Respuesta novelada

Posted on: septiembre 9th, 2024 by Super Confirmado No Comments

Algunas personas, de manera amistosa y otras no tanto, preguntan: ¡Y entonces, ¿Qué hacemos?! La verdad es que no hay una respuesta simple para esa pregunta; es más, no sé sí hay una respuesta única o válida. Por eso, en tiempos de ignominia, cuando hay que hablar en parábolas, o disparar por el mampuesto “galleguiano”, se me ocurre adaptar algo que escribí hace algunos años, para estimular la reflexión y la imaginación.

Una novela

Lo que me vino a la mente, para intentar una respuesta, fue una novela de José Saramago. Como persona, el escritor portugués, premio Nobel de Literatura, fallecido en 2010, me decepcionó cuando ya nonagenario estuvo por Venezuela −en el año 2005− con la no disimulada intención de darle un espaldarazo a Hugo Chávez Frías. Alojado en hoteles cinco estrellas, dando conferencias rodeado de todo boato, en salones elegantes −ni siquiera se le ocurrió pasar por el Aula Magna− y visitando algunas de nuestras playas, para él exóticas. Pero su obra literaria es otra cosa y la novela en cuestión, que la situación política que vivimos me recordó, es: Ensayo sobre la lucidez (2004).

Debo advertir acerca de la misma, que me referiré a su argumento y revelaré algunos detalles importantes de su trama y resultados, por lo tanto, quien no la haya leído y tenga pensado hacerlo, tome esto en cuenta.

 

Ensayo sobre la lucidez

Esta novela de Saramago se desarrolla en la misma ciudad sin nombre en la que −según la historia que se narra y en otra novela del autor, Ensayo sobre la ceguera (1995)− cuatro años atrás, la gente se quedó ciega. En esta nueva ocasión, en Ensayo sobre la Lucidez, se celebraban unas elecciones y, sin ninguna razón aparente, sin ningún estimulo externo, en un día muy lluvioso, tormentoso −como lo fue el 22 de octubre de 2023, por ejemplo−, en aquella ciudad y elección, llegada la calma, la gente fue a votar. Pero no votó por los partidos tradicionales de derecha, de centro o de izquierda, tampoco votó nulo, votó masivamente, sí, pero votó en blanco, se produjo una altísima votación, en blanco. En la novela nadie salió a celebrar, nadie se atribuye el triunfo arrollador del voto blanco, simplemente ocurrió.

Se repite la elección

En la ciudad de la novela −siempre hablo de la novela−, alarmados por los resultados y amparados en cualquier subterfugio de los que siempre encuentran los que ejercen el poder, las elecciones se repiten una semana más tarde, con idéntico resultado: la gente nuevamente acude, masivamente, a votar, pero otra vez votan en blanco. Y nuevamente, nadie celebra ni se atribuye el triunfo.

Claro que no pienso ni por asomo que eso es lo que ocurriría en Venezuela, no solo por lo improbable y no deseable de repetir la elección, sino porque no es posible votar en blanco en nuestro sistema electoral automatizado; pero, como se trata de “ficcionar” a partir de la novela, ya de por si ficticia, me tomo la licencia de especular al respecto y que nadie vaya a buscar textualmente, en la novela, lo que describo e interpreto de la misma.

La novela transcurre a partir de allí narrando todas las peripecias del Gobierno, del poder, en esa “democracia degenerada”, para tratar de descubrir lo que está por detrás de este acontecimiento. Y narrando también lo que hace la gente, los ciudadanos, resistiendo la situación tiránica, tratando de vivir en libertad. ¿Quién ha urdido esta conjura? Porque sin duda la hay. Se pregunta el gobierno. Seguro se trata −en la novela de Saramago− de una conspiración internacional, el imperio detrás de todo buscando desestabilizar. Siempre hay que descubrir algún enemigo a quien hacer culpable, porque siempre hay que negar la capacidad, la inteligencia, la humanidad, en definitiva, de quienes se oponen.

 

Se cuenta la verdad

Todos sabemos que cuando se buscan conexiones entre las cosas, se acaba encontrándolas y por todas partes, entre lo que sea. Lo hemos vivido, aquí, cientos de veces. Se vinculan hechos por analogía y no hay reglas para decidir si una analogía es o no es válida; después de todo, desde que se inventó la dialéctica −y ahora la globalización− cualquier cosa guarda una similitud con cualquier otra, desde algún punto de vista.

Así, el gobierno −el de esa ciudad ficticia de la novela de Saramago, como en cualquier “democracia degenerada” − construye unos culpables, los acusa por la prensa, publica sus fotos, los señala, les inventa delitos inverosímiles, conocemos bien esa historia. Pero, en la novela pasa también que alguien decide contar la historia verdadera y logra, a pesar del miedo, del estado de sitio y la censura de prensa, que la verdad se publique y se conozca.

El meollo de la novela de Saramago

Ocurre entonces algo asombroso, que de alguna forma —para mí— es el meollo de toda la historia y la enseñanza de la novela. A pesar de que el gobierno recoge la edición del periódico en el que se publicó, la historia verdadera comienza a circular, profusamente, en todas partes y en palabras de Saramago: “Resulta que no todo está perdido, la ciudad ha tomado el asunto en sus manos, ha puesto en marcha cientos de máquinas fotocopiadoras, y ahora son grupos animados de chicas y chicos los que van metiendo los papeles en los buzones de las casas o los entregan en las puertas, alguien pregunta si es publicidad y ellos responden que sí señor, y de la mejor que hay».  ¡Panfletos fotocopiados!, ¡que magnífico anacronismo!, pues en la época en la que transcurre la novela, no existían las redes sociales −que aún hoy quedan, a pesar de los esfuerzos por eliminarlas− que hubieran facilitado enormemente esa difusión. Nadie asume tampoco la gloria de reproducir la historia verdadera y comenzar a repartirla, simplemente ocurre. Nos recuerda también la historia de las “postales” contra Hitler de otra novela, ésta de Hans Fallada, Solo en Berlín, y que fue motivo del último artículo de Ibsen Martínez (El Nacional, https://bit.ly/4e9d1ka), en la cual sus protagonistas escribían consignas contra Hitler y los nazis en las postales y en las estampillas.

La clave de Saramago

“La ciudad ha tomado el asunto en sus manos”. Esa es la clave. A lo mejor de lo que se trata es de producir respuestas “desproporcionadas”, hasta ingenuas, ante las más inusitadas y duras situaciones políticas, que vayan dando confianza, soltura y solidez a la resistencia. Esa es, por ahora, mi respuesta al “¿Qué hacemos?”: la gente, los ciudadanos, resuelven las cosas cuando las toman en sus manos. En política esto es, para muchos, un romanticismo −hasta para mí lo era−, hasta que se llega a la conclusión y el convencimiento de que no queda más remedio que las cosas vuelvan al nivel del pacto originario, ese que es necesario reestablecer entre ciudadanos y políticos, para que la gente tome la solución en sus manos, que se involucre en ella.

Los habitantes de la ciudad sin nombre de Saramago, como los protagonistas históricos −Elise y Otto Hampel− en Berlín, en la mencionada novela de Fallada, no se cruzan de brazos, no se rinden, emprenden una cruzada; en la ciudad sin nombre reparten panfletos fotocopiados, en el Berlín de Hitler, “postales” de correo −ninguna de esas dos se nos ocurriría hoy en la era de Internet y con redes sociales−; con poco éxito en ambas novelas de ficción, pero que quien sabe lo que pueda ocurrir en la vida real, en donde sabemos que todas las transformaciones profundas de la humanidad se han dado a partir de un esfuerzo desproporcionado, que lucía improbable.

Conclusión

Ni en la ciudad de Saramago, ni en el Berlín de Fallada se alentó o emprendió demagógicamente una aventura populista; bastó la esperanza y también, el impulso de recordar exitosos hechos: votaciones en blanco, actividad clandestina durante tres años −como pudiera ser el recuerdo de la jornada cívica del 22 de octubre de 2023 y el éxito político del 28 de julio de 2024−. Si bien no es una respuesta completa, las tareas y las ideas están allí. ¿Que todo eso no servirá de nada?, a lo mejor, pero la alternativa no es no hacer nada, ni cruzarse de brazos a esperar que las cosas se arreglen solas. Ya otras veces hemos dicho que se trata de construir esa “pinza” que nos permita presionar: con la comunidad internacional, de un lado; y con el desarrollo de la fuerza interna, por el otro.

 

Ismael Pérez Vigil

 https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

Manual del elector

Posted on: julio 28th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

 

Hoy se celebra uno de los acontecimientos políticos más importantes del último cuarto de siglo, seguramente todos tenemos claro cuál es nuestra opción para lograr el cambio político que el país necesita y clama; y seguramente todos tenemos también bastante claro lo que tenemos que hacer, cómo votar, para lograr este objetivo; por lo tanto, es bueno reunir en pocas páginas, en un breve “Manual”, los puntos más importantes. Aclaro que cuando me refiera a la Ley o al Reglamento, será a la Ley Orgánica de Procesos Electorales, Lopre, y su Reglamento.

 

La votación

Teóricamente desde muy temprano, 6:00 am según la Lopre, las mesas de votación estarán abiertas para los electores, aunque sabemos que puede y suele haber retrasos; pero una vez que abran lo estarán hasta las 6:00 pm, y posiblemente hasta más tarde. Ya no hay que preocuparse por la instalación de las mesas, por las credenciales de miembros de mesa o testigos, solo por la mesa en donde vamos a votar. Hay que estar preparados, eso sí, para una jornada que puede ser larga, por la cantidad de votantes o por algunos sabotajes u “operaciones morrocoy”, en centros donde tradicionalmente vota la oposición. Ármese de paciencia y vaya preparado. Algunos han estado alarmando con relación a los problemas de movilización o desplazamiento que sabemos que existen en el país, la falta de gasolina, la falta de transporte público en ciertas áreas, etc. y todo lo que sabemos; pero, usted también sabe que la gran mayoría de los electores vota en centros que están a distancia cómoda para llegar a ellos caminando; por lo tanto, si está congestionado su centro de votación, regrese a su casa y vuelva más tarde. Con paciencia, hay tiempo suficiente para ejercer el derecho al voto.

 

Cuando llegue al centro de votación puede verificar si su número de cédula de identidad está en la lista que colocan en alguna parte visible en el exterior del mismo; diríjase a la mesa, que le corresponderá de acuerdo con los dos números finales de su cédula. Tenga en cuenta que el único documento que usted necesita es su cédula de identidad laminada, original, no fotocopia, ni licencia de conducir o carnet de ningún tipo, ni pasaporte. No haga tampoco caso de rumores de otros requisitos, vestimenta, tapaboca, etc. Al llegar a la mesa y pasar al salón, se identificará con el presidente entregando su cédula y el operador del sistema de identificación introducirá su número en la llamada “captahuella” y una vez que aparezcan sus datos, le pedirán que ponga sus huellas, de alguno de los pulgares o de los índices.

 

Algunas personas tienen problemas con las huellas, por la edad, por el oficio que desempeñan, etc. Si sus huellas están borrosas o no están registradas, le pedirán que se haga a un lado, que llene una planilla y si no están registradas, las registrarán en ese momento; el presidente de la mesa, mediante una clave, activará la máquina para que pueda votar. Si usted está en el Cuaderno de Votación, aunque tenga problemas con las huellas, usted tiene derecho a votar (Art. 127 de la Lopre), no se lo pueden impedir y el que lo haga, está cometiendo un delito electoral, penado con multa o arresto proporcional. (Art. 230 de la Lopre).

 

Cumplida la identificación, sea normal o por el mecanismo que acabo de describir, el presidente de mesa le preguntará si sabe votar o si necesita que le explique y usted pasará a la siguiente “estación” o paso, en donde está un pequeño paraban con la “máquina” de votación, que es básicamente una pantalla grande, y una vez que usted esté listo, el presidente de la mesa le preguntará para activarla y que pueda votar. Aparecerá en pantalla el llamado “tarjetón”, de buen tamaño y colores brillantes, fácil de identificar a los candidatos. Solo tiene que tocar suavemente la imagen, se borrará el “tarjetón” y aparecerá solamente la cara del candidato y debajo un “botón” con la palabra “votar”, que es el que tiene que tocar y habrá votado. Si se equivoca, en la pantalla, del lado izquierdo hay una flecha, que apunta a la izquierda y tocándola, volverá a aparecer el “tarjetón” para que repita el proceso. En menos de un minuto estará listo, pero recuerde que dispondrá de tres minutos para hacerlo. Si al finalizar ese tiempo no lo hace, se registrará un voto nulo.

