¿Giro a la izquierda en América latina?

Posted on: enero 19th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

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Este año habrá elecciones presidenciales en Chile, Perú, Ecuador, Nicaragua y Honduras, así como elecciones legislativas en México y Argentina. Y hay un creciente consenso en círculos financieros y diplomáticos de que este ciclo electoral podría inclinar a América Latina hacia el populismo de izquierda, .

 

 

Si eso sucede (hay algunas razones para creer que no pasará, como explicaré más adelante), sería una mala noticia para el presidente electo Joe Biden. Haría que Biden tenga que lidiar con un clima político menos amigable con Estados Unidos de lo que le toco al presidente saliente Trump.

 

 

Aunque Trump ignoró a América Latina y visitó apenas una sola vez la región durante su mandato, tuvo la suerte de coincidir durante gran parte de su gestión con presidentes amigos de Estados Unidos en Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile, Perú y Ecuador. Puede que Biden no tenga esa suerte.

 

 

Alejandro Werner, el director del departamento de América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), no llegó tan lejos como para predecir un ascenso de la izquierda cuando lo entrevisté recientemente. Pero me dijo que el próximo ciclo electoral está creando “incertidumbre” política, lo que podría inhibir las inversiones y frenar el crecimiento económico.

 

 

Otros observadores regionales son más explícitos. Dicen que la recesión económica por la pandemia del COVID-19 ha empujado a millones de personas a la pobreza, y que eso ha generado un sentimiento antisistema que se reflejará en las urnas.

 

 

Daniel Kerner, jefe del departamento latinoamericano de Eurasia Group, una consultora de riesgo político con sede en Nueva York, dice que el clima político actual en Chile, Perú y Ecuador ayudará a los candidatos opositores.

 

 

“Dado que vimos un giro a la derecha en años anteriores, yo creo que los votantes ahora van a traer a la izquierda”, me dijo Kerner.

 

 

Asimismo, Marta Lagos, directora de la empresa encuestadora Latinobarómetro con sede en Santiago, Chile, me dijo que las elecciones de este año serán un terreno fértil para los “candidatos populistas y antisistémicos”.

 

 

Ecuador, Perú, Chile y Honduras tienen actualmente gobiernos de centro o centro derecha, y tendrán sus elecciones presidenciales respectivamente el 7 de febrero, el 11 de abril, el 21 de noviembre y el 28 de noviembre. Nicaragua también tendrá elecciones presidenciales en noviembre, pero el dictador izquierdista Daniel Ortega no está permitiendo elecciones libres, y lo más probable es que se reelija.

 

 

Sin embargo, también hay razones para argumentar que no habrá tal marea izquierdista en la región.

 

 

En primer lugar, Chile y Perú tienen elecciones de segunda vuelta. Si bien un candidato populista de izquierda podría ganar la primera vuelta, muchos anticipan que sería derrotado por uno de centro o de centro derecha en la segunda.

 

 

En Ecuador, un aliado del expresidente populista Rafael Correa lidera las encuestas, pero puede que tenga que ir a una segunda vuelta si no gana la primera ronda con el 40 por ciento de los votos y un margen del 10 por ciento de ventaja sobre su rival más cercano. Correa ha sido condenado en ausencia a 8 años de prisión por actos de corrupción masiva.

 

 

En segundo lugar, gran parte del futuro político de la región dependerá de la economía, y es posible que veamos una recuperación económica más rápida que la anticipada.

 

 

Están para llegar las vacunas contra COVID-19 y los precios mundiales de la mayoría de los productos básicos sudamericanos, incluido el petróleo, están subiendo más de lo esperado. Y un debilitamiento probable del dólar estadounidense facilitará un poco a los países latinoamericanos el pago de sus deudas externas.

 

 

En tercer lugar, los partidos de izquierda en Chile y Perú están más divididos que los partidos de derecha, lo que podría perjudicarlos en una segunda vuelta.

 

 

Pero una cosa parece clara: Biden tendrá que lidiar con un nuevo grupo de presidentes latinoamericanos. Y puede que algunos de ellos no sean tan amigos de Estados Unidos como sus antecesores.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera

EEUU y China le fallaron al mundo

Posted on: diciembre 28th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Cuando leí un artículo de la agencia oficial china Xinhua diciendo que China ha dado un “ejemplo” mundial de solidaridad con América Latina durante la pandemia de COVID-19, mi primera reacción fue decirme a mí mismo: “¡Esta gente no tiene vergüenza!”.

 

 

Aunque no creo en las teorías conspirativas de que China habría propagado intencionalmente el virus, hay pocas dudas de que la demora de China en informar al mundo sobre el primer brote del virus en Wuhan fue un gravísimo error. Muchas de las 1,7 millones de muertes por COVID-19 en el mundo podrían haberse evitado si China hubiera alertado al mundo desde un principio.

 

 

Entonces, cuando leí el artículo de Xinhua, no pude evitar verlo como un ejemplo clásico de hipocresía política. El artículo empieza diciendo que “Como un barco gigante navegando imperturbable por aguas agitadas, la relación entre China y América Latina y el Caribe ha estado avanzando de manera constante en medio de un turbulento 2020”.

 

 

En una bofetada tácita al “nacionalismo de las vacunas” del presidente Donald Trump, el artículo continúa diciendo que cuando el virus golpeó a América Latina, “China fue el primer país en echar una mano”. Agrega entre otras cosas que China “estableció el primer puente aéreo con Argentina y México para entregar suministros médicos muy necesarios”.

