El camino difícil

Posted on: diciembre 16th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Qué cantidad de análisis del domingo 8 a esta parte! La verdad es que los resultados dan para todo, parecen un chicle.Cada quien los estira y los encoge de acuerdo a su parecer. Los rojos dicen que obtuvieron mayor número de votos y que le ganaron a la oposición en cantidad de alcaldías. Necesitan sacar partido de estos números para de allí sentirse con licencia para avanzar en la instauración de su proyecto autoritario y minimizar todo asomo de disidencia.

 

Maduro no cesa de comentar que «ganó el plebiscito» con el que se entrampó la propia oposición, mientras a esta le ha faltado contundencia para responderles que tampoco pueden considerarse una mayoría atronadora porque si se suman lo votos de la MUD más «los otros» que no votaron en su tarjeta quedan en franca minoría. En todo caso se trata de juegos matemáticos de los cuales cada quien está haciendo uso según su conveniencia.

 

Hay otras fotografías de esa realidad como los triunfos «emblemáticos» para la alternativa democrática en Barinas y Maturín y tener consigo las ciudades más pobladas del país. Sin embargo, si se quiere hacer «honor a la verdad» la gran realidad es que voticos más voticos menos Venezuela esta «partida por la mitad» y lo está desde hace mucho tiempo sin que el proyecto de alguno de los bandos termine de arrebatarle una tajada importante al contrario.

 

En un país normal (que no lo somos) se tratarían de tender puentes para intentar un necesario diálogo que haga «viable» a esa nación, pero a la luz de los hechos con la designación de «los protectores» y la medida de arrebatarles recursos y competencias a los alcaldes queda claro que ese no es espíritu del régimen.

 

Vienen tiempos duros para todos y en especial para quienes no estamos del lado rojo de la vida, pero aún así, votos más votos menos la mitad del país ha preferido transitar el camino empinado, de espalda y con el viento en contra al querer un proyecto plural, productivo, de oportunidades para todos, de democracia, libertad y progreso a sabiendas que la vida en medio de esta lucha puede ser bastante difícil. Hay que ver que de nada han valido amenazas, dádivas de todo tipo, hegemonía de medios y cualquier clase de táctica disuasiva o propagandística; aún sigue existiendo una mitad que es «irreductible».

 

«La mano en el pecho» para que no se concrete un Estado autoritario sigue fuerte. El régimen intentará avanzar pero tendrá que romper muchas muñecas en esa puja. La mitad del país ha optado por el camino difícil y eso es mucho decir. La mala noticia para el gobierno es que continúa teniendo de frente a ese gentío, o lo reconoce (poco probable) o seguirá dándose cabezazos contra el mismo muro …

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Con la inspiración de Mandela

Posted on: diciembre 9th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Hoy lunes 9 de diciembre, luego de una jornada electoral que define el mapa político de los tiempos por venir, amanece como todos los días. Más o menos problemas, más o menos tensión, unos y otros se dan como mayoría, en definitiva: un país polarizado a un extremo pernicioso.

 

Al momento de escribir este artículo (viernes en la mañana) estamos con los últimos detalles de una campaña electoral (otra más) en la que el abuso oficial ha sido la tónica y los deseos de aplastar al que se considera el «enemigo» y que no es más que un «contendor» es la idea expresada, no sólo verbalmente, sino también en un andamiaje jurídico levantado para imponer a otra parte del país un modelo, una forma de pensar y hay quien diría que una suerte de «religión política» en la que el que opine distinto se le excluye y queda reducido a un ciudadano de segunda bajo las categorías de «escuálido», «oligarca», «vendepatria» o «traidor».

 

Por la otra parte está también quienes en el otro extremo se niegan a ver que durante estos años se ha venido desarrollando una dinámica en la que el ciudadano se siente empoderado y donde la conciencia de sus derechos expresados en la Constitución es mucho mayor. No entender lo que ha significado el chavismo en la historia reciente es tener una visión miope de la realidad.