 

Una vez que vote, aparecerá en pantalla una indicación de que el voto se ha “generado correctamente” y en el lado derecho aparecerá el “comprobante”, no lo hale, espere que salga; verá que tiene un número identificador y dirá el nombre del candidato por quien usted votó y el partido político que seleccionó para hacerlo. Aunque no se han dado casos de errores, asegúrese, revise ese comprobante, dóblelo y vaya a la “caja de resguardo” que está cerca de la mesa donde votó y deposítelo allí. Recuerde que ese no es el voto, su voto está en la máquina, pero ese comprobante servirá al final del día para “verificar” que todo se realizó correctamente.

 

Al momento de votar, recuerde que su voto es secreto. No hay forma de que nadie sepa por quién votó y no queda registrado en ninguna parte. La única manera de que sepan por quien votó, es que se pongan detrás de usted en el momento de votar y eso es fácil de controlar; incluso si usted cree que hay alguien cerca que puede ver lo que usted hace, tiene derecho de pedirle al presidente de la mesa que retire a quien este merodeando. También tiene derecho, en caso de necesitarlo, a que alguien lo acompañe a votar; tiene que informarlo al presidente de mesa, se anotará en una planilla los datos del acompañante y esa persona no podrá acompañar a nadie más a votar en esa mesa (Lopre Art. 128 y Reg. Lopre Art. 291). No utilice su teléfono para tomar fotos en el área de votación, no está permitido (Reg. Lopre, artículo 292) y esté pendiente de advertirlo si ve que alguien lo hace; esa es una protección para preservar el secreto del voto y evitar que alguien sea presionado a votar de una determinada manera, pidiéndole que tome una foto de la pantalla o del comprobante.

 

Finalizada esta parte, tras introducir el comprobante en la “caja de resguardo”, diríjase ahora a la siguiente “estación” donde está el “cuaderno de votación” que contiene sus datos, fírmelo y ponga su huella dactilar. Recuerde que ya no hay tinta indeleble para el dedo, fue eliminada hace varios años. Por el momento todo está listo; pero, su tarea no ha terminado, vaya a su casa a almorzar, descansar, o quédese por los alrededores del centro con sus amigos, vecinos o familiares, porque más tarde tiene que regresar a cumplir otras importantes tareas.

 

Si quiere, puede “practicar” su proceso de votación, en el siguiente “simulador” con el siguiente vínculo o aplicación, que ilustra todo el proceso que acabo de describir: https://crlh.sytes.net/PRESIDENCIALES_2024/, practique con su familia, vecinos y amigos, es bastante didáctico.

 

El escrutinio y la verificación ciudadana

Finalizado el acto de votación, a las 6:00 pm, según la Lopre y su Reglamento, si no hay electores en la fila, la mesa debe cerrar; aunque sabemos que siempre hay “presiones” para mantenerla abierta, por parte del coordinador del centro de votación o algún efectivo del Plan República. Pero una vez que se cierre, viene el “proceso de escrutinio”, que es un acto público (Art. 140 de la Lopre), y cualquiera lo puede presenciar, con la única limitación del espacio en el salón. En realidad, el escrutinio lo hace la máquina, que imprime el acta, e inmediatamente la transmite al «Centro Nacional de Totalización», en donde hay “testigos” de la oposición y de todos los candidatos. Los “testigos” presentes en el escrutinio tienen derecho a tener una de las acta

 

s que imprima la máquina o una copia de las mismas. Esa es el acta que debe recoger el “testigo” y usted debe velar porque le permitan cumplir con esa tarea y cualquier persona, por ejemplo, usted puede pedir una copia −suelen imprimirse una cantidad suficiente− o tomar una foto del acta, al código QR, que contiene toda la información de la Mesa y los resultados de la votación (en ese momento sí se pueden usar cámaras o celulares, solo no están permitidas en el acto de votación).

 

Realizado el escrutinio, viene la “verificación ciudadana” de los comprobantes del voto que están en la “caja de resguardo”, que establece la Ley y que según esa Ley es también un acto público que usted puede presenciar −y debe hacerlo− para acompañar al “testigo” de la oposición. La “verificación” de una mesa se realiza en esa únicamesa y en aquellos centros de votación de más de una, se escogen por sorteo las que se verificarán, tarea que se realizará en, por lo menos, 50% de las mesas. Esto es más que suficiente para comprobar que todo está en orden; pero, recuerde, que esos comprobantes son solo eso, comprobantes, los votos están en la máquina y ya fueron transmitidos, pero el acta que se obtuvo del proceso de escrutinio y la copia del acta del proceso de “verificación” son importantes para sentirse más seguros acerca del proceso y para cotejar con las actas que fueron transmitidas a la “sala de totalización” del CNE; y obviamente para que la oposición democrática pueda hacer sus propios cálculos.

 

Y después… a modo de conclusión

Finalizada la “verificación ciudadana” no ha concluido su tarea; viene ahora el proceso de vigilia y acompañamiento en la calle a testigos, partidos y organizaciones de la sociedad civil y comandos de campaña, para esperar los resultados, que sabemos que es un período tenso y que se puede prolongar varias horas en las que hay que mantener la serenidad, seguros de los resultados que se van a obtener.

 

 Ismael Pérez Vigil

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

Los Nuevos Mitos

Posted on: julio 22nd, 2024 by Super Confirmado No Comments

Después de un mes de fútbol, con árbitros no siempre justos y el VAR, quizás ahora se entienda mejor eso de las “reglas del juego”, aunque las electorales, a las que estamos sometidos, no son comparables. Las “reglas del juego” que tenemos sabemos que ciertamente no son justas y no vale la pena argumentar de nuevo porque no lo son; no es tampoco un consuelo decir que “…lo tomas o lo dejas”, porque esas son las “reglas del juego; tenemos el deber de hacer lo posible por cambiarlas, pero entre tanto, también tenemos el deber de sacarles el mayor provecho y evitar lo más posible los prejuicios que nos causan.

 

Pero, al final, esa es “nuestra situación”; no tenemos otra y no hay muchas posibilidades de cambiarlas, al menos por ahora, no para este proceso. Examinemos por tanto como podemos atenuar sus perversos efectos, a partir de nuestra estrategia, las medidas que podamos tomar, lo realizado y lo por realizar.

 

Algunos logros.

 

1) Logramos, contra todo pronóstico, mantener la unidad de los factores de la oposición democrática y un candidato unitario con obvias posibilidades de ganar el 28J.

 

2) También contra todo pronóstico y trabas, logramos realizar un proceso de elección Primaria, que dio legitimidad a la candidatura unitaria, por más que debido a situaciones sobrevenidas, ninguno de los que fue candidato en la Primaria, quedó como candidato unitario.

 

3) La líder surgida, indiscutiblemente, del proceso de Primaria y el candidato finalmente seleccionado, están desarrollando una campaña electoral −por muchas razones distinta a las que hemos conocido− muy exitosa, con muy escasos recursos y sometida a la violencia y acoso de las fuerzas que apoyan al candidato del gobierno y sus aliados.

 

4) Con dificultades, críticas, algunos enfrentamientos y la desconfianza de los que observan desde la distancia, se ha logrado desplegar una estructura electoral, para ayudar a movilizar a los votantes y cuidar los resultados del 28J en más del 98% de las mesas electorales dispuestas para ese día, según nos informa la Plataforma Unitaria.

 

5) Se está haciendo frente a todo el arsenal con el que permanentemente nos bombardean por redes sociales, con desinformación, rumores, mentiras y es de lamentar que hay muchos que se convierten, conscientemente o no, en voceros de la narrativa oficial, para desmotivar, desmovilizar e incrementar la abstención.

 

Pero, a pesar de estos logros, se han ido generando nuevas amenazas y riesgos con los que debemos lidiar diariamente.

 

Los nuevos mitos y riesgos.

 

He descrito en oportunidades anteriores acerca de cómo desechar algunos mitos electorales que pueblan nuestra cabeza y se convierten en amenazas: los fraudes electrónicos, la vulneración del secreto del voto, la usurpación de la identidad de los electores, etc. no voy a repetir ahora esos argumentos; pero, sí quiero comentar los nuevos riesgos y amenazas que van surgiendo a medida que se acerca la fecha electoral y que acrecientan los temores del elector.

 

1- La llamada “Guerra de Encuestas”, no fue tan cruenta en esta oportunidad, aunque surgieron “nuevas” encuestadoras, con “sorpresivos” datos acerca de cuál es la inclinación, voluntad y decisión de los electores. Ahora surgen también algunas interpretaciones acerca del “emparejamiento” de los candidatos que polarizan la elección, con supuestos argumentos estadísticos y “tendencias históricas”, con las que se pretende demostrar que no es cierto lo que dicen la mayoría de las encuestas, serias y no serias, y que también es falso lo que vemos y percibimos en la calle, día a día, pueblo a pueblo, cuando los candidatos realizan sus campañas. Con relación a la interpretación del “emparejamiento” de las cifras entre los dos principales candidatos, no voy a hacer juicios de valor acerca de si la interpretación de las cifras responden más a intereses personales y deseos de justificar el triunfo de un determinado candidato o el del gobierno, o si responde al supuesto “sesgo predictivo histórico” de esas encuestas, como argumenta uno de los “intérpretes”, un conocido economista, asesor de candidatos presidenciales.

No soy especialista en estadística o en interpretación de encuestas, ni pretendo serlo, pero con relación a esa “interpretación”, sé que es un error tomar datos y comparar encuestas sobre procesos electorales de distinta naturaleza −presidenciales, regionales, referendos− o como me dice un amigo, que si es estadístico, que no es correcto hacer análisis estadísticos a partir de “Un registro electoral donde una parte importante de los electores inscritos no va a votar…(eso)…debe prender las alarmas sobre usar los registros históricos.” De igual manera, opina otro amigo, igualmente estadístico, que quiere mantener su anonimato: “…utilizando los mismos números y analizando de varias maneras los datos −de quien pretende ese “emparejamiento” − y desechando datos extremos de encuestadoras a favor o en contra de candidatos o corrigiendo por sesgo en elecciones anteriores, de ambas formas se llega a una diferencia de al menos 22%, con 61% a favor de Edmundo González Urrutia versus 39% a favor del candidato del gobierno.”

No vale la pena que yo siga argumentando; a quienes deseen profundizar más sobre la legitimidad de los supuestos “emparejamientos” en las encuestas, les sugiero un trabajo del economista Omar Zambrano, que se puede consultar en el siguiente vínculo: https://bit.ly/4bR6QQc.

2- La maquinaria de las fuerzas que apoyan al gobierno se nos presenta como aceitada, fuerte y poderosa. Esa maquinaria tiene tres componentes: los recursos del estado −nacionales, regionales y locales− de los cuales se abusa; algunos componentes militares y policiales, que hemos visto que se utilizan en la campaña oficialista; y el partido de gobierno, el PSUV, que es en efecto, principalmente, una maquinaria electoral. Recientemente, en el “simulacro electoral” del CNE que se llevó a cabo el 30 de junio, vimos desplegarse esta “maquinaria”, especialmente en algunas zonas y centros electorales muy notorios, en donde obviamente se quería hacer un “efecto demostración”.

