El camino del voto en Venezuela (II)

Posted on: marzo 25th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

La semana pasada inicié un resumen o “paseo” histórico por lo que ha sido el sinuoso camino para lograr el voto en Venezuela, desde los albores de la República hasta 1998, punto a partir del cual reanudaré hoy la segunda parte de mi resumen.

 

 

Acciones contra el voto, entre 1998 y 2004

 

 

Decía en mi resumen de la semana pasada (ver: https://bit.ly/3JMlopw) que una vez establecido en el poder, el actual régimen, rápidamente se mostró contra la voluntad popular que decía defender. Rápido se les pasó la euforia democrática y convirtieron en política el desconocimiento del voto, a pesar de ser un régimen, surgido gracias a que en el país había una democracia bien establecida, con alternancia de partidos en el poder.

 

 

Desde el mismo principio del mandato de Hugo Chávez Frías, el referéndum en el cual se aprobó realizar una nueva constitución, hubo abusos de poder, utilización de recursos del estado, amenazas veladas o abiertas de violencia; pero, como quiera que el régimen buscaba “legitimarse” mediante procesos electorales, aunque amañados y desvirtuados, los realizaban con frecuencia.

 

 

Desde un principio vimos el repertorio de “trucos”: las presiones sobre la Corte Suprema de Justicia, para que aceptara la convocatoria a un referéndum constitucional, contra lo que preveía la Constitución de 1961; la elección de una Asamblea Constituyente, mediante el subterfugio del llamado “Quino”, que les permitió tener la mayoría de la Asamblea con una escuálida mayoría, que no llegó al 35% del padrón electoral; con resultados engañosos aprobaron también la Constitución en 1999, elección en donde solo participó el 44% del padrón electoral y fue aprobada con solamente el 31% de ese padrón (algo más de 3,3 millones de votos de una población electoral de más de 11 millones), etc. Ese arsenal de “trucos”, que se constituyen sin duda alguna en verdaderos fraudes, se consolidaron y siguieron desplegando en el transcurso del tiempo.

 

 

En 2004, se cae el velo

 

 

En este año, 2004, se juntaron los recursos del Estado, con el fracaso de algunas acciones opositoras, y pasamos de la demagogia antipolítica, retórica, de los inicios del chavismo y las campañas de Chávez Frías, al populismo asistencialista con recursos del Estado, repartidos como dádivas. En lo político, en ese año, Hugo Chávez Frías, cabecilla del régimen adoptó como suya la idea de la revocatoria del mandato, pretendiendo dar una muestra de “amplitud”; pero, rápidamente pasó a un efectivo proceso de minar esa posibilidad y la importancia del voto.

 

 

Recordemos algunos eventos con los cuales interfirieron en el desarrollo del Referéndum Revocatorio (RR): Primero, retrasando el proceso revocatorio más de un año, tiempo para desarrollar el clientelismo o populismo de las misiones; segundo, dificultando la recolección de firmas, con amenazas y ejercicio de la violencia, en donde destacó la denominada “lista de Tascón”; tercero, con el desconocimiento de las firmas recogidas para revocar el mandato y la obligación de “verificar” las mismas, proceso que interfirieron con amenazas de violencia cuando constataron que se estaban verificando las firmas; cuarto, con una agresiva campaña de “sabemos por quién votas”, para intimidar a empleados públicos y sectores populares dependientes del gobierno.

 

 

Sin duda esas acciones minaron la posibilidad de un triunfo opositor en el RR, aunque tampoco debemos desestimar el impacto de nuestras propias acciones como opositores, ayudando a esa campaña con denuncias de fraude que nunca pudimos probar y aun hoy en día algunos insisten en el tema.

 

 

Más grave aún es que esa derrota en el RR nos condujo a la abstención en las elecciones de la Asamblea Nacional (AN) en 2005, en donde dejamos en manos del régimen todo el poder legislativo y con él la capacidad de modificar el ordenamiento jurídico del país, que solo la ineficiencia del gobierno evitó que ocurriera, aunque la destrucción institucional del país −y económica− se dio por otras vías.

 

 

Política del régimen desde 2004

 

 

De esa manera, la desestimación del voto, se convirtió en la política del régimen; que como dije, de alguna forma desde la oposición la apoyamos, por nuestra falta de claridad y consistencia con la vía electoral. A todas esas maniobras que ya he descrito, le siguió: la intimidación de los electores, la persecución de líderes opositores y la desastrosa política económica, que llevó al país a la ruina, que no vale la pena describir una vez más.

 

 

A partir de 2004 el régimen ha desarrollado todo tipo de desmanes, que como ya dije fácilmente se pueden calificar de fraudes: uso de recursos del Estado, modificación de circuitos electorales, adelanto o atraso de elecciones, intimidación de miembros de mesa y testigos opositores, Inhabilitación de candidatos y partidos, apresamiento y persecución de líderes políticos, alcaldes, diputados y un largo etcétera, que todos bien conocemos y de lo que mucho ya se ha hablado

 

 

Desde el 2015, sin miramientos

 

 

A partir del 2015, con la aplastante derrota sufrida en la elección de la AN, el régimen no tuvo miramientos en su política del desconocimiento institucional y del voto:

 

 

En 2015, arrebató a la AN la mayoría calificada de 2/3, anulando la elección del Estado Amazonas, que se quedó cinco años si representación parlamentaria
La AN de 2010, moribunda, modificó la composición del TSJ, que permitió justificar todos los desmanes que se cometieron desde 2011 en adelante, anulando todas las decisiones de la AN, eliminándole el presupuesto, y hasta llegaron a quitarles la luz y la sede

 

Además de perseguir diputados, allanándoles la inmunidad parlamentaria y forzándolos a huir del país, etc.

 

No contentos con eso, crearon una asamblea paralela, con la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), mediante un proceso electoral ilegítimo, que ha sido el más amañado de la vida republicana; en el cual, por ejemplo, una persona podía, “legalmente”, votar varias veces −de acuerdo al lugar en el que vivía, la etnia a la que partencia, o la profesión que ejerciera, etc.−  y cuyos resultados específicos, los votos que obtuvo cada representante electo, nunca fueron publicados.

 

 

Una ANC que nada hizo, excepto aprobar algunas leyes, que no le correspondían; aprobar informes y actividades del Presidente de la República, contratos y endeudamientos; juramentar cargos y hasta convocó elecciones presidenciales anticipadas y de Asamblea Nacional, lo que produjo la ilegitimidad, del gobierno y Asamblea, que conocemos y aún perdura para algunos cargos.

 

 

Episodios extremos

 

 

La desestimación del voto que arreció desde 2015, ha tenido dos episodios extremos y “‎memorables”, preludio de lo que nos pudiera ocurrir en los próximos procesos si no nos preparamos a tomar acciones al respecto: El primero a resaltar fue en 2017, en la elección de Gobernador en el Estado Bolívar; que se desconoció los resultados que arrojaron las máquinas de votación en el proceso y fueron reemplazados por “actas manuales”, que cambiaron el resultado de la elección, despojando del triunfo al candidato opositor, ganador de esa elección.

 

 

El segundo, ocurrido en noviembre de 2021, en la elección de Gobernador del Estado Barinas, en la que inhabilitaron al gobernador electo de oposición y convocaron a un nuevo proceso electoral para el mes de enero de 2022, previa inhabilitación también de dos candidatos opositores y un despliegue grosero e inusitado de recursos, modificación del registro electoral, etc. que de nada les sirvió pues igualmente perdieron el proceso electoral con más del 55% de los votos.

 

 

Concluiré la semana próxima con la respuesta opositora y ciudadana a este proceso de obstrucción y desestimación del camino del voto, de la vía electoral.

 

 

 Ismael Pérez Vigil

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

Abstención y Primaria

Posted on: febrero 26th, 2023 by Super Confirmado No Comments

 

 

Hace unos días circuló un video, que rápidamente se difundió por las redes sociales en grupos de WhatsApp o chats, en el cual, de una manera clara y bastante didáctica, el politólogo John Magdaleno expone sus puntos de vista y las conclusiones de sus trabajos e investigaciones sobre el papel de los procesos electorales en los cambios de regímenes políticos y las transiciones hacia la democracia.

 

 

Enfoque de Magdaleno.

 

 

El trabajo de Magdaleno en esta materia es intenso y tiene más de nueve años desarrollándose, por ello me dirigí al autor para que me facilitara las referencias de algunos de sus trabajos y les trascribo a continuación el vínculo a uno de ellos: «Una breve introducción a las transiciones hacia la democracia: elecciones tentativas de ciento dos casos de transiciones a la democracia en el mundo». En Democracia y Libre Empresa. Caracas: Fedecámaras (disponible en: https://bit.ly/3y9cNa5)

 

 

El video, rápidamente también, reabrió una polémica entre colegas politólogos, que ya tiene, como el tema mismo, algún tiempo discutiéndose de manera académica. No es mi intención involucrarme en la polémica, pero si utilizar la ocasión del video de Magdaleno y la polémica que suscitó, para resaltar algunos aspectos de la situación política actual.

 

 

Fijada la fecha para la realización de la elección primaria que seleccionará al candidato, unitario, de la oposición democrática que participará en las elecciones presidenciales de 2024, la Comisión Nacional de Primaria (CP), además de resolver problemas de técnica electoral para que los venezolanos, que queremos un cambio político en el país nos podamos expresar, tendrá que enfrentar algunos problemas que caracterizan a la situación política actual y que no son tan fáciles de resolver, como paradójicamente, podrían ser los electorales.

 

 

Me refiero a la desmotivación política general y la abstención de indiferencia que desde hace años esta enquistada en el país. Agruparé ambos fenómenos en uno solo, asumiendo que la desmotivación −cuyas razones las doy por discutidas y no repetiré− es una de las causas que motoriza a la perniciosa abstención. No es la primera vez que escribo sobre este tema, es una discusión cíclica, como ya he dicho otras veces y por eso no me preocupa volver sobre argumentos y cosas que se han dicho o que he escrito, en ocasiones anteriores, así que me disculpo de antemano con aquellos que tengan memoria suficiente, por repetir algunas ideas.

 

La abstención.

 

 

El de la abstención, como ya he recordado en otras ocasiones, es uno de los fenómenos políticos que menos se ha estudiado a nivel mundial y, particularmente, en Venezuela, donde, además, durante muchos años, no fue un evento significativo. Hoy lo es. Cada vez que se aproxima un proceso electoral surge ese fantasma, que es algo más que un fantasma, es una realidad que comprende desde 1998, más del 30% del electorado, que se ha convertido en una masa inerte, un peso muerto, que puede disminuir levemente en algunas ocasiones o incrementarse cuando la oposición la invoca por razones políticas.