 

 

La “diplomacia médica” de China es un esfuerzo para tapar su error de no haber alertado al mundo sobre el brote de la pandemia. Pero una mirada más a fondo revela que no puede ser desechada como una fantasía.

 

 

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, anunció en julio un préstamo de US$1.000 millones a países de América Latina y el Caribe para comprar vacunas chinas contra el COVID-19.

 

 

Además, China ha firmado el convenio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el acceso rápido a la vacunas contra el COVID-19 para todos los países, o Covax. La iniciativa Covax ha sido financiada, entre otros, por Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Italia y Estonia, y ya ha recaudado casi US$2.000 millones.

 

 

Trump, en cambio, se ha negado a participar en la iniciativa Trump también firmó una orden ejecutiva que prohíbe a Estados Unidos enviar vacunas a cualquier otro país, y luego se jactó públicamente de ello.

 

 

El gobierno de EE.UU. dice que ha entregado más de US$220 millones en asistencia contra el COVID-19 a América Latina y el Caribe, más que cualquier otro país. Pero muchos expertos dicen que China ha dado más.

 

 

Benjamin Gedan, subdirector del programa latinoamericano del Wilson Center, con sede en Washington D.C., me dijo que “desde el comienzo de la pandemia, los chinos han sido más responsables y más generosos con América Latina que Estados Unidos”.

 

 

Cuando le pregunté por la orden ejecutiva de Trump de no exportar vacunas, Gedan me dijo que “en lugar de usar esto como una oportunidad para señalar el apoyo de Estados Unidos al mundo en desarrollo, Trump se jactó de que Estados Unidos no exportaría las vacunas. Es el mensaje más contraproducente que nadie podría haber imaginado”.

 

 

Por supuesto, no se puede culpar a Trump por cuidar primero a la gente de su país. Esa es una responsabilidad primordial de cualquier presidente. Pero la demagogia nacionalista de Trump, además de ser una pésima estrategia de relaciones públicas, oculta el hecho de que los estadounidenses no van a estar a salvo mientras la pandemia se siga extendiendo a nivel mundial.

 

 

Hay muchas formas en que Estados Unidos podría ayudar a América Latina sin exportar vacunas como lo sería una contribución de fondos a la iniciativa Covax.

 

 

No hay héroes en esta tragedia: tanto China como Estados Unidos le han fallado al mundo. Es hora de que el presidente electo Joe Biden anuncie el apoyo de Estados Unidos a Covax y corrija este vergonzoso capítulo de la historia de Estados Unidos.

 

 

Andrés Oppenheimer

 La catástrofe educativa de América Latina

Posted on: diciembre 15th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Aunque la vacuna del COVID-19 está a la vuelta de la esquina y las economías latinoamericanas muy probablemente comenzarán a recuperarse en 2021, la región enfrenta una cruda realidad: casi la mitad de los niños en algunas de sus regiones más pobres han abandonado la escuela desde el comienzo del pandemia.

 

 

Es un problema que está afectando a América Latina más que otras partes del mundo, según nuevos estudios. Y podría producir un aumento en la pobreza, inequidad y migración masiva, así como una mayor disminución de la competitividad de la región, a menos que se tomen medidas urgentes.

 

 

Un estudio publicado esta semana por el grupo no gubernamental Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad dice que el 45% de los niños en las comunidades más pobres del estado de Chiapas en el sur de México han abandonado sus estudios desde el inicio de la pandemia.

 

 

El estudio citó la falta de computadoras, teléfonos celulares, acceso a Internet y la ausencia de supervisión adulta como algunas de las principales razones de la tasa de deserción masiva. Y el informe, basado en datos oficiales, es consistente con lo que dicen las organizaciones internacionales.

 

 

Un nuevo estudio del Banco Mundial advierte que América Latina enfrenta una “catástrofe de desigualdad” por esta crisis educativa. Incluso los niños que han estudiado de forma remota durante la pandemia están rezagados con respecto a sus contrapartes en otras partes del mundo.

 

 

El número de escolares latinoamericanos que sufren de pobreza educativa o “pobreza de aprendizaje” –como se refiere el Banco Mundial a los niños de 10 años que no pueden leer ni entender un texto básico– aumentó de 33,6 millones a 41,2 millones desde que empezó la pandemia, según el estudio.

 

 

“Ha habido un aumento mayor de la pobreza de aprendizaje en América Latina que en casi todas las demás partes del mundo”, me dijo Jaime Saavedra, director del departamento de educación del Banco Mundial. “Estamos muy preocupados, porque América Latina ya tenía una crisis educativa antes de la pandemia, que ahora se ha agravado muchísimo más”.

 

 

Cuando le pregunté por qué la comprensión de lectura de los niños ha caído más en América Latina que en otras partes, Saavedra me dijo que no se debe solo a la escasez de computadoras para la educación a distancia.

 

 

Gran parte del declive en el aprendizaje de los niños tuvo que ver con el hecho de que, especialmente en América del Sur, la pandemia comenzó al iniciarse el año escolar, y varios países cerraron las escuelas de marzo a diciembre. En comparación, en Estados Unidos y otras partes del hemisferio norte, parte de la pandemia coincidió con los tres meses de vacaciones de verano, por lo que las escuelas estuvieron cerradas menos tiempo.