Reproduzco, en desorden, los comentarios de un testigo en el oeste de Caracas, que informó, el mismo día del evento, acerca de su impresión, la cual reproduzco, con comentarios míos entre paréntesis:

“Vimos establecidos los llamados puntos rojos (ahora azules o de otros colores), en la UENB Pedro Fontes integrada por funcionarios de Alcaldía Libertador, Hospital Pérez Carreño, CDI, Clínica Popular, urbanismos de Misión Vivienda, Jefes de Calle … responsables de cajas CLAP…y beneficiarios del CLAP… Cuentan por las caras porque los conocen… funcionarios de nómina menor de la administración pública y culto evangélico…Se repasaba cara a cara a la gente, antes y después, de pasar por el centro de votación y se enviaba una nota de audio, tanto a un grupo de WS como al coordinador…Había testigos de los 13 partidos del Polo Patriótico grabando a la gente y sacando fotos con los celulares; todos tenían que sacarse la foto fuera del Centro de Votación… (el propio autor de la nota publicó la suya) … era impresionante la importancia que se daba al registro fotográfico… Mucho nerviosismo en quienes tienen las listas. Capaz los números no están dando…Pasan de tres y cuatro veces con las listas y verifican por las caras, tal cual «pasar lista»… Si esto ocurre a las 2:30 pm, la acción no va tan bien como suponían… Cuidan las listas como si fueran la vida… Cuando llegaron 6 GN y la cosa se puso más lenta… Aprendí que la organización que tienen es Comunal, Territorial y Regional… Los funcionarios del CNE en contubernio con los testigos del Polo Patriótico. Panas de toda la vida.” (@ccalatra, X, 30/06/2024)

Por esta descripción no pareciera realmente una maquinaria digna de temer y habría que preguntar a quienes la organizan o promueven: ¿Quedaron satisfechos con el resultado? ¿Les parece que hubo una adecuada respuesta de la población? ¿Por qué no se ha dicho nada de los resultados, que sabemos que los tienen? La maquinaria que una vez fue, sin duda ya no lo es.

3- Desinformación, mensajes falsos y violencia se han ido incrementando a medida que trascurre la campaña electoral y se aproxima la fecha de la votación. No hace falta describir lo que todos conocemos, excepto que comienza ya la agresión más directa en contra de los lideres opositores, sin que nada diga el organismo que por obligación constitucional −el CNE− debería hacerlo, al menos para salvar ciertas apariencias. Ambas acciones, violencia y desinformación, provienen de la misma fuente y tienen el mismo objetivo: desmotivar, desmovilizar, intimidar, incrementar la abstención de la oposición democrática. Y la causa es fácil de entender, la brecha a favor de Edmundo González Urrutia aumenta y se hace insalvable; por eso es que inhabilitan candidatos, partidos, y tratan de impedir las movilizaciones y concentraciones.

Además de la violencia, las redes sociales y grupos de WhatsApp, se llenan de fantasías y falsedades que, tras la inocente pregunta de “¿Será verdad?”, se esparcen y repiten hasta el cansancio: Números rojos detrás de la cédula de identidad (CI), que esconde un “elector” misterioso, que nadie sabe que va a hacer y nadie explica cómo es que, si se trata de alguien que va a usurpar tu identidad y tu voto, publican su número detrás de tu CI. Historias de muertos que “regresan” para votar, cuando un elector pone su huella en la máquina de identificación. Historias de personas con varias cedulas de identidad, cientos, miles, que van a votar, aunque nadie explica cómo van a lograr activar las máquinas de votación, cientos, miles de veces, con solo un juego de huellas dactilares. El más peculiar es un audio de una supuesta “testigo” oficialista que, en un arranque de buena conciencia, nos advierte de los peligros que corren nuestros “testigos”, si acuden a las mesas de votación, es decir: no vayan. Y podría seguir con historias, todas destinadas a generar confusión, a desmoralizar o intimidar para que la gente se abstenga de ir a votar… pero nuestra gente, porque ellos presionan a los suyos para que vayan todos y así, con su efímera minoría, ganar las elecciones.

Conclusión.

Insisto en que todos los programas, equipos, protocolos y máquinas están auditados por personal capacitado de la oposición; la trampa no está en las máquinas, está en que la gente no vaya a votar y por eso la violencia y todas esas campañas para incentivar la abstención. No diseminemos fantasías, concentrémonos en convencer a la gente de que tiene que ir a votar −a la hora que siempre lo ha hecho, si es temprano, temprano, si es tarde, tarde… pero que voten− y que tienen que regresar al cierre de las mesas a cuidar su voto; porque eso −votar y defender el voto− tras una masiva y contundente votación es lo único que va a permitir lograr el cambio político en el país.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

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Ismael Pérez Vigil

 

El miedo

Posted on: julio 14th, 2024 by Super Confirmado No Comments

“Así se irán acabando todas las brujerías de El Miedo, porque ahora aquí tenemos la contra”. Exclamación de “Pajarote”, en Doña Bárbara, de don Rómulo Gallegos.

 

Inició una reflexión sobre algunos temas puntuales, para remachar ideas ya expuestas, comenzando por: El Miedo, esa emoción básica que nos alerta y activa ante la presencia de una amenaza o un peligro.

 

El miedo… y Altamira

 

En Doña Bárbara, la magistral obra de don Rómulo Gallegos, publicada en 1929, El Miedo, era el nombre del hato de Doña Barbara, expresión de la barbarie; por el contrario, Altamira −que nada tiene que ver con la urbanización caraqueña− era el nombre del hato de Santos Luzardo, protagonista llanero educado en la ciudad, que quería combatir con civilización esa barbarie que enseñoreaba el Llano, imagen del país. Cien años han transcurrido desde que se desarrolló la situación del país que Gallegos refleja en la trama de su novela y hoy esa imagen −civilización vs. barbarie− representa otra vez al país, en campaña para restituir a plenitud las instituciones democráticas, civilizatorias, que hemos extraviado en el último cuarto de siglo. Nuevamente, como en Doña Barbara, tenemos que combatir “el miedo” para lograrlo.

 

La amenaza, la intimidación, ha sido una pieza estratégica fundamental del gobierno en contra de la oposición −y contra sus propios seguidores, para mantener la “fidelidad”− durante los últimos 25 años. El miedo es uno de los peligros, de las amenazas, que tenemos que enfrentar en la campaña electoral y especialmente el 28J; a pesar de las grandes movilizaciones y concentraciones que vemos y la reacción de la gente al enfrentar los arrestos de militantes y organizadores, los abusos de las autoridades cerrando negocios, calles y vías de acceso, o decomisando equipos, etc., indican que “el miedo” se ha ido perdiendo −como en efecto está ocurriendo− pero no es algo en lo que debamos confiar, descuidar o un factor a menospreciar.

 

Son varios los tipos de miedo que debemos enfrentar. Sin pretender agotar la clasificación, voy a resumir algunas de sus manifestaciones y el remedio que debemos poner.

 

1- El miedo al cambio del voto

 

Hay quienes temen que votar por la oposición pondrá en peligro alguno de los efímeros beneficios que aun reciben del Estado −entendiendo por Estado, además del gobierno central, las gobernaciones, alcaldías, etc.− o su fuente de empleo e ingreso, igualmente efímero y precario. Debemos enseñar a la gente −además de como votar− que ese temor es infundado y está protegido por el “secreto del voto”; que no es solamente un concepto abstracto del artículo 63 de la Constitución, sino un derecho realmente protegido, pues ni el Gobierno, ni el CNE, mucho menos los gobiernos locales o regionales, están en capacidad de saber por quién vota cada venezolano.

 

Frente a la máquina de votación, estamos en realidad frente a nuestra propia voluntad y conciencia; los programas de votación, de transmisión y de vinculación entre la máquina y la llamada captahuella, han sido auditados muchas veces por capacitados técnicos y tenemos plena garantía de que no hay conexión entre ellas, que permita identificar el nombre del votante, su cédula de identidad y su voto. La única forma de que se sepa por quien votamos es que alguien se ponga detrás de nosotros en el momento de la votación y vea por quien lo hacemos y eso es realmente fácil de evitar.

 

También sabemos y vimos en el reciente “simulacro” −30 de junio− que los seguidores del gobierno emplean diversos métodos para forzar el voto de la gente: buscarlos en su casa y llevarlos a votar; obligarlos a pasar por puestos de control, antes y después de votar; tomarles fotografías para identificarlos e intimidarlos; firmar listas de votantes, etc.; pero lo que no pueden hacer es acompañarlos en el momento de la votación. La “asistencia” del votante analfabeta o con algún tipo de dificultad o discapacidad es un derecho que tiene ese votante, pero sabemos que el artículo 128 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales y el 291 del Reglamento dicen que “ninguna persona podrá ser acompañante por más de una vez”, de algún elector y en una misma Mesa; y nuestros “testigos electorales” conocen bien esa norma y velarán porque se respete. De manera que el secreto del voto está asegurado y no es posible obligar a nadie a votar en contra de su voluntad.

 

2- El miedo a la alteración de la trasmisión

 

Otro temor común es el que tienen los que desconfían del voto electrónico, que la máquina pueda cambiar el voto que emitimos o que la trasmisión de los resultados pueda ser interceptada y cambiada. Como ya dije, la máquina de votación y su programa han sido revisados y auditados por competentes técnicos de oposición y esa posibilidad de modificar el voto está descarta. Además, el propio votante es el primer garante de que eso es así, pues puede verificar su “comprobante de votación”, el que imprime la máquina, antes de introducirlo en la “caja de resguardo”, y comprobar que lo que allí dice se corresponde con el voto que acaba de emitir. Si todos hacemos eso, no hay forma de que al verificar los comprobantes de la “caja de resguardo” nos vayamos a encontrar con algo distinto al resultado que imprima la máquina en el acta final.

 

Por otra parte y de igual manera, es fácil comprobar que el acta que emite y trasmite la máquina y la que se recibe en la “sala de totalización” del CNE son iguales; los “testigos electorales” están para eso, para recoger esas actas, que serán totalizadas por la Plataforma Unitaria y verificadas con las que se reciben en la “sala de totalización”, en donde también hay presencia de testigos opositores.

 

De manera que, el peligro no está en lo que trasmite la máquina; el peligro está en que la máquina no trasmita, que es la forma en la que en algunas oportunidades se han alterado los resultados. En 2017, según los funcionarios locales del CNE y del Plan República, en algunas mesas las máquinas “no trasmitieron” y sus actas fueron reemplazadas por “actas manuales” que arrojaban resultados diferentes a los que se tenían y que las máquinas habían impreso antes de trasmitir. En 2021 en Barinas trataron de hacer lo mismo, retrasando la trasmisión y como no pudieron hacerlo, pues las actas estaban en mano de la oposición, apelaron al recurso de inhabilitar al ganador de la gobernación. Ambos casos son historia bien conocida, no abundaré en detalles.

 

3- El miedo a la usurpación de la identidad

 

Es este un temor que tienen, sobre todo, los votantes en el exterior, a quienes se les ha privado de su derecho al voto, que como siguen registrados para votar en Venezuela y aparecerán en el “cuaderno de votación”, temen que alguien los vaya a suplantar y votar por ellos. La respuesta a este temor tiene que ser categórica. No es posible votar en una máquina, utilizando los nombres y número de CI de aquellos que no han votado en algún “cuaderno electoral”, sea porque se abstuvieron o sea porque emigraron; porque cada votante debe identificarse con una CI y con sus huellas dactilares y si utiliza una CI, obviamente falsa, sus huellas dactilares no coincidirán con las registradas y la máquina de votación se bloqueará; para que vuelva a reiniciarse hace falta seguir un procedimiento −llenado de planillas y utilización de una clave para desbloquearla− en el cual participan factores de las organizaciones políticas; de manera que, podemos estar seguros que es muy difícil que esto pueda ocurrir de una manera, como ya dije, masiva.

 

Relacionado con este punto está el temor a la duplicación o incremento de votos, debido a la supuesta cantidad de CI falsas en el país; lo primero es recordar que para que alguien pueda votar debe aparecer en el “cuaderno de votación”, que se elabora a partir del Registro Electoral, que es también auditado por los partidos políticos, para evitar irregularidades, duplicaciones, etc. Ya se ha aclarado suficientemente que el hecho de que aparezcan personas con el mismo nombre, pero números de CI distintas y votando en diferentes centros, no significa duplicación o fraude, sino que es algo estadísticamente probable en un país de más de 30 millones de habitantes y 21 millones de electores registrados.

 

Pero el argumento más importante es que cualquiera puede tener 10 o 100 CI, pero tiene un solo juego de huellas dactilares y si alguien, fraudulentamente, se presenta a votar con una CI falsificada, como sus huellas no coincidirán con las registradas, como ya expliqué, la máquina se bloqueará, y luego de que se logre activar, las huellas de ese “elector” que no fue identificado, quedarán registradas y todos esos casos, en que las huellas no han coincidido, o que no estaban registradas, que son menos del 2%, de todas formas, se revisan meticulosamente y pueden dar origen incluso a una investigación penal; pero, lo más importante para disipar temores, es que hasta la fecha no se ha podido comprobar ningún fraude por esa vía.

