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La biblioteca de Oscar Yanes

Posted on: agosto 6th, 2023 by Lina Romero No Comments

El pasado viernes 28 de julio se inauguró, en la sede del Palacio Arzobispal de Caracas la Biblioteca Oscar Yanes.

 

 

Una iniciativa apoyada por el cardenal Baltasar Porras y en la que Ligia Yanes, la viuda de Oscar, ha puesto tanto empeño, clasificando y organizando la numerosa cantidad de libros que componen la mencionada biblioteca.

 

 

El acto, organizado por el Museo Sacro de Caracas y el Archivo Histórico Arquidiocesano contó con la hermosa participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chacao.

 

 

Además de la impresionante biblioteca, se inauguró una exposición dedicada a diferentes momentos de la vida del ilustre Chivo Negro, que estará abierta las próximas semanas.

 

 

A quien esto escribe, le correspondió el honor de pronunciar unas breves palabras ese día. Ignorante yo de las formas protocolares para aludir a los cardenales, apelé a Google, que todo lo sabe, y realicé esta búsqueda: «¿Cuál es el tratamiento que se le da a un cardenal?». Y este fue el resultado de mi consulta: «aplicar una bolsa de hielo sobre el cardenal lo antes posible» y «aplicar cataplasma de sal sobre el cardenal». Me pareció una recomendación un tanto extrema y ya estaba yo rumbo al mercado para comprar la bolsa de hielo y la sal, cuando caí en cuenta de la palabra cardenal en castellano tiene varias acepciones: entre ellas, efectivamente como príncipe de la iglesia, pero también como «mancha amoratada que sale en la piel luego de un golpe o lesión». Así que resuelta la confusión comience simplemente agradeciendo a S. E. R. Baltasar Enrique Cardenal Porras.

 

 

Dice el escritor Carlos Ruiz Zafón: «cada tomo, cada libro que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él». De modo que nuestra querida Ligia Yanes les entrega a los lectores caraqueños, no solo el alma de su amado esposo, sino también el alma de aquellos que constituyeron la de Oscar. ¿Y qué mejor espacio para que tanta alma repose junta que este lugar sagrado del Palacio Arzobispal?

 

 

Un libro es tantos libros como lectores alcanza, así que convertir una biblioteca privada en una biblioteca pública es un acto de amor. Transitar por esta biblioteca permitirá al lector conocer a Oscar Yanes al conocer los libros que marcaron su vida. Una vida plena de actividades de la más diversa índole, en las supo marcar rumbos, alcanzando siempre éxito y reconocimiento.

 

 

Se inicia en el periodismo, pasión que sostuvo durante toda su vida, como reportero, como articulista, como hombre de medios, como corresponsal de guerra, como entrevistador de las más relevantes personalidades literarias, intelectuales y políticas de su tiempo (Entrevistó a Truman, a Dalí, a Papini a Nasser, entre otras celebridades. Hizo una reveladora entrevista a Armando Reverón en la que éste no desmiente su locura mientras afirma con profunda lucidez teológica y pictórica que Dios está en la luz). Fue un auténtico pionero del periodismo en Venezuela.

 

 

En la televisión tuvo Oscar una destacada carrera como como productor y conductor de programas, siempre de altísima sintonía, baste recordar «Así son las cosas» o la polémica «Silla caliente». Era un genio inventando frases que se hacían rápidamente populares con su particular manera de decir las cosas. Pero, por encima de todo, Yanes fue un intelectual que supo desentrañar con ingenio y gracia la manera de ser de nuestro pueblo, su idiosincrasia, lo que le llevó también a tener destacada participación la política nacional, vinculado al pensamiento socialcristiano.

 

 

Yanes habla con tanta familiaridad de los tiempos pretéritos, que uno comienza a sospechar que él estuvo allí, vibrando, no solo con la llegada del hombre a la luna, sino más allá: ¿Quién era, si no, ese Yáñez Pinzón que viene con Colón? O, más tarde, por los lados del 19 de abril, que lo encontramos nuevamente bajo el nombre de Francisco Javier Yanes.

 

 

Encaramado en el balcón del pueblo de la época, afirman las malas lenguas que amordazó a Madariaga, quien supuestamente era firme partidario del Capitán General D. Vicente de Emparan y Orbe. Le quitó la sotana y se la puso. Cuando el representante español consultó a las masas sobre su permanencia en el poder, Yanes, desde atrás, mandó señales que el pueblo descifró exhaustivamente.

 

 

Lo volvemos a encontrar en aquel fatídico año del 1813, esta vez haciéndose pasar por caudillo realista, natural de las Islas Canarias. En esa oportunidad lleva hasta al propio Bolívar a la silla caliente y le hace preguntas incómodas: Libertador….explique lo de Manuelita… ¿Es o no es usted un gurrumino? …No me guabineeé… ¡me está guabineando!…

 

 

Oscar Yanes nos legó una extensa obra escrita (no paró de escribir desde que su padre le regaló la primera Remington).

 

 

En sus libros encontramos esas historias divertidas e insólitas que entretejen los grandes momentos del país. Historias vinculadas a la vida cotidiana de la gente, a sus afanes, ilusiones, también al folklore y a las supersticiones, que definen la identidad venezolana, porque siempre fue un intelectual de esos que brotan de las raíces más profundas de un pueblo y se nutren de sus vivencias.

 

 

Tuvo la oportunidad de seguir de cerca –y no pocas veces como protagonista– los grandes acontecimientos políticos del país, y en su obra nos deja simpáticos relatos de los intríngulis de esos momentos. En sus últimos años, Oscar Yanes cerró su ciclo vital –para suerte nuestra– vinculado al humor y a los humoristas, quienes tuvimos el placer de oír de sus propios labios, con su inconfundible estilo, hilarantes historias.

 

 

En el Palacio Arzobispal, como un libro abierto a disposición de los lectores, queda su alma, dispuesta a transmitir sus vibraciones a quien quiera adentrarse en ella.

 

Chúpense esa mandarina… Así son las cosas.

 

 

Laureano Márquez 

Artículo publicado en el diario TalCual

Con mentalidad de solución

Posted on: julio 29th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Trabajo de la política es procesar tensiones, resolver conflictos y generar equilibrios. Los mejores políticos lo intentan, con mentalidad de buscar construir soluciones. Otros, se me dirá con razón, pareciera que hacen lo contrario, es decir que maniobran para complicar las cosas y alejar las soluciones, de modo de imponer un desenlace que han prefigurado en función de su interés personal, partidista o ideológico. Pero esos no serían buenos políticos, pueden ser malos políticos o incluso antipolíticos, porque la imposición unilateral es característica de las antipolíticas, así en plural, porque las hay de izquierda, de derecha, oscilantes y antipolíticas “puras” que no tienen otro propósito que el poder por el poder puro.

 

 

Ocho de cada diez venezolanos quiere un cambio político. Sus razones abundan y no son ocultas ni misteriosas. Están en la cotidianidad nacional. A ese dato hay que agregar que del resto, esos dos a quienes el cambio no les parece buena idea, es de donde salen quienes controlan el gobierno y el Poder Legislativo nacionales, así como el Tribunal Supremo y los órganos de los poderes Ciudadano (Contraloría, Fiscalía, Defensoría del Pueblo) y Electoral. Esa no es toda la realidad, pero es esencial a nuestra realidad.

