Se acabó la fiesta de Bukele con el Bitcoin

Posted on: enero 28th, 2022 by Laura Espinoza No Comments

 

 

El Salvador produjo grandes titulares el año pasado cuando se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda legal. Pero ahora, después del desplome de casi un 50% en el valor de Bitcoin en días recientes, la gran pregunta es si El Salvador será el primer país del mundo en irse a la bancarrota por culpa de una critpomoneda.

 

 

Muchos economistas dicen que eso ya está pasando.

 

 

“¡La adopción de Bitcoin por parte de El Salvador ha sido un desastre absoluto!”, tuiteó Nouriel Roubini, el economista estadounidense que se hizo famoso por predecir la crisis del 2008. “El país ahora está efectivamente en bancarrota”.

 

 

El Fondo Monetario Internacional (FMI), al que El Salvador le está pidiendo préstamos de emergencia, instó al país el 25 de enero a que abandone el Bitcoin como moneda de curso legal. “Existen grandes riesgos asociados con el uso de Bitcoin para la estabilidad financiera, la integridad financiera y la protección del consumidor” en el país, dijo el FMI.

 

 

El presidente populista de El Salvador, Nayib Bukele, de 40 años, anunció por primera vez su decisión de adoptar Bitcoin en una conferencia en Miami en junio del año pasado. El Congreso controlado por Bukele aprobó poco después la “ley Bitcoin”, que incluye una cláusula que obliga a todos los Salvadoreños a aceptar pagos en esa criptomoneda, aunque esa parte de la ley nunca fue implementada.

 

 

En días recientes, cuando el precio de Bitcoin cayó de más de $61,000 en octubre a $35,000 el 23 de enero, Bukele subió la apuesta y compró otros $15 millones en Bitcoins. Luego tuiteó en inglés, desafiante, que “algunos muchachos están vendiendo muy barato”.

 

 

Pero el chiste no le causó mucha gracia a los economistas.

 

 

“Todo este experimento ya costó $200 millones en dinero que prácticamente no contribuye nada al desarrollo económico del país”, me dijo Álvaro Trigueros, director de estudios económicos de FUSADES, uno de los centros de estudios más conocidos del país. “Es un dinero perdido”.

 

 

El gobierno de El Salvador ahora carece de fondos para pagar $1,400 millones de deudas internas y externas, el riesgo país se ha disparado, y el precio de los bonos de El Salvador se ha desplomado.

 

 

“Ahora estamos en una situación de alto riesgo, en la que la economía podría colapsar”, me dijo Trigueros.

 

 

La adopción del Bitcoin como moneda legal en El Salvador ya estaba en problemas antes de la reciente caída del precio de la criptomoneda.

 

 

Solo el 10% de las empresas salvadoreñas dice haber realizado al menos una transacción en Bitcoins, según una encuesta de FUSADES. Muchos salvadoreños usaron los $30 dolares en Bitcoins que les regaló el gobierno a fines del año pasado para que se registren en la plataforma oficial “Chivo wallet”, y no han usado la criptomoneda desde entonces.

 

 

Una encuesta separada de 480 comerciantes realizada por la Cámara de Comercio de El Salvador encontró que solo el 1% del valor total de sus ventas había sido hecho con Bitcoins. El dólar estadounidense, la moneda legal de El Salvador, sigue utilizándose para prácticamente todas las transacciones comerciales.

 

 

“El Chivo wallet ha tenido muchos problemas técnicos”, me dijo Jorge Hasbún, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador. “Algunas personas hicieron una transferencia de su cuenta, y el dinero se perdió en el camino”.

 

 

La combinación de los problemas técnicos del “Chivo wallet” y la volatilidad del Bitcoin ha hecho que cada vez mas salvadoreños desconfíen de la criptomoneda, agregó Hasbún.

 

 

Mi opinión: No hay nada de malo en que un país como El Salvador permita los Bitcoins para algunas transacciones como las remesas familiares desde el extranjero, para ayudar a la gente a evitar las comisiones bancarias. Pero a Bukele se le fue la mano al apostar gran cantidad de fondos del Estado a una moneda tan volátil como el Bitcoin.

 

 

Mi sospecha siempre ha sido que Bukele lanzó su “Ley Bitcoin” para proyectar la imagen de un líder joven y moderno, y para desviar la atención pública de las críticas por su forma cada vez más autoritaria de gobierno. Ahora, el país está pagando un alto costo por su estrategia de relaciones públicas.

 

 

Andrés Oppenheimer

 

 

 

El Informe Oppenheimer

Posted on: diciembre 30th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

EL METAVERSO

 

 

Cuando el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció recientemente que cambió el nombre de su empresa a Meta, porque operará en el metaverso, muchos medios no se percataron de la parte más importante de la historia: el hecho de que la nueva compañía será parte de una nueva tendencia tecnológica que cambiará el mundo.

 

 

El metaverso, o meta-mundo, o X-verso, o como se termine llamando, es el nuevo mundo de realidad virtual y realidad aumentada que reemplazará el internet tal como lo conocemos.

 

 

Según me dicen varios gurús de la tecnología, el internet multidimensional cambiará -para bien y para mal- nuestras vidas, nuestros trabajos y la economía global.