 

 

“Cada semana que pasa sin que los niños vayan a la escuela es una pérdida enorme que será difícil de recuperar”, me dijo Saavedra. Si bien el aprendizaje a distancia es la onda del futuro y está mejorando todo el tiempo, al menos algo de aprendizaje presencial es fundamental, agregó

 

 

Cuando le pregunté a Saavedra y a otros expertos qué hay que hacer, la mayoría me dijo que que los países sudamericanos que tienen vacaciones de verano en los próximos meses deberían abolirlas y reabrir sus escuelas en lugares que no sean puntos críticos de COVID-19. Y las escuelas deberían partir las clases en varios turnos por día, para tener menos alumnos por aula.

 

 

La buena noticia es que la pandemia ha obligado a muchos docentes latinoamericanos a ponerse al día con la tecnología de aprendizaje remoto, lo que ayudará a la región a reducir la brecha digital. Pero se necesita un sentido de urgencia mucho mayor, o América Latina se quedará aun más atrás de los países asiáticos en su capacidad para competir en una economía cada vez más basada en el conocimiento.

 

 

Si no se hace nada, la catástrofe educativa del COVID-19 condenará a Latinoamerica a un atraso aún mayor al actual.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

La gran protesta de los artistas cubanos

Posted on: diciembre 9th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

La reciente protesta pacífica de cientos de artistas e intelectuales cubanos contra la censura del régimen fue una de las mayores manifestaciones en la isla desde la revolución de 1959. Debería recibir un apoyo mucho mayor del presidente electo Joe Biden, el presidente saliente Donald Trump y los líderes de todas las democracias.

 

 

La protesta del 27 de noviembre del así llamado Movimiento San Isidro frente al Ministerio de Cultura en La Habana atrajo a unos 300 artistas, músicos, actores y periodistas independientes. En una dictadura que no ha permitido protestas masivas en seis décadas, esta acción convocó a una multitud asombrosa.

 

 

Algunas de las figuras más conocidas de la cultura cubana, como la artista Tania Bruguera, el actor de cine Jorge Perugorria y el cineasta Fernando Pérez participaron en la protesta. Otros conocidos artistas, como el trovador Carlos Varela, la apoyaron desde sus redes sociales.

 

 

“Nunca habíamos visto una protesta callejera tan grande en Cuba” , me dijo José Miguel Vivanco, director del departamento de América de Human Rights Watch. “Han habido muchas protestas aisladas contra los abusos de los derechos humanos desde 1959, pero ninguna como esta ha estado centrada en la libertad de expresión”.

 

 

El “Wall Street Journal” dijo en un artículo de José de Córdoba el 30 de noviembre que “la protesta fue posiblemente la mayor manifestación pacífica desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959” .

 

 

Tras una reunión de los manifestantes con el viceministro de Cultura, los medios de comunicación del régimen, que son los únicos permitidos en la isla, han acusado a los artistas de ser “mercenarios estadounidenses” y “títeres de la CIA” . Es la misma excusa irrisoria que Cuba ha usado durante seis décadas para aniquilar cualquier intento de libertad de expresión.

 

 

Varios de los artistas del Movimiento San Isidro han sido detenidos por breves períodos en días recientes.

 

 

Según un informe de Human Rights Watch con fecha lunes 7 de diciembre, Cuba está utilizando sus regulaciones sanitarias contra el COVID-19 para acosar a miembros del movimiento de San Isidro y a otros disidentes.

 

 

La protesta del 27 de noviembre comenzó después de que las fuerzas de seguridad detuvieran a 14 miembros del Movimiento San Isidro en su lugar de reunión en La Habana, alegando que uno de ellos había violado las reglas de COVID-19 al no hacerse una segunda prueba de coronavirus. El régimen está arrestando a muchos disidentes por supuestamente “propagar la epidemia”, dice HRW.

 

 

Cuando pregunté por qué los artistas cubanos se están uniendo ahora, después de tantas décadas de censura, varios allegados al Movimiento San Isidro me dijeron que se debe a recientes decretos del presidente Miguel Díaz-Canel.

 

 

Uno de ellos, el decreto 349 del 2018, formaliza los controles estatales sobre los artistas, tras la proliferación de galerías de arte y salones de música privados. El decreto establece que los inspectores del gobierno decidirán quién es artista y quién no. Aquellos que no reciben el sello de aprobación oficial no pueden exhibir sus obras ni actuar en público.

 

 

“Lo interesante es que estos artistas argumentan que los decretos de Díaz-Canel violan la Constitución de Cuba” , me dijo el historiador cubano Rafael Rojas, quien enseña en México. “Todo esto es muy nuevo”.

 

 

Afortunadamente, Jake Sullivan, el nominado para ser Consejero de Seguridad Nacional de Biden, tuiteó que “apoyamos al pueblo cubano en su lucha por la libertad y hacemos eco de los llamamientos para que el gobierno cubano libere a los manifestantes pacíficos” del Movimiento San Isidro.

 

Pero es hora de que el propio Biden, el presidente saliente Trump y otros líderes mundiales apoyen personalmente a los artistas e intelectuales de Cuba.

 

 

Es una oportunidad perfecta para que Biden ponga en práctica su promesa de reconstruir las alianzas internacionales de Estados Unidos, que fueron abandonadas por Trump, para luchar por los derechos básicos en todo el mundo. ¡No la desperdicie, presidente electo!