 

 

En todo caso, es un fenómeno poco estudiado y en aquellos lugares en los que se ha estudiado, se dice que una de las causas principales para la abstención son los problemas administrativos; es decir, las dificultades organizativas para votar. De allí que en todas partes se hagan considerables esfuerzos para aligerar el proceso. Primero, para procurar que todos los que están en capacidad de hacerlo, que cumplan los requisitos legales, estén registrados, y por eso tanta insistencia en que los padrones electorales, el Registro Electoral (RE) como nosotros lo denominamos, sean lo más exactos posibles y que la gente se registre. Y después, obviamente, facilitar el proceso electoral como tal para que la población ejerza ese derecho: número de centros y mesas asequibles y seguras, material electoral suficiente y fácil de manejar por el elector, sistemas de escrutinio rápidos que reduzcan la incertidumbre, etc.

 

 

Vencer la abstención.

 

 

Dado lo anterior como resuelto, comienzan a considerarse, en todas partes, sin ninguna excepción, otras dos razones importantes para reducir la abstención o llevar la gente a votar: Primero, tener candidatos y propuestas por las cuales valga la pena movilizarse; y segundo, que la gente confié en que los votos van a ser asignados al candidato y a las propuestas que cada quien decidió. Pero ambas razones, debemos reconocerlo, en el fondo, son razones eminentemente subjetivas. Qué duda cabe que el candidato o la propuesta por la cual se vota o vale la pena hacerlo, es algo meramente subjetivo; pero también es meramente subjetivo el sentimiento de confianza en el proceso. Por eso, por ser subjetivos ambos factores, tienen que tener basamentos empíricos, cosas objetivas que demuestren que vale la pena votar; por ejemplo, un proceso organizado, pero transparente en el que se tenga confianza.

 

 

En ese sentido en Venezuela estamos en el peor de los mundos; a pesar de que existen sobradas razones teóricas y políticas para moverse a votar, al evaluar las consideraciones anteriores, hay muchas razones que crean incertidumbre a la hora de movilizarse para hacerlo, sobre todo en una elección primaria, en la cual por definición, estaría motivada a votar solo aquella parte de la población que quiere ese cambio político en el país y ve en la posibilidad de escoger un candidato unitario de la oposición democrática, una oportunidad para hacerlo.

 

 

Razones para abstenerse.

 

 

Salvado ese primer escollo, entran a jugar las razones de tipo administrativo, que han plagado los procesos electorales en Venezuela; cosas como la alteración del registro, la desconfianza en el órgano electoral, la falta de candidatos o propuestas por los que valga la pena movilizarse, e incluso, perdida de facilidades para votar por cambios de centros, reducciones de los mismos, ubicación en sitios remotos o peligrosos, etc.;  por lo tanto, muchas personas, antes de evaluar qué cosas han cambiado en el actual proceso de primaria y esperar por otros cambios que serán anunciados, se preparan para inhibirse de participar.

 

 

De allí también que convertir la abstención en una política que sea movilizadora y se distinga inequívocamente de la simple indiferencia, requiere de un esfuerzo mayor y mucho más sostenido que participar. En el caso de la abstención, ese esfuerzo por convertirlo en una política movilizadora, nunca lo hemos visto hacer de manera sostenida, concreta, por parte de aquellos que preconizan o promueven este tipo de políticas, que se pueden hacer prácticamente por rutina.

 

 

Indiferencia y abstención.

 

 

La indiferencia y la abstención se pueden matizar y analizar de diversas maneras. Por ejemplo, en países desarrollados se trata de justificarla diciendo que la gente se abstiene porque no siente que hay cosas por las que valga la pena movilizarse, que no hay mayores diferencias entre los candidatos; que las opciones y sus políticas son tan similares que, gane uno o gane otro, no habrá mayores diferencias, no hay nada verdaderamente importante en juego en los procesos electorales. Esa afirmación, que es hoy algo discutible en todo el mundo, ¿Es el caso de Venezuela? ¿No hay aquí razones de fondo, realmente importantes, por las cuales valga la pena votar? Desde luego que sí y no las repetiré ahora.

 

 

Conclusión.

 

 

En los procesos electorales en Venezuela la desconfianza persiste y mina la credibilidad de todos ellos. Ahora nos toca vencer esas resistencias que en parte nosotros mismos creamos y que seguimos alimentando con diversas actitudes, en las que pareciera que solo hay interés en presentar las dificultades obvias, que nos colocan en posición de desventaja frente a quienes controlan todos los poderes, que tiene gigantescos recursos, que lucen todo poderosos y que son el verdadero rival a vencer. No podemos persistir en ese empeño de mirar hacia los lados para encontrar a los culpables de nuestros errores, como conjunto.

 

Ismael Pérez Vigil

Crisis en 2022, oportunidad en 2023

Posted on: enero 8th, 2023 by Super Confirmado No Comments

 

 

Imposible hacer un balance del proceso político del país, correspondiente al año 2022 y evaluar las perspectivas del 2023, sin hacer referencia a dos hechos fundamentales: uno la discusión política al final del año alrededor del gobierno interino, su continuación o su eliminación; y dos, el tema del proceso de elección primaria de la oposición democrática, en la cual seleccionará a su candidato unitario, que competirá en la elección presidencial que corresponde constitucionalmente realizar en 2024.

 

 

A favor o en contra del GI

 

 

Con respecto al primer punto, dada la posición que ocupo en la Comisión de Primaria, obviamente no voy a emitir opinión sobre el tema de fondo de la continuación o el fin del gobierno interino.

 

 

Pero, apartando los argumentos, a favor y en contra de connotados juristas y dirigentes políticos, es de lamentar el “tono”, los excesos en los que cayó esa discusión y sobre todo las “argumentaciones” y opiniones ad hominem vertidas en la desmesurada trifulca, particularmente en las redes sociales; recuerdo muy pocas de esas intervenciones, me refiero a las redes sociales, incluidos algunos pretendidos enjundiosos artículos de análisis, que contuvieran argumentos sólidos, consideraciones de fondo o planteamientos estratégicos acerca de cuál debe ser la conducta a desarrollar por la oposición democrática de ahora en adelante.

 

 

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Resultado: Antipolítica y anti partidos

 

Al final quedaron en un verdadero muestrario de lo más granado y selecto de la antipolítica y anti partidos, que no niego las razones subjetivas y objetivas que puedan tener quienes ostentan estas posiciones, pero sí lamento no haber visto, durante la discusión, propuestas constructivas.

 

 

La mayoría, como dije, fueron y son argumentos ad hominem, insultos destinados no a explicar o convencer, sino a minar la credibilidad del “contrincante” sin referirse a sus argumentos de fondo. Algunos de los participantes en la discusión pareciera que solo buscan burlarse de las personas, para descalificar así sus razones; o simplemente insultar y calificar con todo tipo de improperios a quien tiene una posición contraria.

 

 

El resultado es la profundización de las diferencias, que tienden a levantar más obstáculos o barreras para el entendimiento entre opositores, que tanto necesitamos. Aunque difícil, debemos dejar atrás, cuanto antes, esta polémica y tomar una ruta constructiva, para recuperar el objetivo que es organizarnos para derrotar al verdadero rival común y salir de este régimen de oprobio.

 

 

La bocanada fresca de la primaria

 

 

De esta manera entramos al segundo tema con el que cerramos y abrimos el año: el de la elección del candidato unitario mediante una primaria, que ayudará a traer una bocanada de aire fresco que vaya eliminando el momento político por el que estamos atravesando y nos ayude a dejar atrás una controversia que ya no nos va a aportar nada nuevo, y avancemos en la elección mediante primaria del candidato unitario de la oposición democrática.

 

 

En los dos artículos con los que cerré el año 2022 (ver Temas Electorales 1 y 2) me concentré en informar cuáles fueron las decisiones adoptadas por la oposición democrática, que se centraron en la designación de una Comisión Nacional de Primaria (CP) y en algunas actuaciones de dicha Comisión.

 

 

Un buen resumen

 

 

Aunque es difícil superar el excelente resumen de Maru Morales en Crónica Uno, voy a recapitular lo ocurrido en menos de dos meses y a resumir lo actuado por esta Comisión, que fue anunciada el 9 de noviembre, por la Plataforma Unitaria y quedó conformada por diez integrantes, cinco principales y cinco suplentes, que tomaron posesión apenas el 15 de noviembre, menos de dos meses, en un acto público y de inmediato dieron inicio a su actividad.

 

 

Actividades de la CP

 

 

Entre las actividades desplegadas por la Comisión Nacional de Primaria, las más destacadas son las siguientes:

 

 

– El inició de una consulta, con más de 45 entrevistas a un total de 112 organizaciones, partidos políticos y agrupaciones de la sociedad civil y algunas individualidades. Este proceso de consulta bajó su ritmo a mediados de diciembre, como es lógico, pero no ha concluido, se reanudó en enero y será una actividad permanente de la Comisión.

 

– Realización de un primer balance e informe de actividades y rendición de cuentas el 12 de diciembre de 2022 y el anuncio de que esta actividad de información se llevará a cabo de manera regular

 

 

– Establecimiento de un plazo, que cerraba el 30 de diciembre de 2022 y se extendió hasta el 8 de enero de 2023, para recibir postulaciones para integrar las Juntas Regionales, cuya designación se producirá este mismo mes de enero.

 

 

– Entrevista con los rectores del CNE, el 15 de diciembre de 2022, en la cual se les solicitó:

 

 

o  contar con los centros electorales, que en realidad son de todos los venezolanos, para realizar la elección primaria;

 

 

o  la actualización del registro electoral, mediante la apertura de más centros, por todo el país, llevando el número y localización de los mismos hasta el nivel de parroquias; y la apertura de los centros de registro en el exterior para que más de 4,5 millones de venezolanos puedan modificar su registro o adherirse a él.

 

 

o  Establecimiento de una comisión técnica de trabajo conjunto entre el CNE y la representación técnica de la Comisión para evaluar diferentes aspectos de la posible participación de este organismo en el proceso de primaria

 

 

–  Visita a Bogotá, Colombia, para reunirse con venezolanos en ese país en donde se encuentra la mayor cantidad de migrantes venezolanos, con derecho a voto, en las elecciones presidenciales de 2024; reiterando de esta manera la indeclinable decisión de la Comisión de lograr que la mayor cantidad de venezolanos que migraron al exterior, puedan ejercer su derecho al voto, en la elección primaria de 2023 y la elección presidencial de 2024, independientemente de su condición legal en cualquiera de los países.