 

 

En primer lugar, hay muchas compañías de internet además de Meta, incluidas Microsoft, Sony, Google y Apple que están trabajando a toda velocidad para crear universos digitales multidimensionales.

 

 

No habrá un solo metaverso, sino tantos millones de metaversos como ahora existen sitios de internet.

 

 

Podrás crear tu propio meta-universo e invitarme a sentarme virtualmente en tu oficina, y podremos caminar juntos digitalmente desde allí a cualquier otro lugar.

 

 

Todo esto lo haremos con los anteojos de realidad virtual que hoy en día son grandes y pesados -como eran los primeros celulares- pero que pronto se parecerán a gafas comunes, y quizás más tarde serán reemplazados por chips en nuestras cabezas. Sí, ya sé, suena aterrador, y probablemente es.

 

 

En segundo lugar, la transición a un mundo digital multi-dimensional probablemente comenzará con la industria de la música y el deporte, y después pasará a la producción de bienes digitales.

 

 

Podremos ver conciertos o conferencias con realidad virtual o realidad aumentada, en lugar de verlos en una pantalla plana. Y más tarde, podremos fabricar productos digitales. Un ingeniero en Alemania podrá teletransportarse a una fábrica en México y mostrarle a sus trabajadores cómo reparar una máquina rota, o viceversa.

 

 

En segundo lugar, *el metauniverso llevara a la producción de cada vez más bienes virtuales*, incluida la ropa digital.

 

 

A medida que la economía se mueve cada vez más del mundo físico al mundo virtual, participaremos en reuniones de trabajo virtuales o iremos a una cena de gala virtual estando en nuestras casas en pijama, pero vestidos con ropa digital. Algunas empresas de ropa de lujo ya están vendiendo vestidos y accesorios digitales.

 

 

En tercer lugar, *es probable que la producción de bienes digitales multidimensionales amplíe la brecha tecnológica entre los países ricos y pobres*.

 

 

Vivek Wadhwa, un futurólogo de Silicon Valley que ha escrito varios libros sobre las próximas tecnologías, me dijo que el hecho de que *el metauniverso permitirá que las personas trabajen desde cualquier lugar del planeta podría ser una gran oportunidad para que América Latina reemplace a China como la fábrica global*.

 

 

Pero agregó que *así como Latinoamérica se perdió la oportunidad de convertirse en la oficina de soporte administrativo del mundo cuando apareció el internet, puede perder la oportunidad de convertirse en la fábrica internacional con el metaverso*.

 

 

«El problema no es la tecnología», dijo Wadhwa.

 

 

«El problema es la falta de visión y capacidad de América Latina para aprovechar las oportunidades».

 

 

Cuando le pregunté a Rony Abovitz, el fundador de la empresa de realidad aumentada Magic Leap qué le recomendaría a los Presidentes latinoamericanos, me dijo que les aconsejaría *que construyeran una buena infraestructura de internet rápida, enseñen a los niños de sus países a codificar, y ayuden a que sus empresas encuentren un lugar en las nuevas cadenas de suministro de productos digitales*.

 

 

Si no se suben a esta ola ahora, «empezarán a parecerse cada vez más a Afganistán», agregó.

 

 

Eso puede sonar demasiado dramático, pero tiene algo de cierto. Nos guste o no, la transición al mundo digital multidimensional va a suceder.

 

 

Las empresas que están invirtiendo miles de millones de dólares en el metaverso no se van a detener, así como no se detuvieron con la construcción del internet en la década de 1990.

 

 

El metaverso probablemente tardará entre 10 y 15 años en convertirse en una realidad cotidiana. Pero sucederá, y los países que no se preparen desde ahora se van a quedar atrás.

 

 

Andrés Oppenheimer

 

¡Todavía hay esperanza para la Argentina!

Posted on: noviembre 20th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Un artículo reciente del Financial Times titulado “No hay futuro en Argentina” refleja el pensamiento generalizado de que Argentina es un país sin esperanza. Pero tras la victoria de la oposición en las elecciones legislativas del 14 de noviembre, creo que todavía hay esperanza para ese país tan castigado por el populismo. Por supuesto, Argentina sigue siendo un caso de manual de cómo el populismo puede destruir un país a pesar de todas sus riquezas. Desde que el difunto general Juan Domingo Perón inició lo que hoy conocemos como “peronismo” en la década de 1940, Argentina ha ido cuesta abajo.

 

 

Mucho antes de que Hugo Chávez destruyera Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, Perón había hecho algo parecido con Argentina, uno de los mayores productores de granos del mundo. Perón empezó a regalar mucho más dinero del que entraba en el país, sentando la bases de una tradición de gasto público desmedido, impresión descontrolada de dinero, inflación, mayor deuda externa y mayor pobreza.

 

 

Hoy, bajo el gobierno disfuncional del presidente Alberto Fernández y su poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, un 55% de los argentinos recibe uno o más subsidios gubernamentales, según un reciente estudio del diario La Nación.

 

 

Eso hace que Argentina sea un país inviable. Para mantener sus “planes sociales”, el gobierno debe imprimir cada vez más dinero, produciendo una inflación que se calcula en más del 50% para este año.