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

Biden prometió ser mejor para América Latina… Ahora tiene que cumplir

Posted on: noviembre 10th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Es difícil pronosticar si el presidente electo Joe Biden será bueno para América Latina. Pero conoce la región mucho mejor que el presidente Trump cuando asumió el cargo y promete seguir una agenda mucho más constructiva allí.

 

Entre 2009 y 2017, Biden realizó 13 viajes a América Latina cuando era vicepresidente del presidente Obama. Era el hombre clave de facto de Obama para la región, mientras que el exsecretario de Estado John Kerry estaba mayormente ocupado lidiando con asuntos de Oriente Medio y Asia.

 

 

En 2013, Biden realizó un viaje de seis días a Colombia, Brasil y Trinidad-Tobago, poco después de pronunciar un discurso en el Departamento de Estado sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.

 

 

Biden también presidió una comisión del gobierno de Estados Unidos y México sobre asuntos comerciales y fronterizos, realizó cuatro viajes a México durante ese período y encabezó un grupo de trabajo de ayuda en Centroamérica. Mientras tanto, Trump vendía departamentos en Nueva York.

 

 

Por supuesto, nada de eso garantiza que Biden sea bueno para América Latina.

 

 

Pero personas cercanas a él dicen que, como presidente, Biden tendrá una agenda positiva para la región, enfocándose en la cooperación en temas como la lucha contra la pandemia de COVID-19 y el cambio climático, donde Trump ha perseguido una agenda negativa centrada en la inmigración ilegal.

 

 

Biden dijo en un artículo de 2019 escrito para el Miami Herald que se centraría en «reparar la cooperación y abordar los desafíos regionales compartidos». Describió la política regional de Trump como una «bola de demolición para nuestros lazos hemisféricos».

 

 

Los asesores latinoamericanos más cercanos de Biden son sus ex ayudantes Juan González, Daniel P. Erikson y Julissa Reynoso, ex funcionaria del Departamento de Estado de Estados Unidos y embajadora en Uruguay, me dijeron fuentes de la campaña.

 

El exsecretario de Estado Kerry, quien fue el sustituto de Biden en asuntos exteriores durante la campaña de 2020, me dijo en una entrevista el 4 de septiembre que, durante sus años como vicepresidente, Biden tuvo discusiones con México y Canadá para crear un “bloque comercial norteamericano.» Kerry agregó que, como presidente, Biden podría querer «volver a esa discusión» más allá de los acuerdos comerciales existentes.

 

 

Sobre las relaciones de Estados Unidos con Cuba, Kerry me dijo que “Biden, como presidente, claramente querrá revitalizar” las presiones estadounidenses sobre el régimen para abordar los derechos humanos y las libertades económicas en la isla. Kerry agregó que «no creo que nadie estuviera satisfecho» con la creciente represión de Cuba después de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en 2014.

 

 

Es probable que Biden tenga especial cuidado de no mostrarse cómodo con Cuba y Venezuela luego de su pérdida de Florida en las elecciones del 3 de noviembre, en parte debido a una avalancha de votos cubano-estadounidenses y venezolanos-estadounidenses por Trump. Si los demócratas quieren ganar Florida en 2024, sería una tontería no intentar hacerlo mejor con ese bloque clave de votos hispanos.

 

 

En el frente económico, la promesa de Biden de aprobar una reforma migratoria integral que legalizaría a 11 millones de residentes indocumentados se traduciría en mejores trabajos para ellos y más remesas familiares a México y Centroamérica.

 

 

lo más importante es que el paquete de estímulo económico de $ 3 billones prometido por Biden impulsaría el crecimiento económico de Estados Unidos. Algunos economistas predicen que la economía estadounidense podría crecer hasta un 5 por ciento el próximo año, después de una caída del 4 por ciento este año.

 

 

Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, me dijo que un gran paquete de estímulo estadounidense «sería bueno para los países latinoamericanos que exportan bienes a Estados Unidos, porque una economía estadounidense en crecimiento significa más importaciones desde América Latina».

 

 

Werner agregó: «Ayudaría a los exportadores de autopartes de México y a los exportadores de materias primas de América del Sur, ya que un mayor crecimiento en Estados Unidos contribuirá a aumentar los precios de las materias primas».

 

 

Algunos funcionarios latinoamericanos temen que una administración de Biden sea mucho más exigente con los derechos laborales y ambientales, reclamando condiciones que serán difíciles de cumplir para los países de la región en medio de sus actuales crisis económicas.

 

 

Pero en lo que casi todo el mundo está de acuerdo es en que Biden sería más predecible que Trump, quien de vez en cuando amenazaba con imponer aranceles a los bienes o impuestos a las remesas. Las economías de la región ya no tendrán que depender de si Trump se despertó de buen humor.

 

 

Pronto sabremos si el conocimiento relativo de Biden sobre los asuntos latinoamericanos ayudará a la región. Pero es hora de probar una agenda positiva con la región, en lugar de una que se centre en construir un muro a lo largo de la frontera e insultar a los inmigrantes latinoamericanos.

 

 

Biden debería cumplir su palabra, porque una marea alta levanta todos los barcos.

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

¿Y qué pasaría si gana Trump?

Posted on: noviembre 2nd, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Si los encuestadores están equivocados y el presidente Donald Trump gana las elecciones del martes, algo que no parece muy probable pero puede suceder, agárrense fuerte: veríamos un giro a los extremos en ambos partidos mayoritarios de Estados Unidos.