 

 

Decisiones de la CP

 

 

Entre las decisiones adoptadas, que han sido anunciadas por redes sociales y en el informe mencionado del 12 de diciembre, las más importantes tomadas hasta la fecha se pueden resumir así:

 

 

–  Que el proceso de elección primaria, será abierto a todos los venezolanos y agrupaciones políticas que quieran postular un candidato y que quieran un cambio político en el país.

 

 

– Que en el proceso de primaria no habrá “inhabilitados” por ilegales e inconstitucionales razones administrativas y podrán participar, como candidatos, todos los venezolanos que cumplan los requisitos establecidos en la Constitución y en el artículo 8 del Reglamento de la Elección Primaria.

 

 

– Elaboración de un cronograma electoral, con todas las actividades necesarias para desarrollar una elección primaria durante 24 a5 26 semanas y que la fecha del acto de votación dependerá del desarrollo de ese cronograma.

 

 

– Que el proceso de votación, en la elección primaria, se realizará con registro electoral abierto, pudiendo así votar todos los inscritos en el Registro Electoral, que, con base en el del CNE, elaborará la CP;

 

 

–  Que la votación de los venezolanos en el exterior, previo registro manual y presencial que se realizará, será organizada por esta Comisión y será de manera manual;

 

 

– Que todos los venezolanos mayores de 18 años tienen derecho a votar, sin que importe su condición de permanencia legal en el país donde residen actualmente.

 

 

– Que serán invitados a participar y observar el proceso primario las organizaciones de observadores, nacionales e internacionales y los partidos, grupos de electores y organizaciones de la sociedad civil podrán invitar a sus homólogos internacionales para que observen el proceso;

 

 

La Comisión informó igualmente que algunos temas, controversiales y complejos, como los de modalidades de votación, manual o con máquinas, segunda vuelta o voto múltiple, etc., siguen abiertos para la discusión, que se adoptarán cuando se tengan más elementos para una decisión definitiva. Sin restar importancia a otros, entre esos temas controversiales hay dos que copan la atención de todo el país: la relación con el CNE y el voto de los venezolanos en el exterior.

 

 

Relación con el CNE

 

 

Con relación al CNE, el 15 de diciembre se mantuvo una reunión con los rectores de este organismo, en la cual se les plantearon los tres puntos ya mencionados: uno, la solicitud de utilizar los centros de votación para realizar la elección primaria opositora; dos, que se efectúen jornadas ordinarias y extraordinarias de inscripción electoral, en Venezuela y en el exterior; y tres, que se integre una Comisión Técnica entre ese organismo y la Comisión de Primaria, para examinar otros temas de posible cooperación.

 

 

De todas maneras, queda aún pendiente, por parte de la Comisión, la decisión definitiva de cuál será el alcance real y total del involucramiento o no del ente comicial en el proceso de elección primaria, decisión que habrá de tomarse en las próximas semanas.

 

 

 

Voto en el exterior

 

 

Con relación al voto de los venezolanos en el exterior, que es uno de los temas más complejos y delicados que enfrenta la Comisión, hasta ahora se han sostenido diferentes reuniones, en Venezuela, en el exterior y por vía virtual, con grupos interesados e involucrados en el tema para evaluar las condiciones y posibilidades reales de esta votación.

 

 

A la decisión indeclinable de la CP que todos los venezolanos mayores de 18 años en el exterior puedan participar en la elección primaria, independientemente de su condición legal en el exterior, es preciso dotarla de posibilidades e instrumentos reales que faciliten esa votación, siendo uno de los más complejos el de determinar la cantidad precisa y la ubicación de estos votantes.

 

 

Al efecto se están evaluando diferentes alternativas para un registro electoral confiable, su costo y su factibilidad, evaluando igualmente la disponibilidad de voluntarios que aporten su tiempo para realizar algunas tareas y la obtención de recursos económicos para realizar ese registro y la votación posterior. La parte más compleja de este proceso −la que puede presentar mayores dificultades políticas− es lograr que los venezolanos del exterior que participen en la elección primaria, lo puedan hacer también en la elección presidencial de 2024.

 

 

Quedan así resumidas y descritas las tareas ya realizadas y las decisiones tomadas por la CP y enunciados los puntos pendientes más importantes de discusión y decisión.

 

Ismael Pérez Vigil

Temas Electorales (1): Consulta y Juntas Regionales

Posted on: diciembre 11th, 2022 by Super Confirmado No Comments

 

Se avecina, muy pronto, una elección presidencial; sin necesidad de especular o sacar el trapo rojo de un adelanto de elecciones, 2024 es una fecha muy próxima, más de lo que podemos imaginar. Sobre todo, porque ya el sector oficialista tiene a su candidato en la calle, el actual mandatario del régimen gobernante o alguien que se le parezca mucho y represente a ese sector del país; mientras que el candidato de la mayoría del país, es decir, de la oposición democrática, está aún por definirse.

 

 

Candidatos y Primaria

 

 

No será hasta el próximo año, probablemente hacia mediados de año, cuando se decida y esté en la calle el candidato de la oposición democrática. Tiempo suficiente para desplegar una campaña, que si es lo suficientemente asertiva podrá entusiasmar a una población opositora, que es largamente la mayoría del país, inmensa mayoría, que quiere un cambio político, pero que luce adormecida, poco entusiasmada, decepcionada de años de lucha, con pocos resultados tangibles, que en realidad no son pocos y no son desestimables, pero sabemos que el único resultado al que aspira la mayoría del país es a que se acabe este régimen de oprobio y como eso no ha ocurrido, lo considera un fracaso y hay decepción, apatía e incluso fuga de venezolanos hacia el exterior.

 

 

2023 es también un año electoral y vale la pena hablar de lo que se está haciendo para que sea un éxito; porque es mucho lo que se está haciendo y no se percibe fácilmente, porque sus logros no van a ser inmediatos, fulgurantes, como todos quisiéramos.

 

 

 

Simplificación y complejidades

 

 

Algunos dejándose llevar por sus deseos, entusiasmo, o quien sabe qué agenda política o personal, creen que en realidad el país lo controla la oposición y por lo tanto, ésta es la que decide las normas electorales de una elección que debe ser limpia, justa, equilibrada, equitativa y no aceptan menos que eso, lo que sea que para ellos signifiquen esos términos. O que la agenda de las negociaciones con el régimen, sea en México, en Venezuela o donde sea, es algo que también decide la oposición, con una fuerza que en realidad no tiene, para imponer condiciones de acuerdo con su lógica, sus deseos, lo que le parece racional o que “está de anteojito”, como decimos en criollo, y tampoco aceptan menos; cualquier cosa que no sean los deseos que tienen en la cabeza, les parece una estafa, un engaño, peor aún, algunos lo consideran una traición.

 

Reglamento, primer paso

 

 

Pero la realidad es más compleja y debemos caminar firme, aunque no sea a la velocidad de vértigo que algunos esperan. El primer paso importante ya fue dado: la oposición democrática decidido participar en la elección presidencial de 2024 y resolvió hacerlo con un candidato “unitario”. Pero además, decidió que ese candidato unitario no fuera designado en un “conciliábulo”, en un acuerdo “cupular”, mediante algún procedimiento oscuro para muchos, sino que se hiciera a plena luz del día, a los ojos, literalmente hablando, de todo el mundo, mediante un proceso de elección primaria, en “condiciones de igualdad, sin discriminación alguna”, como dice el artículo  3 del Reglamento de la Primaria (Reglamento, de ahora en adelante), donde todo aquel que reúna las condiciones que señala la constitución nacional vigente y el propio Reglamento, se puede presentar a competir; sobre todo si cumple con una condición fundamental: “Haber demostrado un compromiso inequívoco con la lucha por la libertad, el rescate de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados.” (artículo 8.3 del Reglamento)

 

 

No está dicho en el Reglamento, pero claramente se infiere del enunciado anterior y de todo el artículo 8 y varios más, que el candidato unitario será aquel que elija el pueblo, obviamente, entre aquellos que se presenten a la contienda y hayan manifestado claramente que quieren un “cambio político” en el país.

 

 

CNP, segundo paso

 

 

Tras ese paso fundamental la oposición democrática dio otro, designar una Comisión Nacional de Primaria (CNP), que se aboque a la tarea. Comisión integrada por diez miembros, independientes, libres de vinculación partidista. Corresponde a esa Comisión, tal como lo señala el Reglamento bajo el cual se constituyó, no solo dar los pasos necesarios y organizar todo para que ese candidato unitario surja del proceso, sino también resolver algunos cabos sueltos e interpretar la norma −el Reglamento− que les fue entregado para que todo fluya exitosamente.

 

 

Consulta, tercer paso

 

 

Como primera tarea la CNP se autoimpuso realizar una consulta con los factores políticos, asociaciones civiles, personas y fuerzas vivas del país, que tengan algún interés en el tema y aspiren a ese “cambio político”, bien sea que presenten o no a algún candidato a la elección primaria. Ya han transcurrido más de tres semanas desde que se inició esa consulta, que se fue llevando en paralelo con otras actividades: análisis de experiencias anteriores, revisión y escenarios de cronogramas, empaparse de las tareas ya realizadas por equipos técnicos que tienen tiempo trabajando sobre el tema, empaparse también de los diferentes problemas que están presentes y que afectan a la realización de la primaria, etc.

 

 

Un primer paso importante de la CNP, que el próximo 12 de diciembre rendirá su primera cuenta pública, fue definir los criterios que tomará en cuenta para seleccionar las Juntas Regionales (JR), que apoyarán el proceso en todos los estados del país y en el exterior.

 

 

Juntas Regionales, cuarto paso

 

 

Los criterios que la CNP tomará en cuenta para decidir la integración de las JR −que de acuerdo al Reglamento le corresponde designar− se pueden resumir de la siguiente manera: Procurar la equidad de género, que sus integrantes tengan independencia política, que representen a diversos sectores de la sociedad civil en cada región, que tengan autoridad moral y capacidad de interlocución con las fuerzas políticas y la sociedad civil de la zona, que tengan capacidad técnica y organizativa y que se logre la mayor presencia posible de jóvenes en las mismas.