 

4- El miedo al desconocimiento del resultado

 

A pesar de lo que hoy en día se diga, lo cierto es que nunca hemos ganado una elección presidencial; por lo tanto, no sabemos −ni nosotros, ni el gobierno, ni nadie− que ocurrirá; cómo reaccionará el gobierno, si pierde la elección; cómo reaccionaremos nosotros si ganamos y no se reconoce el resultado; cómo reaccionará el pueblo si piensa que se le robó su decisión; cómo reaccionará la Fuerza Armada, ante el desconocimiento de una decisión popular, sobre todo si es contundente o masiva; cómo reaccionará la comunidad internacional, especialmente nuestros vecinos que se han mostrado preocupados por que se respete el resultado de la elección. Todos estos interrogantes están también presentes y no solamente la posibilidad del desconocimiento de un resultado que favorezca el cambio político en el país; por lo tanto, no nos puede paralizar el temor de que se pueda producir un desconocimiento del resultado.

 

Conclusión

 

La mejor forma de disipar temores es con información, con datos ciertos, desechando rumores; desechando información no confirmada, alarmista, distribuida desde “salas de situación” que propalan información falsa, que buscan atemorizar, pues esa es una de las estrategias del gobierno para desmotivar e incrementar la abstención y la baja participación, que es nuestro verdadero principal enemigo. Pero lo más importante, la mejor manera de disipar temores, es logrando una alta votación, una votación masiva, contundente, que no deje dudas; y en eso debemos concentrar los esfuerzos. El miedo que han sembrado en 25 años y los abusos cometidos con los que han pretendido paralizar al pueblo, ¡El 28 de julio, cóbratelo!

 

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 Ismael Pérez Vigil

Afinando estrategias (y 2)

Posted on: junio 23rd, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Algunos califican de “atípica” −y otros de “épica”− la actual campaña electoral, o “precampaña”, porque la campaña como tal aún no ha comenzado. Ciertamente tiene algo −o mucho− de ambas características, al menos la campaña opositora. En mi artículo de la semana pasada (Afinando estrategias) analicé algunas de sus características, como preámbulo, a la necesidad o pertinencia de afinar la estrategia opositora. Concluyo hoy esa tarea autoimpuesta, refiriéndome a algunos mitos, para tratar después algunas tareas que se deben desarrollar para la defensa del voto.

 

Secreto del voto

 

Lo de los “mitos electorales”, que son varios, hay que abordarlos de manera colectiva e individual; es decir, aparte de lo que las organizaciones políticas y de la sociedad civil puedan hacer, los actores individuales, el común de la gente, también podemos poner de nuestra parte, conociendo la realidad de estos “mitos” y divulgando la falacia de ellos, ayudando a despejar de la mente de nuestro familiares, amigos y relacionados algunas de esas fantasías. En esta ocasión, me voy a referir, solamente, a dos de ellos.

 

Uno, es lo relativo al secreto del voto o que el voto no es secreto; tema hábilmente manipulado por el gobierno con aquello de “sabemos por quién votas” y que se reforzó con la incorporación de la mal llamada “captahuella” que, según nos decían, en combinación con la máquina de votación, permitía conocer por quien se votaba y así se convertía en un instrumento de manipulación e intimidación.

 

Hoy sabemos que no es cierto, que eso es una fantasía y que más bien la “captahuella”, o el llamado “sistema de identificación”, es el que puede garantizar que nadie puede votar más de una vez o usurpar la identidad y votar por otra persona. Las auditorías −en las cuales la oposición ha participado con personal de altísima calificación− han demostrado que la coincidencia entre la huella que presenta el elector, al identificarse para votar, y la que está almacenada en la máquina de votación, es superior al 98%. Pueden estar tranquilos nuestros compatriotas del exterior, despojados de sus derechos políticos, porque eso de que alguien en Venezuela les pueda usurpar su identidad y votar por ellos no es fácil que ocurra y menos masivamente.

 

Otros seguros del secreto del voto

 

Adicionalmente, a la llamada “captahuella” y el alto porcentaje de coincidencia de huellas, el sistema de votación presenta otros mecanismos de seguridad, como por ejemplo que para que se autorice a votar a alguien cuya huella no esté registrada o no coincida, deben pasar por el sistema de identificación varios electores, que den “positivo” en la identificación; eso significa que para que un segundo elector al que no se logró identificar su huella, sea autorizado para votar, no solo se debe llenar una planilla con la información del caso, sino que además debe esperar a que pasen por el sistema de identificación varios electores que sí se puedan identificar. De manera que, una usurpación masiva de identidades, no es factible; pues por cada “elector” que intente usurpar la identidad de alguien y que su huella no esté registrada en la máquina de votación, se deben llevar a votar en esa Mesa varios más que sí se puedan identificar positivamente en la máquina. No parece sencillo organizar un fraude de manera masiva, mediante la usurpación de identidad; no es algo técnicamente factible y mucho menos para organizarlo masivamente, como para que se pueda alterar los resultados electorales y menos en una elección presidencial, pues tendrían que “usurparse” una alta cantidad de identidades y huellas.

 

Para concluir, la única manera de que el voto no sea secreto, es que alguien este detrás del elector en el momento de sufragar, que sabemos que es bastante difícil que ocurra; o que el elector pase acompañado a la máquina de votación, que aunque sabemos que es un derecho del elector, que tiene necesidad de ser asistido al momento de votar por una persona de su confianza o que él designe, eso es algo que ocurre en menos de 2% de los casos y además está regulado para evitar que se convierta en una práctica de coacción del voto. Por último, para no dejar cabos sueltos, recordemos que la Ley y el Reglamento de los Procesos electorales establecen que nadie puede ser acompañante de más de un elector en una misma mesa de votación, de manera que la organización masiva de esta práctica es fácil de detectar y de detener. Los “testigos electorales” de la oposición, que están advertidos acerca de estas prácticas, estarán muy pendientes.

 

El segundo mito al que, como ejemplo, me referiré, para concluir este tema, es al de la falta de confiabilidad del sistema automatizado.

 

Confiabilidad del voto automatizado

 

Desde hace mucho tiempo venimos escuchando que el voto automatizado no es confiable porque se puede cambiar el voto del elector, porque se puede trasmitir al “centro de totalización” del CNE una información diferente a la del acta de una mesa y otras irregularidades. No voy a repetir de nuevo esta vieja discusión, solo destacaré que, para este segundo caso, las auditorías o comprobaciones que se han hecho entre las actas que llegan a la sala de totalización del CNE y las que obtienen los “testigos” en el proceso de escrutinio de cada mesa, es prácticamente total. De igual manera, en la verificación ciudadana −la que se realiza en los comprobantes almacenados en la caja de resguardo al final de la jornada−, el nivel de coincidencia es casi de un ciento por ciento, entre el acta que emite la máquina y la revisión de los comprobantes.

 

El comprobante del voto

 

Cualquier elector está en capacidad de verificar si su comprobante de votación, el que emite la máquina, se corresponde con su voto. En muy pocas y contadas ocasiones hemos escuchado o conocido que algún elector alertara de que lo que decía su comprobante de votación, antes de introducirlo en la caja de resguardo, no era el voto que acababa de realizar. Por otra parte, en el improbable caso de alguna irregularidad, en la máquina quedan “trazas” o registros de esa irregularidad; paradójicamente, no se puede decir lo mismo en las mesas de votación manual, en donde todas las evidencias se destruyen al final de la jornada.

 

Vistos dos de los mitos electorales más importantes, veamos que otras tareas podemos emprender para contribuir al proceso educativo de los electores.

 

Otras tareas

 

Nuevamente, estas tareas las quiero asumir desde la óptica de lo que puede hacer el ciudadano común; ese que va a ir a votar, pero no tiene influencia o posición de dirección en ningún partido político u organización de la sociedad civil que pueda influir en el curso de la campaña, en la organización electoral o en la actividad del candidato o de los líderes opositores que recorren el país motivando a los electores, algunos como María Corina Machado, de manera muy notoria y eficaz. No obstante, estas otras tareas también pueden contribuir al éxito de todos.

 

Verificar del RE

 

Las tareas son varias, pero en esta ocasión me referiré solo a una de ellas, la verificación, individual, personal, del Registro Electoral (RE) y dejaré para una próxima ocasión algunas otras.

 

Independientemente de las modificaciones −legales o no− que pueda hacer el CNE, recientemente fue publicado el RE definitivo y esa es ya una razón suficiente para que los electores verifiquemos nuestra situación en ese registro: si permanece como la conocemos o si se ha producido algún cambio. Pero, además, hay algunas razones adicionales para verificar esta situación. La primera es que algunos analistas y conocedores de la materia alertan acerca de que más de 100.000 electores que habían sido seleccionados como miembros de mesa “…fueron eliminados para cumplir con esa función…” y que “…39.000 (de los 110.000 sorteados como miembros de mesa) fueron cambiados de centros de votación” (ver @Eugenio G. Martínez: https://bit.ly/3VCgD6Q)

 

Otra razón es que recordemos que entre los Miembros de Mesa que fueron sorteados por el CNE para ejercer esa función, y que se puede chequear en la página web (https://bit.ly/3WCeVnZ,)  debe haber un número importante de electores que han migrado al exterior −o del lugar en donde vivían y votaban en Venezuela− y no pudieron actualizar su RE; por lo tanto, no van a poder asistir a la instalación de las Mesas Electorales (ME) el 26 de julio, ni a la constitución de las mismas el día 28. Hay que prepararse para esa eventualidad y evitar que esas posiciones sean todas copadas por partidarios del gobierno o personas inexpertas que puedan retrasar o entorpecer el proceso de votación. Por lo tanto, es indispensable que todos revisemos nuestra situación en el RE y la de nuestros familiares, para asegurarnos dónde votaremos y si fuimos seleccionados como Miembros de Mesa, en cuyo caso debemos asistir a la capacitación −que empieza el 28 de junio− y estar preparados para ocupar los lugares en las ME.

 

Conclusión

 

Evaluados dos de los mitos electorales y cumplida la primera tarea de verificar nuestra situación en el RE, la próxima semana abordaré otras tareas, educativas para el elector. Y comenzaré una serie de recomendaciones para la defensa del voto el 28 de julio, de manera individual en las Mesas de Votación y de manera colectiva en los Centros de Votación; “defensa” que no solo es responsabilidad de las organizaciones políticas y de la sociedad civil o de los líderes, sino también de los ciudadanos.

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 Ismael Pérez Vigil 

Organización electoral

Posted on: junio 9th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

La victoria electoral de la oposición democrática el 28 de julio (28J) es el resultado de múltiples factores: políticos, como la unidad opositora; sociales y económicos, como el deseo de cambio de una población empobrecida por 25 años de oprobio; electorales, como la movilización del electorado, su motivación y la organización necesaria para concretar ese triunfo. Por lo tanto, la discusión acerca de si la elección se gana con movilizaciones y concentraciones u organización de militantes y simpatizantes en las mesas electorales el 28J, es una falsa discusión, pues todas esas acciones son necesarias y el triunfo es el resultado de la combinación virtuosa de todas ellas.

 

Campaña vs Organización

 

Sí, es cierto, se gana o pierde en las mesas electorales (ME), pero para defender los votos, lo primero es lograr que haya votos, que la gente se motive y vaya a votar y para eso es la campaña electoral, con sus concentraciones, movilizaciones, reuniones, procesos de captación de electores, procesos de educación electoral para que la gente sepa votar y obviamente con la indispensable organización que apoye el día de la votación a los electores y a los “testigos”.

 

Todo lo que se está haciendo es necesario: el candidato en actos puntuales, entrevistas y reuniones con sectores del país; los dirigentes y líderes políticos incorporados a la campaña electoral, recorriendo y motivando a los electores; y los militantes de los partidos y de las organizaciones de la sociedad civil −a nivel internacional, regional y local− enseñando a los electores a votar y a verificar sus votos y trabajando en la organización a desplegar en la campaña y en las mesas electorales el 28J. Por supuesto los venezolanos en el exterior apoyando a los que van a votar allí y para que los que no puedan hacerlo −por habérseles negado ese derecho− apoyen a sus familiares y amigos para que lo hagan en Venezuela. Es decir, todos al unísono, para motivar a los electores, apoyarlos y defender el resultado. Ninguna de esas tareas −y otras no descritas− son más o menos importantes que otras, todas son necesarias y lo deseable es que cada quien se dedique a aquello que sabe hacer mejor y para lo que tiene más destrezas. Pero veamos a continuación algunos temas críticos que han salido a la discusión.