 

 

Los economistas ven pocas esperanzas de una recuperación rápida. El Banco Central está quebrado, y el país debe $45,000 millones al Fondo Monetario Internacional. A menos que el gobierno llegue a un acuerdo con el FMI, no hay forma de que los bancos extranjeros le presten dinero a un país que ya se ha negado a pagar nueve veces su deuda externa.

 

 

No es sorprendente que uno de los chistes más escuchados en Argentina en estos días sea que “la única salida es Ezeiza”, el nombre del principal aeropuerto internacional del país. Es el mismo chiste que escuché en 1976 cuando salí de Argentina, y que las generaciones posteriores han escuchado una y otra vez.

 

 

A pesar de todo eso, hay señales de esperanza.

 

 

En primer lugar, más del 40% de los argentinos han votado sistemáticamente en los últimos años en contra de gobiernos populistas peronistas, a pesar de la compra de votos por parte de estos últimos. Poco antes de las elecciones del 14 de Noviembre, el gobierno de Fernández había aumentado el salario mínimo, y regaló refrigeradores y otros electrodomésticos a los votantes.

 

 

Sin embargo, la principal coalición opositora “Juntos por el Cambio” obtuvo el 42% de los votos en todo el país, mientras que el partido del gobierno ganó solo el 34%. El gobierno de Fernández perdió su mayoría absoluta en el Senado, lo que significa que no podrá aprobar leyes sin el apoyo de otros partidos.

 

 

En segundo lugar, al contrario de lo que está sucediendo en Estados Unidos con las absurdas teorías del expresidente Donald Trump de que le habrían robado las elecciones del 2020, los perdedores en Argentina no han disputado los resultados electorales.

 

Aunque Fernández esté haciendo piruetas retóricas para presentar su derrota como un triunfo, no ha cuestionando los resultados electorales. Irónicamente, Argentina parece menos amenazada por un golpe populista que Estados Unidos, donde Trump está preparando el terreno para no reconocer futuras derrotas electorales.

 

 

En tercer lugar, contrariamente a lo que sugiere el titular del Financial Times, no hay tal cosa como países sin futuro. No hace mucho Irlanda, Finlandia, Corea del Sur y Singapur eran mucho más pobres que Argentina y la mayoría de los demás países latinoamericanos. Hoy, estas naciones tienen algunos de los ingresos per cápita más altos del mundo.

 

 

Las elecciones intermedias demostraron que un gran número de argentinos se han dando cuenta de que ningún país puede crecer y reducir la pobreza sin atraer inversiones.

 

 

Si la coalición opositora se mantiene unida, los argentinos pueden lograr derrotar al populismo en las elecciones presidenciales de 2023, y comenzar una era de gobiernos responsables y honestos.

 

 

 
Andrés Oppenheimer

@oppenheimera

El éxodo de Venezuela se disparará

Posted on: octubre 5th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Cuando escuché que la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela ya ha producido seis millones de migrantes y refugiados, el doble de la cantidad de personas que han huido de Afganistán, mi primera reacción fue pensar que esta cifra ya llegó a su tope.

 

 

 

Sin embargo, me equivoqué: todo indica que aumentará mucho más.

 

 

 

Se estima que el número de refugiados y migrantes venezolanos crecerá en un millón el año que viene, me dijo el jefe de la oficina de la Organización de Estados Americanos que se ocupa de los refugiados venezolanos, David Smolansky, en una entrevista.

 

 

 

Si las cosas siguen como ahora, para fines del año que viene habrá siete millones de venezolanos migrantes, superando el número de refugiados sirios, me dijo Smolansky.

 

 

 

Según cifras de la OEA, en los últimos seis años, han migrado 1,8 millones de venezolanos a Colombia, 1,1 millones al Perú, 450.000 a Ecuador, 460.000 a Chile, 270.000 a Brasil, 180.000 a Argentina, 103.000 a México, 230.000 al Caribe y 520.000 a Estados Unidos.

 

 

“La dictadura de Maduro ha producido más migrantes y refugiados que el régimen talibán”, me dijo Smolansky.

 

 

 

Hay tres razones principales por las que es probable que la cantidad de migrantes venezolanos siga creciendo, dicen los expertos.

 

 

 

En primer lugar, la crisis humanitaria sigue empeorando. Según un nuevo estudio de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, la tasa de pobreza ha aumentado a un asombroso 94,5% de la población.

 

 

 

El salario mínimo en Venezuela, sumado a un subsidio alimentario obligatorio, es de apenas dos dólares mensuales. Sí, leyeron bien, dos dólares mensuales.

 

 

 

El 50% de los venezolanos en edad laboral no está trabajando, según el estudio Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2021. Este se hizo en base a 14.000 entrevistas. En la mayoría de los casos, la gente renuncia a su trabajo porque les cuesta más caro pagar el transporte público para ir a trabajar que quedarse en casa.

 

 

 

La hiperinflación ha hecho que la moneda venezolana se haya convertido en un chiste: un dólar se cotiza en cuatro millones de bolívares. Un viaje en autobús cuesta un millón de bolívares. Maduro ha permitido una dolarización de facto, mediante la cual los venezolanos que reciben remesas familiares en dólares del exterior pueden vivir bastante bien, pero son un pequeño porcentaje de la población.

