y no lo sabíamos».

 

«A media hora del caos» se convirtió en un término privado entre un grupo de amigos y colegas para definir una «sensación» subjetiva, sí, pero a la luz de los acontecimientos llena de intuición cuando «algo gordo» estaba por venir.

 

«A media hora del caos» fue la sensación que tuvimos quienes presenciamos aquel acto fastuaosamente innecesario de la «coronación» de un presidente para decirnos a los poquísimos días que el gobierno anterior había «espalillado» las reservas y que por ende había que aplicar un «programa shock». Y es que así no era, el pueblo se sintió burlado y vino un caos expresado con los hechos del Caracazo.

 

Pasados los años caminando por el centro de la capital en medio de un clima caldeado por los reclamos colectivos observamos una escena que nos hizo volver a tener la sensación de que estábamos «a media hora del caos». La policía arremetía con la fuerza de la ballena y las peinillas a un grupo de ancianos que estaban solicitando el pago de sus pensiones. «Esto está muy mal», pensábamos al tiempo que presentíamos un «momento límite». La madrugada del día siguiente (4 de febrero) recibíamos la información del alzamiento de unos militares.

 

Imponer

 

Luego ya conocemos la historia, imposible de resumir en pocas lineas pero cuando esos mismos militares golpistas llegaron por las urnas al poder y pretendieron imponer su visión «a trocha y mocha», la gente reaccionó y la enorme manifestación del 11 de abril también adelantaba un caos. Un caos que resultó en una traición, pero ese igualmente es otro cuento muy doloroso y enredado.

 

Así llegamos a este momento, justo al escribir este artículo nos estamos enterando del saqueo a una gandola cargada de alimentos congelados en plena autopista. Leemos la prensa y da cuenta de hechos sangrientos que rebasan todos los límites. La gente ya protesta abiertamente por la escasez y la inflación, los carteles de la droga tienen al país como su casa, los servicios públicos cada vez están peor y el tráfico ha llegado a niveles de locura. Mientras tanto Maduro y su gente parecen no darse cuenta de la crisis e insisten en la retórica vencidísima del golpismo y la derecha fascista.

 

Sí, por todas estas cosas nos atrevemos a decir, con temor, que nos sentimos nuevamente «a media hora del caos»…

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Maduro amenaza

Posted on: septiembre 23rd, 2013 by Super Confirmado No Comments

El Zulia de bien que es mayoritario, agradece y acompaña a Nicolás Maduro, a Iris Varela, a los organismos nacionales y regionales que han dado un paso al frente por la paz

 

Si fuera una canción el coro sería algo así como: Maduro amenaza. Ante la inflación: Maduro amenaza. Ante la supuesta «guerra económica»: Maduro amenaza. Ante la inseguridad: Maduro amenaza (no a los hampones por cierto). Ante las críticas de los pocos medios independientes que quedan: Maduro amenaza. Ante la crisis asistencial: Maduro amenaza (a las clínicas privadas). Y, por supuesto, el conflicto que más le gusta. El que si no existiera lo buscaría porque le sirve como excusa, el que le hace huir hacia adelante en virtud de la «ópera DEA» que según algunas fuentes estaría en desarrollo, el que le da el aire de epopeya que necesita y que, por cierto, el imperio le brinda torpemente «en bandeja de plata» al no dejarlo pasar por su territorio en su vuelo a China y negarle la visa a algunos de sus funcionarios que aparecen en listas comprometedoras.

 

Maduro amenaza (con tono más dramático como si de una gesta independentista se tratara. «¡No acepto que se le niegue la visa al ministro Barrientos ni al jefe de la Casa Militar ni a ningún miembro de la delegación de la República Bolivariana de Venezuela! ¡Y si tengo que tomar medidas diplomáticas con el gobierno de EEUU, las tomaré hasta el nivel más drástico si es necesario, pero no voy a aceptar ningún tipo de agresión!», afirma.