 

Ese es el problema principal de los venezolanos hoy. Tarea de los líderes o aspirantes a serlo del ochenta por ciento de la población, es viabilizar ese cambio, mientras previsiblemente, la de los dirigentes del veinte por ciento es impedirlo. Es innegable que los primeros no han logrado su cometido y que los segundos, hasta la fecha, se han salido con la suya. Pero la situación de país empeora, la emigración no cesa, la vida de los venezolanos es mera supervivencia o apenas un poco más que eso, pues debe superar, diariamente, obstáculos diversos, algunos con la reaparición briosa de problemas que habíamos dejado atrás o en cuya solución habíamos avanzado, aunque de modo desigual de acuerdo a las regiones y a los sectores sociales. Así que el “empate catastrófico” y ni siquiera la pulverización de la oposición resuelven la cosa porque, no nos engañemos, esta manera de concebir la lucha por conservar el poder o por alcanzarlo, necesitará siempre de enemigos a los que culpar y para cuyo combate haya que convocar a “los buenos”, vale decir los míos.

 

 

En la política (y no en la antipolítica) es donde hay que buscar las soluciones. Soluciones para procesar las tensiones que existen y existirán, resolver los conflictos presentes y futuros y generar equilibrios que disminuyan los efectos de las diferencias y provean modos más seguros, por menos inciertos, de afrontar tensiones y conflictos.

 

 

Bien haría el grupo en el poder en plantearse esto seriamente. Se lo aconsejan sus amigos y aliados en la región como Lula o Petro y con juvenil ímpetu Boric. Y es lo que le dijeron en Bruselas, fuera de los flashes y los besitos en la mejilla, los líderes de Europa. Todas democracias constitucionales respetuosas de los derechos humanos, con independencia de la tendencia ideológica de quien gobierne ahorita o pueda gobernar la semana que viene que para eso hay elecciones.

 

 

Y, desde luego, la misma recomendación vale para mis amigos de este lado, cuyo deber es ofrecer a ese ochenta por ciento de venezolanos, una vía para hacer valer su mayoría en unas elecciones que se celebrarán en el contexto descrito en el segundo párrafo de esta nota. Estamos en julio, mes de la Independencia, el cumpleaños de Bolívar y la crucial Batalla Naval del Lago de Maracaibo, pero no nos confundamos e imaginemos que la lucha es entre realistas y patriotas. Cada uno tiene su modo de ser patriota, pero aquí y ahora y me parece que más dentro de unos meses, las decisiones nos obligan a escoger entre cómo procuramos cambiar la realidad que es o cómo fantasear sobre cómo debería ser.

 

 

Ramón Guillermo Aveledo

“El Pollo” Carvajal dejará al desnudo la estructura narcocriminal del chavismo

Posted on: julio 23rd, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Resulta sorprendente repasar la historia de la formación del chavismo, que de un prólogo que culmina con una intentona golpista fracasada el 4 de febrero del 1992, pasa después a un primer capítulo donde el jefe de los amotinados, el teniente coronel, Hugo Chávez y muchos de sus seguidores, pagan tres años de cárcel; un segundo en el cual tres jefes históricos de la izquierda venezolana, Luís Miquilena, José Vicente Rangel y Manuel Quijada (ya entrados en años), le recomiendan que se olvide de los cuarteles y de los golpes de Estado y funde un partido político civico-militar para que participe en las próximas elecciones presidenciales; y un tercero, cuando el 8 de diciembre 1998, Chávez es electo presidente de la República con un porcentanje de votos que se acerca al 40 por ciento.

 

 

Es importante destacar que el consejo de los “Tres Tristes Tigres” de la izquierda nacional (Miquilena, Rangel, Quijada) se fundaba en la realidad de que el pueblo venezolano llevaba 40 años celebrando elecciones para cambiar sus gobiernos (1958-98) y su cultura política era raigalmente democrática, por lo cual, pasar a cambiarla “pacifícamente”, obligaba a tomar el poder, en una primera fase, disfrazándose de “demócratas”, para después pasar a instaurar el socialismo dictatorial y totalitario por etapas, dando marcha atrás unas veces y avanzando otras, aceptando, incluso, que los partidos democráticos ocuparan espacios de poder no estratégicos, pero sin entregrar nunca el “Poder Ejecutivo”, el que lidera el Presidente y monopoliza el control de las armas y es desde el cual realmente se manda.

 

 

Chávez también, tan temprano como en abril de su primer año de gobierno, logró que la todavía democrática, Corte Suprema de Justicia, le permitiera convocar una Asamblea Constituyente, que si no anuló totalmente la Constitución demócratica vigente, la del 61, si la redujo a un artículado donde el Presidente resultaba un “monarca”.

 

Señalemos, sin embargo, que esta estrategia de socialismo o capitalismo “híbrido”, “mixto”, que gira hacia donde decida el “mandamás”, le proporcionaron al “teniente coronel” unos comienzos realmente calamitosos, con protestas y manifestaciones de un país que ya había descubierto la trampa marxista-leninista y se propuso detenerla antes de que su avance se hiciera irreversible, pero, sin duda, que ya se había cometido el pecado original de que un socialista asaltara el “Poder Ejecutivo” dizque constucionalmente, y Chávez logró, incluso, recuperse de un golpe de Estado que lo ha desplazado del poder, “limpiar” la FAN de oficiales constitucionalistas y antichavistas, despedir 25.000 técnicos y obreros de la estatal petrolera, PDVSA, para hacerla totalmente chavista (“roja, rojita” dijo en esa ocasión el presidente de la empresa, Rafael Ramírez) y decretar un control de cambio que puso toda la economía bajo su mando.

 

 

Pero faltaba un tramo, como era aplicarle una suerte de K.O político a la oposición democrática y este se realizó el 15 de febrero del 2004, cuando aceptó ir a un Referendo Revocatorio que permita la nueva Constitución chavista (la “llamada bolivariana) a mitad del período de seis años de gobierno, y valiéndose del nuevo sistema de votación electrónico (las famosas computadoras Smartmatic) y la mayoría de rectores en el CNE, ejecutó un fraude gigantesco que prácticamente lo convirtió en el primer dictador electo “constitucionalmente” en Venezuela y en el continente.

 

 

Pero el 2004 trajó otra sorpresa, como fue el inicio del boom de los precios del crudo que llegó a un pico de 128 dólares el b/d en julio del 2008, y con los cuales, ya Chávez podía afincarse en su estrategia de extremar el concrol de la economía y la política y, conjuntamente, con el “Foro de Sao Paulo”, los hermanos Castro de Cuba y las FARC que en Colombia aun lideraba el Comandante, Manuel Marulanda Vélez, alias “Tiro Fijo”, avanzó en su delirio de restaurar el comunismo sovietico que yacía bajo los escombros del Muro de Berlín en la nueva “tierra prometida” del socialismo marxista, América del Sur.