 

 

Las JR serán el brazo motor y ejecutor de la primaria, como órganos subalternos de la CNP, serán su presencia, viva y activa, en las diferentes regiones del país y en el exterior; su forma de integración y sus funciones están claramente expresadas en los artículos 18 al 20 del Reglamento y les corresponderá una doble tarea, por una parte el papel importante, fundamental, de motivar a los electores a concurrir al proceso; y por otra parte, algunas tareas más técnicas y de organización, como: participar activamente en la “nucleación” de los centros electorales y la disposición de las mesas; proponer, designar, capacitar, acreditar y dar apoyo a los miembros de esas mesas; acreditar a los testigos de los candidatos; distribuir y asegurar el material electoral; velar especialmente por la preservación de la confidencialidad de la identidad de los electores; y otras que la CNP les asigne para la mejor marcha del proceso. Lo ya dicho, serán el “brazo ejecutor” de la Primaria. Se espera que entre diciembre y enero, estén designados los diez integrantes −cinco principales y cinco suplentes− de cada una de las JR en los 24 estados del país y del exterior.

 

 

Tareas pendientes

 

 

La CNP emprendió y continua el proceso de consulta y sobre todo trabajando activamente en solucionar algunos de los puntos más álgidos de este proceso, en donde hay varios que destacan y son de preocupación de muchos venezolanos, sobre los que hay ideas y propuestas diferentes y hasta contradictorias: la fecha de la realización de las elecciones primarias −por supuesto− y algunas fechas conexas con la misma, como por ejemplo la fecha para la inscripción de los candidatos, las fechas de inicio y finalización de la campaña electoral; las modalidades bajo las cuales se llevará a cabo la elección; la asistencia técnica de organismos internacionales y sobre todo nacionales; los temas y cifras que afectan el registro electoral, que la CNP debe elaborar para esta elección; cómo afrontar y garantizar que los venezolanos en el exterior, mayores de 18 años, puedan votar en las elecciones primarias, y más aún, que se movilicen en función de las elecciones presidenciales de 2024; y otros temas que rondan en la mente de los venezolanos, preocupados por la suerte del país y el cambio político y sobre los cuales aún es imposible adelantar algún criterio de manera responsable.

 

 

Conclusión

 

 

Siendo aún prematuro adelantar criterios, sí es importante divulgar estos puntos de vista e informar lo que está haciendo la CNP, para que la gente, el ciudadano común, comience a pensar en algunas de las complejidades de este proceso, que van más allá de una fecha para ir a votar y elegir un candidato entre las opciones que se le presenten.

 

 

Todos los temas que rodean una elección primaria, son de naturaleza compleja y no es responsable proponer alternativas sin considerar la forma de resolverlas y analizar los recursos necesarios para ello. Al elector y a los candidatos hay que darles suficientes garantías para que concurran a un proceso limpio y con suficiente equidad para todos.

 

 

Ismael Pérez Vigil

Ruta al 2024

Posted on: noviembre 12th, 2022 by Maria Andrea No Comments

 

 

“Abstención”, “levantamiento militar”, “insurrección popular”, “renuncias”, “marchas”, “¡calle hasta el final!”, “huelga total general”, “paros escalonados”, “paro total”, “gobierno interino”, “sanciones”, “poder dual”, “vía electoral”, “elección primaria”… palabras, palabras que son bengalas, luces de alarma, nombres y conceptos que se suceden con rapidez vertiginosa y no da tiempo a procesarlas, a pensarlas. No hace ni falta, las hemos pensado miles de veces. Todas nos remiten a los últimos 24 años transcurridos en el que no hay presente, todo es pasado y ninguna de esas palabras nos quiere servir para describir el futuro.

 

 

Pero todas ellas, ¿son palabras “malditas”?, que como dice Irene Vallejo −la autora española de moda, con toda razón− son palabras que nos enseñaron a callarlas, a medirlas, “…a envainar las frases hirientes: el arte de la mentira amable…”, ¿Cuántas de ellas son “imperdonables”?, como las maldiciones de igual nombre en los embrujados cuentos de Harry Potter, de la hoy también imperdonable J. K. Rowling −por “magia” de los defensores y postuladores de alguno de los “géneros”−; palabras, algunas, que en nuestro país no se pueden mencionar sin temor a represión.

 

 

Pero, la realidad nos sale al paso con algunas de ellas. Querámoslo o no −me refiero a los que nos identificamos con la oposición democrática− en 2024 confrontaremos una elección presidencial −una de esas palabras “malditas”−, que buscará presidente para los próximos seis años. Y digo 2024, que es la fecha constitucionalmente hablando, pero que “otros” ya hablan de “adelantos” y nos ponen el país mucho más pequeño.

 

 

Pero, por lo pronto, ¿Cómo vamos a enfrentar ese 2024, tan lejano y cerca a la vez? Tenemos algunas “claves”; en la oposición democrática vamos a esas elecciones, con candidato unitario, seleccionado en un proceso de elección primaria, y con un programa también unitario, un “Plan País” −y otras propuestas− que ya estamos desempolvado, con el reto de convertirlas en un mensaje vital, que entusiasme a seguirlo, que nos dibuje un país que valga la pena vivirlo, en contraste con la ignominia que hoy padecemos.

 

 

Para llegar a 2024 tenemos por delante ese 2023 con la elección primaria, programada para realizarse en algún momento, lo más pronto que sea posible, con las mejores condiciones de participación, que también sean posibles.

 

 

Ese es un reto inmediato, al que, por lo visto y afortunadamente, vamos con bastante consenso, pues desde las voces más radicales hasta las más atemperadas, dentro o fuera de lo que llaman “G algo” dicen que están dispuestos a participar en ellas. Y hasta las vituperadas encuestas parecen recoger la opinión de que la mayoría del país se inclina por participar y por hacer de esa elección primaria la forma de determinar el candidato; y ya sabemos que cuando la “gente común” se plantea una vía unitaria, ¡Ay del que la rompa!

 

Pero salir con bien del 2023 y llegar con bien al 2024, supone exorcizar los demonios y fantasmas de siempre

 

 

El régimen, todos lo sabemos, todos lo decimos −¿o hay alguien que no? − controla todo el poder. Todos los poderes públicos −AN, CNE, Contraloría, Poder Ciudadano−; lo más importante, controla la fuerza armada y las policiales y el sistema de justicia y carcelario. Desde luego, controla los comparablemente mermados ingresos del Estado, que están a su discreción, que no alcanzan para resolver los problemas básicos que han creado en estos 24 años.

 

 

Repito, no porque no se entienda, sino por énfasis: el régimen controla todo el poder; pero, lo curioso es que entre quienes lo dicen hay algunos que piensan, pretenden y sueñan, que, a pesar de ese poder omnímodo, seremos nosotros, los opositores democráticos, quienes impondremos las condiciones para celebrar un proceso electoral, a nuestro gusto y medida; y si no es así, entonces, dicen esos algunos: ¡No participamos! Díganme, en frio, sin apasionamiento, si ésta no es una posición un tanto absurda e irreal.

 

 

Camino ya recorrido, ese de no participar, de la abstención, como política o como “descuido” y “dejadez”, como “hartazgo”. Debería estar claro, entonces, que con eso probablemente se han dejado sentados e incólumes algunos “principios”; o por lo menos, tranquilizada la conciencia de muchos, que han podido dormir plácidamente, después de darle una “lección” de democracia y civismo al régimen; pero, ¿Cuál ha sido el resultado de esas “políticas”? ¿Se ha debilitado el régimen? ¿Se ha unido más la oposición? ¿Ha mejorado la condición socio económica de los venezolanos?

 

 

También todos sabemos que, sin una adecuada presión interna e internacional, de tenaza, que aprisione por ambos lados, todo esfuerzo electoral es inútil, pues no soltarán a su presa por un puñado de votos; no me sonrojaré entonces porque me lo echen en cara, simplemente diré, lo que siempre hemos dicho: la vía hay que construirla y no nos podemos quedar sentados, cruzados de brazos, esperando que ese poder omnímodo ceda y por gracia de birlibirloque nos entregue el poder. La electoral, vía fallida, poco exitosa hasta el momento, sí, pero es una manera de emprender camino, a nuestro alcance, al alcance del más modesto ciudadano. No insistiré en argumentos ya trillados y cansones.

 

 

Hago, sin embargo, una ligera concesión y es que sin duda las abstenciones de 2018 y 2020, deslegitimaron al régimen frente a la comunidad internacional; el caso Venezuela se hizo más notorio y evidente; nunca la conciencia internacional había estado más clara en cuanto a la verdadera condición, tiránica, opresiva, del régimen venezolano.

 

Hasta se tomaron medidas o sanciones contra Venezuela, aplicadas por unos pocos países; lástima que fue de manera incompleta y poco efectiva; seguramente esas medidas perjudicaron “algunos negocios” internacionales; y qué duda cabe que tanto el Gobierno Interino, como Juan Guaidó, como la oposición en general, disfrutó por eso de un reconocimiento internacional, durante estos tres últimos años, como nunca antes lo había tenido. Algunos en su paroxismo libertario, hasta llegaron a soñar con “renuncias” o “invasiones”; pero poco más que elevar el nivel de conciencia −en algunos países− sobre la situación de Venezuela, fue lo que se logró.

 

 

Hoy, en nuestra “liderofagia” y en nuestra máquina demoledora de líderes, corremos el peligro de derrumbar, vale decir a patada limpia contra el Gobierno Interino y Juan Guaidó, el poco andamiaje que se logró construir, en vez de darle continuidad y aprovecharlo completamente. Lo cual no nos exime de evaluar, hacer críticas y asignar responsabilidades por lo ocurrido.

 

 

Pero, dado que el cántaro aún no está completamente derramado, es posible aun recoger el líquido, con un proceso integral, democrático, decisivo, que nos permita salir con una opción unitaria para enfrentar al régimen en 2024, o cuando sea. La elección primaria del candidato opositor, esa aspiración tantas veces solicitada, durante tantos años, y tan pocas veces lograda, se nos abre nuevamente, no la dejemos pasar.