 

 

La segunda razón por la que muchos expertos predicen una nueva ola de refugiados es que muy probablemente las negociaciones entre el régimen y la oposición no resulten en una apertura política significativa que pudiera dar esperanzas para el futuro.

 

 

 

En las negociaciones, que están teniendo lugar en México, la oposición está pidiendo condiciones mínimas para participar en las elecciones locales de noviembre. Pero Maduro se ha negado a permitir, entre otras cosas, un tribunal electoral independiente y el acceso equitativo de los candidatos de la oposición a la radio y la televisión.

 

 

 

Un nuevo golpe de desesperanza podría alentar a más venezolanos a irse. En los últimos años, el éxodo venezolano ha crecido después de cada intento fallido de celebrar elecciones libres.

 

 

La tercera razón de un posible aumento de migrantes es que, a medida que los países latinoamericanos vacunan a más gente contra el COVID-19, relajarán sus restricciones de viajes en el 2022. Muchos venezolanos podrían aprovechar esa circunstancia para emigrar.

 

 

 

A la luz de todo esto, es hora de que las democracias de todo el mundo se den cuenta de que el éxodo venezolano no cesará a menos que se ponga fin a su causa: una dictadura brutal que, según las Naciones Unidas, ha asesinado a más de siete mil manifestantes pacíficos en los últimos años y cuya corrupción e ineptitud han creado la peor crisis humanitaria de la región en los últimos tiempos.

 

 

A menos que las democracias aumenten su presión sobre Maduro para que permita elecciones libres y no lo legitimen como vergonzosamente lo hizo el presidente de México el mes pasado, el éxodo venezolano crecerá aún más, y seguirá exigiendo más recursos económicos en toda la región.

 

 

 

Andrés Oppenheimer

 

 

Biden será más duro con Cuba

Posted on: julio 11th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Marcando una clara distancia de la política hacia Cuba del expresidente Barack Obama, el gobierno del presidente Joe Biden acaba de publicar un informe sobre el tráfico de personas en el mundo que condena enérgicamente las misiones médicas de Cuba en otros países.

 

 

El “Informe sobre la trata de personas 2021” del Departamento de Estado, publicado el 1 de julio, dice que hay “fuertes indicios de trabajo forzoso” en las misiones médicas de Cuba en el exterior. El año pasado, el régimen cubano “capitalizó la pandemia” para aumentar el número y tamaño de sus misiones médicas, que ahora llegan a entre 34.000 y 50.000 médicos cubanos en más de 60 países, dice el reporte.

 

 

“El Gobierno Cubano se ha beneficiado de la explotación de sus misiones médicas en el extranjero”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en una ceremonia de presentación del reporte. “Envían médicos y otro personal de salud al exterior, no les informan de los términos de sus contratos, confiscan sus documentos y salarios, y los amenazan a ellos y a sus familiares cuando intentan irse”.

 

 

Según el informe, que forma parte de una revisión anual sobre el trafico de personas en 188 países, incluido Estados Unidos, el régimen cubano recauda entre US$6 mil millones y US$8 mil millones anuales de sus exportaciones de médicos. Los médicos “reciben solo una parte de su salario, que oscila entre el 5 y el 25 por ciento”, y el régimen se queda con el resto, afirma el documento.

 

El nuevo énfasis de Estados Unidos en las condiciones de semiesclavitud de los médicos cubanos en el exterior contrasta con una visión mucho más benévola que tenía el gobierno de Obama sobre estas misiones médicas.

 

 

En octubre del 2014, el entonces secretario de Estado John Kerry, que ahora está en el gabinete de Biden como encargado de la lucha contra el cambio climático, elogió el trabajo de las misiones médicas cubanas para ayudar a combatir la pandemia de ébola en África, calificándolas de “impresionantes” y “una contribución en la primera línea”.

 

 

Pero después de unirse al equipo de Biden, el propio Kerry se volvió más crítico con Cuba. En el 2020, como portavoz de la campaña de Biden, Kerry me dijo que había “decepción” en Washington por la falta de una apertura en Cuba tras la normalización de relaciones con Estados Unidos.

 

 

A juzgar por mis conversaciones con funcionarios estadounidenses en las últimas semanas, la administración Biden no tiene prisa en cumplir su promesa de campaña de restaurar algunas de las medidas de Obama hacia Cuba.

 

 

Biden había prometido restaurar los viajes y las remesas familiares a la isla, y el principal asesor de asuntos latinoamericanos de la Casa Blanca, Juan González, ha dicho que la política de la administración Trump hacia Cuba está “bajo revisión”.

 

 

Sin embargo, varios factores han frenado un acercamiento a Cuba. En primer lugar, los últimos arrestos de artistas en la isla y las nuevas sospechas sobre la posible participación del régimen cubano en ataques sónicos contra diplomáticos estadounidenses en La Habana hacen más difícil proponer un nuevo acercamiento.

 

 

En segundo lugar, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Bob Menéndez, tiene una gran influencia sobre la política hacia América Latina de la Administración Biden. Menéndez es un severo crítico de la dictadura cubana.