 

 

Y es en este empinamiento del “socialismo” o “revolución” que ya se hacía llamar “Socialismo del Siglo XXI”, donde aparece por primera vez el nombre del Coronel, Hugo Armando Carvajal Barrios, alias “El Pollo”, quien se había graduado en la Academia Militar en la Promoción, Pedro Camejo, de 1980 (donde ocupa el lugar 59) y tiene entre sus instructores a un teniente que que se había convertido en su amigo, asesor político e ideólogo: el teniente, Hugo Chávez.

 

 

Este último lo arrastra al golpe de Estado del 92, no lo deja sólo cuando es encacerlado en el cuartel San Carlos y cuando toma el poder en el 98, lo nombra Comandante del Batallón de Armamento “Capitán Manuel Toro”, uno de los más importantes del país, ubicado en el estratégico, Estado Aragua.

 

 

Pero lo tiene destinado para una función más fundamental y en el 2002 (ya como Coronel) lo envía a la Dirección General Sectorial de Inteligencia, DGSIM, cuya subdirección asume por un año, y en el 2004 pasa a ser Director, cargo que asume durante siete años, pues en el 2012 pasó a retiro como Mayor General.

 

 

Y es desde sus responsabilidades como jefe de la DGSIM de donde surgen los cargos y acusaciones que oirá desde esta semana en tribunales de EEUU, donde hay pruebas de que fue una ficha clave para respaldar las políticas chavistas que rompieron las relaciones de hermandad y cooperación con los gobiernos de la democracia colombiana, para convertir el país en socio de las FARC, el ELN, el EPL y los nuevos carteles de la droga como el Clan del Golfo y el cartel de Sinaloa de México, con los cuales Venezuela pasa a ser el quinto país en la exportación de cocaína del mundo.

 

 

Esta nueva alianza va pareja a la expulsión de la DEA y de la Misión Militar Norteamericana de Venezuela y el acercamiento de Chávez a países con relaciones no del todo amistosas con los yanquis como Rusia, China e Irán, con los cuales se articula, no solo la importación de armas, sino de equipos y dinero para propinarle la estocada mortal al capitalismo y al imperialismo gringo.

 

 

Son los tiempos también en que empiezan a ingresar al país los primeros grupos de terroristas del Hezbolá, Hamas y la Guardia Islámica, con los que se inicia la construcción de bases y escuelas de entrenamiento para enterrar al “Gran Satán”.

 

 

Entretanto, bases áereas en Apure, Carabobo y Guárico, así como las playas de los Estados Anzoategui, Sucre y Nueva Esparta, son vigiladas por guarcostas del Ejército para que los embarques de cocaina al Caribe, los Estados Unidos, Europa y África fluyan sin molestias.

 

 

Puede agregarse, igualmente, que la DGSIM de “El Pollo” es también la plataforma de envio de ingentes cantidades de dólares a los partidos y gobiernos amigos de Cuba, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Ecuador, Argentina y Uruguay.

 

 

Los izquierdistas de Ollanta Humala, de Gustavo Petro, de Cristina Kirchner, de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, el cura Lugo de Paraguay (antes de ser presidente), AMLO (de México), cuando luchaba por la presidencia, toda esta jauría y muchos más, puede decirse que tenían un superfuncionario que era el responsable de que DOS BILLONES de dólares del boom petrolero del 2004-2008, se tirarán al cesto de la basura revolucionario.

 

 

Pero “El Pollo” Carvajal también desbarató la conspiración con que un exchavista del mayor rango, Francisco Arias Cárdenas y Luis Miquilena se alzaron contra su jefe Chávez en el 2003, así como maniobró contra el general Raúl Baduel cuando este se separó de las filas chavistas en el 2006 y no vaciló en llevarlo a la cárcel el año siguiente.

 

 

Pero el nombre del “Pollo” ya había llamado la atención de los EEUU y en el 2008, es sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) junto al general, Henry Rangel Silva, y el capitán y exministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, por sus actividades terroristas y antinorteamericanas.

 

 

De todas maneras, ya para el 2011 estaba previsto su pase a retiro pero por solicitud de Chávez se el extiende un tiempo mayor de actividad hasta el 2012, estando fuera de servicio cuando muerte su amigo y protector, Chávez, de un cáncer de pelvis el 5 de marzo del 2013.

 

 

¿Qué hacer con este tiburón fuera del mar?, se pregunta el nuevo presidente Nicolás Maduro?, y en julio del 2014 surge un impase con el gobierno de Holanda, cuando Estados Unidos protesta por su nombramiento como cónsul de Aruba y el Departamento de Estado pide y logra su detención como reo de las autoridades norteamericanas por sus actividades y complicidad con el narcotráfico mientras se tramita su extradición.

 

 

El gobierno de Maduro pone el grito en el cielo, alega que Carvajal disfruta de inmunidad diplomátidad, amenaza con represalias a las autoridades arubanas y así el gobierno de los Países Bajos acuerda su libertad y “El Pollo” regresa a Caracas como un “héroe nacional”.

 

 

Fue su último momento de gloria en la “revolución” y el “sistema” que tanto contribuyó a consolidar, pues su próxima actividad en la política fue aceptar una postulación como diputado en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre del 2015, para ver como la oposición ganaba la Asamblea Nacional con mayoría absoluta y el gobierno empezaba a perder posición tras posición que hacía prever que para el 2016 no duraría mucho tiempo.

 

 

Como parlamentario, entonces, “El Pollo” fue alejándose del madurismo, cada día postula más y más que es un parlamentario “independiente” y en el 2019, cuando Juan Guaidó, se declara “Presidente Interino” con el apoyo de una mayoría parlamentaria, tiene entre sus partidarios al “Pollo” Carvajal.

 

 

No le queda mucho tiempo más en el país, pues a mediados de marzo abandona Venezuela e ingresa clandestinamente a España, donde el 12 de abril es capturado en la residencia de uno de sus hijos, conducido a prisión y desde ahí comienza a enfrentar una petición de extradición de los EEUU, país que le imputa la realización de actividades relacionadas con el “narcotráfico y el crimen organizado”.

 

 

Milagrosamente la “Audiencia Nacional” española rechazó la “solicitud de extradición”, que luego fue revocada por un recurso que aplicó la Fiscalía, anulado a su vez por un tribunal que reconoció la extradición el 8 de noviembre del 2019, pero que no se hizo efectiva porque “El Pollo” se fugó del domicilio donde residía.

 

 

“El Pollo” es ahora un enjuiciado fugitivo y la justicia norteamericana ofrece 10 millones de dólares por su captura, hasta que el 9 de septiembre es nuevamente capturado. Para entonces el gobierno venezolano también ha solicitado su extradición “por traición a la patria”, pero ha sido al final la justicia norteamericana quien gana la puja por enjuiciar al “Pollo”, pues hace dos días fue trasladado de España al país de Washington, donde debe contarle a las autoridades judiciales sus andanzas por las ilicitudes de un desgobierno que destrozó a Venezuela y el destino de “El Pollo”, Hugo Armando Carvajal también.