 

 

Por extraño que parezca, una victoria del presidente convertiría en realidad la ridícula afirmación de Trump de que el Partido Demócrata se ha vuelto “socialista”.

 

 

En pocas palabras, si Trump gana, el ala progresista de los demócratas, representado entre otros por el senador Bernie Sanders, diría: “Perdimos porque cometimos el error de elegir como candidato a un centrista como Joe Biden, que buscó el voto de los independientes y republicanos moderados. Deberíamos haber elegido un demócrata socialista que entusiasme a sus bases, tal como lo hizo Trump con las suyas”.

 

 

Biden, por suerte, ha hecho lo opuesto. De hecho, no recuerdo un candidato demócrata en las últimas décadas que haya hecho mayores esfuerzos que Biden por conquistar los votos de los independientes y los republicanos moderados.

 

 

Además de elegir a la senadora Kamala Harris como su compañera de fórmula en lugar de una progresista como la senadora Elizabeth Warren, Biden dio mucho más tiempo y visibilidad a políticos republicanos que a los líderes del a la izquierda de su propio partido en la Convención Nacional Demócrata en agosto.

 

 

El ex gobernador republicano de Ohio, John Kasich, tuvo 3.9 minutos para hablar ante la Convención, y varios otros republicanos obtuvieron dos minutos o mas. En comparación, la superestrella del ala progresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez solo tuvo 1.6 minutos para hablar.

 

 

Desde entonces, Biden ha recibido varios apoyos de la derecha del arco político, incluidos los de la viuda del fallecido héroe militar Sen. John McCain, Cindy McCain, y varios ex generales y lideres empresariales.

 

 

Pero si Trump vuelve a ganar las elecciones en el Colegio Electoral a pesar de perder el voto popular, como ocurrió en 2016, muchos votantes concluirán que Estados Unidos se ha convertido en un país gobernado por una élite blanca.

 

 

Dirían que cada vez más presidentes están ganando elecciones en el Colegio Electoral, donde los estados más pequeños y menos poblados están sobre-representados. Trump ganó en 2016 a pesar de perder el voto popular por casi 3 millones de votos.

 

 

A pesar de no haber sido votado por una mayoría, el sistema actual le permitió a Trump nombrar jueces vitalicios de la Corte Suprema con posiciones ultra conservadoras en temas como las relaciones raciales, el aborto y las armas, que solo cuentan con el apoyo de una minoría de estadounidenses. Si Trump es reelegido, muchos concluirán que el país se ha convertido en una democracia disfuncional.

 

 

Para ser claros, sigo pensando que Biden ganará. Faltando pocos días para las elecciones, el promedio de encuestas de CNN, FiveThirtyEight, y RealClearPolitics tienen a Biden ganando por entre 7 y 10 puntos porcentuales a nivel nacional.

 

 

Incluso las encuestas de Fox News, que en la práctica es el medio de propaganda y desinformación de Trump, muestran a Biden ganando a nivel nacional y en los estados indecisos. Los encuestadores dicen que han corregido varios de sus errores de 2016, y están confiados en que esta vez acertarán.

 

 

Pero si Trump gana, es probable que veamos una mayor polarización, y una mayor violencia política.

 

 

Si gana Trump, los republicanos concluirían que el discurso populista xenófobo del presidente funcionó, y se convertirán cada vez más en el partido de supremacistas blancos, neonazis y negacionistas de la ciencia. Los demócratas, por otro lado, perderían confianza en la democracia estadounidense y muchos se volcarían cada vez más hacia Antifa y otros grupos de extrema izquierda.

 

 

Una victoria de Trump empoderaria a los extremos de ambos partidos. Esa es una de las varias razones por las que tantos independientes y republicanos moderados quieren volver a la normalidad y apoyan a Biden.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

 

Las preguntas claves del primer debate presidencial

Posted on: septiembre 29th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Las que siguen son las preguntas clave que habría que hacerle al presidente Donald Trump en el primer debate presidencial mañana 29 de septiembre, y por qué los estadounidenses no deberían votar por él si no las responde como lo haría cualquier persona respetuosa de las leyes.

 

 

Primero, Presidente Trump, ¿seguirá usted el ejemplo de sus antecesores en los casi 250 años de historia de la democracia estadounidense y respetará el resultado de las elecciones presidenciales, gane quien gane?

 

 

Parece mentira que haya que preguntarle esto a un presidente de Estados Unidos, porque es una pregunta que hasta ahora solo le hacíamos a autócratas como Nicolás Maduro o Vladimir Putin.

 

 

Pero, al igual que en 2016, Trump ha dicho repetidamente en día recientes, sin ninguna evidencia seria, que las elecciones del 3 de noviembre serán “amañadas” por los demócratas. Y cuando le preguntaron si permitirá una transferencia pacífica del poder si pierde, Trump se rehusó a contestarla.

 

 

Nota para Chris Wallace de Fox News, quien será el único moderador del primer debate: Trump probablemente repetirá su falsa acusación de que los demócratas usarán los votos por correo para cometer un fraude electoral. Se espera que muchos más demócratas que republicanos voten por correo, y Trump está preparando el escenario para cuestionar los votos por correo y declararse ganador la noche de las elecciones.

 

 

Entonces, estimado moderador, no permita que Trump se salga con su respuesta habitual: “Tendremos que ver qué pasa”.