 

En tercer lugar, Biden corre el riesgo de perder el Congreso en las elecciones intermedias del 2022, y puede que haya aprendido del error de su campaña del 2020 de subestimar el fuerte sentimiento de los votantes cubanoamericanos contra la dictadura de la isla. En parte debido a ese error, el Partido Demócrata perdió dos escaños claves de Miami en la Cámara de Representantes.

 

 

En resumen, Biden está haciendo lo correcto con Cuba. Estados Unidos no debería tener prisa en acercarse a una dictadura que prohíbe los partidos independientes, no permite la libertad de prensa y arresta a los artistas por entonar canciones críticas.

 

 

Andrés Oppenheimer

 

¿Volverá Donald Trump en el 2024?

Posted on: marzo 24th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

Desde que el expresidente Donald Trump perdió las elecciones del 2020 y trató de revertir el resultado fraudulentamente, he sido escéptico de que pueda regresar al poder en las elecciones del 2024. Y soy aún más escéptico ahora, después de hablar con el profesor a quien muchos llaman “el oráculo de Washington”.

 

 

Allan Lichtman, el historiador político de la American University que ha pronosticado acertadamente todas las elecciones presidenciales recientes, me dijo en una entrevista que es “muy poco probable” que Trump sea el candidato republicano en el 2024, o que regrese a la Casa Blanca como candidato de un tercer partido.

 

 

En cuanto al presidente Joe Biden, Licthman me dijo que no le sorprendería que se postule para un segundo mandato, a pesar de que ya tendría 82 años de edad en tres años.

 

 

Lichtman se hizo famoso cuando pronosticó acertadamente la victoria de Trump antes de las elecciones del 2016, cuando las encuestas y los expertos decían que Hillary Clinton sería la próxima presidenta. Ha creado un sistema de “13 claves”, o 13 preguntas cuyas respuestas le han permitido predecir el ganador de casi todas las elecciones presidenciales de Estados Unidos desde 1984.

 

 

Cuando hablé con él la semana pasada, me dijo que es poco probable que Trump sea el próximo candidato republicano porque “está lidiando con demasiados problemas”.

 

 

Trump enfrenta al menos 29 demandas civiles y penales, según un conteo del “Washington Post”. Van desde una investigación del fiscal de Nueva York sobre los negocios de Trump hasta juicios por el ataque del 6 de enero al Congreso y demandas por difamación de mujeres que alegan que las agredió sexualmente.

 

 

Para empeorar las cosas para Trump, “tiene más de US$400 millones en préstamos vencidos. Su marca (comercial) está de capa caída. Sus negocios están fallando. Tiene una enorme auditoría impositiva. Ya no ocupa el cargo. Ha perdido su cuenta de Twitter”, señaló Lichtman. Son demasiados problemas como para postularse a presidente, agregó.

 

 

 

Por supuesto, Trump irá al ataque, y tratará de hacernos creer que va a ser candidato, pero va a estar muy disminuido, dice Lichtman.

 

 

En cuanto a los primeros meses de Biden en el poder, Licthman me dijo que “está gobernando increíblemente bien”. En una escala del 1 al 10, le da un “9”, basado entre otras cosas en sus órdenes ejecutivas sobre el medioambiente y el cambio climático y la aprobación del paquete de estímulo económico de US$1,9 billones.

 

 

Biden tiene un nivel de aprobación de más del 50% en las encuestas, un porcentaje al que Trump no llegó en ningún momento de su presidencia, agregó.

 

 

En cuanto a la candidatura demócrata en el 2024, Lichtman dice que la vicepresidenta Kamala Harris sería la opción obvia, pero que no descartaría a Biden. Cuando le recordé que Biden tendría 82 años en el 2024, Lichtman respondió que Biden ya es el primer presidente en asumir el poder a los 78 años, y que bien podría quebrar otro precedente en tres años.

 

 

Estoy de acuerdo en que Trump difícilmente será el candidato opositor en las próximas elecciones, pero no me extrañaría que el próximo nominado del Partido Republicano sea uno de sus lacayos.

 

 

Trump ha puesto patas arriba al Partido Republicano. Los republicanos solían ser el partido que abogaba por un gobierno pequeño y el comercio libre y que criticaba el expansionismo de Rusia. Pero Trump aumentó el déficit, arremetió contra el comercio libre y defendió al dictador ruso Vladimir Putin.

 

 

Con Trump, el Partido Republicano se ha convertido en un partido populista de hombres blancos angustiados por el avance de las minorías étnicas. No es casualidad que en estos días Trump y la cadena Fox News no estén criticando mucho el paquete de estímulo económico de US$1,9 billones de Biden, sino centrándose en la inmigración.

 

Andrés Oppenheimer

 

América Latina y la innovación

Posted on: febrero 23rd, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Un nuevo ránking mundial de innovación muestra que Estados Unidos está perdiendo terreno, Asia está avanzando, y América Latina se está cayendo del mapa. Es un escenario que debería estar causando alarma en todo el continente.