 

 
Manuel Malaver

@MMalaverM

Elementos por considerar para un cambio de política económica y social para la Venezuela poschavista (parte 2)

Posted on: julio 21st, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

“La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro”. José Ingenieros

 

 

Un lector ocasional me reprochaba pensar y escribir sobre otra cosa distinta a la salida de Maduro y le respondí que no solo había que referirse a eso, lo cual hago regularmente, por cierto, sino también a cómo superaríamos los efectos perniciosos del “chavomadurismomilitarismo” y su filosofía administrativa que nos arruinaron y nos siguen hundiendo en el mar de los fracasos.

 

 

Al pensar en lo que fuimos o hicimos, así como lo que pudimos ser y hacer en estas últimas décadas, como nación digo, me asombro de nuestro pendular entre la torpeza y la estupidez.

 

 

Entre los yerros que nos encallaron y que aún nos hacen zozobrar, es menester resaltar el más grande quizá: hacer de Pdvsa una caja a la que se le metió la mano no solo para financiar el desorden, la demagogia, el dispendio concupiscente, sino para escapar de los naturales controles propios de un Estado regido y sometido al derecho.

 

 

El paralelismo que talló Chávez en su afán de gastar a placer y a capricho, financiar las misiones, el saqueo impúdico de las arcas de la empresa, fueron los polvos que nos trajeron hasta estas arenas movedizas en que ahora yacemos paralizados e incapaces de hacer lo conducente para superar la crisis.

 

 

El Fonden fue denunciado como inconstitucional, ilegal y disparatado ante el Ministerio Público en escrito que presentamos Jesús Rangel Rachadell y yo mismo, sin que se examinara o se hiciera al menos una investigación, y por esa vena se nos fueron decenas de miles de millones de dólares sin ningún control.

 

 

Empero, cabe un señalamiento que es solo una confirmación de lo dicho en el párrafo anterior, es no obstante inaudito que vuelva a repetirse el robo de la empresa petrolera sin que la dirección de las finanzas del país se percate sino cuando ya es irreparable. Es imperdonable el descuido, por decir lo menos, de la vicepresidente Delcy Rodríguez; del presidente de Pdvsa, Asdrúbal Chávez, y peor aún, la desidia del contralor general de la República.

 

 

El desastre que nos empobreció, no solo como pueblo sino como país, se pudo evitar si se hubiera controlado el ejercicio de los poderes públicos; pero, ni la sociedad, ni el Estado, ni los electores pensaron o actuaron, como era de rigor constitucional y legal.

 

 

Esa falencia estratégica es propia y está claro de los autoritarismos y de los populismos que no solo eligen y respaldan al candidato carismático, sino que le delegan la soberanía. Cuidado con enamorarse del aspirante a dirigir el país; hay que evaluar si es quien haría lo que hay que hacer en toda su complejidad.

 

 

Regreso, sin embargo, al objeto liminar de estas cavilaciones. El legado “chavomaduristamilitarista” es una economía estanflacionaria que ha de abordarse con imaginación y creatividad de un lado y, del otro, el liderazgo consistente de aquel que resulte electo para conducir ese cambio indispensable, crucial, vital.

 

 

Negociar la deuda y conseguir recursos para la reanimación del postrado aparato productivo nacional no será fácil y aunque se pueden abrir, de par en par, las puertas a la inversión extranjera en los campos de petróleo, minería y turismo, por citar lo más protuberante, ganar y ofrecer confianza será una tarea de proporciones titánicas.

 

 

Crear empleos no es un acto de magia, domeñar la inflación que para gastar el mismo Estado ha creado, estructurándose como política el déficit fiscal, exige una reeducación del sistema todo de administración financiera pública.

 

 

Coexisten varias monedas o divisas en esa economía que reúne a formas y maneras diversas, desigualitarias, lo que constituye otra faena en el camino de la recuperación de la salud económica de un país.

 

 

Lo apremiante en ese paisaje más que dramático es la gente, esa que entendería que el cambio lo alcanza, lo pone en la agenda más allá que la bolsa CLAP y los bonos que edulcoran su miseria. Interrogantes y expectativas calentarán el cada día desde el primer día. ¿Y la pobreza que nos descompone a todos? ¿Y los salarios más bajos del continente y tal vez del mundo? ¿Y los servicios públicos de agua, electricidad, gas doméstico? ¿Y el transporte?

 

 

¿Y la planta física de los centros de salud, de los colegios y liceos, de las universidades? Podría seguir enumerando las carencias y debilidades que nos deja el deletéreo pasaje de una revolución que malogró al antes bendito Estado venezolano que tenía mucho de todo y por lo que no tenía, se lanzó por un barranco demagógico, antipolítico y populista.

 

 

Empero, hay que comenzar por el comienzo, cambiar las cosas supone querer y saber hacerlo. Cualquiera no es quién.

 

Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@gmail.com

@nelson_chitty

Asdrúbal Aguiar: El desafío de la libertad en Venezuela

Posted on: julio 19th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Tras todas las formas o expresiones que pueda asumir la república y, asimismo, cuando es república democrática a la luz de sus sustancias, de esos elementos y componentes fundamentales hoy reseñados en la Carta Democrática Interamericana, cabe decir que la base y columna vertebral de dicha experiencia política es la libertad. Es lo propio de la nación en su natural vocación humana y antecede a la república.

 

 

De donde puede afirmarse que, allí donde existan repúblicas, por muy constitucionales que se digan, si no las contienen y le dan contenido las naciones, es decir, las patrias en su más exacto sentido, tal como las predica uno de nuestros padres fundadores e ideólogo de nuestra independencia, Manuel J. Sanz, mal podrá hablarse de repúblicas libres, menos democráticas. “Solo el pueblo que es libre como debe serlo, puede tener patriotismo”, afirmaba este.

 

 

El asunto no es baladí. Lo planteo, justamente, a propósito del debate reciente, en Caracas, entre los distintos aspirantes a conducir la resistencia contra la disolución constitucional y social imperante, bajo un régimen primitivo y despótico que ha destruido el sentido de la razón y los valores de libertad y justicia entre los venezolanos. Llamar a éste dictadura, no le calza. Dictador fue Miranda para salvar el andamiaje de nuestra república federal de 1811, y dictador se hizo Simón Bolívar para forjar una república centralizada bajo tutela de un senado militar como el que propuso en 1819.

 

 

El hilo conductor de la lucha, ese que cabe retomar y desbrozar de las falacias que lo acompañan a lo largo de nuestra historia patria, es el de la libertad. Ella envuelve al todo, en su sentido raizalmente humano, luego social y político. Y he allí que, en la ocasión del debate señalado, paradójicamente, sólo María Corina Machado se refirió a la libertad. Es un concepto, no un simple programa de gobierno.

 

 

Libertad es, por principio, libertad para pensar, para discernir, para elegir autónomamente un «proyecto de vida», para asociarnos, para trasmitir y realizar ideas, en suma, es la libertad el camino para la perfectibilidad de lo humano del espacio público. No es concesión que se le haga a la persona, ni por la república y tampoco por la democracia, cuando se la reduce a mera ingeniería o trámite para la formación del poder. Salvo cuando a la democracia se la vuelve forma de vida y estado del espíritu, por entendérsela como el espacio propicio para el debate y juicio libres por parte de todos y de cada persona, cabe asimilarla a derecho integrador de las libertades.