 

 

No hay excusa para que un presidente cuestione el principio más sagrado de la democracia estadounidense: las elecciones libres y una transferencia pacífica del poder. Si Trump sigue cuestionando anticipadamente el resultado en caso de perder, es el fin de la democracia estadounidense.

 

 

En segundo lugar, presidente Trump, con respecto a su afirmación de que su respuesta a la pandemia del COVID-19 ha sido excelente, ¿cómo explica que Estados Unidos, con solo el 4 por ciento de la población mundial, tiene el 21 por ciento de las muertes mundiales por coronavirus?

 

 

Nota para Chris Wallace: Cada vez que le preguntan eso a Trump, cambia el tema y habla sobre los casos de contagios, o sobre las vacunas que está apoyando su gobierno, para evitar hablar de muertes. Así que, por favor, asegúrese que Trump responda sobre las muertes, que es lo que realmente cuenta

 

 

Y si Trump sigue desviando el tema, pregúntele cómo explica que Estados Unidos tiene 62 muertes por COVID-19 por cada 100,000 personas, en comparación con las 11 muertes de Alemania, o las 0,7 muertes de Corea del Sur por la misma cantidad de personas.

 

 

¿No será porque minimizó constantemente la pandemia, lo que hizo que millones de estadounidenses no usaran máscaras faciales ni respetaran la distancia social?)

 

 

En tercer lugar, presidente Trump, con respecto a su afirmación de que antes de la pandemia usted había logrado una expansión económica nunca antes vista, ¿qué dice sobre los datos oficiales que muestran que su afirmación es engañosa?

 

 

La bolsa de valores creció más durante el primer mandato del ex presidente Obama que bajo Trump. Y la economía estadounidense creció más en 2015 con Obama que en cualquiera de los cuatro años de Trump, según cifras de la Reserva Federal.

 

 

Nota para Chris Wallace:Trump seguramente dirá que la tasa de desempleo bajó a un mínimo histórico del 3.5 por ciento, lo cual es cierto. Pero debería recordarle que durante el gobierno de Obama el desempleo cayó mucho más , de un 10 por ciento en 2009 a un 4,7 por ciento en 2016.

 

 

Quienes apoyan a Trump seguramente estarán preguntando por qué no estoy proponiendo hacerle preguntas igualmente incomodas al candidato demócrata Joe Biden.

 

 

La razón es que es Trump, no Biden, quien amenaza con no aceptar el resultado de las elecciones, y convertir este pais en una república bananera, o en una autocracia como Venezuela o Rusia.

 

 

Puede que ustedes estén de acuerdo o en desacuerdo con las posturas de Biden sobre varios temas, pero es Trump quien esta amenazando con quebrantar la democracia en Estados Unidos. Por eso, es Trump quien debería responder las preguntas clave del primer debate presidencial.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera

Los pronósticos sobre el colapso de Estados Unidos

Posted on: septiembre 15th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Los expertos llevan varias décadas pronosticando el fin del “siglo americano”, y hasta ahora se han equivocado. Pero varios nuevos rankings mundiales publicados durante la pandemia de COVID-19 están generando nuevos temores sobre el futuro de Estados Unidos.

 

 

La caída de Estados Unidos en varios de estos rankings está atrayendo una atención especial en medio del escándalo en torno a la grabación en que el presidente Donald Trump admitió al periodista Bob Woodward de que mintió al pueblo estadounidense sobre la gravedad de la pandemia. Esa mentira puede haber costado decenas de miles de las 195,000 muertes por COVID-19 en Estados Unidos.

 

 

Mientras que varios otros presidentes en el resto del mundo usaban máscaras faciales e instaban a la gente a mantener la distancia social, Trump se burló de esas medidas e instó a los estados a abrir sus economías durante los primeros meses de la pandemia, a pesar de que sabía cuán letal era el virus.

 

 

Trump dice ahora que quería evitar el pánico, lo que es difícil de creer, dadas sus diarias advertencias alarmistas sobre las protestas del movimiento “Black Lives Matter” e imaginarias invasiones de inmigrantes mexicanos si pierde las elecciones. Lo más probable es que Trump haya mentido para evitar una caída de la bolsa de Wall Street que podía dañar sus posibilidades de reelección. Sea lo que sea, lo concreto es que la respuesta de Trump a la pandemia fue desastrosa.

 

 

Con solo el 4.2% de la población mundial, Estados Unidos tiene el 22% de las muertes por COVID-19 en el mundo, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.

 

 

Estados Unidos ocupa el puesto 32 entre 36 países en su respuesta a la pandemia, según un nuevo índice de Foreign Policy Analytics, el brazo de investigación de datos de la revista Foreign Policy. Entre los países que hicieron un trabajo mucho mejor que Estados Unidos se encuentran Senegal y Kenia, dice el estudio.

 

 

Pero, más allá de la respuesta de Trump a la pandemia, otros rankings que miden datos económicos y sociales también apuntan a una caída de Estados Unidos.

 

 

El Índice de Progreso Social 2020, que mide 50 indicadores de bienestar, coloca a Estados Unidos en el puesto 28 entre 163 países. En 2011, Estados Unidos ocupaba el puesto 19 en ese índice.

 

 

Otro estudio masivo, el Informe Mundial de la Felicidad 2020, basado en parte en la Encuesta Mundial Gallup, coloca a Estados Unidos en el puesto 18 de 153 países, por debajo del puesto 15 que ocupaba en 2015. El ranking está liderado por Finlandia, Dinamarca y Suiza.