 

 

Ya sé, muchos de ustedes deben estar pensando que, en medio de la pandemia de COVID-19, una recesión mundial y un juicio político a Donald Trump por haber intentado subvertir la democracia de los Estados Unidos, este es un tema trivial. Pero no lo es.

 

 

La innovación es un factor clave para predecir el futuro económico de los países. Cada vez más, vivimos en una economía postindustrial basada en el conocimiento, en la que los nuevos inventos y la propiedad intelectual producen mucha más riqueza que el trabajo manual o las materias primas.

 

 

El Ránking Global de Innovación Bloomberg 2021, de 60 países, muestra que Estados Unidos cayó al puesto 11 este año, desde el noveno lugar que tenía el año pasado. Corea del Sur ocupa el primer lugar, seguida de Singapur, Suiza, Alemania, Suecia, Dinamarca e Israel.

 

 

Un ránking similar, el Índice de Innovación Global 2020, publicado el año pasado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) de las Naciones Unidas, coloca a Estados Unidos en el número 3 del mundo, detrás de Suiza y Suecia.

 

 

Pero Estados Unidos ha estado perdiendo terreno en los últimos años, en parte por las políticas antiinmigratorias del gobierno de Trump, que frenaron el ingreso de muchos estudiantes, científicos e ingenieros extranjeros al país.

 

 

“Mientras que Estados Unidos había sido el líder indiscutible en ciencia e ingeniería, ahora estamos jugando un papel menos dominante”, dijo Diane Souvaine, presidenta de la Junta Nacional de Ciencia de Estados Unidos, el año pasado.

 

 

El presidente Joe Biden ha prometido invertir US$300 mil millones en un plan que llamó “Innovar en Estados Unidos”. El 11 de febrero, Biden anuncio “un esfuerzo ambicioso de innovación” para combatir el calentamiento global.

 

 

Los países latinoamericanos están casi al final de los ránkings de innovación de Bloomberg y de la OMPI. Brasil ocupó el lugar más alto en el índice Bloomberg: el 46, el mismo que ocupaba el año pasado. Argentina está en el puesto 51, seis por debajo de donde estaba el año pasado, y Chile, en el puesto 54, cayendo tres lugares respecto del año pasado. México ni siquiera entró en la lista.

 

 

El mal desempeño de América Latina en innovación se debe en parte a que la región invierte relativamente poco en investigación y desarrollo.

 

 

Mientras que Israel gasta el 4,9% de su PBI en investigación y desarrollo, Corea del Sur el 4,8%, Estados Unidos el 2,8% y China el 2,2%, Brasil gasta el 1,2%, Argentina el 0,5% y México el 0,3%, según el Banco Mundial.

 

 

Muchos líderes latinoamericanos dicen que no hay dinero para invertir en innovación. Pero esa es la forma incorrecta de verlo. Corea del Sur era más pobre que la mayoría de los países latinoamericanos hace apenas 50 años, y se desarrolló precisamente porque invirtió en innovación, ciencia y educación de calidad.

 

 

Lo que es peor, algunos líderes latinoamericanos, como el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, desconfían de la tecnología, como si pudieran detener la marcha del progreso.

 

 

En noviembre, tras visitar una planta alimenticia, López Obrador dijo que estaba consternado de ver “todo automatizado, robots en todas partes”, y que se podrían crear “muchos más” trabajos construyendo caminos. Esa forma de pensar es una receta para el atraso, porque hace a los países cada vez menos competitivos.

 

 

El nuevo ránking de innovación debería recibir mucha más atención, porque una vez que la pandemia del COVID-19 esté controlada, la competencia global por exportaciones nuevas y más sofisticadas aumentará. Y los países que no innoven se quedarán cada vez más atrás.

 

 

Andrés Oppenheimer

@oppenheimera.

Chile gana con las vacunas

Posted on: febrero 17th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

América Latina está muy por detrás de Estados Unidos y Europa en la entrega de vacunas contra el COVID-19 a su población. Sin embargo, hay un país de la región que les está ganando de lejos a todos sus vecinos: Chile.

 

 

De hecho, Chile ya ha superado a China, Alemania, Francia, España y otros países en conseguir vacunas para su población.

 

 

Según el sitio Ourworldindata.org de la Universidad de Oxford, Chile había administrado 7,3 dosis de vacunas por cada 100 personas hasta el 10 de febrero.

 

 

Para la misma fecha, Alemania había suministrado 4,4 dosis de vacunas por cada 100 personas, China 2,8, Brasil 1,9, Argentina 1,1 y México 0,6. El país que más vacunas ha repartido en el mundo es Israel.

 

 

“Continúa la impresionante campaña de vacunación en Chile”, tuiteó hace unos días el investigador de la Universidad de Oxford y fundador de Ourworldindata.org, Max Roser.

 

 

En números absolutos, para el 10 de febrero Chile había vacunado a 1,1 millones de personas. Comparativamente, México, que tiene seis veces la población de Chile, ha vacunado a 724.000 personas y Argentina, con más del doble de la población de Chile, ha vacunado a 513.000 personas, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.

 

 

No creo que sea una casualidad que Chile haya conseguido más vacunas que sus vecinos latinoamericanos: es, sin lugar a dudas, el país más globalizado de la región.