 

Observadores electorales

 

A algunos les preocupa que solo contaremos con la “observación electoral” interna −observadores nacionales−; probablemente con la observación del Centro Carter, y por confirmar, con una Misión de Expertos de las Naciones Unidas y por último, con algunos invitados de partidos políticos internacionales. No vamos a estar “solos” el 28J. Estará sobre nosotros la mirada del mundo; sobre todo, de nuestros principales vecinos, Brasil y Colombia −a quienes ya sabemos que afectan mucho los desplazamientos humanos producto de nuestros problemas políticos internos− y en general estaremos bajo escrutinio de todos los países americanos y europeos; y eso no es poca cosa; como tampoco lo es la presencia de la prensa internacional, cuyos corresponsales vendrán en masa a ver y reportar lo que ocurra en el país.

 

Tareas importantes

 

Por tanto, no puedo dejar de insistir en que hay dos tareas importantes el 28J; la principal, lograr que los electores vayan a votar. Lo dicho: si no hay votos, no hay nada que defender. Por lo tanto, además de estimular a los electores, hay que apoyarlos, facilitarles la tarea, estimularlos para que no se desanimen con las dificultades que encuentren, que pueden ser varias. En buena medida la votación será resultado de la campaña electoral que se está llevando adelante; la del candidato y la de los lideres recorriendo el país, informando y formando a su gente y, sobre todo, insuflándoles o avivando en todos la esperanza de que el cambio político es posible.

 

La segunda tarea es la organizativa. Constituir los equipos que apoyarán a los electores y a los “testigos electorales”; éstos últimos pieza fundamental, pues son los que observarán y denunciarán en las actas si hay algunas irregularidades, que informarán a los comandos de los partidos y que recogerán los resultados y los harán llegar con prontitud al lugar que se les asigne para ello. Sobre este último tema, el de los “testigos”, se ha desatado una discusión en redes sociales, que denota una preocupación que es loable que se tenga, pero que tenemos que evitar que se convierta en uno de los tantos “mitos” que se generan en estos procesos y que no contribuyen a estimular el voto, sino todo lo contrario.

 

Centros de votación y mesas electorales

 

Ciertamente, lo deseable es conseguir que la oposición democrática tenga “testigos”, si no es posible en todas las ME, del país y del exterior, al menos en más del 95% de ellas. Es natural la preocupación de algunas personas por la composición y distribución de los Centros de Votación (CV), que ya se conoce cuantos son y donde estarán ubicados, pues el Registro Electoral, como estaba pautado, se dio a conocer el 1 de junio (Gaceta Electoral 1507, 1/06/2024 – https://bit.ly/3X7AZap). Eso sin duda ayuda al trabajo político, porque sabemos dónde van a estar los CV y como nos ha ido históricamente en ellos; todos los partidos saben de sobra dónde tienen sus seguidores y sus votos y son los primeros interesados en mantener esa votación, pues no olvidemos que en 2025 tendremos elecciones parlamentarias, regionales y locales.

 

Pero el detalle completo, en cuanto a la organización que tenemos que desplegar, con relación a los “testigos electorales” y los equipos que los apoyarán, sólo la podemos hacer, con entera precisión, cuando sepamos, con igual precisión, el número de ME; y sobre eso aun no tenemos información definitiva. Desde luego, la que tenemos hasta ahora −y las experiencias anteriores− nos sirven para iniciar el trabajo de selección de “testigos” y preparar sus equipos de apoyo; y ya eso se está haciendo y además se están formando instructores y facilitadores que capacitarán esos “testigos”.

 

Faltan 20 días para que comience, ante el CNE, la acreditación de los “testigos”, que se inicia el 28 de junio, de acuerdo al cronograma electoral, y finaliza el 27 de julio; por lo tanto, que no tengamos aún la lista definitiva y completa de los mismos, no es un problema significativo; habida cuenta, además, que los partidos políticos suelen hacer una “carga masiva” de todos sus “testigos” en un mismo día, una vez que se abra el periodo de acreditación, y mientras tanto van “depurando” sus listas y sobre todo guardándolas celosamente para evitar saboteos y complicaciones. En conclusión, no nos podemos dormir, pero estamos con tiempo suficiente a pesar de la angustia de algunos.

 

Trabajo adelantado

 

Más bien creo que, si es verdad lo que se comenta en redes sociales, que tenemos cubiertas más del 35% de las supuestas ME −que aún no sabemos cuántas son− es un gran adelanto. Con eso no subestimo nada; sé lo que enfrentamos y que hay que montar los equipos para apoyar esos “testigos”; solo digo que hay tiempo y sobre todo conocimientos y experiencia de sobra. Lo que falta es conocer el número exacto de ME que tenemos que cubrir. Además, resalto la observación que me hizo un amigo periodista: Es la primera vez que este tema se discute a profundidad, antes del día de la votación, pues siempre se discutía después, para explicar porque habíamos perdido o para justificar por qué no teníamos todas las actas para probar que de verdad habíamos ganado: “Es que no cubrimos todas las mesas con testigos electorales”, decíamos. Espero que la discusión de ahora sirva para cubrir está vez todas las ME y no para desmoralizar a los votantes.

 

“Mitos in crescendo”

 

Sobre las tareas a desarrollar por parte de los “testigos” ya he insistido en ocasiones anteriores (Ver Testigos Electorales 1 y 2: https://bit.ly/4dTnhxO y https://bit.ly/3Rb5Izv) y como está allí dicho, los testigos lo que van a hacer es enviar los resultados a través del mecanismo que se designe, registrar en el acta las eventualidades que se produzcan en la ME y que perjudiquen al candidato unitario, e informarlo de inmediato a su comando respectivo. Pero, un “testigo” en la ME, o varios, no son los que van a defender los votos y los resultados; eso es tarea de todos y sobre todo es un tema que también hay que encarar y resolver; pero, eso no se va a hacer en discusiones de grupos de WhatsApp, por redes sociales o por esta vía. No generemos un “mito” con los “testigos electorales”.

 

Las cifras “frías”

 

Hay otro punto que quiero tratar con relación a los “mitos”, pero para ello es preciso considerar el contexto de las cifras de esta elección, al menos las que ya conocemos. De acuerdo con el RE definitivo, tenemos 21.323.253 electores en Venezuela y 69.211 en el exterior, para un total de 21.620.705; que se distribuirán en 15.863 CV en Venezuela y 106 en el exterior, para un total de 15.969 CV. Como ya dije, aún no sabemos el número de ME; pero dependiendo del número de electores por mesa que decida el CNE – entre 900, 950 o 1.000− podremos tener entre 21.300 y 23.700 ME. Pero esos son los números fríos; los datos calientes y realistas son otros.

 

Las cifras “calientes”

 

Primero, desde el punto de vista del personal a organizar, los datos que conocemos nos permiten estimar que necesitaremos entre 61.000 y 74.000 “testigos”, considerando un principal y dos suplentes y dependiendo del número de votantes por ME que al final se defina; pero como tenemos tres partidos −MPV, MUD y UNT− podemos acreditar entre 191.000 y 213.000 “testigos electorales”.

 

Segundo, no sabemos con precisión cuantos electores hay en el exterior, a los que se les privó su derecho político al voto, pero los estimamos, conservadoramente y redondeando, en 4 millones; lo cual nos disminuye la cifra de electores en Venezuela a 17,6 millones; tampoco sabemos cuál será la cifra de abstención, suponemos que bajará −por el nivel de interés y polarización que nos dicen las encuestas−, pero la podemos estimar en 25%, es decir 4,4 millones; lo que nos deja un electorado de 13,2 millones a repartir entre dos opciones principales −sumando a la oficial la de los partidos judicializados−. Esos 13,2 millones de electores, son nuestro objetivo.

 

¿Dónde ganaremos?

 

Y aquí es donde creo necesario que aterricemos y no construir “mitos”. Por ejemplo, se ha hablado mucho de Centros de Votación con una o dos ME, que supuestamente favorecen al gobierno, pues siempre obtienen en ellos una alta votación; ciertamente, son CV más fáciles para movilizar votantes y algunos de ellos para intimidar a nuestros electores y personal electoral. Por supuesto que tenemos que hacer esfuerzos importantes para cubrir esos CV y tener “testigos” en esas ME y en las más remotas, más inaccesibles y en donde siempre ha perdido la oposición; pero con realismo; porque no es cierto que allí no sacamos ningún voto; y ciertamente en esta ocasión todo indica que  subiremos considerablemente nuestra votación en ellos, como para que nuestro triunfo dependa de nuestra votación en los centros en donde histórica y tradicionalmente se vota por el oficialismo.

 

Conclusión

 

Nuestra preocupación debe ser asegurarnos que en los centros donde siempre hemos ganado −y eso incluye el exterior− no se pierda ni un solo voto, por confusión, dejadez o abstención. Es allí donde aseguraremos el triunfo el 28J, en donde hay que arreciar nuestra campaña de motivación, de educación electoral para evitar confusiones, de movilización y apoyo a los votantes. Que no falle o se pierda un solo voto en esas ME, en Venezuela y en el exterior.

 

 Ismael Pérez Vigil 

 https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

Testigos Electorales (1)

Posted on: mayo 27th, 2024 by Super Confirmado No Comments

Para la elección presidencial del 28 de julio, las tareas son múltiples; por ejemplo, la campaña electoral, la movilización de la población, el proceso de “educar” o enseñar a los votantes como votar, la incorporación de los venezolanos en el exterior −aun cuando a millones de ellos se les conculcó su derecho al voto−; y un sinfín de cosas más; pero, una de las más importantes es la de organizar los “testigos electorales”.

Por organizar los “testigos electorales”, vamos a entender: escoger, capacitar y acreditar a los que se van a dedicar a esta tarea. Como quiera que lo de escoger y acreditar es una responsabilidad primordial de los partidos que tienen candidato −es decir, la MUD, el MPV y UNT− apoyemos definiendo el contexto, aclarando fechas, responsabilidades, puntos críticos, legislación en la materia, tareas a desempeñar, etcétera.

Resumen (Contexto)

Hasta que se publique el Registro Electoral (RE) definitivo, previsto para el 1 de junio, conocemos de forma preliminar algunos datos; la cantidad aproximada de electores, calculada en 21,3 millones; un número de Centros de Votación (CV), estimado en 16 mil y un aproximado número de mesas, en 28.500. Conocidas las cifras definitivas, se podrán hacer ajustes, pero por el momento debemos advertir que un punto crítico es la cantidad de CV que solo tendrán una o dos mesas, y que aproximadamente se calcula que son más de 12 mil; es decir, más de 9 millones de electores, que representan, en números gruesos, el 42% de los electores del país; también se deberá prestar especial atención a los “nuevos” centros de votación y a aquellos que han sido “desincorporados” como centros de votación y en consecuencia, migrados sus electores.

Los centros con una o dos mesas, son más fáciles para controlar; en definitiva, para manipular a los electores, movilizar votantes o intimidar a los opositores; de allí la importancia de trazar una estrategia al respecto, que obviamente éste no es el espacio para discutirla o definirla.

Mitos.

Lo primero es disipar la cantidad de mitos, estimulados desde el oficialismo, para incrementar la abstención y desalentar y atemorizar a los votantes opositores y a los “testigos electorales”; cosas como: “sabemos por quién votas”, “podemos alterar los resultados”, “aunque perdamos, no vamos a entregar”. No voy a insistir en el carácter mítico de estas afirmaciones, sobre lo que tanto se ha hablado y sobre lo que he escrito en varias ocasiones, siendo las más recientes las dos últimas semanas (ver en https://bit.ly/3VXETzD); por lo tanto, solo vale la pena recordarlo, para desechar esos mitos e insistir en la tarea educativa de disiparlos de la mente de los electores; de lo contrario, estamos jugando a la estrategia del gobierno y contra el cambio político del país.

Fraudes.

Con respecto a las posibilidades de fraude, es importante diferenciar entre los errores que se pueden cometer en las Mesas Electorales −de manera involuntaria, por descuido o desconocimiento− y el fraude como tal, que es la voluntad de alterar un resultado y que puede ser explícito, cuando se alteran los resultados de un evento electoral −eliminando actas, por ejemplo− o implícito, cuando se desequilibran las condiciones objetivas de participación en un proceso electoral para favorecer a un actor determinado; que es exactamente lo que hemos visto o estamos viendo en el país, con la judicialización de los partidos políticos de oposición; la anticipación de la fecha electoral y el enorme lapso entre la elección y la toma de posesión; lo ocurrido con la inhabilitación de partidos y candidatos, previo al proceso de postulación; las trabas para inscribir el candidato de oposición y lo que está ocurriendo con el hostigamiento a la campaña de la candidatura de la oposición democrática.