 

 

Esta idea es la crucial. Mal ha sido entendida –menos, en nuestra vuelta al trágico y disoluto siglo XIX, como lo presagiaba el fallecido Jorge Olavarría hacia 1999– pues han falsificado a la libertad nuestros autócratas y sus plumarios. La reducen a la independencia de estos, a sus arbitrios para los abusos.

 

 

Nuestro Padre Libertador tachó de filósofos inútiles a nuestros Padres Fundadores civiles, vertebralmente liberales y, debo decirlo, apropiadamente progresistas. Mientras habla de que todo ciudadano es soldado para mantener su libertad y a tal propósito dice dedicar su tarea militar, al ras sostiene desde Cartagena que la Junta (1810-1811) fundaba “su política en los principios de humanidad mal entendida, que no autorizan a ningún gobierno para hacer por la fuerza libres a los pueblos estúpidos que desconocen el valor de sus derechos”.

 

 

La cuestión es que, 40 años después, la dictadura de José Tadeo Monagas, para afirmarse como tal renueva la prédica bolivariana en nombre de los principios liberales. Tacha a sus predecesores de conservadores, de reformistas hipotecados por el pensamiento colonial. Sucedía con las palabras, entonces, algo como lo que esta vez ocurre en pleno siglo XXI con los socialistas, se les escucha afirmar que son progresistas. Omiten que “la tendencia natural del hombre hacia ese grado de perfectibilidad [humana y en libertad es lo que] constituye el progreso”.

 

 

Monagas, tirano cabal y suerte de galimatías ideológico, si bien acepta haber accedido al poder aupado por las dos corrientes en pugna, la de los amigos de Bolívar y la de quienes, a su juicio, usaban la espada “para militarizar la República, para encadenar a la prensa, para arrancar el sufragio a los ciudadanos, para asegurar, en fin, el poder de su autocracia, cambiando la democracia por la tiranía”, lo hizo – lo reconoce – para provocar la crisis. “Yo no podía ser traidor a la revolución americana, ni a Bolívar”, declara ante el Congreso de 1849.

 

 

Persigue al general Páez, de quien señala huyó hasta Santa Marta, “allí donde hizo morir al Gran Bolívar”. Combate los alzamientos que atribuye al primero con las acciones de los generales Santiago Mariño en la Guajira, el comandante Ezequiel Zamora en San Carlos, el coronel Farfán en Apure, el coronel Pulido en Barinas, y el coronel Florencio Giménez en Occidente. Y de sus víctimas sólo declara que “no merecen mencionarse. No figurarán en la historia”. “La patria conquistó su verdadera independencia”, concluye. Sólo cree Monagas – como sus sucesores, en el presente venezolano – en “las lecciones de la experiencia como las verdaderas reguladoras de los pueblos” y, al revindicar a Simón Bolívar, a quien titula por vez primera Padre de la Patria, denuncia que se ha querido establecer en Venezuela “un sistema diametralmente opuesto al querer nacional”: “pueblos estúpidos…”.

 

 

Regresa, repito, sobre el discurso del Libertador para reivindicarlo. Rememora a los españoles como “implacables enemigos” –Páez había hecho cesar esa fractura y restablecido el matrimonio de estos con venezolanos– y denuncia, otra vez y con el verbo de aquél, el mal acusado por el país: “tuvimos filósofos por jefes, filantropía por legislación, dialéctica por táctica, y sofistas por soldados”. Califica de “antipolíticos” a los amantes de la libertad e insiste, lo hace en 1850, en rechazar la tesis de que “las tropas veteranas eran una amenaza” ella, sostenida, paradójicamente, por “boca de los pretensos apóstoles del liberalismo”, a los que denuesta.

 

 

 Asdrúbal Aguiar

correoaustral@gmail.com

Viajeros del Futuro

Posted on: julio 15th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Yo no había querido revelar hasta ahora, pero ya que los panas del TikTok Futuretimetraveller y Radianttimetraveler se atrevieron, yo me animé a confesar que soy también un viajero del tiempo. Vengo de futuro y sé lo que va a pasar, porque para mí todo lo que pasa ya pasó. Mucha gente piensa que en mis redes el «mar» de @laureanomar, viene de Márquez, pues no, viene de Marte, nuestro planeta vecino, porque yo siempre voy a Marte. Allí tenemos nuestras oficinas los viajeros del tiempo. Es más, yo visité Ganímedes.

 

 

«¿Y por qué no hablaste antes?», me espetará alguno. La misma pregunta que en el XX congreso del Partido comunista de la Unión Soviética (Moscú,1956, yo estuve allí) le hizo uno de los asistentes a Nikita Kruschev cuando denunció las atrocidades de Stalin, recién fallecido.

 

 

En ese instante el célebre dirigente soviético ni quita la mirada del pódium para increpar a la anónima intervención: «¡que se ponga de pie el que ha hecho la pregunta!». De más esta decir que nadie –¡ni Nadia!– se levantó. Fue entonces cuando Kruschev remató diciendo: «así, como estas tú, todo chorreado, así estaba yo» (obviamente lo dijo en ruso «? ??? ???????»).

 

 

Esto de ser viajero del futuro es para uno una tremenda responsabilidad, porque todo lo que uno diga puede cambiar el curso de las acciones. Revelar las verdades profundas del destino que ya está escrito puede hacer que éste se reescriba con lo cual, incluso uno, como viajero del tiempo, podría desaparecer.

 

 

Claro que podemos dar información, como lo hacen mis compañeros arriba mencionados, de cosas como catástrofes naturales que se avecinan, que permitan a la gente resguardarse. Por ejemplo, si un meteorito va a impactar Europa, uno lo dice para que la gente de ese continente se vaya por ejemplo a África para salvarse. Pero las consecuencias de las acciones humanas del presente nunca pueden ser reveladas por nosotros. Son las profecías que nos tragamos.

 

 

A nosotros nos mandan (somos agentes del gobierno federal planetario interestelar) a verificar que el futuro no se altere desde el hoy, salvo en aquellas cosas que pueden producir consecuencias irreversibles. En el caso de las acciones humanas las cosas son tan impredecibles que, tratando de hacer una gracia, puede salirle a uno una morisqueta.

 

 

Por tal razón, no nos está permitido actuar en esa materia. Además lo que parece en el momento un mal terrible, como nos sucedió con la caída del Imperio Romano, puede terminar siendo extraordinaria posibilidad de progreso futuro.

 

 

Claro que hay naciones, como una que yo conozco bien, que no importa lo que reveles del futuro que se avecina, porque nada alterará el curso de los acontecimientos. Son una suerte de burbujas temporales a las que nos envían para mantenernos seguros y protegidos de las inclemencias del tiempo y sus alteraciones.

 

 

En el caso de Latinoamérica, nuestro trabajo de mantener inalterado el futuro es bastante sencillo, porque, como diría Camilo Sesto (quien por cierto –mucha gente no lo sabe– inauguró antes de partir un restaurante de chupe en Perú con su apellido): por estos lares, «siempre se repite la misma historia».

 

 

Laureano Márquez

Ramón Guillermo Aveledo: Tender puentes

Posted on: julio 14th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Los venezolanos necesitamos puentes entre venezolanos. En Rubio, ciudad pontálida de la frontera tachirense no quise quedarme en una orilla.