 

 

Mientras varios líderes populistas de América Latina despotrican contra el libre mercado y la globalización, Chile, a pesar de las crecientes protestas internas contra su modelo económico, ha mantenido un exitoso sistema de libre comercio.

 

 

Las conexiones comerciales internacionales de Chile, o al menos la visión periférica de su clase política, ayudaron al país a obtener vacunas mucho más rápido que México, Argentina o Venezuela, cuyos líderes conocen muy poco del mundo exterior.

 

 

El ministro de Salud de Chile, Enrique Paris, me dijo que su país ya firmó acuerdos para obtener cerca de 36 millones de vacunas para los 19 millones de habitantes. “Nuestro objetivo es vacunar al 80% de la población elegible para el 30 de junio”, agregó.

 

 

Rodrigo Yáñez, subsecretario de relaciones económicas internacionales de Chile, me dijo que el país sureño pudo comprar más vacunas porque comenzó a ordenarlas antes que otros. Pero los acuerdos de libre comercio sin duda ayudaron, agregó.

 

 

Chile tiene 29 acuerdos comerciales, incluidos acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, la Unión Europea, China, Vietnam y Australia. “Tenemos una enorme red de contactos internacionales”, me dijo Yáñez.

 

 

Sería simplista decir que Chile hizo las cosas mejor que otros porque tiene un gobierno de centroderecha, mientras que Argentina, México y Venezuela tienen gobiernos populistas de centroizquierda o de izquierda. Aunque puede que Chile cambie de curso, porque los chilenos han votado masivamente para cambiar su Constitución y nadie sabe cuál será el resultado, el país ha tenido gobiernos de izquierda modernos y globalizados.

 

 

El expresidente Ricardo Lagos, del Partido Socialista, fue un campeón de la globalización. La expresidenta Michelle Bachelet, también del Partido Socialista, estaba menos entusiasm

 

 

La tasa de popularidad de Piñera se desplomó el año pasado, en medio de protestas masivas de chilenos que exigen una mayor tajada del progreso económico del país.

 

 

No sé si Piñera logrará repuntar su popularidad, pero está claro que, mientras otros países patalean contra el mundo, Chile está ganando la carrera regional por las vacunas contra el COVID-19, en parte debido a su apertura económica y a sus conexiones comerciales globales.

 

 
Andrés Oppenheimer

@oppenheimera

De mal en peor en América Latina

Posted on: febrero 3rd, 2021 by Laura Espinoza No Comments

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está pronosticando que la pandemia de COVID-19 empeorará en las próximas semanas en América Latina, y varios funcionarios me dicen que es probable que no se logre controlar en la región hasta finales de este año, o principios del 2022.

 

 

Eso significaría que en América Latina la pandemia sería derrotada mucho después que en Estados Unidos. El presidente Joe Biden anunció esta semana que espera terminar de vacunar a la totalidad de los casi 300 millones de estadounidenses en edad de vacunación en setiembre.

 

 

El retraso de América Latina en la lucha contra la pandemia no solo sería una mala noticia para la región, sino también para Biden y para ciudades estadounidenses como Miami o Nueva York, donde mucha gente vive del turismo y el comercio con la región.

 

 

Más de 20 millones de turistas latinoamericanos visitan Estados Unidos anualmente, y el comercio de Estados Unidos con la región llegó a US$1,9 billones en el 2019.

 

 

Todo esto debería ser una razón urgente para que Biden intensifique sus planes de revertir la estúpida política del expresidente Donald Trump de no unirse a la iniciativa Covax de las Naciones Unidas y la OMS para ayudar a los países en desarrollo a obtener 2.000 millones de vacunas para fines de este año. Estados Unidos no puede derrotar la pandemia, ni reducir su impacto económico, si sus vecinos se siguen infectando.

 

 

Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la rama regional de la OMS, me dijo a principios de esta semana que es probable que la crisis del coronavirus en América Latina vaya de mal en peor en las próximas semanas.

 

 

Entre las razones que citó está el hecho de que es verano en América del Sur y millones de personas han viajado o no han mantenido la distancia social durante las fiestas de fin de año. Además, hay “un poco de fatiga” de coronavirus, después de casi un año de cuarentenas intermitentes en muchos países de la región.

 

 

Y encima de todo, el flujo de vacunas a la región está siendo mucho más lento que a Estados Unidos o Europa.

 

 

Cuando le pregunté a Barbosa para cuándo estima que la pandemia estará bajo control en América Latina, me dijo: “Sería una conquista histórica de salud si alcanzamos a hacerlo para el final del año”. Mi traducción: es probable que no pase hasta el 2022.

 

 

El plan global COVAX de la OMS tiene previsto distribuir 160 millones de dosis de vacunas en todo el mundo en marzo. La mayoría de los países latinoamericanos están entre los 190 países que participan en el plan, pero solo unos 10 de la región –los más pobres– califican para recibirlas gratuitamente.

 

 

Laurie Ann Ximenez-Fyvie, una reconocida profesora de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México que acaba de publicar un libro titulado “Un daño irreparable: la criminal gestión de la pandemia en México”, me dijo que “el futuro de la pandemia en México se ve muy sombrío, porque ni siquiera hay un reconocimiento por parte del gobierno de que las cosas están mal”.