 

 

Cuando se trata de la imagen de Estados Unidos en el exterior, en general ha disminuido en las últimas dos décadas, aunque todavía supera a la de China, según otro estudio del Pew Research Center.

 

 

Sin embargo, como dice el ex canciller de México, Jorge Castañeda, en su nuevo libro “Estados Unidos, en la intimidad y a la distancia”, lo que él describe como “civilización estadounidense” puede estar en declive, pero está lejos de acabada.

 

 

El sistema político de Estados Unidos se ha vuelto disfuncional, entre otras cosas porque su obsoleto sistema de votación en un Colegio Electoral que privilegia los estados rurales menos poblados no refleja la realidad política del país.

 

 

Mientras que el Partido Demócrata ha ganado el voto popular en varias de las más recientes elecciones, el país ha estado gobernado por presidentes republicanos durante 12 de los últimos 20 años. Eso ha llevado a una “parálisis política” que no ha permitido reformas importantes en temas como leyes de control de armas, la inmigración y los derechos civiles, dice Castañeda.

 

 

“Estados Unidos todavía está muy por delante de China, y probablemente lo seguirá estando durante los próximos 40 o 50 años por su superioridad económica, militar y cultural”, me dijo Castañeda. “A largo plazo, China e India probablemente superarán a Estados Unidos, pero no creo que eso vaya a pasar pronto”.

 

 

Estoy de acuerdo. El terrible manejo de Trump de la pandemia de COVID-19, las relaciones raciales y los asuntos mundiales probablemente estén acelerado la caída de Estados Unidos en los rankings. Pero, especialmente si las encuestas actuales son correctas y Trump no es reelecto, Estados Unidos probablemente seguirá manteniendo su primacía entre las potencias mundiales en un futuro próximo.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

Biden entra en la batalla por el control del Banco Interamericano de Desarrollo

Posted on: agosto 7th, 2020 by Maria Andrea No Comments

 

 

El probable candidato demócrata Joe Biden ha entrado en la batalla por el control del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), oponiéndose a la nominación del cubanoamericano de línea dura contra las dictaduras de Cuba y Venezuela que ha sido nominado por el presidente Donald Trump para encabezar la institución.

 

 

En respuesta a una pregunta que envié la semana pasada, la campaña de Biden me dijo en un correo electrónico que Biden considera que el candidato de Trump para dirigir el BID, Mauricio Claver-Carone, es “demasiado ideológico” y “poco calificado” para el puesto.

 

 

La reciente nominación de Trump de Claver-Carone para la presidencia del BID ha sido noticia en todo el hemisferio, porque rompería con la tradición del banco desde su fundación en 1959 de ser dirigido por un funcionario de América Latina.

 

 

Claver-Carone es actualmente asesor de seguridad nacional de Trump para asuntos latinoamericanos y ex funcionario del Departamento del Tesoro.

 

 

Argentina se opone abiertamente a la nominación de Claver-Carone, y México podría respaldar la postura de Argentina. Varios ex presidentes latinoamericanos —incluidos Ernesto Zedillo de México, Ricardo Lagos de Chile y Julio María Sanguinetti de Uruguay— han firmado una carta pública oponiéndose a la nominación de Claver-Carone.

 

 

La Unión Europea, compuesta de 28 países, ha pedido oficialmente posponer las elecciones del BID hasta después de las elecciones estadounidenses del 3 de noviembre. Actualmente, la elección del BID está programada para el 12 y 13 de septiembre. Según funcionarios europeos, sería contraproducente tener un partidario de Trump al frente del BID, con sede en Washington, si Biden gana las elecciones de Estados Unidos.

 

 

Los principales líderes demócratas en el Congreso de Estados Unidos están divididos sobre el tema. El senador Bob Menéndez, el líder demócrata en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, ha apoyado la nominación de Claver-Carone, mientras que el senador Patrick Leahy, el líder demócrata en el Comité de Asignaciones del Senado, se ha opuesto.

 

 

Hasta ahora, Biden no había tomado una posición oficial sobre el tema. Pero el vocero de la campaña de Biden, Kevin Muñoz me dijo en un correo electrónico en respuesta a mi pregunta que “el nominado de Trump para el BID es como la mayoría de sus nombramientos: demasiado ideológico, poco calificado y buscando un nuevo trabajo después de noviembre”.

 

 

Agregó: “Esto es especialmente preocupante durante uno de los períodos más difíciles de América Latina y el Caribe, cuando el BID tendrá que desempeñar un papel fundamental en la recuperación económica de la región”.

 

 

Además de Estados Unidos, el principal donante del BID, Brasil y Colombia han dicho que apoyarán al candidato de Trump. Claver-Carone ha dicho que cuenta con el apoyo de al menos 15 países, lo que lo convertiría en el favorito para conseguir el puesto.

 

 

Pero los críticos dicen que si Biden gana las elecciones estadounidenses, la capacidad de la BID de obtener un aumento de capital con fondos de Estados Unidos estaría en peligro. No solo Biden sino los demócratas en el Comité de Asignaciones del Senado serían reacios a ayudar a Claver-Carone, afirman.

 

 

Mi opinión: no me preocupa mucho el hecho de que Claver-Carone sea un crítico acérrimo de las dictaduras de Cuba y Venezuela. Al contrario, sería bueno que haya más funcionarios estadounidenses que exijan una mayor presión diplomática para lograr elecciones libres en ambos países.

