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Kirchner tensa la cuerda del boicot a la investidura de Macri

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Kirchner tensa la cuerda del boicot a la investidura de Macri

El bloque oficialista pide a sus legisladores que no acudan hoy a la toma de posesión

 

 

 

El último día de Cristina Fernández de Kirchner al frente de la presidencia argentina se pareció mucho a los anteriores. Protagonista de otro escándalo, el de su propia despedida al renunciar a asistir a las ceremonias de investidura y traspaso de mando de Mauricio Macri, abandonó el poder con un homenaje a su difunto marido (un busto), se apropió de la cuenta deTwitter oficial de la Casa Rosada, designó a dos nuevos embajadores, nombró a casi seiscientos cargos, aumentó el gasto público y terminó de vaciar el Banco Central (las reservas tangibles son un misterio) al disponer de más de tres millones y medio de dólares para el pago de deudas.

 

 

Por si estas medidas fueran poco, las últimas horas de la presidenta vinieron acompañadas de la amenaza de sus leales. El Frente para la Victoriaanunció ayer que no irá hoy a la sesión de investidura en la Asamblea Legislativa donde el presidente, Mauricio Macri, jurará el cargo y pronunciará su primer discurso como jefe de Estado. Entre diputados y senadores kirchneristas ayer sumaban un total de 150 escaños (hoy se verá cuántos la siguen y cuántos se rebelan). El objetivo de estas medidas, sin precedente, es ofrecer una imagen medio vacía del hemiciclo donde estarán presentes representantes de unas cuarenta delegaciones. Entre otros, el Rey Juan Carlos. El propósito es arruinarle la fiesta a Macri.

 

 

Aníbal Fernández, a estas horas su ex jefe de Gabinete, intentó justificar lo injustificable al tratar de explicar las razones por las que la viuda de Kirchner estará ausente, por primera vez en la historia, incluidos los traspasos de la dictadura a la democracia, en la sucesión del mando. «Han hecho (en alusión a Macri) cualquier cosa para que la presidenta no esté presente». En la misma línea, Oscar Parrilli, jefe del servicio de Inteligencia, hombre de confianza de la expresidenta y encargado la víspera de comunicar al mundo su «faltazo» dijo: «Entre esto y un golpe de Estado no hay mucha diferencia». Se refería al dictamen del fiscal Jorge Di Lello –ratificado ayer por la juez María Servini de Cubría– donde aceptó una medida cautelar de Mauricio Macri y la vicepresidenta, Gabriela Michetti, para que la Justicia aclarase –como hizo– que «el mandato de de la señora presidente saliente culmina a la medianoche del 9 de diciembre y el mandato del señor presidente entrante se inicia a las 0 horas del 10 de diciembre de 2015».

 
La decisión de recurrir al Poder Judicial del presidente y de su vicepresidenta se enmarcó en el temor a que Cristina Fernández de Kirchner convirtiera la investidura de Mauricio Macri en algo muy parecido a un circo o una trampa con alguna sorpresa. Desde el Gobierno se dio luz verde, entre otras movilizaciones, a una manifestación a las puertas del Congreso para aclamar a Cristina Fernández, cuyos acólitos estaban, además, ocupando los palcos durante la investidura de Macri.

 

 

Fuente:  ABC.es

 

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