 

Y es entonces cuando surge la interrogante. ¿Cuán duras serían tales medidas? Todavía no han podido normalizarse las relaciones diplomáticas con EEUU, sin embargo el comercio sigue activo, continuamos comprando fervientemente cualquier cantidad de insumos a esa nación y, según los comentarios en corrillos económicos, hasta gasolina (seguramente producida con petróleo venezolano). Y si está tan molesto Maduro por esta posición del gobierno de Obama ¿por qué no asume los costos de no venderle petróleo a ese país? Esa sí sería una posición firme que sería coherente con el discurso radical de los voceros gubernamentales.

 

Pero, noooooo. De eso no se habla aquí. Mucha amenazadera y retórica explosiva, pero sobre la única medida que seguramente sí le afectaría a los sobrinos del Tío Sam, no se menciona ni la más remota posibilidad. Es entonces cuando todos los discursos se caen. Puros «juegos florales» para alimentar un cuento antiimperio que hasta los momentos les ha dado resultado. Pero la realidad es muy distinta. La crisis de todo tipo ha llegado hasta un punto que, según todas las encuestas, el colectivo responsabiliza al Gobierno por lo que está sucediendo. No hay escapatoria ni escondite. Maduro amenaza, pero ya nadie (ni propios ni ajenos) le creen… Esa es su verdadera tragedia.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Siempre se puede caer más abajo

Posted on: septiembre 16th, 2013 by Laura Espinoza No Comments

Se dice por allí: no podemos caer más bajo. Lo mismo pensábamos por allá en el ahora muy lejano principio de siglo, cuando la gente se quejaba y se hacían manifestaciones históricas de millones de personas. Sin embargo, ha pasado más de una década y lo que creíamos que era lo peor que nos podía suceder y que el país estaba al borde del colapso ahora nos luce a un verdadero paraíso. ¡Qué decir si nos vamos más atrás! Lo que en su momento lucía como insoportable si de corrupción, inflación e inseguridad hablamos, a la luz de lo que estamos viviendo es una suerte de «prado florido». Sí, todo es «empeorable» y este infierno cotidiano que se llama Venezuela también lo es. Estamos en una versión podrida de todo lo anterior, pero lo peor es que nosotros como colectivo también pareciera que estamos en franca decadencia, adormilados, domados, acomodados, acostumbrados, estancados y sin algún atisbo de energía para luchar, quejarnos y hacernos sentir.

 

Y no vamos a hablar de la capacidad crítica de los medios, de los pocos que sobreviven haciendo periodismo independiente, del miedo al poder que se expresa en su versión más perversa como lo es la autocensura, sino de la queja colectiva, la indignación general que no encuentra cauce ni voceros. El pueblo critica sí, cuando va a comprar y ve que todo ha subido el triple, las personas cuentan en primera persona las historias sobre la inseguridad y la sangre derramada ya es la de sus familiares y amigos, la gente mientras va en el carrito o en el Metro (con cada vez peor servicio) comenta su angustia con el que se sienta a su lado, pero en seguida surge la típica frase de: «¡qué se le va a hacer!»… Así se nos van las horas, los días, las semanas, los meses, los años y todo continúa cuesta abajo en la rodada. Muchos apuestan a que ya llegamos al fondo y que el colapso de todos los sectores de la vida nacional juega en contra del régimen. Falsas ilusiones. Lo mismo decían muchos hace unos años cuando pensábamos que no se podía estar peor… y lo estamos… con creces…

 

Sin embargo, hay algo que sí luce muy diferente en relación con el pasado. Digamos que la procesión va por dentro y eso lo hace todo más peligroso. Antes habían válvulas de escape para la expresión del descontento. Ahora el régimen se equivoca al querer aniquilar estas vías y pretender saturarnos con sus panfletos y mentiras. La olla de presión está montada y el Gobierno dejó la cocina prendida para ocuparse de lo que más le gusta: disfrutar del poder.