 

 

Pero hay una cuestión práctica para apoyar una postergación de las elecciones del BID: la elección de Claver-Carone antes de las elecciones estadounidenses convertiría al banco en un blanco de la lucha política entre republicanos y demócratas en Washington, lo que probablemente paralizaría las operaciones de la institución.

 

 

Es cierto que, si Biden gana las elecciones de Estados Unidos, podría pedir la renuncia de Claver-Carone y una nueva elección del BID. Pero eso tomaría muchos meses, en un momento en que el BID necesita urgentemente fondos de emergencia para hacer frente a la crisis del COVID-19 de América Latina.

 

 

Latinoamérica está pasando por su peor crisis económica en casi un siglo. Lo menos que necesita la región es que una de sus principales fuentes de fondos para el desarrollo corra el riesgo de quedar paralizada por riñas políticas en Washington.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

 

Los nuevos informes de la ONU sobre Venezuela

Posted on: julio 21st, 2020 by Periodista dista No Comments

 

 

Dos nuevos informes de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michel Bachelet, sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela han pasado casi desapercibidos en medio de la pandemia del COVID-19. Pero merecen mucha más atención porque —con una salvedad— son demoledores…

 

 

Los informes del 2 y el 15 de julio de la oficina de Bachelet construyen sobre su investigación del año pasado, que documentó por lo menos 6,856 muertes sospechosas y ejecuciones extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad de la dictadura venezolana entre enero de 2018 y mayo de 2019.

 

 

Esa cifra convierte al dictador venezolano Nicolás Maduro en responsable de más homicidios políticos en un lapso de 17 meses que las dictaduras militares derechistas de Sudamérica en los peores momentos de la década de 1970.

 

 

El informe del 2 de julio de Bachelet dice que se registraron 1,324 muertes violentas adicionales llevadas a cabo por las fuerzas paramilitares de Maduro durante “operaciones de seguridad” entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2020.

 

El informe del 15 de julio cita casos documentados de ejecuciones, torturas y desapariciones forzadas . Entre las atrocidades citadas en el informe está la ejecución de 38 jóvenes y al menos 16 casos documentados de tortura .

 

 

Dice que los casos documentados de tortura “incluyeron fuertes palizas con tablas, asfixia con bolsas de plástico y productos químicos, inmersión de la cabeza del detenido bajo el agua, descargas eléctricas en los párpados y violencia sexual en forma de descargas eléctricas en los genitales”.

 

 

Añade que “Las personas detenidas también estuvieron expuestas a bajas temperaturas y / o luz eléctrica constante” , y “sometidos a amenazas de muerte contra ellos y sus familiares”. En muchos casos, “los médicos emitieron certificados médicos falsos o inexactos que no revelaban signos de tortura”.

 

 

Cita el caso del capitán retirado Rafael Acosta Arévalo , quien murió bajo custodia el 29 de junio de 2019. “La autopsia reveló que había sufrido múltiples golpes. Tenía hematomas, heridas y quemaduras en varias partes del cuerpo , así como 15 costillas rotas”.

 

 

Bachelet, ex presidenta de Chile y miembro del Partido Socialista de Chile, merece aplausos por sus bien documentados informes de la ONU sobre Venezuela . Yo la entrevisté en varias oportunidades durante su segunda presidencia de 2014 a 2018, y en ese entonces era reacia a criticar públicamente a la dictadura venezolana.

 

 

Pero Bachelet comete un error al recomendar en su último informe que Estados Unidos y otros países consideren “la revisión, suspensión o el levantamiento de las sanciones sectoriales” contra los altos funcionarios de Venezuela y la industria petrolera estatal venezolana. El informe afirma que tales sanciones económicas “obstaculizan los esfuerzos del gobierno” para hacer frente a la actual crisis humanitaria.

 

 

No, Sra. Bachelet, ahí se equivocó en grande. Lo que Venezuela necesita son más sanciones económicas de la comunidad internacional para presionar a Maduro para que permita elecciones libres, y poder empezar a revertir la crisis humanitaria, que es fruto de la crisis política.

 

 

Contrariamente a lo que afirma Maduro, la crisis humanitaria de Venezuela no ha sido causada por sanciones estadounidenses o europeas , sino por la desastrosa revolución chavista, que convirtió al país más rico de América Latina en uno de los más pobres.

 

 

Como dijo la propia oficina de Bachelet en un informe del 5 de julio de 2019, “la economía venezolana, particularmente su industria petrolera y sus sistemas de producción de alimentos, ya estaban en crisis antes de que se impusiera cualquier sanción sectorial”.

 

 

Además, como señaló un informe de mayo de Human Rights Watch, no hay evidencias de que si se levantaran las sanciones económicas contra las principales figuras del régimen y el monopolio petrolero estatal, el régimen venezolano usaría ese dinero para dar asistencia humanitaria a los pobres .

 

 

Por el contrario, la evidencia muestra que Maduro y sus generales se lo robarían , como lo han estado haciendo durante las últimas dos décadas.

 

 

En lugar de levantarse, las sanciones económicas contra el gobierno de Venezuela, no contra su pueblo, deberían expandirse. La alternativa a las sanciones para presionar a Maduro para que permita elecciones libres sería peor : una mayor crisis humanitaria, millones más de refugiados o una invasión militar extranjera.

 

 

Lo que la dictadura de Maduro necesita son sanciones mucho más fuertes por parte de muchos más países.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera