Nuevos billetes de mayor denominación amenazan aceptación de billete de 500
junio 28, 2019 3:30 pm

La emisión de piezas del cono monetario para llevar el mismo ritmo de la aceleración de los precios de bienes y servicios no es algo nuevo. Desde 2008, hace 11 años, el Ejecutivo ha puesto en circulación un total de 24 billetes, cuyo efecto –lograr que las personas cuenten con efectivo suficiente para realizar sus transacciones- se ha diluido en mayor o menor velocidad con el pasar de los años -o de los meses- y terminan sirviendo de poco para las operaciones de compra-venta.

 

 

Lo evidente es que cada uno de los procesos de reconversión ha servido de poco para paliar los embates inflacionarios.
De hecho, el billete de 500 bolívares, que hasta hace poco era el de mayor denominación del cono monetario vigente, actualmente no alcanza ni para comprar dulces o por ejemplo, una chupeta -una se puede vender entre Bs 1 mil y Bs 2 mil.

 

 

Tampoco sirve para pagar la tarifa plana de un estacionamiento, que ya alcanzó los Bs 10 mil en algunos centros comerciales de la Gran Caracas, y mucho menos para adquirir un kilo de carne de res o medio cartón de huevos. Además, su valor apenas equivale a 0,08 dólares al tipo de cambio oficial, que el Banco Central de Venezuela (BCV) situaba el 15 de junio en Bs 6 mil 244,3.

 

 

Las piezas de menor denominación, de 2, 5 y 10 bolívares, ni siquiera son aceptadas para pagar la gasolina en las estaciones de servicio, a pesar de que el litro de 95 octanos cuesta Bs 0,00006 y el de 91, Bs 0,00001.

 

 

El desprecio y el rechazo a la moneda es típico en una economía hiperinflacionaria, situación que se evidencia en el hecho de que las personas quieren deshacerse del efectivo lo más rápido posible, de acuerdo con el diputado Ángel Alvarado, economista y miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN).

 

 

Entre agosto de 2018, cuando el gobierno de Nicolás Maduro puso en marcha su “programa de recuperación económica” con la entrada en vigencia de la reconversión monetaria, y abril de 2019, la inflación acumulada escaló 37.622,2%, según las cifras divulgadas por el BCV. La firma Ecoanalítica calcula que entre la semana del 24 de agosto de 2018 y la del 7 de junio de 2019, la tasa acumulada es de 116.061,1%.

 

 

Por esta razón, los billetes del cono monetario actual han perdido tanto su valor que el ente emisor se vio obligado a emitir paulatinamente tres nuevas piezas: de Bs 10 mil, Bs 20 mil y Bs 50 mil. “Vienen a complementar y optimizar el actual cono monetario, para cumplir con los requerimientos de la economía nacional”, informó el BCV en una nota publicada en su página web.

 

 

Esta no es la primera vez que el Banco Central, supeditado a la administración de Maduro, modifica el circulante. De hecho, es la cuarta vez en menos de tres años.

 

 

En diciembre de 2016, además de dar sólo tres días de plazo para que saliera de circulación el billete de 100 bolívares fuertes, el Gobierno anunció la ampliación del cono monetario vigente en ese entonces con la incorporación de las piezas de Bs 500, Bs 1 mil, 2 mil, 5 mil, Bs 10 mil y Bs 20 mil (seis formatos) .

 

 

Casi un año después, en noviembre de 2017, el Ejecutivo informó que emitiría el billete de Bs 100 mil. Y, luego, se ejecutó la reconversión monetaria en agosto de 2018 con ocho unidades de papel moneda conformada por los billetes de 2, 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares.
Durante la gestión del presidente Hugo Chávez se realizó una reconversión monetaria el 1° de enero de 2008 que consistió en la eliminación de tres ceros al bolívar con el objetivo de “fortalecer la moneda”. En este caso se puso en circulación un cono monetario con las denominaciones de 2, 5, 10, 20, 50 y 100 (las seis primeras piezas emitidas por el chavismo, bajo el concepto de “bolívar fuerte”). En total, 24 piezas en 11 años.

 

 

Indicador de inflación

 

 

“La incorporación al cono monetario de nuevos billetes representa un indicador de la hiperinflación que atraviesa el país”, dijo el economista Jesús Casique.

 

 

Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, recordó que el problema de fondo sigue siendo la hiperinflación, fenómeno que de enero a mayo llegó a 905,6% según el parlamento.

 

 

El experto explicó que es probable que el ente emisor esté intentando generar “ahorros” en el costo de fabricar billetes, lo que explicaría la brecha tan grande entre el billete más alto hasta ahora (Bs 500) y el nuevo inmediato superior (Bs 10.000).