 

 

Los venezolanos tenemos muchos y graves problemas. Problemas de verdad. La diferencia entre la Constitución y la vida real, porque las instituciones han de ser para todos y no sólo para unos y mucho menos para unos contra otros. La economía menguada que se va quedando atrás. La desigualdad que se acentúa en nuestra sociedad. La emigración masiva que no cesa. Los abismos que se abren entre las regiones y el poder concentrado en la capital, con preocupantes consecuencias en la cohesión nacional. Las crónicas fallas en servicios esenciales como agua, electricidady provisión de combustibles. O en servicios humanos como la educación, desde la escuela a la universidad, principalmente la pública, con efectos que se proyectan hacia el futuro; o la salud signada por las dificultades objetivas en su acceso para todos. La inseguridad que trae dolor y ruina cuando amenaza la vida y los frutos de nuestro trabajo.

 

 

Todos esos problemas nos convocan a todos, sin excepción. A todos. Las diferencias entre nosotros existen, pero ese no es el problema. Problema es que no sepamos entender que este país es de todos y que podemos y debemos, ver lo evidente que nadie está a salvo de ese cuadro complejo que tiene consecuencias en nuestras vidas.

 

 

Necesitamos puentes entre nosotros. No podemos vivir aislados en nuestro pedacito. Necesitamos reconocer el pluralismo como natural. Necesitamos reconocernos. Atrevernos a tender puentes entre las opiniones, entre los intereses, entre las regiones. Esos parecen ser los puentes más difíciles de edificar pero sobre todo, los más difíciles de cruzar. Los más difíciles, ciertamente, pero también los más necesarios. Y la política es el arte de hacer posible aquello que es necesario.

 

 

Algunos puentes requieren de obras de ingeniería más exigente, por lo profundo del abismo o la inestabilidad del terreno. Pero hay que construirlos, para eso tenemos inteligencia y voluntad. El Papa Franciscohabla de una arquitectura y artesanía de la paz. Arquitectura es diseño y proyecto, artesanía es paciente arte con las manos y el corazón.Comprendamos, los escollos mayores no siempre están afuera, en el entorno, sino dentro de nosotros mismos.

 

 

Tender puentes entre nosotros para reencontrarnos en la conciencia del común destino, comprendiendo nuestras diferencias y aceptándolas para poder labrar, con el esfuerzo requerido por una tarea sin final, pero con finalidades: avanzar hacia una convivencia libre, justa, abierta a las oportunidades. Sin divisiones artificiales, sin discriminaciones, sin exclusiones. Puentes humanos para demostrar que sin dejar cada uno de ser lo que somos, somos capaces de entendernos y echar las bases de una casa compartida. Atrevámonos a ser puentes entre la realidad que vivimos y la que todos queremos vivir.

 

 

Esa es la responsabilidad que nos reclama Venezuela hoy.

 

 

 Ramón Guillermo Aveledo 

Manuel Malaver: Los 24 años de lucha de Venezuela contra el socialismo

Posted on: julio 9th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

El dato me saltó de pronto en el teclado, justo cuando pensaba en un título que reseñara los últimos días de la incansable lucha que continúan los venezolanos para expulsar las hordas socialistas de su país, y percibí que hace poco, creo que en febrero pasado, cumplió 24 años, -dos décacas y casi media- la refriega que en choques y enfrentamientos de la más diversa índole, ha demostrado que ni nos han vencido, ni los hemos vencido.

 

 

No es cualquiera proeza, cuyos laureles más copiosos cuelgan del orgullo opositor, de los hombres y mujeres que en partidos, frentes, coaliciones o la pura y simple calle han salido a enfrentar y no pocas veces derrotar, o hacer retroceder, a militares o paramilitares, fuerzas del orden o del desorden, nacionales o extranjeros que, armados hasta los dientes, violando la Constitución y sin detenerse en la legislación que rige universalmente para los enfrentamientos violentos entre adversarios, han tenido que retirarse con la mala nueva de que “la solución” quedaba para otro día.

 

La comunicación electrónica, con la contundencia de la instantaniedad, la Internet, las Web Side, los E Mail y, finalmente, “las redes”, han dejado esta historia contada y recontada para quien, con años de diferencia, quiera conocerla, o recuperar cualquier dato que no recuerde bien o haya traspapelado en la memoria y seguro que saltará asombrado frente a los 24 años en que los venezolanos se han negado entregar su independencia, su democracia y libertad.

 

Una aventura visual que, no solo nos coloca frente imágenes gloriosas o desgarradoras sino que es también un escenario a toda velocidad y en colores de alta definición que nos documenta sobre cómo había cambiado la política y su desarrollo “por otros medios”, después de la “Caída del Muro de Berlín” y el colapso del imperio soviético, de todo lo que se conocía como la “Guerra Fría” y se pensaba había terminado en un mundo unipolar y con la victoria del capitalismo y la democracia liberal en su confrontación contra el comunismo marxista.

 

 

Pero no, a diferencia de lo que se creyó durante algunos años, casi simultaneamente con la “Caída del Muro de Berlín” y el “Fin de la Guerra Fría”, el 4 de febrero de 1992, un grupo de militares de baja graduación capitaneados por un teniente coronel, Hugo Chávez, irrumpen con una intentona golpista felizmente fracasada contra el gobierno constitucional y democrático del presidente, Carlos Andrés Pérez y aquí empieza una cruzada por la restauración del socialismo stalinista y castrista en América Latina que- ¿quién lo iba a creer?- hacen de primer motivo para escribir estas líneas 34 años después.

 

 

Porque estos “socialistas” no venían de las montañas, ni eran barbudos ni traían fusil al hombro, tampoco eran estudiantes universitarios que a poco habían abandonado las aulas y muchos menos civiles militantes de partidos revolucionarios que habían conocido cárceles, torturas y exilios, sino soldados y oficiales de un Ejército democrático y constitucional, indispensables para que Venezuela viviera sus primeros 40 años de paz social y properidad económica.

 

 

Eran soldados y oficiales de baja graduación que no hablaban el lenguaje incendiario de la subersión roja, de acabar con el capitalismo explotador e implantar el socialismo igualitario, sino más bien de “modernizar la democracia, hacerla más justa y popular, “más participativa y protagónica”, y preocupada por tenderle la mano a los que menos tenían pero sin retirársela a “los ricos”, simpre que cumplieran la ley.

 

 

Y con ese lenguaje que no era muy diferente al de la socialdemocracia que, desde que ese instauró a la democracia gobernaba al país en la personería de los partidos mayoritarios Acción Democracia y Copei y compartía el conjunto de la sociedad civil y política, se ablandaron los líderes, magistrados y jueces que debían castigar penal y severamente a quienes había violado la Constitución, los golpistas, encabezados por Chávez, los cuáles, no solo no sufrieron cárceles, sino que, no se le anularon sus derechos políticos y así, el gopistas y sus seguidores militares y civiles, participaron en las elecciones presidenciales de diciembre de 1998 y Chávez fue electo presidente por una mayoría de votantes que puso la constitucionalidad, la democracia y la libertad en sus manos.