 

Todo es «empeorable», sí… y lo seguirá siendo hasta que así lo decidamos. No vaya a ser que en el futuro esta atrocidad que vivimos en el presente nos luzca hasta bonita.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Empeorable

Posted on: septiembre 9th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Si las elecciones fueran el próximo domingo por quién votaría usted? Esa es la pregunta que más le teme este gobierno que tiene como su principal contrincante a su propia y brutal ineficiencia. Le sale todo tan mal que si hubiesen diseñado un plan para que saliera peor en sus pesadillas nunca tendrían un escenario como éste.

 

Por una parte, una inflación que está arrasando con todo pero principalmente con el quince y último de los venezolanos. Pensar que estamos entre los países del orbe con mayor índice de precios al consumidor, genera una impotencia a niveles superlativos sobre todo tomando en cuenta los estratosféricos ingresos petroleros de estos años que se han vuelto «sal, agua y mucha pero muchísima corrupción».

 

Por eso lo menos que da es risa (pero tipo mueca) que se pregone sobre un plan para atacar a los ladronzuelos oficiales enfilando sus baterías contra funcionarios de segunda línea cuando todo apunta a que las cabezas seguirán intactas. Nunca se atreverán, son demasiados los intereses en una madeja de complicidades que lo toca casi todo. Casi nadie cree en el supuesto plan y todo el manejo comunicacional y las horas-televisión dedicadas a eso se han perdido. Las últimas encuestas son explícitas.

 

El otro «ítem» propagandístico de Maduro como lo es el plan «A toda vida» también ha sido una tragicomedia. A pesar de haber sacado a la FANB a la calle (con los excesos que se han cometido cuando han pagado justos por pecadores en virtud de la falta experticia de los militares para esas lides) no ha bajado los índices delictivos. La «sensación» de inseguridad sigue intacta.

 

¿Y qué decir de los servicios públicos? Para muestra el apagón de la semana pasada en todo el país.

 

Quizás lo que más molesta de toda esta historia es la inmadurez y el poco respeto que tienen en relación a la inteligencia del prójimo cuando responsabilizan al imperio, a la oposición, a los alienígenas, a Juana la Iguana, a los rayos y las centellas, a Barney, a usted, a quien esto escribe y a todo lo que no sea la primera persona del singular y del plural de lo que está sucediendo en el país. De allí los sabotajes, los magnicidios y los planes inventados para así tratar de librarse de una responsabilidad que les es única y exclusiva: no saben gobernar. Lo hacen pésimo y sin remedio alguno. Son malos con saña y si quisieran hacerlo peor seguramente no les saldría tan bien.

 

Lo único que tienen a su favor es la apatía generalizada que parece habernos invadido. Una especie de lamento colectivo en el que todos nos quejamos pero asumimos un ¿y qué se puede hacer? Según las últimas encuestas sólo un porcentaje cercano al 60 por ciento está dispuesto a votar el próximo mes de diciembre. En su mayoría, mayores de 35 años. ¿Y el resto? ¿En el reino de por siempre jamás?

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

¿Serán alienígenas?

Posted on: septiembre 2nd, 2013 by Super Confirmado No Comments

Cuesta creer que el régimen menosprecia tanto la inteligencia del venezolano que piensen que así de buena nota nos vamos a tragar el cuento de un nuevo magnicidio. Y es que aquí no cabe aquello de que una mentira repetida cien veces se transforma en una verdad. No. Este rollo va más por el cuento de Pedro y el lobo. Porque es que hasta para echar la misma historia de todos los meses preelectorales hay que tener imaginación.

 

Ya el cuento de unos tipos encontrados en un sitio con armas de mira telescópica (láser en esta oportunidad) y unas fotos con las «presuntas» futuras víctimas lo hemos escuchado demasiado. Valga el paréntesis, ¿por qué será que siempre insisten en el «detalle» de las fotos? En el supuesto negado que alguien contratara a unos súper sicarios para cometer un dislate como un magnicidio los ejecutores del mismo no van a conocer por miles de maneras a esa figura hiperpública? Eso se cae de Maduro.