¿Qué hacer?

La única manera de evitar fraudes es: vigilar y tomar en cuenta los puntos más vulnerables; conocer y manejar muy bien las normas −las Mesas Electorales las dirigen los Miembros de Mesa, pero las dominan los que más saben− y concentrarse en el papel a desempeñar por los “testigos electorales”, especialmente en las siguientes actividades electorales: el día de la instalación de las Mesas −26 y probablemente 27 de julio− y el día de la votación, escrutinio y verificación ciudadana, el 28 de julio y la madrugada del 29.

Para esas fechas, ya habrá pasado todo lo que se pudo hacer con el RE, que ya estará plasmado en las Mesas y Cuadernos de Votación; habrá concluido también la campaña electoral y la movilización de electores; finalizado igualmente la tarea de educación ciudadana, para ubicar los centros de votación y enseñar a los electores como votar por Edmundo González Urrutia; y habrán finalizado también la mayor parte de las auditorías. Por lo tanto, concentremos ahora el esfuerzo en conocer la normativa y los demás actores del proceso, para luego examinar el papel de los “testigos electorales”.

Normativa Legal.

Las normas fundamentales que deben conocer los “testigos electorales” y los actores que apoyan el cambio político son:

1- La Constitución Nacional, particularmente:

el Art. 63, que establece el derecho al sufragio y

el Titulo IV, Capitulo V (varios artículos) que define las funciones del Poder

Electoral y los principios que lo rigen. (Art. 294)

2- La Ley Orgánica del Poder Electoral (LOPE):

Que recoge esos postulados constitucionales;

Las competencias del Consejo Nacional Electoral;

Las funciones y responsabilidades de los Rectores;

Las funciones y responsabilidades de sus órganos internos y subalternos; y

Las características del llamado Servicio Electoral

Y, sobre todo, las siguientes normas:

3- La Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE), de agosto de 2009, Gaceta Oficial

Nº 5.928 Extraordinario del 12 de agosto de 2009

4- El Reglamento General de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (RLOPRE), del 18

de enero de 2013); y

5- El Manual Operativo del CNE, no publicado aun, que seguramente se conocerá cuando

se inicie el proceso de capacitación de los Miembros de Mesa, el 28 de junio.

Allí está detallado todo el proceso electoral, imposible de resumir aquí, pero debe ser conocido a fondo por todos los involucrados en los procesos electorales, especialmente los “testigos”. (Ver Normativa Electoral, en el siguiente vinculo: https://bit.ly/3wOi5um)

Actores en los procesos electorales.

Obviamente los más importante son los electores, pero no me referiré a ellos, resumiré los involucrados directamente en la actividad de las Mesas Electorales:

1)  Los funcionarios designados por el CNE, para ocuparse de la logística y operatividad del CV y la Mesa Electoral; es decir, el Coordinador del CV y el llamado Operador del Sistema Integrado u Operador de la Máquina de Votación.

2) Los Funcionarios del Plan Republica, que según el Art. 5 de la LOPRE, prestarán apoyo al Poder Electoral, resguardarán la seguridad de los electores, velarán por el orden, la custodia, el traslado y el resguardo del material e instrumentos electorales. Nada más. No deciden nada sobre el proceso electoral, ni su duración, ni su horario.

3) Los Miembros de Mesa, que son designados y nombrados por el CNE, para constituir la Mesa Electoral, órgano subalterno del CNE y única autoridad en materia electoral en los CV −no es el Coordinador del CV, ni el Operador de la máquina, ni los funcionarios del Plan República− es la Mesa Electoral. Prácticamente son unos “funcionarios”, que tienen tareas concretas, se encargan de la logística del proceso, su ingeniería, para que todo funcione. Por supuesto nos interesan, pero no dependen de nosotros, excepto que, por ausencia de alguno de ellos, alguno de nuestros partidarios o “testigos”, puedan −y convenga− ocupar su lugar. Obviamente, saber quiénes son y su simpatía política, nos podría ahorrar tener que ocuparnos de vigilar más a fondo las Mesas en las que se desempeñan.

4) Los Observadores Electorales, nacionales e internacionales, que son propuestos por ONG independientes e imparciales, o por Organismos Internacionales y son acreditados por el CNE; o actúan independientemente, sin credencial −pues ciertamente en Venezuela la Observación Electoral surgió mucho antes de ser reconocida por el CNE o plasmada en el Reglamento Electoral, como está ahora−; los Observadores defienden los intereses de los electores, vigilan y velan por la correcta actuación de actores y el desenvolvimiento normal y legal del proceso, sin expresar sus preferencias, aunque las tengan, y no van a defender los intereses de ningún candidato, sino los de todos. Y por último:

5) Los “Testigos Electorales”, que son el centro de nuestro interés, cuya descripción a fondo la desarrollaré la próxima semana.

Conclusión.

Estamos a 63 días del acto electoral; y el inicio de la Acreditación de Testigos Electorales comienza el 28 de junio y se prolonga durante un mes, hasta el 27 de julio. No escuchemos las usuales voces agoreras y a los predicadores de la desmoralización y el pesimismo, porque ya se ha iniciado el proceso interno de captación y selección de los “Testigos Electorales” opositores, dentro de los partidos y organizaciones de la sociedad civil que apoyan al candidato unitario; e incluso se ha iniciado el proceso interno de instrucción del personal y los facilitadores, que a su vez se encargarán de coordinar y capacitar a los “testigos” opositores. Sin descuidarnos, hay tiempo suficiente para concluir bien y cuidadosamente esta tarea. No generemos alarmas innecesarias.

La próxima semana examinaremos, con detalle, los aspectos básicos de los “testigos electorales”, el papel que les corresponde jugar, las funciones y puntos críticos en cada una de las jornadas del proceso electoral, que involucran a los “testigos: la Capacitación, la Acreditación, la Instalación de las Mesas y su Constitución y los procesos de Votación, Escrutinio y Verificación Ciudadana.

 

Ismael Pérez Vigil

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

La Clave del Exterior

Posted on: mayo 6th, 2024 by Super Confirmado No Comments

Manifestantes venezolanos defendiendo el derecho al voto en el exterior en la Plaza del Callao en Madrid. “

 

Estamos dando lo que nos corresponde por derecho. No estamos pidiendo un favor”, dijo a EFE ayer domingo en Madrid el político venezolano Antonio Ledezma en una manifestación para exigir al Consejo Nacional Electoral (CNE) la actualización del registro de votantes para que los venezolanos residentes en el exterior puedan ejercer su derecho al voto en las elecciones presidenciales del próximo año. EFE/Ana Báez – EFE/ Ana Báez

A partir de hoy faltan 83 días para la elección presidencial; puede ocurrir de todo… o nada; podemos desgastarnos en las interminables polémicas en las que solemos embarcarnos, dar rienda suelta a nuestras diferencias u odios mellizales −de los que hablo José Maria Gironella−, que conducen a muy poco; o podemos consumirnos en la preocupación, pero eso no va a evitar que ese día llegue y hay que tener todo listo para cuando eso ocurra.

Por tener todo listo entiendo tener un “tropel” de personas para movilizar y apoyar a los que vayan a votar y, sobre todo, testigos suficientes en todas las mesas para vigilar la votación, los resultados y la disposición para defenderlos de lo que pudiera ocurrir … punto sobre el que no voy a especular.

Los números del 28 de Julio (28J).

No basta con pensar que hay un 80% de personas que quieren un cambio político en el país, porque la situación no es sencilla ni fácil. Nada indica que el voto de ese caudal de personas vaya hacia el candidato unitario. Para empezar, de los 21.4 millones de electores registrados para votar, hay unos 5 millones de votos que no irán a ninguna parte, porque los electores están viviendo en el exterior y no están registrados o no pudieron cambiar su domicilio, no hubo ningún interés en que lo pudieran hacer, se les privó de su derecho a votar con incontables dificultades. No voy a enumerarlas, recomiendo al respecto una recopilación de tres organizaciones: Alerta Venezuela, Espacio Público y Voto Joven, denominada: “Barreras al Registro Electoral en el Exterior”, que se puede “bajar” del siguiente vinculo: https://bit.ly/4b1IrIi.

La lamentable situación de los venezolanos en el exterior es, en resumen, la siguiente: Al escaso número de votantes registrados en el exterior −107 mil, pocos para el volumen de emigrantes− en el proceso de registro extraordinario que acaba de ocurrir, apenas se sumaron 508 nuevos electores y solamente 6.020 lograron cambiar su centro de votación de Venezuela al país en donde hoy viven. Y peor aún, de los 113.4 mil registrados, más de la mitad no votarán; unos porque siempre se abstienen −debemos asumir que en el exterior es el mismo porcentaje que se abstiene en Venezuela, es decir más de un 25% − y otros porque no encontrarán donde hacerlo, pues las embajadas y consulados en muchos países están cerrados; por ejemplo, en Estados Unidos, Canadá y la mitad de los consulados en Colombia; sin contar con que en Brasil, Chile, Ecuador y Perú, hay muy pocos consulados, para el volumen de compatriotas en edad de votar que viven allí. Es decir, en el exterior, menos de 70 mil venezolanos podrían votar. ¿Qué podemos hacer? Poco y mucho.

Que hacer en el exterior.

Poco para el enorme número de venezolanos que en el exterior tienen edad de votar y que incluso están registrados en Venezuela, pero que no se pudieron registrar ni actualizar; −aún se podrán registrar, pues el Registro Electoral (RE) es continuo, pero ya no podrán votar el 28 de julio (28J)−. Y mucho, porque el efecto de movilización que se puede lograr, es importante para dar a conocer a la comunidad internacional la descarada violación de un derecho político, el de votación, perpetrado por el Estado venezolano; y también mucho, porque ni uno solo de los votos que se pueden lograr, porque estaban registrados o lograron inscribirse, se debe perder. En este sentido, previo al 28J, hay algunas tareas que se deben emprender. Entre las más importantes está la revisión del RE, para asegurarse que todos los nuevos votantes que se registraron y los que lograron cambiar su domicilio, estén adecuadamente registrados.

La revisión del RE.

De acuerdo con el Cronograma Electoral (ver https://bit.ly/3WjaAWy), el 29 de abril se debió publicar en la página Web del CNE el RE preliminar para la elección del 28J −y se debió entregar a los partidos políticos−, para dar inicio al proceso de revisión del RE. Sabemos que no fue así, se ofreció para el día 30 y solo uno o dos días más tarde, es decir este fin de semana, se podrá consultar dicho registro.

Los electores, tanto en Venezuela como en el exterior, deben revisar en la página Web del CNE (http://www.cne.gob.ve/web/index.php) sus datos de RE; pero atención, porque hay dos “botones” de consulta, uno verde y uno azul, deben dar igual el resultado, pero se debe consultar en el azul, el que dice Consulta Registro Electoral Preliminar, y en caso de no aparecer allí o haber algún error, hay plazo hasta el 14 de mayo para hacer el reclamo y los ajustes. Para ello hay que buscar la “Planilla de Reclamo y Registro de Fallecidos”, en el siguiente vinculo: https://bit.ly/44tROOl; la planilla se debe imprimir, llenar todos los datos y enviarla con todos los recaudos al siguiente correo electrónico: registro.electoral@cne.gob.ve; sin embargo, es aconsejable consignar personalmente la planilla con el resto de la documentación, en Venezuela, ante una de las oficinas del CNE o intentarlo ante los consulados, quienes estén en el exterior. Y recordar que después del 14 de mayo de 2024, ya no habrá posibilidad de hacer reclamos para que sean incluidos en la elección del 28J. Quince días después, el 1 de junio, se debe publicar el RE definitivo. En resumen, las fechas a tomar en cuenta para la revisión del RE, eliminando las que ya no se cumplieron, son:

–       Hasta el 14 de mayo: Periodo de Reclamos del RE

–       1 de junio: Publicación del RE definitivo en la página www.cne.gob.ve

Las tres tareas.