 

 

Sin embargo, esto genera algunos problemas. “El inconveniente más significativo es que no se facilitan transacciones pequeñas y puede generar un redondeo hacia arriba, algo común en procesos como este. En aras de optimizar el efectivo, el BCV debería dejar de emitir los billetes de baja denominación y centrarse en los billetes de Bs 200 Bs 500 y estos nuevos tres. Esto le da un respiro al problema del efectivo unos cuantos meses más, probablemente hasta finales de año, y es obvio que antes de quitarle ceros a la moneda, el BCV va a intentar seguir colocando nuevos billetes”, añadió el economista.

 

 

La duda que tienen los ciudadanos es precisamente respecto al inconveniente mencionado por Oliveros. “Si yo pago el pasaje de una camionetica con un billete de 10.000, ¿cómo me darán el vuelto?”, inquirió Carlos Ramírez, consumidor.

 

 

Ismael Pérez, quien salía la tarde del miércoles 12 de junio de una farmacia ubicada en la avenida Victoria, en el oeste caraqueño, prácticamente desierta de consumidores, cree que la emisión de nuevos billetes no va a resolver el problema que hay con el efectivo ni con la pérdida de su poder adquisitivo. “También me pregunto si voy a una farmacia y pago un medicamento con un billete de Bs 50 mil que cuesta menos que eso, ¿cómo me darán el cambio?”, duda que coincide con la de Ramírez. “Y hay cosas que ya cuestan más de Bs 50 mil ”, agregó.

 

 

En otra farmacia, situada en Santa Eduvigis, Rosa Mirabal, una mujer de la tercera edad, pagaba con su tarjeta de débito una caja con 30 comprimidos de 50 mg de Enalapril. Le costó Bs 18 mil 500, mucho menos que la presentación de Losartán potásico con también 30 pastillas de 50 mg, que valía el viernes 14 de junio Bs 32 mil 500 bolívares. Con dos de los tres nuevos billetes no se podría adquirir.

 

 

“¿Qué se compra ahora con Bs 10 mil ? Dentro de poco no va a alcanzar para nada”, dijo otra mujer, quien acompañaba a Mirabal.
El primer vicepresidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, advirtió que la circulación de los nuevos billetes podría generar un incremento en los precios de los productos.

 

 

“Vuelves a poner un piso al costo de menudeo de cualquier cosa. Cuando pasas de un billete de Bs 500 a un billete de Bs 10 mil, reconoces que en diez meses no fuiste capaz de hacer nada para contener la inflación, pero además, haces inviable la cotidianidad del venezolano”.

 


Un fracaso anunciado

 

 

El economista Luis Oliveros indicó que el Banco Central saca nuevos billetes para tratar de que no ocurra el mismo problema que hubo con el efectivo antes de la entrada en vigencia de la reconversión monetaria.

 

 

“Todas las reconversiones están destinadas al fracaso si no se controla la hiperinflación. Muy posiblemente en un mes vamos a recuperar los cinco ceros que se le quitó a la moneda en agosto pasado, lo que significaría que los efectos de la medida duraron menos de un año, apenas once meses aproximadamente”.

 

 

Insistió en que la reconversión fracasó en el mismo momento en que la administración de Maduro la puso en marcha, pues no la acompañó con una política antiinflacionaria. “Todos sabíamos que iba a fracasar”.

 

 

En efecto, fue un fracaso anunciado. Para Leonardo Vera, profesor titular de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, la mejor ayuda que pudo hacer la reconversión monetaria para la economía fue facilitar las transacciones.

 

 

Sin embargo, la inflación ha erosionado los pocos éxitos que pudo haber tenido la medida. Vera fue uno de los economistas que advirtió, a finales del año pasado, que en muy poco tiempo Venezuela tendría otra vez el problema de transacciones haciéndose con numerosos dígitos y la misma posibilidad de que los sistemas contables y los registros en las empresas, bancos y en el sector público, en especial las máquinas fiscales, colapsasen.
Vera sostiene que mientras el tema de la hiperinflación no se atienda, ese tipo de medidas como la reconversión no serán sino “paños calientes”, cuyos éxitos se evaporan rápidamente.

 

 

Oliveros señaló que la administración de Maduro debe arreglar el desastre fiscal que sigue causando, el cual se puede resolver de dos maneras: aumentando los ingresos o bajando los gastos.

 

 

“El problema es que los gobiernos totalitarios y con una muy baja popularidad no se pueden dar el lujo de bajar los gastos”.

 

 

Aseguró que la reconversión seguirá fracasando mientras no se solucione la raíz del problema inflacionario que tiene Venezuela. “El Gobierno puede anunciar otra reconversión o emitir billetes lindos, pero si no resuelve las causas, las reconversiones monetarias van a seguir por mucho tiempo”, añadió Oliveros.

 

 

EL TIEMPO