 

Que los potenciales asesinos tengan unas fotos pudiera hacer pensar o bien que estos señores son unos alienígenas que acaban de aterrizar en el país sin haber visto nunca en su vida ningún medio de comunicación, noticieros, Internet, vallas, material POP o un largo etcétera de formas de propaganda (porque eso sí que te lo tiene esta revolución) o que si esa parte del cuento no se echaba, no quedaba lo suficientemente claro quiénes serían las presuntas futuras víctimas.

 

Haciendo un poco de historia recordamos que uno de los antecedentes más remotos de esa metodología de las fotos al lado de las armas a ser usadas se remonta en este régimen a un capítulo exquisito de la creatividad de los guiones magnicidas cuando en una playa del litoral varguense cerca del aeropuerto encontraron una «bazuca» (arma de larguísimo alcance) que presuntamente sería usada para explotar el avión presidencial y para que no quedara duda de esto la hallaron convenientemente con una foto de Chávez quien para el momento se encontraba en el esplendor de su liderazgo y en los primeros capítulos también de esta eterna serie de los magnicidios afortunadamente frustrados.

 

El problema es que el cuento está tan gastado como la paciencia de la gente, que más allá de este número salido del Súper Agente 86 quiere respuestas sobre otras cifras como las de los muertos a manos del hampa, o la de las «maromas» que hay que hacer para que te alcance la quincena, o la del «dineral» que se han robado algunos que bien utilizado hubiera servido para transformarnos «en un país posible» y no en esta «inviabilidad» en la que estamos estancados. Esta nueva historia de magnicidio suena más bien a «excusa» que justifique «apretar las tuercas» a través de algún mecanismo que sea facilitado por las instituciones al servicio (que para eso están).

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Pepe Grillo particular

Posted on: agosto 26th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Me perdonan que escriba este artículo en primera persona. Por lo general en esta columna no lo hago. A muchos de nosotros nos enseñaron que «el yo» debía desaparecer de las notas periodísticas, sin embargo al tratarse de un artículo de opinión me voy a tomar esa licencia para explicar mi salida del canal en el que entre una cosa y de manera pasé ocho años de mi vida.

 

En mi segunda vuelta a Globovisión cambié de fuente. Hace casi tres años tuve la maravillosa experiencia de emprender una aventura televisiva con dos «Mujeres en todo», mis grandes amigas Alba Cecilia Mujica y Verónica Rasquin. Sí, un programa light pero no por eso bobo. Noticias cotidianas, importantes para el día a día. Salud y calidad de vida eran mi fuente.

 

Obviamente a nuestro espacio nunca intentaron cambiarle la línea editorial (no necesitaban hacerlo) y la única intervención fue para darle más recursos. De hecho tengo que agradecer a la Directiva la apuesta que hicieron con el mismo. Pero es que ese no es el punto. A manera de «símil «es como si redecoras el cuarto de una casa pero el resto de la estructura se está derrumbando.

 

¿Y por qué afirmamos esto? Porque las bases de un canal de noticias se sustentan precisamente en la información, en la investigación, en la denuncia y en un elemento importante para el reflejo de la realidad como lo es el darle la palabra a quienes por otra vía les resultaría muy difícil expresarse. Ciertamente muchos vimos con beneplácito cuando los voceros oficiales comenzaron a ir a los programas del canal, finalmente y después de mucho tiempo se tendría la necesaria visión contrastada de la realidad y se lograría el acceso a las fuentes que estuvieron cerradas. «Buscar el centro» como fue la promesa básica de los primeros encuentros con los nuevos dueños nos pareció una gran opción. Pero todo comenzó a torcerse y sobrepasó la prometida «línea del medio».

 

Amén del desbalance informativo comenzaron las presiones del Gobierno, las listas negras de entrevistados vetados y la «salida» sin argumento de personas y programas emblemáticos del canal. El argumento de «defender los espacios» -válido para algunos que respetamos profundamente- comenzó a pesarnos demasiado a la luz de nuestro Pepe Grillo particular.

