El Grupo de Expertos Independientes en Bielorrusia expresó este miércoles su preocupación por la victoria el domingo 26 de enero del líder bielorruso Alexander Lukashenko en unas elecciones que «no fueron verdaderamente democráticas», lo que según ellos aboca al país europeo a nuevos abusos contra su población.
«Con Lukashenko dispuesto a seguir al mando durante otros cinco años, hay motivos fundados para temer que seguirán la represión y las violaciones de los derechos humanos», señaló un comunicado del grupo de Naciones Unidas, encargado de hacer un seguimiento de la situación de las libertades fundamentales en ese país.
La falta de observadores internacionales en los comicios, que Lukashenko ganó con un 87 % de los votos, resta toda legitimidad a las elecciones, como ocurrió con las de 2020, en las que las protestas de la sociedad civil posteriores fueron duramente reprimidas.
«Esa extensa represión ha sido efectiva. Con cientos de miles de bielorrusos exiliados en los últimos años y más de 1.200 prisioneros políticos privados de libertad, no hubo candidatos en esta ocasión para presentar una verdadera oposición al actual mandatario» en el poder desde 1994, señaló el comunicado.
Desde los pasados comicios de 2020, recordó el grupo de expertos, opositores reales o simples sospechosos de serlo han sufrido detención arbitraria, tortura y denegación del derecho a un juicio justo, abusos que junto a otros observados en el país podrían constituir crímenes contra la humanidad.
En un comunicado por separado, otros expertos en derechos humanos de Naciones Unidas expresaron su preocupación por la violencia de género y el maltrato que muchas mujeres sufren en centros de arresto y prisiones de Bielorrusia.
Estos expertos dicen haber recibido denuncias de hacinamiento, insalubridad, dificultades de acceso a atención médica y falta de privacidad en los baños, en prisiones y centros de detención preventiva donde las mujeres a menudo son detenidas en régimen de aislamiento y sin poder tener contacto con sus hijos.
En el comunicado citan ejemplos como el de la Colonia Correccional Número 4 en Gómel (este del país), donde se han dado casos de violencia entre prisioneras «tolerada y animada por la administración penal».
En ese centro también se han denunciado prácticas como la llamada «jaula de la vergüenza», en la que algunas reclusas son forzadas a pasar horas de pie en el patio del centro penitenciario, soportando las inclemencias del tiempo.
Firman este segundo comunicado el relator de la ONU sobre los derechos humanos en Bielorrusia, Nils Muiznieks, su homóloga sobre la tortura, Alice Jill Edwards, y las cinco miembros del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Discriminación contra Mujeres y Niñas. EFE