 

Ismael Pérez Vigil

 

Repolitización

Posted on: octubre 10th, 2022 by Maria Andrea No Comments

 

 

Tomo el término que titula este artículo de la última entrevista al Padre Luis Ugalde, SJ, quien siempre nos hace reflexionar. La entrevista, de la que se pueden extraer varias conclusiones, fue realizada por Macky Arenas, quien la titula: «Estamos viviendo el fin de una época, de una manera de hacer política» y fue publicada en “‎Encuentro Humanista”, el 30 de septiembre de 2022. (Los invito a leerla  aquí)

 

 

Desde luego Ugalde se pasea por temas, como la dignidad de la persona humana, la solidaridad, la subsidiaridad, la educación, la formación religiosa, la Doctrina Social de la Iglesia y sus diferencias con el marxismo en conceptos claves como el Estado y la creación de “‎cuerpos intermedios”, el humanismo, la política y los partidos políticos, los conceptos de derecha e izquierda, tiranía, populismo y una variedad más de conceptos, que algunos apenas menciona y otros desarrolla más a fondo.

 

 

La política.

 

 

En lo que a mí respecta, centro su mensaje en el tema de la política y los partidos, al cual me he venido refiriendo en las últimas semanas y sus opiniones me parecen un colofón adecuado, por lo que me permito resumir, de manera libre, desde mi estricto punto de vista, las que creo que son sus ideas más resaltantes con respecto a este tema, sin que sean las únicas y sin que su orden signifique la importancia que él les da.

 

 

Con respecto a la política y al concepto que tenemos de izquierda y derecha, el planteamiento de Ugalde lo resumo de esta manera:

 

 

–       “… se ha agotado una manera de entender la política por lo tanto es indispensable una repolitización una nueva forma de entender y hacer la política… lo que significa nueva conciencia ciudadana… la ciudadanía debe asumir su responsabilidad pública” (subrayado mío)

 

 

–       Estamos viviendo dos fracasos, el de la izquierda y …el de la ultraderecha neoliberal … (y también el fracaso de los) …   que sostienen que el mercado resuelve todo y que las políticas sociales están de más.

 

 

–       Los términos “…izquierda y derecha son palabras, ya no sirven para nada… porque “… sean de derecha o de izquierda (quien llega al poder) … En América Latina … hace política de cúpulas y de convenios.

 

 

Los partidos.

 

Ugalde es especialmente crudo con los partidos, sobre todo los de izquierda, y su concepto del Estado:

 

 

–       Cuando en los partidos no hay “formación de cuadros … que significaba prepararse para la política… queda la política convertida en psicología de supermercado… eso implica el fin del país…”

 

 

–       “…el poder político se debilita y eso entrega a los países en manos del poder económico, que ya no es nacional sino transnacional…. preocupa cuando el capital financiero acumula poder político muy por encima del poder de los Estados y no respeta reglas de juego…”

 

 

–       “…Los partidos de izquierda cuando llegan al poder, lo único que les interesa es “perpetuarse en el poder”, porque para los partidos inspirados en el marxismo, “… el Estado es un instrumento para dominar… es herramienta para someter y dominar… es un instrumento de un grupo social para oprimir al otro… Nada más llegan (al poder), su propósito es convertir la democracia en una dictadura…” y concluye Ugalde, para los partidos de izquierda, el estado “… no el gestor del Bien Común…”

 

 

Moral, ética y política.

 

 

Y finalizo los planteamientos de Ugalde con un resumen de algunas de sus ideas sobre los valores, los principios, la moral y la ética y su relación con la política y los partidos:

 

–       La moral desaparece de lo público… En otras palabras, no hay deber ser…La ética se va ausentando de todos los órdenes de la vida.

 

 

–       “… el gran peligro es que la política no sea ejercida como tarea, como esfuerzo, por falta de educación ciudadana… sino… como una mera demanda…entonces se le abre el campo a los mesías y al populismo, que es lo peor que puede pasar…” Y lapidariamente finaliza: “Es lo que nos pasó en Venezuela. Apoyamos a quien promete sin ninguna garantía. Así estamos.”

 

 

Dicho de otra manera, en mis palabras, parafraseando las suyas, ante el agotamiento de la política, la crisis de los partidos, además de la pérdida de valores, la ausencia de moral y la falta de ética, que es notoria en Venezuela, se impone esa repolitización de la que él habla, que no es otra cosa que lo que en otras oportunidades hemos dicho: la concreción de un nuevo pacto social; él lo denomina “…una nueva conciencia ciudadana…” en la que el ciudadano vea la política como una responsabilidad pública, como esfuerzo y que “… arrime el hombro a un proyecto común que llamamos nación.”

 

 

Crítica a la política y a los partidos.

 

Las críticas de Ugalde, a la forma de hacer política y a los partidos, por ejemplo, aunque resumidas, son certeras y argumentadas. No puede ser para nadie extraño, ni motivo de escándalo afirmar que hay en Venezuela un “‎ambiente” político, una vez más, de reclamo, crítica, queja, denuncia, con respecto a la actuación de los políticos opositores y los partidos. Es algo que se remonta a los principios de los años setenta, del pasado siglo −y quizás antes de esa fecha− pero algunos lo enfatizan en el desempeño de políticos y partidos durante estos últimos dos años y la evaluación del gobierno interino, a quien algunos hasta acusan de corrupto. Sin evaluar la certeza o no de estas denuncias, francamente, lo sorprendente es lo virulentas de algunas de ellas y sea que se logre probar o no alguna falta, lo que no me cabe duda es el aprovechamiento que hace el régimen de esta circunstancia.

 

 

A ese respecto, no pongo en duda la crisis severa en la que están sumidos los partidos y que pareciera que algunos no tienen interés serio en superar; tampoco me cabe duda, por las muestras dadas, que con algunas excepciones hay una notoria mediocridad en gran parte de la dirigencia política, falta de formación, banalidad en afrontar los temas y falta de compromiso real por enfrentar los problemas de la población; pero, a pesar de todo eso y tras leer los argumentos de Ugalde, creo que se impone una reflexión más reposada de este tema de los partidos y la política; que nos conduzca a alguna salida o solución, que en el fondo creo que es lo deseable, y es lo que concluyo al leer lo de la  «‎repolitización”. Busquemos que la crítica sea una evaluación que conduzca a una rectificación, a aleccionar, etc.; salgamos de esa práctica que parece que lo que persigue es un simple “‎ajusticiamiento”, un linchamiento.

 

 

Porque, seamos sinceros, todos sabemos que nadie va a cometer la insania de salir a hacer algo tan impopular como defender a la política, los políticos o los partidos, pues eso de criticarlos, no solo ha estado siempre de moda −al menos desde inicios de los años setenta del pasado siglo−, sino que además es muy “‎seguro”, da “dividendos electorales”, pues usualmente no hay que probar nada, pues “‎todo el mundo sabe que eso es así”, que la política es algo “intrínsicamente malo”, que quien se dedica “‎a eso” tiene un fin oculto o busca de alguna manera  beneficiarse personalmente, probablemente de enriquecerse de manera indebida; y además, como dije, nadie va a responder ni a desmentir nada; y si alguien desmiente, no importa, porque en este país a nadie se le ocurre rectificar o pedir disculpas por dar falsa información o difamar.

 

 

Y con esa mentalidad, nos vamos sacando los ojos, desde hace más de 50 años, sin señales evidentes de que hayamos avanzado en ese tema esquivo, del que nadie se atreve a hablar mal, del que nadie reniega, pero que no se termina de concretar: La renovación interna de los partidos y su readaptación a la situación política que vivimos.

 

 

Sin compromiso de cambio.

 

Hay otro aspecto de este problema que tampoco se encarna nunca. Si existiera algún compromiso serio por cambiar el medio político o el ambiente político venezolano ¿No cree usted que muchos de los que critican tan ácidamente se deberían meter a hacerlo, a militar en las organizaciones políticas o crear nuevas? Pero es que una de las terribles características de los venezolanos instruidos es que tenemos la peculiar costumbre de saber que deben hacer los demás, para nosotros hacer lo mínimo o no hacer nada; es más cómodo dedicarse a los negocios, a la actividad profesional y en materia política, disparar desde la cintura cada vez que nos provoque.

 

 

Por supuesto, tampoco vamos a negar la realidad, los errores cometidos y que esta actitud, la de rechazar y alejarse de la política y de los partidos, es una circunstancia que sus líderes han aprovechado bien para consolidarse en sus organizaciones y evitar cualquier intento de rectificación o renovación. Cuando vemos los resultados de sus “‎procesos internos” de renovación y las “‎nuevas” direcciones políticas, surgidas de ellos, salta a la vista que lo único que ha ocurrido es una especie de “‎enroque” de “‎cargos” y “‎puestos” en las directivas, pues los nombres y los candidatos son los mismos de siempre, pero en diferente orden. Y hasta en los “‎nuevos” partidos, con frecuencia vemos reproducirse los viejos vicios. No solo el pueblo se decepciona, también sus propios militantes comienzan a hacerlo.

 

 

Conclusión, lamentable.

 

 

Pero lo grave es que, hasta el momento, el régimen enfrenta una oposición democrática desmoralizada, poco organizada, eventualmente fracturada, que ni siquiera ha decidido aún, de manera cabal y detallada, cuál será el método para seleccionar su candidato; y contará además con un sector opositor radical, listo para desguazar lo que quede en pie de la oposición democrática, una vez concluido cualquiera que sea el método de selección del candidato. Y paremos de contar.

 

 

Naturalmente que esta tarea de repolitización no será sencilla, pero al respecto vale recordar a Irene Vallejo, la escritora española, quien sabiamente nos señala en su último artículo, Alas de Cera, 3/10/2022 −https://bit.ly/3SJeMuc−: “La sabiduría antigua, tan ajena al pensamiento positivo, nos recuerda que lo habitual no es el éxito, sino estrellarnos y levantarnos del suelo con rasguños y olor a chamusquina”. Aun de esa manera, vale la pena levantarse y continuar.

 

 

Ismael Pérez Vigil

 

 

Negociación y tareas opositoras (I)

Posted on: junio 5th, 2022 by Laura Espinoza No Comments

 

La oposición democrática ha decidido, sabiamente en mi opinión, participar en las elecciones presidenciales de 2024 y, a través de la Plataforma Unitaria, presentar un candidato que será seleccionado mediante un proceso de elecciones primarias, a llevarse a cabo en 2023, y que ojalá fuera este mismo año.

 

 

Llegar a esas primarias y a la elección presidencial, en la actual coyuntura política, no es un tema trivial. Tiene varias complejidades estratégicas, donde paradójicamente la elección del candidato es lo más simple. Llegar −con alguna probabilidad de triunfo− supone desarrollar una estrategia que permita fortalecer a la oposición y garantizar que esas elecciones reúnan mínimas condiciones para participar y que se respeten sus resultados, en caso de triunfo.