 

Cuando no se comparte la línea editorial, simplemente es mejor apartarse del camino. Y es que el tema no es si las decisiones nos afectan de manera particular, si tu programa lo censuran o nunca lo harían porque es «light», sino si te puedes ver al espejo y decir «no pasa nada» con tranquilidad. Mi hija mayor, mi princesa, comienza en octubre a estudiar Comunicación Social con toda la ilusión del mundo. ¿Cómo podría mirarla a los ojos y decirle que el amor del periodista es la verdad aunque esta siempre sea incómoda al poder?

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Sangre de horchata

Posted on: agosto 19th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Tal vez sea por la falta de escrúpulos del personaje (ya que al parecer no hay otros que se presten para eso) o por la trayectoria del mismo en eso de los cuentos rocambolescos, pero ambas cosas son indicativas de lo poco serias de las denuncias sobre las actuaciones de los aurinegros. Alguien que haya dicho con toda seriedad que un decodificador de televisión satelital podía captar de manera bidireccional y recoger no sólo las conversaciones, sino los actos más íntimos de las personas en un cuarto, no es de mucho fiar.

 

Por aquello de «recordar es vivir», fue en un debate parlamentario en el año 2000 que el citado diputado denunció que una empresa de TV satelital tenía una cámara por donde grababan a los usuarios y realizaban espionaje. «Se llama DirecTV, donde tenemos un video metido en nuestra casa, donde tenemos un grabador en nuestra casa y nos toman video y nos graban» dijo el hombre en esa oportunidad.

 

Pero como la memoria es frágil en nuestro país es importante recordar que fue el mismo ciudadano quien en abril del 2002 afirmó que Vladimiro Montesinos, exjefe de inteligencia del expresidente peruano Alberto Fujimori, había muerto. Y tan sólo unos días después, el propio Montesinos fue encontrado en la ciudad de Caracas.

 

Es ese mismo dirigente rojo, exmilitar para más señas, quien ahora está narrando una historia de presunto narcotráfico, mafias, prostitución infantil y quién sabe qué otros elementos sacados de algún capítulo «del Patrón del Mal» en el que los protagonistas son los dirigentes de Primero Justicia y si son cercanos a Henrique Capriles tanto mejor. Si bien es cierto que el régimen debe cuidarse de inventar cosas un poco más serias, también podrían escoger voceros más creíbles a objeto de que no se le vean las costuras a tan burda estrategia de querer acabar con la punta de lanza de la oposición.

 

Es tan chimbo el cuento que puede generar el efecto boomerang y quedar muy mal parados quienes se lanzaron por ese «barranco» de seguir a pies juntillas el guión habanero. El gobierno no ha medido si en lugar de acabar con la tolda amarilla y negra pudiera estar logrando el efecto contrario y victimizar a los opositores sobre todo a Henrique Capriles.

 

Sin embargo, lo que no se entiende mucho es la tardía y no muy contundente reacción de éstos dirigentes del citado partido. Lo menos que se esperaba era más fuerza y «calentera» por parte de los aludidos y sus cercanos (que lo que se está diciendo no es cosa menor). La respuesta no puede ser la típica «no seguimos trapos rojos ni pisamos peines». Hace falta mucha indignación en nuestro país, casi tanta como racionalidad. No se trata de «explosiones» sin sentido pero como dicen las abuelas tampoco pueden verse como si tuvieran «sangre de horchata».

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

El perro se muerde la cola

Posted on: agosto 12th, 2013 by Super Confirmado No Comments

La pregunta de las 50 mil lochas (devaluadas como todo), la que más se publica en el Twitter, la que vemos desarrollada como análisis en la prensa nacional e internacional es, luego que el máximo tribunal habló, ¿qué viene ahora? Cada quien tiene su respuesta particular que va desde las acciones más radicales, pasando por el típico y pavosísimo: «yo te lo dije», hasta la que vemos en su pleno esplendor: «acudiremos a las instancias internacionales».