 

El asunto está en que mientras unos tratan de «aplastar» a los otros y un grupo de estos se niegan a comprender por qué surgió en Venezuela el chavismo se nos está yendo la vida. Unos atacando, otros defendiéndose y el resto, ese gran resto del país atrapado en medio del conflicto.

 

Al momento de escribir este artículo el mundo está impactado por la muerte de un hombre que ha podido optar por el camino de la violencia, la revancha y la destrucción de quienes durante mucho tiempo oprimieron a su pueblo con las terribles políticas racistas del apartheid. Sin embargo, cuando después de veintisiete años de cárcel y muchos más de resistencia llegó al poder entendió que el camino era la «reunificación» nacional si lo que se quería era avanzar. Buen ejemplo en estos días cuando en nuestro país quienes detentan el poder casi absoluto niegan ese camino. Y es que cuando estamos hablando de retener el poder por el poder mismo y a costa de lo que sea, conceptos como «conciliación», «acuerdo» y «diálogo» son mal vistos.

 

Maduro y su grupo a partir de hoy tienen la posibilidad de abrir las compuertas de la reunificación llamando a un «sincero» (hacemos hincapié en ese término) diálogo nacional. Ese es el único camino para que Venezuela sea viable. Como bien lo dijo Mandela: «Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero».

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

«No lo creo, no se atreverán»…

Posted on: noviembre 25th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Hay algo que al parecer los tiene muy preocupados: se acabó el dinero. Y no porque no tengamos recursos suficientes, sino porque estamos manteniendo «varias casas». Este «doble» o «triple frente» de ese marido guachamarón que es el gobierno venezolano con el amor puesto en Cuba y los intereses de influencia ideológica en las naciones del Alba está a punto de «colapsar» entre otras cosas porque «ya no hay cama pa’ tanta gente». ¿Cuál sería la opción lógica? Decirle a «los frentes alternos»: «yo ya no puedo más. Tengo que atender a la familia porque estoy a punto de perderla». Pero no. La opción al parecer es dejar que los propios pasen trabajo para seguir manteniendo a quienes le dan «sostén ideológico» a esta locura. Pero lo peor de todo es que esto no suena a desidia sino a un «momento cumbre» planificado para pisar el acelerador de la adaptación muy «sui géneris» del modelo cubano en el país. Ya lo decía Rafael Ramírez hace algunos días: «las crisis son revolucionarias» y en medio de este «pasticho» de comunismo con pantallas HD, seguramente tendremos la avanzada del «nuevo esquema económico» que ya se ha anunciado como realidad.

 

Yo sé que a estas alturas del artículo muchos estarán pensando que esto que estamos diciendo es una exageración, que eso no va a venir, que nuestro país no es Cuba y una cantidad de etcéteras tan largos como anchos, pero les proponemos este ejercicio: ubiquemos nuestra memoria hace dos años. ¿Alguna vez vimos los anaqueles tan vacíos? ¿Teníamos que hacer colas interminables para conseguir algún producto? ¿El dólar innombrable en cuánto estaba? ¿Qué podía hacer con su sueldo que ahora no puede? ¿Usted viajó? ¿Consiguió pasaje con facilidad? ¿Tenía fe en el futuro? Y la clásica: ¿pensó que no podíamos caer aún más bajo?

 

Así que no son buenas noticias las que traemos. En comparación con lo que estamos viviendo no estábamos tan mal. ¿Piensa que no podemos estar peor? Hay por allí mucha alma noble o ingenua que aún piensa que «eso no va a pasar, que no se atreverán».

 

Los hechos hablan por sí mismos. Las cosas pasan y sí se atreven. Ahora aún más con la plena vigencia de una Ley Habilitante que «sirve la mesa» para las carencias del modelo cubano.

