El verano es una época de riesgo para la piel si no sabemos cuidarla de forma adecuada. El principal riesgo viene dado por la radiación ultravioleta (RUV) del sol. La RUV está implicada como responsable de dos procesos de gran importancia para nuestra piel: el envejecimiento y el cáncer cutáneo.
¿Por qué es necesaria la fotoprotección?
Se sabe que la radiación ultravioleta procedente de la luz del sol es un factor implicado en la producción del cáncer de piel.
Aunque la luz del sol también tiene múltiples efectos beneficiosos sobre el organismo, debemos seguir una serie de recomendaciones para protegernos de su exceso.
¿Qué personas son las que deben protegerse más del sol?
La fotoprotección es especialmente importante en las personas de piel blanca y ojos claros, rubios o pelirrojos, que son en general más sensibles al sol. La mayoría de estas personas no llega a broncearse, o lo hace después de quemarse. Son las personas con mayor riesgo de cáncer de piel.
También es obligada en los niños. Se sabe que el exceso de sol a estas edades está asociado especialmente con un mayor riesgo de padecer melanoma, el cáncer de piel más peligroso.
¿Cómo hay que protegerse del sol?
Hay que reducir la exposición al sol entre las 10.00 AM y las 15.00 PM, es decir, cuando su luz es más fuerte.
Utilizar sombrero, camisa de manga larga y pantalones cuando se prevé estar al sol.
La ropa debe ser de trama apretada para proteger del sol. Hay fibras textiles que dejan pasar gran parte de su luz.
Debemos aplicar un filtro solar en crema o gel antes de cada exposición al sol, y aplicarlo nuevamente cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar.
Se recomienda un filtro solar con un factor de protección (SPF) mínimo de 15. El SFP que cada paciente debe emplear depende de su tipo de piel y de la intensidad de la radiación solar. Su dermatólogo puede indicarle qué SPF es el más adecuado.
Estas medidas deben tomarse también en los días nublados, ya que gran parte de la radiación solar sigue siendo dañina en esos días.
Determinadas superficies reflectantes como la arena o el mar pueden producir un exceso de exposición a la luz. Ponerse bajo una sombrilla en la playa puede no ser suficiente.
La sensibilidad aumentada al sol (fotosensibilidad) puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos. Debemos consultar al médico o al farmacéutico si podemos exponernos al sol al tomar medicamentos.
Deberíamos evitar los salones de bronceado. La luz ultravioleta de las cabinas de broncear puede causar quemaduras, envejecimiento prematuro, y causar cáncer de piel.
Se ha demostrado que las quemaduras solares en la infancia causan cáncer de piel. Los niños de pocos meses de edad no deben ir al sol. A partir de los 6 meses pueden empezar a utilizar los filtros solares.
Las quemaduras solares pueden oscilar en gravedad desde un simple enrojecimiento transitorio de la piel hasta la producción de ampollas. Los casos más graves pueden venir acompañados del llamado «golpe de calor», que se manifiesta con dolores de cabeza, fiebre y malestar general. Ante síntomas de este tipo es recomendable siempre acudir a un servicio de urgencias. Las quemaduras leves (enrojecimiento y calor en la piel) puede tratarse con la aplicación de una crema hidratante o refrescante, o incluso de un corticoide tópico de baja potencia, como la hidrocortisona al 1 %. Quemaduras más intensas, con escaldadura, o formación de ampollas, deben ser valoradas por un médico.
Uso correcto de los fotoprotectores
Se deben aplicar en casa, nunca en la playa o en la piscina. Especialmente en personas con tipos de piel I a III, reviste importancia máxima aplicarse un bloqueante solar por lo menos 30 a 45 minutos antes de la exposición directa al sol. Sobre la piel bien seca.
Treinta minutos antes de la exposición al sol.
Aplicar el producto generosamente.
A la hora de recomendar un filtro solar, se deberán tener en cuenta las siguientes consideraciones:
– la tipología cutánea (el Fototipo) del individuo.
– el factor de protección solar del filtro recomendado.
Tipología cutánea y fotoprotección
Fototipo I
Individuos que presentan intensas quemaduras solares, prácticamente no se broncean nunca y se descaman de forma ostensible.
Individuos de piel muy clara, ojos azules, con pecas en la piel. Su piel, habitualmente no expuesta al Sol, es blanco-lechosa.
Ultra protección
Fototipo
Individuos que se queman fácil e intensamente, se broncean ligeramente y descaman de forma notoria.
Individuos de piel clara, pelo rubio o pelirrojos, ojos azules y pecas, cuya piel, no expuesta habitualmente al Sol, es blanca
Ultra – Máxima
Fototipo III
Individuos que se queman moderadamente y se broncean.
Razas caucásicas (europeas), piel blanca no expuesta habitualmente al Sol.
Máxima – Extra
Fototipo IV
Individuos que se queman moderada o mínimamente, se broncean con bastante facilidad y de forma inmediata al ponerse al Sol.
Individuos de piel blanca o ligeramente amarronada, pelo y ojos oscuros (razas mediterráneas, mongólicas, orientales). Piel habitualmente morena o algo amarronada.
Extra – Moderada
Fototipo V
Individuos que se queman raras veces y se broncean con facilidad e intensidad» siempre presentan reacción de pigmentación inmediata.
Individuos de piel amarronada (amerindios, indostánicos, hispanos).
Moderada – Mínima
Fototipo VI
No se queman nunca y se broncean intensamente. Siempre presentan reacción de pigmentación inmediata.
Razas negras.
Mínima – No
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Fuente: Cuidatusalud