En mi opinión, la estrategia opositora, en lo inmediato, supone dos cosas: lograr un proceso de negociación con el régimen y preparar una estrategia electoral.

 

 

Veamos primero el tema de la negociación y lo que eso supone. Para ello voy a resumir lo que plantee la semana pasada, que me servirá de contexto para evaluar el tema de la preparación para las elecciones de 2024. Disculpen lo repetitivo, sé que es un trago amargo, pero precisamente por eso hay que insistir las veces que sea necesario, para que se vaya asimilando.

 

 

“Lo que, probablemente, vendrá: unas negociaciones, donde la oposición, con la anuencia de EEUU, tendrá que aceptar el levantamiento de las sanciones personales y la concesión de inmunidad, al estilo de Chile con Pinochet…[porque] esas sanciones fueron creadas para luego ser negociadas”. Yo no lo dije de esa manera en mí ya referido artículo; esa es la interpretación de un amigo con respecto al mismo; pero lo pude haber dicho así, exactamente así, porque creo que esa interpretación es correcta.

 

 

Lo que no sé y lo que sé

 

No sé si se reanudará la negociación suspendida en México, mediada por el Reino de Noruega, pues se dice que hay algún reparo, no oficial, por parte del régimen; tampoco sé si esa negociación será inmediata; pero, hay cosas que sí las sé:

 

 

– La primera y más importante es que sé que de este mal paso en la vida republicana de Venezuela, solo saldremos después de una negociación, en México o donde sea y con la mediación de quien sea: Noruega, El Vaticano, un grupo ad hoc de países, etc.

 

 

– Sé que dicha negociación inevitablemente nos llevará a un proceso electoral, que deberá ser supervisado internacionalmente, ojalá que respaldado por una vigorosa fuerza interna opositora y −seguramente− con apoyo de la amenaza de represalias internacionales contra el régimen y sus funcionarios, si no se celebran elecciones libres y si no se respetan los resultados; sin eso cualquier negociación perderá sentido.

 

 

– Otras cosas que sé es que no habrá una “graciosa” renuncia de este régimen al poder que de modo omnímodo ejerce, pues, precisamente, con todo el poder y recursos que maneja, no lo entregará, ni se dejará conducir mansamente a la cárcel a pagar sus culpas, como algunos piensan.

 

 

– Sé también, y lo que está ocurriendo en Ucrania me lo confirma, que no habrá una intervención armada, militar, externa, en Venezuela que venga a poner “orden” en el país y a restablecernos la democracia;

 

 

– También sé que, al menos por el momento, no tenemos la fuerza interna que debilite al bloque político-militar, hegemónico, en el poder y lo obligue a sentarse a negociar su salida.

 

– Pero sé que en toda negociación hay que llegar a acuerdos; es decir, habrá que ceder, probablemente, en levantar sanciones personales, pues entre otras cosas, al régimen lo tiene sin cuidado las sanciones generales, económicas, por más que digan que son la causa de todos nuestros males y también lo tiene sin cuidado si afectan al pueblo; lo único que le preocupa son las sanciones personales que les impiden o podrían impedir a ellos, sus amigos y familiares, viajar por el mundo, adquiriendo propiedades y disfrutando de sus fortunas; el levantamiento de las sanciones personales, probablemente, será la solicitud del régimen, para ellos a cambio ceder en la realización de elecciones justas y libres

 

 

– Y, por último, como también sé que al final habrá un proceso electoral, cuanto antes nos montemos en ese esquema y empecemos a discutir sus consecuencias y posibilidades, mejor será; así nos podremos dedicar a organizar ese proceso y estar en condiciones de preparar estrategias alternativas.

 

 

Reflexión necesaria

 

 

Ese es, en el fondo, el planteamiento de mi artículo de la semana pasada: Ponernos a reflexionar en torno a ese tema, para romper el fangoso marasmo en el que nos encontramos, de críticas a todo, a los partidos, al gobierno interino, a los líderes opositores, al proceso unitario, a la decisión organizativa de la llamada Plataforma Unitaria, al tema de si realizar o no primarias y de qué manera, etc.

 

 

Seguramente muchos se rasgarán las vestiduras ante esta perspectiva, ¡“Negociar”, que horror!; algunos hasta la consideran una “mala palabra” y se aferran a unos “principios” que, vista la realidad que tenemos, no pasan de ser “principios abstractos” de un orden que no existe, para un país que solo está en la mente de unos pocos, que lo recubren de filosofía, de argumentos morales y éticos, de sentimentalismo, pero en el fondo, no es más que una disipación de la realidad, como dicen los versos de Andrés Eloy Blanco: “…vapores de la fantasía / son ficciones que a veces dan a lo inaccesible / una proximidad de lejanía”.

 

 

Cerradas muchas de las fantasiosas vías, la electoral es la vía natural que nos va quedando y a ella se debe llegar tras una negociación.

 

 

Negociar, no conceder, no celebrar

 

 

Tomar la decisión de negociar y estar conscientes de que es un paso ineludible y necesario no implica adelantarse a hacer concesiones en discusiones públicas, por la prensa o redes sociales. Guardemos eso para la mesa de negociación.

 

 

Mucho menos implica adoptar el lenguaje del régimen, su agenda de discusión y de “justificación” y “disculpas” por haber llevado al país a la ruina.

 

 

En otras palabras, asumir la decisión de negociar y reconocer que hay una “mejoría” en indicadores económicos en el país, no implica “celebrarle” al régimen la supuesta apertura económica −aun cuando, repito, algunos indicadores de “mejoría” sean reales−; mientras esa “mejoría” solo alcance a un porcentaje ínfimo de la población y más del 85% del país siga sumido en la miseria, sin servicios públicos, sin seguridad social, ni personal, sin hospitales, sin empleo, etc. la tal “mejoría” es solo una efímera ilusión.

 

 

No celebrar tampoco significa que vamos a hacernos los ciegos con algunas de las transformaciones que se producen; por el contrario, vamos a exigir que se continúe en esa línea de acción. No celebrar no significa que los empresarios dejen pasar oportunidades y sus gremios se desgasten enfrentando al gobierno como si fueran partidos políticos opositores. No celebrar tampoco implica que el pueblo deje de estar atento a los cambios que lo favorezcan, ni dejar de aprovechar los que alivien o le traigan cierto bienestar. Significa que eso no nos va a adormecer en el objetivo fundamental de salir de este régimen de oprobio.

 

 

Desde luego que tampoco implica celebrarle al régimen actos “magnánimos” con respecto a unos pocos presos políticos, mientras mantenga cientos en las cárceles y continúe la persecución de los líderes opositores.

 

 

Tampoco hay que obnubilarse o engañarse con sus llamados de “amplitud” de incorporar en las negociaciones a la “oposición” que ha “domesticado”, mientras mantiene el secuestro de los legítimos partidos de oposición, sus símbolos y el desconocimiento “judicial” de sus genuinas autoridades.

 

 

También debemos recordar, antes de celebrar, que ahora el régimen pretende aprobar en su “asamblea nacional” leyes para esquilmar los recursos de las oenegés e intimidar a sus dirigentes, aliados y controlar el aporte internacional de los recursos para ayuda humanitaria o hacerla pasar como una “obra” suya, práctica que ya ha desarrollado otras veces.

 

 

Este es el contexto en el cual hay que evaluar las tareas que tiene por delante la oposición democrática −ante la inminente elección presidencial del 2024, o antes− y que desarrollaré la próxima semana.

 

 

Ismael Pérez Vigil

 

Nueva arremetida contra la sociedad civil

Posted on: mayo 21st, 2022 by Laura Espinoza No Comments

 

Tal parece que resucita el Proyecto de Ley de Cooperación Internacional, enterrado hace un año en alguna gaveta de la Asamblea Nacional. No es de esperar ninguna buena intención o la solución de algún problema con esta Ley; se trata de una nueva arremetida contra la sociedad civil −contra las organizaciones no gubernamentales (oenegés) defensoras de derechos humanos, de asistencia humanitaria, defensoras de derechos políticos, etc. − arremetida que ha sido práctica constante desde 1999.

 

 

Desde la instauración de este régimen por Hugo Chávez Frías y desde la aprobación y entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 el gobierno ha arremetido en contra de la sociedad civil, que, en un principio, parecía haber impulsado. Todos recordamos que en 1999 en las regulaciones con las que se convocó a una Asamblea Constituyente, a la sociedad civil se le estaba dando preeminencia y mayor espacio; pero, no tardamos en descubrir que en realidad esto no era así, sino que se trataba simplemente de una forma más de restar importancia y relegar a los partidos políticos.

TSJ y sociedad civil

 

No cabe duda cuál es la posición de la Constitución Bolivariana y la “intención del legislador” en cuanto al papel que le atribuye a la sociedad civil; sin embargo, el TSJ con varias sentencias dictadas por la Sala Constitucional, en las que se alude a la sociedad civil y en las que se ha disminuido, confiscado o menoscabado sus funciones. (No haré una descripción pormenorizada, para ello ver: La Sociedad Civil Resiste en https://bit.ly/3mWlhuM)

En estas sentencias hay varios elementos en común; uno de ellos es la interpretación restrictiva del artículo 70 de la Constitución, al restringir la participación ciudadana y hasta quitarle el carácter de sociedad civil, para que no puedan ejercer las funciones que les confiere la Constitución. A través de estas sentencias, el TSJ ha moldeado y restringido, considerablemente, el concepto de sociedad civil y deja el terreno preparado para que, eventualmente, a futuro −como de hecho está pronto a ocurrir si se aprueba el Proyecto de Ley de Cooperación Internacional mencionado−, prácticamente ninguna organización pueda considerarse como parte de la sociedad civil.

 

 

Sin embargo hay que aclarar que si bien la intención de la desinformación gubernamental es atemorizar, las sentencias del TSJ no restringen, ni limitan o prohíben la posibilidad de actuar o de constituir oenegés o que la sociedad civil se organice u obtenga financiamiento interno o externo. Simplemente –sin ironía– limitan las posibilidades de actuar en el contexto de la Constitución Bolivariana.

 

Es decir, si de acuerdo con la Constitución es condición para actuar en alguno de los comités o actividades señaladas en la Constitución o se necesita la calificación de organización de la sociedad civil, las sentencias del TSJ limitan considerablemente esa capacidad y restringen y menoscaban los privilegios y beneficios que la Constitución había conferido a la sociedad civil organizada. Estamos frente a una confiscación legal o el menoscabo de un derecho por culpa de una interpretación del TSJ, pero no se trata, de una actividad ilegal, ni para la organización de la sociedad civil, ni para quien la financie. Esto es bueno aclararlo para que las organizaciones y quienes las apoyan, no desistan de su empeño ni merme el apoyo financiero a ellas.