 

¿Salidas? Por ahora demostrar fuerza el 8 de diciembre con una votación que «le ponga la mano en el pecho» a estos afanes totalitarios. Ese es el paso necesario. Si no se demuestra una fuerza mayoritaria podrán avanzar sin problemas hacia el escenario que ellos decidan, pero si sienten que tienen un país en frente diciéndole no al modelo que quieren implantar, tendrán el camino difícil si quieren hacer cualquier locura.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Aún quedan…

Posted on: noviembre 18th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Para no morirme de tristeza «me obligo» a ver el vaso medio lleno. Y ustedes (también me sucede) se preguntarán ¿qué de bueno está pasando además de nada? La verdad es que cuesta levantarse en la mañana con optimismo y la mirada puesta en un futuro que cuando menos es incierto, pero quienes tenemos hijos no nos queda más remedio que «apechugarnos» y contra todo pronóstico «echar pa’lante.

 

El argumento más depresivo por estos tiempos es aquel de: «se acabaron los valores», el venezolano de hoy en día es un «golillero» que le gusta el mango bajito, cero esfuerzo y mucha plata. O esa otra historia según la cual nos hemos convertido en unos «enchufados» a los que nos encanta ganarnos las cosas sin nada de esfuerzo, unos «merecidos» de la vida, pues, y que por eso la gran mayoría se siente «feliz» con un gobierno que promueve el saqueo como método y el consumismo feroz como filosofía (cosa inexplicable dentro de la retórica marxista que tanto vociferan). Ese venezolano que «ve como un pen…» al que trabaja, al que no se come las luces, al que hace su fila pudiéndose colear, al que le enseñaron que no podía llegar a la casa con algo que no fuera suyo y que si se daba el caso tenía que devolverlo con la pena que eso diera como castigo.

 

Me niego a pensar que eso es lo único que somos y que no hay salida, que como han dicho por ahí «el hombre plasma» ha sustituido la loca idea del «hombre nuevo» que no llegó a nacer. Creemos que aún hay reservas morales y para no dejarme arrastrar por la desesperanza que, en definitiva, es lo que más desea el Gobierno, me apego a la imagen de quienes se enfrentaron a los saqueadores de Daka, porque es que hay que tenerlas bien puestas para intentar parar ese furor golillero a punta de gritos.

 

O ese otro escenario de la Asamblea Nacional donde les fue imposible comprar las conciencias de la bancada opositora y tuvieron nuevamente que torcer la barra de la justicia a su antojo y conveniencia, o como parte de la dirigencia sindical roja rojita se atreve a reclamar los guisos y la falta de producción en las empresas nacionalizadas o como muchos continuamos aquí trabajando, pensando que a pesar de los pesares hay «que echar el resto» para rescatar el país que queremos dejarles como herencia a nuestros hijos.

 

Maduro podrá tener a partir de mañana patente de corso y podrá amenazar con «volverse loco», como dijo, agregando además que si eso sucediera «no quedaría piedra sobre piedra» cual Nerón contemporáneo; podrá comprar la conciencia de muchos y engañarlos con neveras y zapatos, pero en el fondo sabe que no podrá meter en el puño a todos. No pudo antes el que tenía carisma, mucho menos él.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Los supremos felices

Posted on: noviembre 11th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Por qué si todo está tan bien como ellos dicen parece que todo estuviera muy mal?». Tomo prestada la frase de un colega que en estos días escribió en tweet algo similar a raíz de lo que todo esperaba como «anuncios económicos» y que terminó siendo una variada gama de insultos y amenazas.

 

¿Por qué si supuestamente estamos en el país de la felicidad suprema todos nos sentimos tan mal? Partamos de la base según la cual no somos masoquistas. Esto no puede entenderse nunca como «un supremo estado de bienestar», al menos para las grandes mayorías. El problema es que a los jerarcas del Gobierno les encanta ver todo con la óptica de la primera persona bien sea del singular o del plural, pero resulta que ese pequeño grupo de privilegiados, ese «yo y ese nosotros» no representan a nadie más que a ellos mismos y a sus negocios. Y lo peor, lo más triste, lo que más molesta es que todo lo hacen en nombre del pueblo que dicen representar, esas grandes mayorías cada vez más pobres con una inflación que rebasa con creces los salarios mínimos de los que viven en una familia. Los «felices supremos» lo son con sus chanchullos, sus viajes, sus carros blindados, sus escoltas, sus casas fastuosas, con su tren de empleados y su «malandraje». Mientras más felices ellos, más infelices el resto.

