Los senos son tan diversos como nosotras, las mujeres, y ni qué decir de nuestros pezones. Estos tienen tantas formas, colores y tamaños que son difíciles de enlistar. Pero existe una condición que muchas chicas padecemos: los pezones invertidos. Su punta, en vez de ser protuberante, está literalmente hacia adentro. Según Bustle, el 20% de las mujeres alrededor del mundo lo padecemos.
No significa nada grave, es más bien una cuestión genética con la que nacimos o inició cuando nuestras boobies comenzaron a desarrollarse.
Cuando el tejido mamario se encuentra muy pegado a la piel del pezón, puede empujarla hacia adentro cuando el seno crece.
Si ya cuentas con experiencia en el terreno sexual, sabes que el hecho de tener pezones invertidos no tiene nada qué ver con la sensibilidad. En caso de que seas nueva, esta condición no interviene en el placer al ser estimulados.
¿Y si quiero amamantar?
Este es otro tema. Algunas mujeres no experimentan ninguna dificultad durante la lactancia, otras sí.
Afortunadamente, tiene solución: existen métodos, tratamientos y aparatos que pueden ayudar a “que salgan”.
Recuerda amar tu cuerpo tal y como es. Algunas chicas somos altas, otras morenas y otras más tenemos pezones invertidos… ¡Y así somos increíbles!
Informe 21
María L. Espinoza