 

 

Asamblea Nacional y sociedad civil

 

 

Las arremetidas contra la sociedad civil no solo provienen del TSJ; también la Asamblea Nacional desde hace más de veinte años ha hecho sus propias interpretaciones de carácter restrictivo. La más notoria es la relativa a la Ley Orgánica del Poder Electoral, LOPE, del19 de noviembre de 2002, en cuyo artículo 19, sobre el Comité de Postulaciones para el CNE, dispone que se integra con 21 miembros, de los cuales 11 son diputados; decisión que no solo contradice el espíritu de la Constitución, sino que está claramente en contra de sentencias del TSJ −la del 21 de noviembre de 2000, por ejemplo− que señala que las organizaciones y partidos políticos “… no conforman la sociedad civil, sino la sociedad política cuyos espacios están delimitados por la Constitución y las leyes…”

 

 

Esta intromisión, que impacta la composición del Poder Electoral, es el caso más emblemático y notorio de restricción al papel de la sociedad civil, pues en él, la sociedad civil debe ejercer de manera directa y activa un papel muy importante en la designación directa de tres de los cinco miembros.

 

 

Gobierno actual y sociedad civil

 

 

Durante el Gobierno electo en el año 2018 han seguido estos intentos de controlar las actividades de las oenegés, y a tal efecto ha intentado algunas iniciativas; veamos unos pocos ejemplos:

 

 

1.- El acoso a diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y de ayuda humanitaria; todos recordamos la agresión, allanamientos de su sedes y detención de sus directores en contra de los comedores de Caracas Mi Convive −Alimenta la Solidaridad− en Miranda y Azul Positivo, en el Zulia; dos iniciativas cuyo propósito es aliviar el hambre en algunos sectores populares de Miranda, Caracas y Zulia. Y no podíamos dejar de mencionar, el arresto de tres directivos de Fundaredes, en julio de 2021, tras denunciar graves irregularidades y violaciones de derechos humanos en estados fronterizos del país; su director principal, José Javier Tarazona, al momento de publicar este escrito, después de diez meses, continúa detenido, en precario estado de salud y a pesar de todas las denuncias y solicitudes nacionales e internacionales reclamando su libertad.

 

 

2. Las amenazas contra las organizaciones de la sociedad civil revisten características peculiares, como lo fueron dos providencias administrativas, en marzo y mayo de 2021, de la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, que con base en la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento al Terrorismo, que −sin ninguna justificación legal− crearon un Registro Unificado de Sujetos Obligados ante la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo (RUSO-ONCDOFT), por el cual se pretende, como indica su nombre, el establecimiento de un registro de estas organizaciones, en el cual deben figurar, entre otros, los objetivos, actividades, aliados, directivos y personal de las mismas.

 

 

Desde luego la reacción de las oenegés afectadas no se hizo esperar, denunciaron la ilegalidad de la providencia ante organismos internacionales, la opinión pública nacional, el propio Gobierno y el TSJ; se declararon en rebeldía frente a esta disposición y manifestaron que no procederán a hacer el mencionado registro; transcurrido un año, no ha podido establecerse dicho registro y el Gobierno no ha hecho intentos por forzar su aplicación.

 

 

3.- Tras los intentos de criminalización de la actividad de las oenegés, la Asamblea Nacional elegida en el 2020 comenzó a discutir un Proyecto de Ley de Cooperación Internacional para regular las actividades −y sobre todo el financiamiento internacional− de las oenegés; el Proyecto que ha tenido una sola discusión en la Asamblea Nacional, está paralizada su aprobación desde hace más de un año.

 

 

La última arremetida

 

 

Los hechos referidos nos indican que la amenaza contra las organizaciones de la sociedad civil sigue pendiente y −como ya hemos dicho− tal parece que ahora se activa de nuevo al desempolvar el Proyecto de Ley de Cooperación Internacional que reposa en la Asamblea Nacional.

 

 

Con respecto a esta ley, más de 500 organizaciones de la Sociedad Civil han emitido y puesto a circular un documento denominado: “Organizaciones de la sociedad civil rechazan proyecto de ley anti-solidaridad que cierra la cooperación internacional”, en el cual analizan a fondo dicha Ley y los prejuicios que ocasiona.

 

 

Esperamos que ese documento y otras iniciativas logren sensibilizar al país y a la comunidad internacional y alertar acerca de los peligros que encierra esa ley para las libertades públicas y los derechos humanos y los continuos intentos del régimen venezolano de hostigar, controlar los recursos y criminalizar la actividad de las organizaciones de la sociedad civil, defensoras de los derechos humanos y asistencia humanitaria.

 

Ismael Pérez Vigil

 

 

Votar en el exterior

Posted on: mayo 7th, 2022 by Laura Espinoza No Comments

 

Vuelve a la palestra el tema del voto de los venezolanos en el exterior. El Rector del CNE, Roberto Picón, se ha referido al mismo, en diversas oportunidades, desde que asumió el cargo; pero, fue la información divulgada en días pasados por la organización Súmate la que en realidad nos dio un aldabonazo de advertencia de este problema real, complejo, de difícil solución.

 

 

No cabe duda que el Registro Electoral (RE), su actualización, la votación, el escrutinio y la promoción de la participación ciudadana de los venezolanos en el exterior, responden a principios de equidad e igualdad de condiciones en el ejercicio del derecho al voto, como las que se aplican para los venezolanos residentes en Venezuela y que están establecidas en el artículo 294 de la Constitución y en el artículo 3 de la Ley Orgánica del Poder Electoral (Lope). Pero esa es la parte teórica, ideal, del problema, en la práctica, esto no es así, ni por asomo; la complicación está al intentar implementarlo.

 

Los datos de Súmate

 

 

La información de Súmate, que se puede conseguir en su página web, fue divulgada en su cuenta de Twitter, que son los datos que vamos a evaluar: Si no se actualiza el RE, 10 millones de venezolanos se podrían quedar sin votar en las elecciones del 2024 o tendrían dificultades para hacerlo; según las proyecciones de población, eso es casi el 39% del padrón electoral de esas elecciones; de ese total más de 3 millones 300 mil, mayores de 18 años, que están inscritos en el RE, pero ahora residen en el exterior, cifra a la que hay que incluir 256 mil jóvenes, no inscritos y que cumplirán 18 años antes de diciembre de 2024.

 

 

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De los otros 6 millones, que están en Venezuela y que según Súmate no podrían votar o tendrían dificultades para hacerlo, lo más grave es que tampoco podrán votar en el 2025, cuando se elegirán Asamblea Nacional, gobernadores, alcaldes, asambleas legislativas y concejos municipales.

 

 

Revisar el RE para actualizarlo, librarlo de todas las irregularidades, existentes o supuestas, para que los venezolanos le tengan confianza y, sobre todo, para que voten quienes hoy están en el exterior, aunque no es una tarea fácil, es posible realizarla en el tiempo que queda para esas elecciones, pues aún podemos asumir que se llevarán a cabo en el tiempo normal, es decir a finales de 2024.

 

Resolver el problema en el país, que cuenta con una cierta estructura, aunque complicado, es más fácil. Pero hacerlo en el exterior, si pretendemos resolver el tema como si estuviéramos en Venezuela y de acuerdo con las normas y legislación actual, es tarea prácticamente imposible; solamente hagan números de cuántos “funcionarios” o “voluntarios” y cuántas horas hombre se necesitan para actualizar y registrar casi 4 millones de personas en el exterior, para lo que no existe ninguna estructura instalada.

 

 

El RE es solo el primer paso

 

 

Registrar a los venezolanos en el exterior no está exento de dificultades, pero es un primer paso, allí solo comienza el proceso; con las normas actuales, después habría que lograr que se establezcan en el exterior las Circunscripciones Electorales que sean necesarias, de acuerdo con el número de votantes; crear Organismos Subalternos, para organizar y facilitar la inscripción, actualización y votación; establecer Centros de Votación y Mesas Electorales, para garantizar la fluidez y el ejercicio del voto −actualmente solo se vota en consulados y hay muchos cerrados−; probar los mecanismos para la recolección y trasmisión de resultados; y por supuesto, formar miembros de mesa, observadores y testigos que vigilen el proceso. Todo eso hay que hacerlo para una población de votantes equivalente a los actuales estados Zulia y Miranda juntos, pero que está dispersa por todo el mundo. Tarea ciclópea, titánica y −por qué no decirlo− absurda.

 

 

Necesario pensar diferente

 

 

Por lo tanto no solo hay que empezar cuanto antes. Mas importante es convencerse que hay que pensar en el problema de manera diferente; como ya dije, no pretender resolverlo como se resuelve en el país, pues si seguimos pensando así, el problema no tiene solución y esto favorece las expectativas del régimen de mantenerse en el poder.

 

 

Ya hay muchos grupos, organizaciones de los partidos y de la sociedad civil, expertos en la materia, que han planteado soluciones diferentes y adecuadas: voto remoto, a distancia o por Internet, que no son un sueño, ni un privilegio de países desarrollados; pues países tan lejanos como Estonia y tan cercanos como Panamá y México, tienen votación por internet, desde hace tiempo −2017, 2019 y 2021, respectivamente− y de manera exitosa; México lo tiene incluso para elecciones regionales.

 

Modificaciones legales necesarias

 

 

Sabemos también que la posibilidad de que quienes viven en el exterior puedan votar en elecciones nacionales −presidenciales o referendos− depende de que se modifiquen varias disposiciones legales, que limitan realizar el RE y el acto de votación como tal; la principal es la limitación del derecho al voto a quienes no tengan residencia legal en otro país, que como sabemos hay muchos venezolanos que están en esa condición; y también la disposición de que el único documento válido para votar es la cédula de identidad laminada −y no el pasaporte−, pues muchos en el exterior no tienen cédula ni la pueden obtener; y además, las limitaciones legales para registrarse en el RE de manera telemática o por internet.

 

 

Hacer esas modificaciones, en leyes orgánicas y reglamentos, no debería suponer mayor dificultad, si hay la voluntad política para ello; pero, tengamos claro que modificar la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre) que ello implica, supone la intervención de la Asamblea Nacional, que todos sabemos cuál es su tendencia y filiación actual.