 

Resulta enervante cómo en medio de este caos se les ocurra mencionar siquiera el término de «felicidad» no como una esperanza o una aspiración, sino como una imposición, hasta el punto de que si no lo eres es porque estás en el grupo de los «enemigos de la patria». No ser feliz es antirrevolucionario y, más aún, un acto de subversión.

 

Claro que podemos intentar abstraernos de la realidad y «ser felices» a pesar de ellos. De hecho, es la actitud más sana: refugiarnos en nuestras familias, nuestros afectos, nuestros deportes, nuestros gustos, en el arte, en la música, en la naturaleza y, por supuesto, en nuestra espiritualidad. Esa es la única forma de sobrellevar «tanta realidad», pero ¡cómo cuesta hacerlo!

 

Sí, somos unos infelices contradictoriamente felices, contra todo pronóstico. Pero no porque desde el alto gobierno «colaboren», sino porque hay una suerte de «intuición colectiva» de que en lo inviable de la situación actual está la clave de la solución. O, como se dice por allí: «la cosa está tan buena, de lo mala que se está poniendo». Todo el mundo afirma, sin importar la ocupación o condición social: «aquí tiene que pasar algo» y aunque nadie tiene la clave de cómo será la solución, la convicción es que esa vendrá más temprano que tarde.

 

¿Habrá tiempo para que los «felices supremos» se den cuenta de lo equivocados que están»? O, en una idea loca, ellos también están apostando a que «pase algo» y así salir airosos y victimizados. ¡Cuidado con los peines!

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

El hombre que llegó al límite…

Posted on: noviembre 4th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Situaciones límites pueden llevarnos a medidas extremas que en condiciones normales nunca hubiéramos pensado que se pudieran registrar.

 

La semana pasada, al mejor estilo de la llamada «publicidad guerrilla» en la que un grupo de personas contratadas para promocionar un producto toma una calle mientras se pone en rojo el semáforo y levantan pancartas alusivas a lo que se quiere dar a conocer, estaba un ciudadano que ha podido ser cualquiera, tú o yo, o tu vecino. Resulta que este personaje (armado con un letrero escrito por él) se cansó de esperar que alguien lo representara, lo convocara o hablara por él y quiso expresar el paroxismo de su descontento: «en este país de la suprema felicidad no consigo harina para hacer arepas».

 

Pero si esto resulta no sólo extraño y lamentable lo más paradójico fue la reacción de la gente. Quiero pensar que fue estupor más que desidia o impacto más que indiferencia, pero más allá de una corneta mal parada, quizás para que el «el hombre que llegó al límite» se montara en la acera y una que otra señal de aprobación de otro que pasaba por allí, la gran mayoría hizo como si «nada estuviera pasando». Y es que sin querer caer en análisis sociológico para lo cual no tenemos herramientas ni conocimiento, si algún extranjero hubiera caído en un paracaídas justo allí, en ese momento, lo menos que pudiese haber pensado es que estamos todos locos, que ese país está muy mal o todas las anteriores.

 

Que dos señoras se entren a golpes por un papel de baño, que la gente haga cola desde el día anterior para conseguir un pollo, que la leche la estén vendiendo a 10 bolívares la cucharada y que «en cuestión de horas» el dólar que no se nombra siga subiendo a niveles inenarrables mientras quien se dice el líder lo que está pendiente es de «distraer» haciéndose el loquito que ve pájaros, fantasmas y declara guerras inexistentes nos habla de una situación en la cual no sólo podemos presenciar cosas tan extrañas como «el hombre que llegó al límite» sino el peligro de estar asistiendo a otros eventos mucho peores que nadie desea.

 

El régimen luce paralizado ante la realidad y su única respuesta es la represión. Esta puede generar temor en una primera instancia pero cuando el «hambre aprieta,» no hay reflexión que valga. Están jugando con fuego. Hay quien apuesta que sería a propósito para provocar una «salida» que los libere de responsabilidad. Otros que simplemente no saben qué hacer con este rollo-país. Sea por desconocimiento o por mala intención lo cierto es que esto se está deteriorando por minutos. «El hombre que llegó al límite» seguramente es la expresión de lo que muchos deseamos hacer, así sea por el gesto de «hacer algo» en medio de esta inmensa nada que se está «tragando» el país y nuestro futuro.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

¡Confórmate y resígnate!

Posted on: octubre 28th, 2013 by Super Confirmado 34 Comments

Allí está la sombra marcada. Fueron 22 años en el mismo sitio. Y es que un anillo de matrimonio es el símbolo de una vida compartida. Por eso, cuando esa mañana un motorizado de mediana edad, bien vestido y mejor armado se acercó y le pidió que se lo quitara porque «no hay fuentes laborales» toda la historia juntos más los tres muchachitos se le pasaron por la mente y de manera resignada (como pareciera ser el símbolo de estos días) se lo entregó sin chistar aplicando la monserga insoportable de estos casos: «más vale eso que la vida», o la otra: «saliste barata porque no te quitaron el carro»; o esta de: «niña te han podido secuestrar no te quejes».

 

No te quejes, ese es el punto. No solo no nos quejamos sino que, de paso, llegamos hasta sentirnos afortunados porque el asunto no fue a mayores. O sea, no te mataron. Ese es el problema, conformismo y resignación son parte de nuestro nuevo código de vida. Si nos roban el anillo de bodas, nos conformamos y nos resignamos. Si no conseguimos algún artículo básico, nos conformamos y nos resignamos a hacer colas kilométricas para comprarlo.

 

Si nos revisan hasta los tuétanos para salir del país como si fuéramos unos delincuentes, nos conformamos y nos resignamos porque queremos salir del país para alejarnos un poco de nuestra realidad. Llegamos hasta el extremo de si tenemos una enfermedad como un cáncer y no hay reactivos para el diagnóstico o insumos para el tratamiento, nos conformamos y nos resignamos a esperar que ese mal haga de las suyas mientras los malandros de nuevo cuño se «rumbean» los preferenciales sin que haya ánimo de sancionar a nadie, incluso, con la «excusa» de que se trata de «deportistas» como el reciente caso de los protegidos pilotos «raspa dólares».

 

Conformarse y resignarnos es la fórmula que propone el Gobierno para «ser felices». Y es que el norte del régimen es ese: «la suprema felicidad del venezolano». Tan preocupados están por procurárnosla que hasta un viceministerio crearon para garantizarla. Porque hay que aclararlo: si pretendes buscarla en otro ámbito nunca la encontrarás, perderás tu tiempo o te estrellarás contra un muro.

 

Solo el «gran hermano» puede hacerte feliz. Así que déjate de pistoladas y entiende que por iniciativa propia nunca la encontrarás. Para el Gobierno ese «estado de plenitud» pasa por varios requisitos: 1) Confórmate con las migajas. 2) Vístete y piensa en rojo, solo en rojo, únicamente en rojo. 3) No te quejes, no reclames y mucho menos lo digas ante los pocos medios de comunicación libres que aún quedan. 4) Nunca emprendas cosas por tu cuenta o lo que es lo mismo: depende de mí. Y ante todo, lo que venimos recalcando desde el inicio de este artículo: confórmate y resígnate.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

El verde oliva…

Posted on: octubre 21st, 2013 by Super Confirmado No Comments

Tanto verde oliva en la realidad nacional no puede leerse de forma bucólica como el cuento de la unión cívico-militar, que el pueblo y sus Fuerzas Armadas están atadas por el lazo de la patria, los nudos de la revolución y el recuerdo del Comandante eterno. Eso suena bonito y está bien para los discursos cada vez más aburridos de Maduro pero tanta bota, charreteras y chapitas en cada uno de los ámbitos de la vida cotidiana del venezolano lo que indica es la toma del poder, el control total, la minimización de lo civil y más aún de lo cívico y civilizado. La pregunta es si el mandatario en cuestión manda o hace el mandado. O lo que es lo mismo si usa los fusiles como bastón o es él es bastón de los armados.

 

O de manera más explícita si es Maduro el que está en el poder o éste ya lo cedió a una cúpula de uniformados. Y es que quienes están esperando una jugada tipo Argentina, la Chile de Pinochet o más aún la de las intentonas del 4 de febrero de nuestros tormentos o del 27 de noviembre de aquellos años que «vivimos en peligro» (pero nunca tanto como ahora) se van a quedar con los «crespos hechos». Ya las cosas no se hacen así. Además no hace falta. Si bien Chávez arrancó con el proceso de militarización del país tuvo el «olfato político» y básicamente el liderazgo para mantenerse en el poder anclado en su carisma y la montaña de petrodólares, pero dejando bien claro que el que gobernaba era él.

 

Era él el que repartía el mando entre sus acólitos civiles y sus panas de uniforme y de ésta manera mantenía el país en un equilibrio muy particular y perverso pero sin que ningún grupo se alzara sobre el otro porque eso hubiera significado arremeter contra el mismo líder único e indiscutible. Siendo ahora sólo un recuerdo exacerbado por el régimen para tratar de mantener la cohesión de su militancia, lo que queda además del desastre económico es lo que tradicionalmente ha privado en la vida nacional salvo pocos paréntesis como los 40 años de democracia del Siglo XX: los militares…

 

Sin embargo, nos negamos a asumirnos con el «sino histórico» según el cual hemos sido, somos y seremos una eterna Capitanía General. Hubo una vez que vivimos en un esquema que si bien era totalmente perfectible y cayó en desgracia por el mal manejo de sus líderes, llegó a ser tan envidiado que se exportó a otras naciones del continente como el «buen ejemplo».

 

Los militares deberían estar en la misión de defender la soberanía que últimamente tan maltrecha está. Que no se les olvide ni a ellos ni al señor Maduro que en teoría ésta reside en el pueblo. Por lo menos eso es lo que dice la Constitución… ¿Qué ingenua no? Ahora viene una Habilitante…

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Los dos miedos

Posted on: octubre 14th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Maduro tiene miedo pero los venezolanos también. Quien hoy está al frente del Gobierno por la «carambola» de los deseos de un moribundo y su «cuerdita» de asesores cubanos tiene tanto temor de perder el poder que buscó cobijo en las botas y las charreteras. ¡Qué paradoja! Este civil en cuestión fue más allá del otrora presidente militar y le entregó completamente el poder a los uniformados. Sí, Maduro tiene miedo hasta de las «sombras» del misterio de su nacionalidad hasta el punto de la torpeza de sus seguidores de «ponerlo a nacer» en varios sitios al mismo tiempo: que si en el Táchira, que si en El Valle, en Los Chaguaramos y más recientemente el mandado hecho por la presidenta del CNE mostrando «de lejitos» un supuesto documento de un «presunto libro» donde se verificaría que el hombre fue dado a luz en La Candelaria. Tanto enredo causa muy mala impresión…

 