 

De lo que no se habla es de la sensación de camino cerrado, de frustración con calentera que tenemos buena parte de los venezolanos, quienes observamos una total y absoluta indefensión en la defensa de nuestros derechos. Podrán afirmar como lo hacen algunos dirigentes que «esta decisión lo que evidencia es la trampa de las elecciones» (y tal vez sea verdad), podrán señalar que la misma es producto de la «desesperación» (no la vemos) del gobierno por los números de las encuestas, podrán darle el razonamiento que quieran, pero lo cierto, lo total y absolutamente verídico es que estamos «fregados» (por decirlo con una palabra publicable).

 

Y es que las instancias internacionales no podrán hacer nunca lo que debemos hacer los venezolanos, y aquí el juego luce trancado porque cualquier cambio por la vía democrática, que es la que todos queremos y aspiramos, pasa por el CNE sobre el cual conocemos la historia y si no estamos de acuerdo con sus resultados, «elevarlos» al TSJ en el cual sabemos también su desenlace. Es la «eterna historia», el cuento de nunca acabar, el perro siempre da vueltas sin sentido para morderse su propia cola.

 

Ahora tenemos las elecciones municipales, importantísimas en sí mismas pero teñidas por parte de la oposición por las ambiciones personales que atentan contra la «alianza perfecta», y por parte del oficialismo por «un showceo frivolón» que deja por fuera a los verdaderos líderes pensando sólo en la obtención de los votos. Sin embargo, este gesto delata en la acera roja que están clarísimos del verdadero significado de esos comicios: necesitan ratificar con números totales de votos oficialistas que son mayoría. Esto echaría por tierra las «sospechas» sobre la legitimidad de Maduro y en ridículo a Capriles al acudir a instancias internacionales.

 

Por eso, ante la pregunta sobre ¿qué hacer ahora? La respuesta (aunque muchos la consideren ingenua) es votar masivamente. El régimen pudo hacer trampa con los votos que no se emitieron y toda esa historia, pero no con los que fueron efectuados. Sí, hay que votar hasta el punto de superar los números obtenidos y así demostrar la verdad.

 

Luce difícil sobre todo porque falta liderazgo. Hay un agotamiento en todos. Dirigentes y pueblo. Eso se traduce en indiferencia, hastío y, por ende, en abstención. Peligro.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

¿Para qué sirven las palabras?

Posted on: agosto 5th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Cuál es el sentido de esta reflexión semanal? Más allá de una descarga catártica de la columnista y, en el mejor de los casos agradecida que así sea, una visión compartida con la lectoría que puede sentir lo mismo al leer estas líneas o tal vez disentir (cosa que también nos agrada y nos honra), ¿qué se logra con esta descarga semanal en 2.700 caracteres?

 

La página en blanco y un palito tintineante me invitan a escribir y me retan a que semana tras semana se diga algo distinto, pero a veces temo decepcionar a esa pantalla digital y lo que es peor a unos lectores seguramente ávidos de encontrar respuestas a una realidad apabullante, a este ¿cómo llegamos hasta aquí?, a ¿algún día todo cambiará?, a ¿más allá de votar y marchar qué podemos hacer? Eso sin contar con la recriminación en primera persona con el típico ¿más allá de escribir y criticar y denunciar y quejarte y llorar y gritar y vomitar y, a veces, también, emigrar mentalmente hacia un país fabricado en tu casa, tu entorno, tu familia, tu trabajo, tu deporte, tus libros y tu música. Ese sitio inalterable que pudiera estar ubicado en la misma Luna y no te afectaría… Más allá de la crítica y la evasión necesaria para aguantar tanto durante tanto tiempo ¿qué sentido tienen todas estas palabras en negro sobre blanco si el destinatario de las mismas continúa de espaldas al país real? Y cuando decimos esto por supuesto que incluimos en nuestro sentir a aquellos que comparten la visión política que impulsó el Líder, pero que hoy en día sufren también la inseguridad brutal, la falta de atención médica, la carencia educativa y un costo de la vida que nos está empobreciendo a todos. Claro, a todos menos a quienes se han hecho multimillonarios a costa de un discurso revolucionario y unas acciones típicamente capitalistas donde «el billete» es lo único que importa, eso sí, teñido de una retórica doble moral en la que se insiste en que «ser rico es malo» (para todos menos para ellos).