 

 

Decisión política y acuerdo político

 

 

Por lo tanto, de lo que tenemos que estar conscientes es que, sin una decisión política y un acuerdo político, eso no es posible. Por “decisión política” entiendo el firme deseo de hacerlo, sin posiciones abstencionistas o de desánimo, por parte de los opositores que deseamos salir de este régimen por la vía electoral.

 

 

Por acuerdo político, entiendo una negociación y acuerdo con el régimen para acometer esta tarea. Sin ese acuerdo, para emprender todas estas modificaciones, el proceso no va a avanzar. No es difícil suponer que el régimen no está dispuesto a hacer nada por solventar la situación, pues supone con razón, que la mayoría de los que hoy viven en el exterior, votarían en su contra.

 

 

El problema, nada trivial, se nos “reduce” a como forzar al régimen a sentarse a negociar un acuerdo político que permita resolver la situación, de los millones de votantes que en Venezuela y el exterior, hoy no lo pueden hacer.

 

 

La dificultad real

 

 

Esa es la dificultad real, por dos razones, por demás obvias; una, ¿cómo nos ponemos de acuerdo para ir a un proceso electoral si estamos entrampados en disputas internas en los partidos y entre partidos?, que no nos hemos podido poner de acuerdo ni siquiera en el método para escoger candidatos, para acordar un programa de gobierno y un mensaje de esperanza y futuro con el cual llegarle a la población; y dos, que tampoco tenemos mecanismos claros de presión internacional para forzar al gobierno a una negociación, sobre todo si hay grupos de la sociedad civil en la oposición, unos proponiendo levantamiento de sanciones y otros su intensificación.

 

 

Tareas por delante

 

 

Tenemos entonces varias tareas por delante:

 

 

–   Una, tomar la firme decisión de participar en los venideros procesos electorales: 2024, presidenciales y 2025 para Asamblea Nacional, Gobernadores, Alcaldes, Asambleas Legislativas y Concejos Municipales;

 

 

–   Dos, resolver nuestros problemas internos para la selección de candidatos, consenso en un programa y un discurso político a los electores;

 

 

–   Tres, desde luego, avanzar lo más que se pueda en ubicar a los venezolanos en el exterior para que llegado el momento se puedan registrar y votar;

 

 

–   Cuatro, proponer y lograr que quienes votan en el exterior lo puedan hacer de forma presencial o remota, por correo, pero sobre todo por Internet, que además reduce considerablemente los costos del proceso, al no tener que desplazar personal para constituir organismos subalternos, ni tener que disponer de centros electorales y mesas de votación;

 

 

–   Cinco, desarrollar los mecanismos internos de presión política, con base en las sobradas razones que hay en el país para movilizar y organizar a la población contra la oprobiosa situación a la que estamos sometidos;

 

 

–  Y seis, ponernos de acuerdo −con el apoyo de quienes están en el exterior− en cómo lograr que se mantengan las sanciones internacionales, único mecanismo de presión que hoy tenemos, revisando las económicas y financieras que pudieran ser perjudiciales para la población e intensificando las personales contra los funcionarios del régimen, sus familiares y testaferros.

 

 

Para quienes están en el exterior, pasar de la consigna “el voto de la diáspora”, a trazarse objetivos que sean realmente la solución del problema, es una tarea prioritaria.

 

 

Ismael Pérez Vigil

 

 

Unidad

Posted on: abril 2nd, 2022 by Laura Espinoza No Comments

 

Al evaluar la situación de la oposición democrática hemos hablado de una mesa con tres patas: el líder, la organización y el programa con su discurso; pero, ¿Cuál es la “tabla” que sostienen esas tres patas? ¿Qué es lo que está en su parte superior, cuál es la plataforma en la que debe “aterrizar” o descansar todo? Sin duda es: la unidad. De eso volveremos a hablar hoy; y digo volveremos, porque ya lo hemos hecho varias veces.

 

Depende de la vía…

 

La importancia, o no, de la unidad de los factores políticos, dependerá de cuál sea la vía que se elija para salir de este oprobioso régimen. Si la vía, según algunos, es la insurreccional o la intervención de una fuerza de ocupación, obviamente no tiene ninguna importancia la unidad de los factores políticos internos, basta con la eficacia en la acción.

 

 

El problema siempre será la transición; como evitar que quienes cometieron delitos y además apoyaron al régimen depuesto logren imponerse nuevamente por la vía del voto. Como ocurrió en Nicaragua con el sanguinario régimen de Daniel Ortega.

 

Si la vía es buscar una salida electoral, que es la que aliento, nuevamente tendrá sentido la unidad, por lo menos al momento de un proceso electoral; obviamente solo entre los que crean en esa vía, o los que no la rechazan, pues no se va a lograr la unidad con los que plantean la abstención porque no creen en procesos electorales o con los que creen que la vía es la violencia insurreccional o una intervención externa.

 

 

Pero la unidad no solo tiene sentido para confrontar electoralmente al régimen, la tendrá sobre todo para sostener el apoyo interno e internacional, para mantener después al probable endeble gobierno de transición que surja de ese proceso electoral.

 

La electoral está garantizada…

 

Para lograr la unidad, en materia electoral, es necesario deponer egos personales y ambiciones, que esto no es muy difícil de lograr; desde el punto de vista electoral, ya hemos dicho que la unidad siempre ha estado garantizada por la actividad política de los partidos, expertos y especializados en alianzas electorales que es básicamente la actividad política a la que se han reducido en los últimos años; y si ellos no lo logran, de todas maneras el electorado lo hará, seleccionando una opción que considere que tiene las mejores posibilidades de derrotar al régimen, desechando las demás; así ha ocurrido en todas las elecciones presidenciales efectuadas en el país desde 1998.

 

 

Mas difícil es lograr la unidad en materia de objetivos y planes a más largo plazo, que supone dejar de lado doctrinas, ideologías, principios programáticos, etc. para los que aun los tienen y se miden por esos parámetros.

 

 

En este caso tenemos de inestimable valor el ejemplo del Pacto de Punto Fijo, firmado el 31 de octubre de 1958, a los pocos meses del derrocamiento de Pérez Jiménez, entre Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y Copei, encabezados por sus lideres más representativos: Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera; no fue un pacto electoral, sino político, que le dio sustento a la naciente democracia a partir de 1958. Hoy tendríamos que ir más allá del Pacto de Puto Fijo, eminentemente político, aunque con alcances muy superiores a lo meramente partidista, para lograr uno que abarque también a muchos sectores sociales y factores económicos.

 

 

Como precondición…

 

Sin embargo, algo que abona a favor de superar cualquier dificultad es que la unidad, como concepto, como política, como objetivo, su búsqueda y su concreción, en mi opinión ya no es tema de discusión, es una precondición política. Quien lo olvide, pagará un alto precio, pues para los ciudadanos es el objetivo al cual deben sacrificarse todos los intereses partidistas y personales.

 

No importa que los partidos políticos cada vez se les vea más ansiosos por demostrar su presencia específica y su potencial propio, sus colores, sus banderas, sus consignas, pues en la práctica −sobre todo en lo electoral− son traspasados, rebasados e infiltrados por la multitud, dejando clara evidencia que somos muchos más los que no pertenecemos a ninguna parcialidad.

 

 

Como eje de estrategia…

 

Pero además, la participación electoral no es el eje de la estrategia, es apenas un medio, una forma de lucha −pues al tipo de régimen como el que nos mal gobierna desde hace 23 años, hay que combatirlo en todos los terrenos−; pero el eje de la estrategia es la unidad, que es la única estrategia de la oposición a la que teme el régimen, porque siempre ha sido lo único que le ha infringido alguna derrota; por eso la combate con todas las armas que puede desplegar, y en eso la “guerra sucia” juega un papel importante, pues el régimen sabe que esa estrategia es frágil en un mundo democrático y diverso, con tantas versiones y fisuras.

 

 

Es una verdadera tarea de filigrana armar una unidad opositora, incluso en lo electoral, después que por años se ha predicado la existencia de fraudes, trampas de todo tipo. Nadie niega la existencia de esas trampas y prácticas, pero no son la causa fundamental de las derrotas, como si lo han sido las políticas de abstención. La abstención, apatía o desánimo electoral, se basan en que las actuales condiciones no garantizan una elección libre, justa, imparcial, competitiva, como todos la deseamos… o como si alguna vez hubieran existido plenamente esas condiciones; o como si durante la mayor parte de estos largos 23 años, que hemos participado de diversas maneras en procesos electorales, la mayor parte del tiempo no hubiera sido regidos por CNE nombrados por el régimen.

 

 

Como pacto político…

 

Además, la unidad con meros propósitos electorales no ha sido, no es, suficiente para derrotar a este oprobioso régimen y consolidar el regreso a la democracia; tenemos que comenzar a plantearnos la unidad desde un punto de vista de mayor eficacia política, con mayor alcance; una unidad que nos lleve a un “pacto político” de mayor envergadura, para la reconstrucción de un país derruido.

 

 

Garantizada como creo que está la unidad electoral, porque como he dicho siempre se logra, nos quedan las otras áreas en donde lograr transformaciones importantes: en las organizaciones políticas y la unidad de objetivos, estrategias y visión de largo plazo, para transformar el país. Sobre todo, en la articulación de un discurso, con una narrativa que mueva, que impulse, que convenza a las grandes mayorías del país y saque de la apatía a millones de venezolanos que no ven otra salida que la indiferencia frente a la política o huir del país.

 

 

El camino largo de la unidad…

 

No hay alternativa, hay que seguir el camino largo, el de reconstruir los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil; mejor dicho, iniciar ese camino que no se ha emprendido con verdadero ímpetu y por lo tanto se hace cada vez más largo. Ese, el de la reconstrucción de partidos y sociedad civil, es el camino que siguieron en otras partes: Chile, sin ir muy lejos, España, después de Franco, y un largo etcétera, en lo que todavía muchos están, como Ucrania, Albania y algunos países exsoviéticos y exyugoeslavos.

 

 

¿Es la vía electoral la que va a sacar a este régimen de oprobio del poder? Posiblemente será una mezcla de cosas y presiones, pero lo electoral puede ser la antesala o la coronación del proceso, para la que hay que prepararse y es la única que nos permite, bajo las actuales condiciones políticas, hacer algo para organizar a la gente, para recorrer el país, con una cierta −solo cierta− seguridad. ¿Por qué despreciarla, por qué negarla? ¿Y para hacer, qué?

Ismael Pérez Vigil

Unidad