Pero es que más allá de las «impresiones» está la verificación palpable y hasta «cuantificable» del fracaso del régimen expresada en la calidad de vida del venezolano. Hoy somos cincuenta por ciento más pobres que hace un año. Y lo peor es que resta y sigue… No saben qué hacer y en un «tira y encoge» de medidas que no terminan de anunciarse, una guerra interna de poderes y de visiones y una carencia evidente de recursos que «se fumaron» entre burocracia, despilfarro y corrupción, lo único que atinan a inventar son conceptos vacíos como el «cadivismo» que, por cierto, también es fruto de su pésima gestión. Maduro vive con miedo y tiene sus razones. Le falta talento, liderazgo y carisma. Por eso no le queda más remedio que gritar a los cuatro vientos cada vez que puede: «yo soy el Presidente» como para convencerse a sí mismo. Pero el temor mayor es que en diciembre puede venir la «hora de la verdad» en cuanto a la medición de fuerzas. Si como todo apunta y la gente así lo asume los comicios municipales se convierten en un referéndum sobre su gestión, la verdad quedará al desnudo. De allí el apuro loco por querer tomar el «control total» a través de una Habilitante. Legalmente, tendrá la herramienta para gobernar por decretos y si la gente «se pone cómica» mostrar los dientes del control militar. Ese es el juego y la forma para imponerse nuevamente será el miedo, ya no solo amenazando con quitarles a los que menos tienen las dádivas que les dan a través de mecanismos que los hagan cada vez más dependientes del Estado, sino procurando que «nada se diga» y «que nada se sepa» por medio de la censura directa a los pocos medios que quedan con independencia editorial.

 

Los regímenes con miedo se tornan aún más represivos. La gente tiene dos opciones: o sucumbe y se somete o, simplemente dice NO con todas las consecuencias. En esa disyuntiva estamos.

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

Agua entre los dedos

Posted on: octubre 6th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Hablemos de economía. No de la macro, de cómo no dan los números, del porqué China no le dio dinero fresco al Gobierno venezolano, de la realidad según la cual en estos momentos estamos importando más gasolina a Estados Unidos que la que le vendemos, de cómo se entiende que se hayan dilapidado los miles de millones de dólares que hemos tenido como ingreso petrolero en estos años de revolución, del «escondido» nivel de nuestras reservas internacionales, de nuestro oro no menos misterioso, del porqué se han guardado los dólares (hasta los de Cadivi), cosa que nos hace sospechar que el asunto está peor de lo que nos dicen; de balanza de pagos y de todas esas cosas que muchos no entendemos. Hablemos de economía. De esa que usted y yo sentimos cuando vamos al mercado. Hablemos de nuestra cartera y de cómo se nos va como si fuera agua los antiguos «fuertes» billetes de cien bolívares que en el pasado servían prácticamente para «comprarnos el mundo» y ahora no nos llegan ni para un cartón de huevos (como titulaba un diario en días pasados), de cómo un billete de veinte bolívares es el otrora de cinco y el de diez la monedita de un bolívar. Nuestro portamonedas en el mejor de los casos está lleno de billetes que no compran nada. ¡Qué paradoja!: las carteras gordas de «menudo de chichero» como decían las abuelas, que no sirve para mucho… Hablemos del «turismo alimentario», ese que realizamos por distintos mercados y automercados buscando los productos de la canasta básica de manera infructuosa o de cómo no se va a permitir el envío en «bultos» ni maletas de lo poco que se consigue en Caracas para nuestros amigos y familiares del interior, quienes están aún peor en materia de escasez. Hablemos de cómo el régimen prohíbe mencionar lo mal que estamos en relación a los suministros y costo de la vida amenazando a los medios de comunicación, mientras el director del Indepabis «megáfono en mano» pretende combatir las «realidades del mercado» que imponen los buhoneros diciéndoles: «muchachos, pórtense bien, recuerden que especular es malo y poco revolucionario».

 

Hablemos de cómo no nos alcanza lo que ganamos, del porqué no se está produciendo en el país, de cómo no hay dólares tampoco para importar y de cómo todo apunta para peor. Al gobierno de Maduro le llegó la «hora menguada» luego de tantos disparates en política económica. Incluso hay quien afirma que es el momento del FMI, al que tampoco acudirán… Recoger velas «revolucionarias» luce poco probable, más aún cuando tenemos cerca unas nuevas elecciones, pero también es cierto que esto no se aguanta mucho más. ¿Qué nos espera, más represión? Tratan de recoger agua en un puño y mientras más fuerte lo aprietan, ésta se les escapa entre los dedos… Ese es su sino.

 

Por María Isabel Párraga