 

 

Ximenez-Fyvie agregó que las predicciones de que países como México y Brasil lograrán derrotar la pandemia hacia fines de año podrían ser demasiado optimistas, porque no toman en cuenta que están surgiendo nuevas cepas del COVID-19 que son más contagiosas que las actuales. “Apenas estamos viendo la punta del iceberg”, me dijo.

 

 

Por suerte, el gobierno de Biden ha dicho que se unirá al plan global de vacunación COVAX, aunque todavía no está claro de qué forma contribuirá.

 

 

Es poco probable que Estados Unidos exporte vacunas a países latinoamericanos antes de que se vacunen todos los estadounidenses en edad de vacunarse, pero Washington podría, como ya lo hacen los principales países europeos y asiáticos, ayudar a financiar la distribución de vacunas a los países en desarrollo. Eso no solo sería bueno para América Latina, sino que también sería bueno para Estados Unidos.

 

 
Andrés Oppenheimer

@oppenehaimera

¿Regulará Joe Biden las redes sociales?

Posted on: enero 26th, 2021 by Laura Espinoza No Comments

Aunque la atención mundial en los primeros días del gobierno del presidente Joe Biden se centró en sus planes para combatir la pandemia de COVID-19, el cambio climático y la inmigración, una de sus promesas que más me llamó la atención fue su intención de liderar la lucha contra las noticias falsas.

 

 

En su discurso inaugural del 20 de enero, Biden dijo: “Debemos rechazar la cultura en la que los propios hechos son manipulados e incluso fabricados”.

 

 

Biden estaba dando su discurso en el mismo edificio del Capitolio que había sido atacado el 6 de enero por una turba de gente movilizada por las falsas alegaciones del expresidente Trump, amplificadas por las redes sociales, de que las elecciones presidenciales del 3 de noviembre habrían supuestamente sido fraudulentas.

 

 

En rigor, hasta la Corte Suprema de Estados Unidos, que tiene una mayoría conservadora, no encontró evidencia de ningún fraude que pudiera haber puesto en duda la victoria de Biden.

 

 

“Hay verdad, y hay mentiras, mentiras dichas para aumentar el poder y las ganancias”, dijo Biden más tarde en su discurso. “Cada uno de nosotros tiene un deber y una responsabilidad como ciudadanos, como estadounidenses, y especialmente como líderes… [de] defender la verdad y derrotar las mentiras”.

 

 

Como presidente, es probable que Biden actúe sobre esta premisa. Durante la campaña, Biden había dicho que Facebook, Twitter y otras redes sociales deberían hacer mucho más para detener la difusión de noticias falsas, que según los funcionarios estadounidenses a menudo son plantadas por Rusia y otros gobiernos extranjeros.

 

 

Antes de asumir la presidencia, Biden apoyó la derogación de la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, una ley que exime a las redes sociales de acciones legales por el contenido que publican. Trump también había exigido la regulación de las redes sociales.

 

 

Las empresas de tecnología argumentan que no crean contenidos, sino que solo los diseminan, y por lo tanto no deberían tener responsabilidad legal por las noticias que distribuyen.

 

 

Pero ese argumento ya se estaba desinflando antes de las elecciones presidenciales, y ahora está siendo aún más cuestionado a la luz del rol que jugaron las redes sociales en el intento de golpe de estado del 6 de enero.

 

 

Tristan Harris, un exejecutivo de Google, fundador del Centro para una Tecnología Humana y protagonista del reciente documental de Netflix “El dilema de las redes sociales”, me dijo que “la única forma en que vamos a resolver estos problemas es definitivamente mediante algún tipo de regulación gubernamental”.

 

 

Harris agregó que “cuando digo eso, no me refiero a que el gobierno regule lo que podemos o no podemos decir en Internet. Creo que necesitamos que el gobierno regule el modelo de negocios de estas empresas”.

 

 

Bajo su actual modelo de negocios, las empresas de redes sociales ganan dinero por la cantidad de tiempo que pasamos en sus plataformas, y los clics que hacemos en ellas. Y muchos estudios muestran que cuanto más alocadas son las noticias, más clics obtienen.

 

 

Tenemos que cambiar el modelo de negocios de estas empresas, porque incentiva la difusión de noticias falsas, me dijo. Tiendo a estar de acuerdo.

 

 

Dado que la mayoría de nosotros estamos en contra de la censura gubernamental, y dado que la autorregulación de estas empresas no ha funcionado, quizás la solución sea un término medio: la autorregulación forzada.

 

 

En Alemania, una ley de 2018 impone multas a las empresas de redes sociales que no eliminen en un plazo de 24 horas el discurso de odio o el contenido que pueda incitar a la violencia. Esa ley ha movido a las redes sociales a contratar miles de revisores de contenido adicionales.

 

 

Haga lo que haga, luchar contra “la cultura en la que los propios hechos son manipulados e incluso fabricados” será una de las tareas más importante de Biden. El futuro de la democracia de Estados Unidos puede depender de este combate. Andrés Oppenheimer

 

 
Andrés Oppenheimer

@oppenheimera