A partir de ahora la movilización para denunciar, votar y vigilar, son las tres tareas a las que se concreta la actividad que deben desarrollar los venezolanos en el exterior, apoyados por los venezolanos que vivimos aquí y los comandos de campaña del candidato unitario y de los partidos que lo respaldan. Veamos esas tareas con algún detalle, que resumen lo dicho en varios artículos anteriores:

1- Denuncia e información. Continuar la campaña de denuncia de la violación del derecho al voto de los venezolanos en el exterior. Documentando y explicando esto a las autoridades de los países y ciudades en las que residen, a los medios de comunicación y a los partidos políticos locales. Dirigir cartas y/o sostener reuniones con los gobiernos locales, sus autoridades y partidos políticos, explicando las irregularidades que se cometieron en el registro, además de las que ya están contenidas en las inconstitucionales normas de la LOPRE y su reglamento. Tanto en las ciudades y países en donde no funcionan las embajadas, ni consulados, como en aquellos en que si funcionan, especialmente en aquellas ciudades y países en donde residen venezolanos y en las que no habrá donde ejercer el voto, las demostraciones de denuncia y protesta se deben sentir, para incrementar el costo político de la violación de este derecho.

2- Apoyo a los votantes. En las ciudades y países en donde se pueda ejercer el derecho al voto, la tarea específica será la de apoyar la movilización y organización de los venezolanos que, a pesar de todas las arbitrariedades cometidas, lograron registrarse o cambiar su domicilio para votar. No olvidemos que hay condiciones laborales, de distancia y lejanía del lugar de votación, de costos de movilización y restricciones físicas en los consulados, que dificultan el derecho al voto, aun a aquellas personas que lograron superar las trabas y se registraron. En aquellas ciudades en las que habrá consulados o embajadas para votar, es preciso que los venezolanos, las organizaciones políticas y las de la sociedad civil, se organicen para apoyar a los que van a votar, para facilitarles esa posibilidad y para que los que no lograron superar las trabas e inscribirse, que apoyen a los que si lo pudieron hacer y que participen en las actividades de denuncia que se organicen. Recordar al elector que, una vez que se pasó el inconstitucional filtro del pasaporte vigente y la constancia de residencia permanente, la única documentación necesaria para votar es la cedula de identidad laminada, vigente o vencida. Suponemos que en los consulados −y el CNE− no tendrán el descaro de pedir otro documento diferente a la C.I. como identificación; pero habrá que estar prevenidos.

Una tarea también específica, tanto de los que se lograron inscribir, como de los que no lo pudieron hacer, es motivar y apoyar a sus familiares y amigos en Venezuela, para que vayan a votar. Hay muchos venezolanos en el país, de edad avanzada, cuyos familiares más jóvenes emigraron y que pudieran tener dificultades en Venezuela para ubicar sus centros, para movilizarse a votar o confusión en cuanto a la forma de hacerlo y ubicar al candidato unitario en la pantalla de la máquina de votación. Es preciso ayudar en esta tarea a los grupos locales que lo estarán haciendo. De igual manera, los venezolanos en el exterior deben estar pendientes de la selección y capacitación de los “testigos de mesa” y de la fecha para acreditar a esos testigos; tarea que según el artículo 33, numeral 13 de la LOPRE dura un mes y según el cronograma del CNE, se inicia el 28 de junio y concluye el 27 de julio. Sabemos bien, por la experiencia de procesos anteriores, que esta es una actividad clave para la oposición y por eso mismo, suele haber retrasos y demoras “injustificadas” por parte del organismo electoral.

3- Votar y vigilar. Cumplida la tarea de seleccionar, capacitar y acreditar a los testigos de mesa, es necesario apoyarlos el 28J en los aspectos críticos de la jornada, que son la apertura de las mesas, el cierre, el escrutinio y la verificación ciudadana. Esa tarea, que es particularmente crítica en el país, algo menos en el exterior, también debe ser cuidadosamente planificada, para que no falten testigos electorales a ninguna hora del día, pero especialmente a las horas señaladas de apertura y cierre, esta última para recoger las actas, comparar con el resultado que arrojó el escrutinio y la verificación y entregarlas al “comando” o grupo que se encargará de recopilar todas y enviarlas al centro de totalización o al lugar que corresponda. La logística implica preparar recursos para el traslado de los testigos y su mantenimiento −con hidratación y refrigerios− durante todo el día y disponer de los recursos de traslado y comunicación que sean necesarios.

Conclusión.

Los partidos políticos de la PU y los que apoyan al candidato unitario, al igual que varias organizaciones de la sociedad civil, están prestando apoyo a los venezolanos en el exterior, para organizarlos y que apoyen la actividad electoral del 28 de julio; se puede acudir a cualquiera de estas organizaciones para esa finalidad. En particular, voy a recomendar a la plataforma de Venezolanos Siempre, de la que ya les he hablado en alguna oportunidad, y que es la organización que nos sirvió de apoyo en la CNdP para organizar a los venezolanos en el exterior para la Primaria del 22 de octubre. A través de este correo: vesiempre@gmail.com se puede entrar en contacto con esta organización, que está dispuesta a informar y apoyar a los venezolanos en el exterior.

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Ismael Pérez Vigil

 

Discusiones políticas

Posted on: abril 14th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Desde 1992 he participado en múltiples reuniones y discusiones políticas; la mayoría de las veces en grupos de ciudadanos y pequeñas organizaciones de la sociedad civil, a los que he pertenecido o con los que he trabajado o en discusiones con militantes de partidos en diversos comités y comisiones en los que me he integrado. Quiero compartir algo de mi experiencia y conclusiones acerca de las discusiones políticas, que hoy se dan en el país.

 

Aclaro que cuando hablo de “discusiones políticas” no estoy hablando de aquellas que se dan en la Plataforma Unitaria (PU), el G4, las que se deben estar dando entre el comando de María Corina Machado (MCM), la PU y otros partidos políticos, las que se dan seguramente entre los negociadores de la PU y del Gobierno, y otras similares, a las que no tengo acceso. Las “discusiones políticas” a las que me refiero son las de analistas, periodistas, asesores, algunos dirigentes políticos y ciudadanos comunes y corrientes −como Ud. que me lee y yo− y que se dan en estos medios, en las redes sociales (RRSS) o en algunas de esas “asambleas ciudadanas” −que afortunadamente aún existen− y son las discusiones en las cuales vamos a informarnos y a sacar conclusiones para nuestro quehacer diario y, sobre todo, para nuestra actividad política o electoral.

 

Ética política y flexibilidad política

 

En las reuniones en que he participado, he visto sostener argumentada o apasionadamente puntos de vista enfrentados o diferentes y en algunas ocasiones, cuando se ha decidido por alguna opción, he visto a quienes sostenían otra opción como se han volcado a la tarea de llevar adelante la decisión adoptada con el mismo entusiasmo, fervor y ahínco con el que venían sosteniendo y trabajando en la otra alternativa, la que defendían y que no fue aceptada. Eso siempre me pareció algo normal, porque aceptar derrotas y triunfos forma parte de la ética fundamental del militante político y yo soy eso, un militante político, aunque nunca he pertenecido a ningún partido.

 

En esos pequeños grupos en los que he participado, mientras se estaba decidiendo cualquier opción, explicábamos y argumentábamos a favor o en contra, a veces acaloradamente, pero a todos se nos escuchaba y al final, si era el caso, se adoptaba una o varias decisiones y por lo general −siempre hay excepciones, dulces o amargas− mostrábamos ser lo bastante flexibles y razonables para cambiar de opinión, a veces de un extremo al otro, porque lo importante era llegar a una decisión que representara el consenso de todos o la voluntad de la mayoría. Porque eso forma también parte de la ética fundamental del militante político y de la política en general: aceptar las decisiones mayoritarias y respetar la posición de las minorías.

 

Razones para discutir

 

Lo anterior ha sido −y debe ser− la tónica general en las discusiones políticas, en las discusiones internas de los grupos que he mencionado −e imagino que es igual en los partidos políticos−; pero, me preocupa observar que actualmente cuando se hacen públicas, sobre todo en las redes sociales −uno de los pocos espacios de discusión e información que hoy nos quedan− las discusiones que trascienden a esos pequeños grupos se convierten en verdaderas “disputas”, subidas de tono. Usualmente se parte de posiciones tomadas, vamos a la confrontación alineados −o alienados− con una posición, buscando “ganar” una discusión en la que nadie “gana”, porque nadie va a escuchar los argumentos del otro, que ni por asomo se asume que puedan ser más razonables o mejores que los propios; nadie discute tampoco para convencer a aquel con quien se discute.

 

Se discute por una de tres razones; la primera, para afinar y fortalecer los propios argumentos; la segunda, para fijar posición y convencer a terceros, ajenos al grupo al que pertenecemos, que escuchan o leen buscando conocer o adoptar algún criterio −estas dos posiciones no tendrían nada de malo−; pero, la tercera, la más común, es que se participa en la discusión para demoler a quien no piensa igual y de ser posible, pero no indispensable, desmontar sus argumentos. Sufrimos la consecuencia de un cuarto de siglo de prédica que considera y trata al “otro” como un enemigo.

 

Después vendrá, sin confirmar ni cuestionar nada, la difusión en redes de lo que se ha decidido o entendido, sea cierto o no; y, en la era de “posverdad” e IA, esto es lo normal y lo fácil. Daniel Innerarity, filósofo español, en uno de sus últimos artículos hace esta preocupante afirmación: “…en política existen dos planos diferentes: uno el análisis de la realidad y otro la táctica de combate… Los políticos están más de acuerdo en el ámbito privado que en el público, son más sinceros en las relaciones personales que cuando están gesticulando ante el público.” (Ver su artículo en: https://bit.ly/3VVZy9P) En la “civilización del espectáculo” (Vargas Llosa), la política es también espectáculo, y políticos somos todos los que tenemos una preocupación por lo público, lo social, no solamente los que militan en los partidos. Y los que no la tienen, la sufren.

 

Lógica de los argumentos

 

Las argumentaciones que observo, en prensa o redes sociales, en las discusiones políticas, públicas, son muy variadas; pero, siempre me llamó la atención algunos de los razonamientos que suelen darse en algunas de ellas; seguramente se debe a que siempre tenemos la impresión y la certeza de que tenemos la razón y que los demás están equivocados; de igual manera se cae fácilmente en calificar de “digna” mi posición e “indigna” la del otro. Sé que muchos pensarán que digo algo extremo, pero ¿estoy muy equivocado? Esa es más o menos la lógica en una buena mayoría de las discusiones políticas, de quienes, al no poderse imponer o convencer por los argumentos, apelan a ese “mecanismo” de nivelación y de fuerza. Es lo que algunos llaman el “síndrome de la superioridad moral”. (Ver Colette Capriles en X: https://bit.ly/4aJbCzc)

 

¿Derecho de información?

 

Hay otra tendencia que también se observa mucho en las discusiones políticas −reitero que siempre me refiero principalmente a las que se dan públicamente, por la prensa o en redes sociales− y es la aparente contradicción entre la transparencia que debe caracterizar la actuación de todo político −pues honestidad es otro principio ético de la política− y la defensa del derecho a estar informados. No es razonable pretender que ciertas discusiones que tienen implicaciones estratégicas, muy delicadas, se puedan hacer abiertamente −en chats de vecinos, de compañeros de colegio, liceo o universidad, de aficionados a algún deporte, de algún tema de interés común, etc. – simplemente para evitar que quienes nos adversan y tienen mucho poder, especialmente represivo, estén totalmente al tanto de cuáles son nuestras jugadas, planes, opiniones y posiciones.

 

Tenemos el derecho de estar informados, pero si lo que queremos es ejercerlo plenamente y participar en las discusiones donde se toman las decisiones políticas y estratégicas, nos tenemos que involucrar en las organizaciones políticas que tienen que tomar esas decisiones, que no se toman en la plaza pública. No hay otra manera, las decisiones estratégicas no serán el resultado de las discusiones en redes sociales, ni en las asambleas de vecinos o ciudadanos.

 

Consecuencias indeseables

 

Esta forma de “discusión política” suele ser muy negativa y genera perniciosas consecuencias. Con este estilo de discusión, por simple hartazgo, apartamos a muchos de la política y, sobre todo, envilecemos la discusión política en las RRSS, que como ya dije, es uno de los pocos vehículos de discusión y difusión que nos quedan. Dice Irene Vallejo, la formidable escritora española, que los dioses nos dieron el fuego y la palabra y desde hace millones de años nos reunimos alrededor del fuego a conversar: “Al amor de la lumbre, incluso antes de inventar las mesas, la humanidad practicó las sobremesas”; pero, nos hemos quedado con el fuego en la palabra y no hemos desarrollado la “…habilidad de matizar una opinión tajante o rebatir racionalmente ideas simplistas” (Ver: Animales, Dioses, Idiotas, https://bit.ly/49tAOIT) Se mezclan posiciones políticas y errores objetivos, no para oponerse una decisión que se considera errada, sino que se va más allá, minando las reputaciones de las personas, con calificativos de todo tipo.

 

¿Y las candidaturas?

 

Dejo para una próxima oportunidad, cuando las aguas estén más en reposo, para abordar el tema complejo, apasionante y apasionado de la discusión política de las candidaturas; después de todo, como ya sabemos, la fecha límite para tomar una decisión en materia de candidaturas, no era el 25 de marzo, pues esa era solo la fecha de postulaciones; una fecha más próxima y deseable para tener una decisión es sin duda el 20 de abril, que es la fecha final para definir una candidatura cuya fotografía podamos ver los electores en la pantalla de votación; pero, tampoco esa es la fecha final, aunque algunos temen a que todo se posponga para el 18 de julio.

 

A quienes así piensan les recuerdo que a una semana −y desde mucho antes− del 22 de octubre teníamos representantes de los partidos de la PU y otros diciendo que no había condiciones para celebrar la elección primaria; candidatos amenazando con renunciar tres días antes y solicitando la posposición del evento; muchos voceros de la oposición democrática y muchos analistas políticos señalando, pidiendo también y desde hacía tiempo, que se pospusiera la votación, haciéndose eco de los que decían que no había centros de votación, ni mesas electorales, ni miembros de mesa; y el gobierno sembrando más dudas y burlas acerca del proceso. Sin embargo, todos vimos lo que ocurrió el 22 de octubre: los centros, las mesas y los miembros de mesa estaban donde tenían que estar y la población no tuvo dificultades para encontrarlos, manifestar su voluntad y decirle a los demás, por los medios a su alcance, en donde podían votar. No subestimemos la capacidad y voluntad popular.

 

Conclusión

 

Los problemas más agudos que confrontamos −por ejemplo, el de la candidatura unitaria−, en todo caso, no se resolverán en discusiones abiertas en los medios de comunicación o en redes sociales; y esperemos que el resultado, a pesar del tono que pareciera que se comienza a agriar en los últimos días, no resulte en una merma en las posibilidades del cambio político que el país anhela. Que no nos atrape el “síndrome de la última oportunidad”; pero, ese y el de las candidaturas será un punto a desarrollar en una próxima ocasión.

 

Ismael Pérez Vigil

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de Confirmado.com.ve

¿Cambió el juego?

Posted on: febrero 6th, 2024 by Super Confirmado No Comments

Categóricamente, no… es la respuesta a la pregunta que titula este artículo. No cambió el juego, ni cambiaron los jugadores, solo se ha movido el “tablero”; ahora falta saber cómo entendemos lo que está ocurriendo y cuál será nuestro próximo movimiento, porque no cabe duda que en el intrincado ajedrez de la política venezolana, que se desarrolla en varios tableros, es nuestro reloj el que está corriendo, es nuestro tiempo el que se consume.

 

 

Conclusión vigente.

 

 

La conclusión del artículo que había escrito para publicar este fin de semana, y que ya no verá la luz, era la siguiente: “Mantener y fortalecer la unidad y organizar al pueblo opositor para la vía electoral son las prioridades de la oposición democrática, y así lo ha entendido y reafirmado la candidata de la oposición; pero, las piezas del complicado juego están sobre el tablero, en una partida extremadamente dinámica y las posiciones pueden cambiar todos los días.” La conclusión creo que es aún pertinente, pues la decisión −de confirmarse, porque aquí todo es posible− de que las elecciones presidenciales de 2024, se adelantarían para el próximo mes de mayo, si bien metió mi artículo en el congelador o lo canceló de manera definitiva, no canceló el problema de la estrategia que tenemos que seguir desarrollando. Si se confirma el adelanto de las elecciones, el gobierno venezolano habría iniciado otra jugada, que debemos analizar. Desde luego no pretendo asumir la paternidad de ninguna de las ideas que expongo aquí; son ideas que están circulando y yo simplemente las tomo, las resumo, las comparto e invito a reflexionar sobre ellas.

 

 

Los actores y sus objetivos.

 

 

Si el juego no ha cambiado, tampoco los actores, ni sus objetivos. Las prioridades, probablemente, sí; y en consecuencia hay que reevaluar la estrategia. Desde luego, los actores no tienen la misma fuerza, ni capacidad de negociación. Pero, esa es la maraña que debemos descifrar y en la que nos tenemos que mover. Comencemos por describirlos y evaluar sus objetivos, pues si bien son múltiples los actores participantes −o con deseos de participar− en este intrincado juego, tres son los principales:

 

 

El primero, el Gobierno Venezolano (GV), secundado −con disimulo o sin el− por su “oposición” ad hoc, que ahora veremos reanimarse y volver a la escena con “furia”. La finalidad de este actor es eliminar sanciones internacionales que le dé acceso a los recursos económicos, que le permitan apuntalarse en el poder, al menos por seis años más, que es su objetivo primordial.

 

 

Las encuestas, la opinión en la calle, los análisis de todos los especialistas, coinciden en señalar que los “números” electorales no favorecen el objetivo del Gobierno de mantenerse en el poder −a pesar de lo que dicen algunos de sus “encuestadores”−, y por lo tanto era de esperarse que tomara algunas de las acciones que está tomando: “sacar” del camino a los rivales que considera más peligrosos y si no hay de donde incrementar el  “caudal electoral”, hay que reducir el del contrario, restándole tiempo, para impedir que se organice. Simplificando, no es una estrategia nueva y creo que eso cualquiera lo puede entender, sin alarmarse.

 

 

Desde luego que la decisión de inhabilitar a MCM, ratificar la de otros lideres políticos, levantar la sanción a algunos y ahora lo de adelantar el proceso electoral, es una clara “jugada” divisionista que busca ahondar la fractura opositora. Vieja estrategia del “divide y vencerás”, bien secundada por “opositores” en algunos partidos, en el medio empresarial y sectores de opinión −algunos autocalificados de “radicales”− que deliberadamente o no, le hacen el juego a esa estrategia.

 

 

El segundo actor es el Gobierno Norteamericano (GN), como expresión de la llamada Comunidad Internacional. Según algunos el objetivo que persigue este actor es asegurarse los recursos energéticos que posee Venezuela, pero ese −si lo es, sobre lo que hay razonables dudas−, no es el objetivo declarado; pues el declarado es restaurar la democracia en Venezuela, objetivo de toda la comunidad democrática internacional, y apuntalar las democracias, heridas por ineficacia y propios errores y por los populismos y autoritarismos de diferentes signos.

 

 

Este actor −aunque con problemas en su propio patio, de los que quiere curarse− a nivel internacional, tibiamente para algunos, ha mantenido su estrategia y estaba logrando el respaldo de la comunidad internacional para su política de negociación: La Unión Europea, la OEA y más de una docena de países en todo el orbe se habían manifestado en apoyo a su estrategia y en rechazo a las medidas contra la oposición adoptadas en Venezuela recientemente.

 

 

Y el tercer actor es la oposición democrática, que como es bien conocido, su eje protagónico se ha desplazado desde la Plataforma Unitaria hacia Maria Corina Machado (MCM), candidata unitaria, producto de una masiva e innegable votación popular el 22 de octubre de 2023. El objetivo final de este actor, claramente anunciado, es la restauración de la plena democracia en el país. Si aceptamos que los actores no tienen la misma fuerza, ni capacidad de negociación, la oposición democrática sin duda luce como el más débil.

 

 

En materia, del levantamiento de las sanciones, factor clave en la negociación que se lleva adelante desde México y ahora en Barbados, es poco lo que pueden hacer los negociadores venezolanos de la oposición democrática; ellos mismos así lo admiten; y eso es, sin duda, la parte más débil de su posición negociadora. La oposición democrática, además de sufrir las consecuencias de los embates del GV, es poco lo que puede “ofrecer a cambio” para una negociación, como no sean principios democráticos, de justicia u orden, que son sin duda abstractos para su “contraparte”, el GV.

 

 

Nuevo elemento introducido.

 

 

En resumen, hay dos actores principales con fuerza y poder de negociación, el GV y el GN; y eso es algo que la oposición democrática debe entender −que creo que lo entiende− y todos los demás venezolanos envueltos en el juego para definir una estrategia. El problema es que no todos lo entendemos por igual. La oposición democrática hizo su jugada, el apoyo popular a su opción electoral unitaria. El GV hizo también su jugada, entre otras, la inhabilitación, y ahora, el adelanto de las elecciones, que tampoco es una “novedad”, pues el calendario electoral se ha movido a conveniencia del actor que tiene el poder para ello y era una posibilidad de la que se venía hablando. De todas maneras, el adelanto de la elección, tan pronto como mayo, si es que se concreta, no deja de ser una jugada sorpresiva, pues se llegó a pensar que, al menos esa parte del Acuerdo de Barbados, de celebrar la elección en el segundo semestre de 2024, se respetaría.

 

 

Posible impacto.

 

 

De manera que no hay nuevos actores, ni han cambiado sus objetivos, ni sus estrategias, ni su poder negociador. Cambio el escenario. Ahora, ¿Qué tanto cambió? Y, sobre todo, ¿Qué tanto perjudica a la oposición y a su candidata, MCM? Evaluemos, fríamente si eso es posible, algunas de las ideas que circulan al respecto.

 

 

Quedan pocas dudas acerca de que la inhabilitación y el adelanto de la elección sacan a MCM del “juego” electoral; pero no la sacan del “juego” político. Y posiblemente ese, afirman algunos, va a ser el error más grave del Gobierno. No me cabe duda que, tal como lo afirma la propia MCM, cito de memoria sus palabras, “2024 es un año políticamente decisivo”. Si, lo sigue siendo, solo que el eje de poder e influencia de la candidata de la unidad, se desplaza del eje electoral, hacia el eje político.

 

 

Que MCM vaya o no a ser la candidata de la oposición, es algo que hoy luce con enormes incertidumbres; pero, lo que es claro y compartido por los analistas políticos, es que eso no le merma lo más mínimo su poder e influencia política. La principal victoria de MCM no fue solo dominar avasallantemente la elección primaria, fue la de ponerse en el centro del poder político de la oposición democrática y convertirse en referencia para los venezolanos, y como estamos viendo, para la comunidad internacional… y lo más importante, para el propio gobierno venezolano, que no logra descifrar este oponente.

 

 

Le corresponde a la oposición democrática, que ahora ella encabeza, dejar atrás políticas electorales equivocadas y reconstruir su fuerza y capacidad negociadora. Proseguir la ruta de la participación electoral, tantas veces esquivada, como estrategia política y apuntalar la unidad de la oposición. Para ello, a la candidata, tal como formuló en su discurso del 29 de enero en la Plaza Altamira, (ver en YouTube: https://bit.ly/3I1NXOl) le corresponde liderizar la construcción de la Gran Alianza Nacional (GANA), la conformación de su plan 600K, que denominó una “escuela electoral”, para formar a más de 600 mil venezolanos que cuidarán y defenderán los votos de la oposición en la elección presidencial, en Venezuela y en las ciudades que se pueda, alrededor del mundo.

 

 

Conclusión.

 

 

Sin duda alguna, no ser la candidata es algo que puede pesar en el desarrollo político de MCM; pero, si bien eso dificulta su estrategia personal y legítimas aspiraciones, no necesariamente le impide desarrollar y organizar al pueblo opositor y construir una opción más sólida a futuro. Y finalizo haciendo mías las palabras del padre Luis Ugalde, S.J. en su último artículo: «Ahora el papel relevante de MCM no queda eliminado, sino potenciado. Su indiscutible talento y valentía requieren ahora más creatividad y flexibilidad para un acuerdo de salvación nacional y una candidatura unida y reforzada…” (ver: https://bit.ly/3vYJRUn). En efecto, comparto la idea de que probablemente se podría haber cancelado la opción electoral de MCM, pero se ha fortalecido su opción y capacidad de influencia política, dependiendo de cómo mueva las piezas.

 

Ismael Pérez Vigil

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/