Algunos de los 37 reclusos muertos tenían las manos amarradas y los cuerpos estaban en posición fetal, lo cual indica que estaban arrodillados cuando fueron tiroteados por funcionarios de la comisión, afirmó Carlos Alberto Nieto, director de la ONG Una Ventana por la Libertad.
Nieto está fundamentado en informaciones llegadas desde el Centro de Detención Preventiva, en el que hubo la incursión de una comisión mixta integrada por militares y policías pertenecientes a la intervenida Policía de Amazonas, el lunes en la noche.
“Cuando la comisión militar-policial tomó el control del sitio, a quienes estaban heridos los asesinaron cuando estaban amarrados y arrodillados. De acuerdo con información forense, transcurridas 24 horas de la muerte de una persona la rigidez del cuerpo no permite modificar la posición en la que estaban”, explicó Nieto, luego de precisar que eso explica por qué no se reportaron presos heridos durante el enfrentamiento, por lo que exigió que se investiguen las circunstancias de la masacre.
A tres días del suceso que todavía conmociona a los habitantes de Puerto Ayacucho, en la morgue del Hospital de Puerto Ayacucho no quedaban ayer cadáveres por entregar. El centro de detención fue clausurado por orden del ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, quien aseguró el jueves que sería entregado al Ministerio del Servicio Penitenciario, a cargo de ex viceministra Marielis Contreras, quien suplió en el cargo a la constituyentista Iris Valera, y quien no ha fijado posición sobre el hecho.
Nieto precisó que aunque el reclusorio estaba adscrito a la policía intervenida desde hace cuatro años, todos los presos allí hacinados dependían del ministerio penitenciario, como lo establece el código que rige la materia.
Los 105 presos estaban bajo proceso penal y de estos 30 estaban sentenciados, por lo cual fueron llevados a otras cárceles.
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