 

El asunto está en que el destinatario de todas estas críticas, las de esta columna, la de las vecinas y las que no se escriben pero se vocean en los carritos, en las calles, en el metro, en los mercados, en la panadería, en la radio y en la televisión (cada vez menos) se hace el loco y vive en su mundo de poder y sus propias guerras de ambición, planificando no cómo mejorar la vida de la gente, sino la forma de aplastar a quienes se les ocurra pensar distinto. El líder máximo tuvo todo el poder, el amor de un pueblo y los recursos para hacer de nuestro país una gran nación y perdió esa oportunidad de oro. Quienes están ahora pudieran aunque sea tratar de enmendar la plana y enrumbarnos hacia el camino correcto, pero su propio ombligo pareciera ser más interesante. Entonces ¿para qué sirven éstas y todas las palabras que se digan?

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Parole, parole, parole…

Posted on: julio 29th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Noticias no son solo declaraciones». Hace unos días le escuché la frase a un colega periodista y me pareció que aplica no solo al Gobierno, sino también a la oposición.

 

Hay un afán medio comodón de unos y otros de pensar que si hablan ya está hecho. Voluntarismo pues. Tal vez por aquella frase bíblica de: «… y el verbo se hizo carne». Muchos líderes convocan una rueda de prensa o hacen un acto público solo «para hablar» y se quedan «tan anchos». Resulta que el venezolano está cansado, harto y ahogado entre tantas palabras. Su paciencia hizo «glu, glu, glu», se fue al foso y es por eso que las oraciones dichas en tono épico ya ni le van, ni le vienen.

 

Escuchar, por ejemplo, a algún vocero gubernamental hablar de cómo ahora sí va a mejorar la calidad de vida del venezolano porque están logrando controlar la inflación, amén de dar risa porque a estas alturas ya rebasaron las expectativas de todo el 2013, genera una profunda indiferencia. ¡Qué decir cuando nos dicen que el Plan Patria Segura es todo un éxito!, si cuando vamos a las cifras reales observamos que no solo no bajan, sino que se dan casos grotescos como la muerte de ocho personas en una fiesta o el disparo a mansalva a una mujer y sus dos hijas por una «equivocación» de la Guardia Nacional.

 

Oír a Maduro lanzar sus frases contra el imperio lo menos que causa es hilaridad porque a la hora de la verdad nunca habíamos sido tan tremendamente dependientes de las importaciones de esa nación como ahora cuando según algunas fuentes confiables del mundo de la energía hasta estaríamos comprando gasolina a ese país. ¿Dónde queda entonces el sentido de tanta retórica antiyanqui?

 

Pero del lado de la oposición también hay un exceso de palabras. Van al Tribunal Supremo de Justicia a demandar la supuesta ilegalidad de una elección pero ya hablan del «Gobierno» avalando así su legitimidad. Entran en la dinámica electoral cosa que tal vez sería lógica en condiciones normales, pero se olvidan que aquí nada hace pensar que estemos en un escenario convencional. La palabra «crisis» se hace presente en todos los aspectos de la vida del ciudadano pero éste se ha quedado solo sin que algún liderazgo vaya más allá de las conocidas declaraciones sobre el drama diario que significa vivir en nuestro país. Puras palabras ante los medios, que por cierto no están en su mejor momento en virtud de las historias conocidas de censura y autocensura.

 

Noticias no son solo declaraciones (algunas dadas en salones con aire acondicionado o en actos protocolares), son acciones. Hechos que cambien el curso de las cosas o alteren este «marasmo» perverso en el que todo va en caída libre pero «acolchonado» entre palabras como para que no nos demos cuenta.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

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