 

 

Sería largo -y quizá inútil- por conocido y sufrido contar lo que vino después. Pero Chávez en pocos meses convocó una Constituyente y puso fin a la Carta Magna que desde 1961 regía la vida institucional del país y lenta, pero implacamente, fue mutilando las garantías ciudadanas, los derechos humanos, la independencia de los poderes y cualquier otro obstáculo que impidiera el establecimiento de una dictadura electoralista, porque, elecciones sí había, pero con un sistema de votacción electrónico que le permitía al dictador controlar cada voto y unas autoridades electorales que militaban en el partido de gobierno y decidían quién ganaba y quién perdía.

 

 

Lo importante a reseñar en este tramo es establecer que, tan pronto el país democrático se convenció que había sido víctima de una engañifa marxista-leninista, se lanzó a la calle a denunciarla, protestarla y a desafiarla en cuanta oportunidad se le ofreciera para corregir su error y restablecer la libertad y la democracia.

 

 

Son los 24 años de lucha a los que ya hicimos referencia y que se pueden caracterizar en los primero trece (1999-2013), en los que Chávez antes de morir de un cáncer de pelvis, destruyó la economía agroganadera expropiando o comprando fundos con los recursos que le proporcionó el boom de los precios del crudo del 2004 al 2008, estatizando servicios públicos eficientes como la CANTV (la teléfonía fija y móvil), la luz eléctrica, los de suministro de agua, transporte y de todo cuanto hacer un estado mastodóndico que, en poco tiempo, dejó sin infracestructura a un país que cursaba para ser uno de los más desarrollados del Siglo XXI.

 

 

Su sucesor, el dictador Nicolás Maduro (2013-hasta hoy), destruyó la industria petrolera y su principal empresa, PDVSA y hoy somos un país que no pruduce crudo, ni refina gasolina y la poca que mueve el transporte nacional hay que importarla.

 

 

En otras palabras que, somos un país del 5to mundo, hambriento, con la producción reducida a cero, sin servicios públicos, un salario mínimo que no llega a seis dólares y una inmigracción de siete millones de venezolanos que se cuenta entre las más altas del mundo.

 

 

Pero nada que detenga la lucha de los venezolanos que, no obstante, la represión que cuenta cientos de muertos y miles de presos, sigue en la calles desafiando al dictador, sea con diálogos, negociaciones, confrontación de calle y eventos electorales como los que hoy encabeza María Corina Machado que cuenta con el 70 por ciento del país opositor y se espera sean las últimas elecciones de Maduro.

 

 

Vienticuatro años de lucha contra el socialismo…Se dice fácil.

 

 

Manuel Malaver

@MMalaverM

Manuel Malaver: María Corina y Sabaneta hacen temblar al dictador Maduro

Posted on: julio 2nd, 2023 by Lina Romero No Comments

No hay otro impulso para arrancar estas líneas sino reseñando que se trata de un marcador, de una señal para establecer la nueva era o etapa que se vive en el país y que, sin perder una palabra más, me atrevo a conceptuar como una esperanza, como el amanecer de cuyos rayos irá emergiendo el camino para que la libertad y la democracia vuelvan a elevarse como un regocijante mediodía.

 

 

Son las cinco de la tarde y en Sabaneta de Barinas, el pueblo donde nació un día de julio de 1954 el último caudillo y penúltimo dictador venezolano, Hugo Chávez, multitudes de llaneros, vegueros, amas de casas, comerciantes, profesionales , y estudiantes de todas las escolaridades, se han dado cita para recibir en la larga y ancha calle principal del pueblo, en la plaza, los postigos, techos y ventanas a María Corina Machado, la candidata de “Vente Venezuela” para las elecciones “Primarias” que se realizarán el próximo 22 de ocutubre, y para las presidenciales que, según la Constitución, tendrán lugar un día de diciembre del 2024.

 

 

Segundos, minutos, horas, día y tiempo para la historia pues, para decidir si la República que nos legaron los “Padres Libertadores” hace 212 años, continúa siendo después de los últimos 23 un atajo de siervos arreados, sin derechos, garantías, ni personería ciudadana, sino como peones de aquellas haciendas del siglo antepasado donde, después de cada día de trabajo, se les pagaba con fichas para que fueran a las bodegas a retirar los insumos mínimos que precisaban para sobrevivir.

 

 

Tiempo muerto que parte María Coria Machado irumpiendo en la calle principal del pueblo en hombros de una enorme, entusiasta, valiente y escandalosa multitud, que está gritanto que ya la eligió presidente de Venezuela y que, discurso les queda, aunque sean dos o tres horas para conocerse y reconocerse, mirarse frente a frente y decirse qué es lo que harán con el país que los espera, el del futuro.

 

 

Nada entonces de perder tiempo en el pasado, en momias y recuerdos fantasmales que por más dolorosos que puedan resultar, ya destruyeron lo que estaba hecho y no lo van reconstuir, dejarlos asarse en sus odios, venganzas y amenazas porque ya la historia dio su veredicto: No volverán.

 

 

María Corina que ya aparece en medio de un tumulto que la traía en hombros mucho antes de llegar al pueblo, trata de hablar desde una ventana improvisa- da como auditorio, pero los gritos, los aplausos, los vivas, las fanfarrias, apenas dejan siluetar a una figura sonriente, alegre, robusta, optimista, de la cual solo me llega como flecha una frase:: “Llegó la hora”.

 

 

Avanza la tarde, se va haciendo noche y sorprende ver la cantidad de niños y niñas que se adelanta al ventanal que, un poco más abajo, es el auditorio desde el cual se dirige a la multitud que ya se extiende por todos los rincones y recodos de Sabaneta.

 

 

Niños y niñas que no vinieron solo a oir sino a hablar, a contar como un día les quitaron el desayuno escolar, el vaso de leche, el transporte, empezó a irse el agua, la luz, los útiles se fueron deteriorando y un día los maestros y educadores no volvieron.

 

 

Y aquí pasan a hablar los adultos mayores, padres, madres, abuelos y abuelas que hablan y lloran por sus hijos y nietos perdidos, idos a otros tierras, a buscar trabajos y ayudarles, pero no sin dejar el trazo de familias rotas, amores partidos, de llantos que no se sosiegan.

 

 

“Pero volverán, claro que volverán”, clama María Corina cuando percibe que ya es de noche y no hay luz o les han cortado la luz. Solo se oye, en la oscuridad, una multitud ronca, y un pasaje llanero que interpreta un cantor “para esta mujer valiente que nos ha venido a conocer, a hablar y a pedirnos que nos unamos a ella para salvar a Venezuela”.

 

 

Termina la canta entre aplausos atronadores pero no la oscuridad que se hace más intensa e intimidante, cuando María Corina dice: “Pero no nos dejemos quitar la luz, vamos todos a prender los celulares y a alumbrarnos con la luz de los celulares” y así, en un segundo, el mitin se convierte, como el que había celebrado la oradora en Boconó el día anterior, en el segundo mitin con luz de cocuyos que se encendía en Venezuela.

 

 

Espectáculo, no mitin, fiesta, no reunión, que hubiera fascinado a dos poetas venezolanos embriagados por la luz de los cocuyos, el cumanés, Andrés Eloy Blanco y el barinés, Alberto Arvelo Torrealba, quienes, en sus romances: “Compadre Venancio Laya” y “Florentino y el Diablo” ponen a huir la oscuridad maléfica perseguida por la naturaleza de la luz.

 

 

Pero le tocaba ahora el turno a María Corina de contrar su experiencia por los caminos de la Venezuela que venía de recorrer: Valera, Boconó, Coro, ciudades, campos y llanos demolidos por el hambre, las enfermedades, sin hospitales, medicinas, ni médicos, el país donde desapareció la seguridad social y pública porque la privada se paga en dólares del primer mundo, la tierra donde los campesinos pierden las cosechas porque la gasolina y el gasoil se acabaron.

 

 

Sí, señor, los que acabaron la economía del sentido común, la de la ley de oferta y demanda, la de la economía privada y la capacidad del trabajador de ofrecer su oferta al mejor postor, esa la acabaron para instaurar el socialismo, que acabó con PDVSA, la producción, la exportación y la refininación de petróleo y así, de un turbión, nos pusieron a cocinar con leña, a alumbrarnos con velas, a transportanos a pie o con tracción animal, a curarnos con brujos y menjures para regresarnos al siglo donde vivieron los bisabuelos.

 

 

Muchas lágrimas al recordar los ocho millones de venezolanos que tuvieron que rodar por trochas, selvas, y desiertos para que les den residencia y lugares donde trabajar para ayudar a los que se quedaron y abandonar Venezuela hasta que vuelva a ser lo que fue: el país libre y democrático, independizado por Bolivar y los Libertadores y se reune esta noche sin luz electrica pero si con los cocuyos de los celulares a corear al unísono:

 

 

“Socialismo no, socialismo NO…JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS.”

 

 

Manuel Malaver

@MMalaverM

 

Notas sobre ciudadanía y responsabilidad

Posted on: junio 30th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

“El primer desarrollo de una conciencia auténtica consistió en edificar una conciencia del pasado”. Kahler, epígrafe de Mensajes sin destino de Mario Briceño Iragorry.

 

 

Acuerdo mi reflexión a nuestra actual situación como nación y confieso sentir la necesidad de releer nuestra historia y, especialmente, hacerlo desde el análisis de aquellos que dedicaron a ese compendio de hermenéutica de tantos y de cada uno de los testimonios y glosas su ardor y sus conclusiones. Son varios compatriotas que nos lo legaron y tengo entre manos, como un latir en la consciencia, a don Mario Briceño Iragorry.

 

 

Sin dudas, el trujillano fue y por su legado es un patriota ciudadano. Atento al acontecer, activo en el espacio público y crítico apasionado y un tanto romántico, nos ofrece un balcón distinto para el análisis. Su lectura nos conduce a verdades que no son cómodas de advertir, pero no por ello dejan de ser verdades y pertinentísimas.

 

 

Recordando un artículo del filósofo José Rafael Herrera, “Desocultación en Heidegger”, destaco en cada trazo una referencia clave. La búsqueda de la verdad implica la desocultación. Ir más lejos, más profundo, encontrar lo que no se deja ver o no se quiere, o se teme hallar.

 

 

La crisis que Venezuela conoce, intensa, gravosa, crucial, debe ser auscultada no solo en el plano de sus dirigentes sino de su pueblo. De lo que somos y fuimos para comprender lo que nos acontece. Es menester establecerlo para explicarnos la complejidad que nos hga convertido en disfuncionales o desciudadanizados, según se vea. Una crisis de pueblo.

 

 

No tengo dudas con respecto al asalto de la mediocridad de la que somos testigos y cómplices necesarios en estas últimas décadas, y cuya víctima es la patria, la república, la justicia y el pueblo más pobre. Lo peor del gentilicio fue convocado con su bajo psiquismo y su procacidad. Tampoco reaccionamos en cuanto a su naturaleza venal. Fracasaron estrepitosamente los revolucionarios y no por ello se han dado por enterados ni tampoco se los hemos reclamado como merecen.

 

 

Es asombroso su crimen y más aún que lo haya el pueblo tolerado o simplemente, que se desentienda. Dejarlos hacer es agregar al desengaño de una revolución, el fiasco nuestro como sociedad política. Y cabe agregar que hemos también nosotros errado. No hemos estado a la altura de la tragedia que pugna por aniquilarnos como aspiración de trascendencia.

 

 

Schumpeter veía en las elecciones no solamente un mecanismo de ejercicio de la ciudadanía, sino también un control del poder. Ello se confirmaría en aquellos escenarios en que la ciudadanía es más que la asistencia a los comicios. Supone un acto electoral serio y reflexivo; en resumen, responsable.

 

 

La democracia se viene a menos en el mundo por variadas razones, una de ellas es la adulteración de la soberanía, que no escoge racional lo que piensa, sus valores y principios, sino que se deja mediatizar por la inmediatez, la contingencia o, aún más grave, el imperio del espectáculo.

 

 

Una democracia madura como la norteamericana es víctima de los nuevos actores, venidos como un producto y desde el marketing a quebrantarlo todo y administrar, cínicos, los sentimientos de inconformidad, pero también las amarguras, rencores y arrebatos irracionales.

 

 

Trump es un formidable ejemplo de lo que afirmo y a pesar de violar sistemáticamente la Constitución y haber instigado un golpe de Estado, exhibe cuotas de popularidad que solo pueden explicarse en la más absoluta incapacidad de los electores para cumplir con sus deberes como contralores destinatarios del poder, ante el detentador que los usa mórbido.

 

 

¿Qué había hecho Chávez para devenir en una suerte de mesías al que se le delegó el poder y la soberanía misma? Además de la conocida intentona del 4 de febrero de 1992, malograda asonada que solo trajo muerte, destrucción, pérdidas materiales significativas y popularizó la sedición, al extremo que otros zafios de uniforme se lanzaron otra aventura el 27 de noviembre del mismo año. Por ese personaje votó el país y lo ungió la sinvergüenzura institucional y la organización social en el adalid de la demagogia y la catástrofe económica del país.

 

 

Fue un voto esquizoide y ni mencionar ese voto reiterado y fiel ante la evidencia del mayor desastre que se haya visto en la historia del continente y tal vez solo comparable con episodios atrabiliarios y patológicos como aquel de Hitler o ese otro de Pol Pot en Camboya. Me refiero al daño practicado, inferido al país y a su gente. Hago reminiscencia de Pío Gil y aquel relato de Los Felicitadores. Y aún hay quienes añoran al promotor y forjador del salto al despeñadero que nos arruinó.

 

 

Es menester encarar el naufragio y arrostrarle a nuestra gente la autenticidad de lo que nos ha desgraciado y contaminado, las falencias que nos han reducido en todos los órdenes y ese impulso que nos está lisiando como nación de confundir la paz con la resignación. El poder debe ser controlado y es evidente que la ciudadanización es un paso impajaritable en ese propósito. Seamos responsables con nuestras decisiones políticas y no frivolicemos nuestra ciudadanía. Nos va la vida en ello.

 

 

 Nelson Chitty La Roche 

nchittylaroche@hotmail.com

@nelson_chitty

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