Durante los últimos tiempos, la práctica de yoga durante el embarazo se ha vuelto tremendamente popular. Sin embargo, quedan todavía muchas dudas sobre los riesgos que supone o cuándo y dónde puede practicarse.
Para las mujeres embarazadas que no han realizado yoga nunca, la práctica prenatal es la más adecuada y debe realizarse siempre después de la semana 12 del embarazo. Además, para hacerlo con seguridad es importante que el profesor esté formado en esta modalidad, de tal manera que las posturas se adapten al cuerpo y embarazo concreto, además de a la fase de éste.
“El yoga puede ser muy beneficioso durante esta etapa por muchas razones. Las sesiones para embarazadasse centran en mitigar los posibles síntomas del embarazo, como dolores de espalda, dolores de cabeza, náuseas, etc., así como en mejorar el bienestar físico y psicológico de la madre”, indica Elena Ferraris, especialista en yoga prenatal en el Centro de Yoga Elena Ferraris.
Los movimientos que se realizan en esta práctica de meditación pueden favorecer a que se cree más espacio en la pelvis y, de esta manera, facilitar el parto. La respiración que se aprende durante las clases sirve de gran ayuda en el momento de dar a luz para hacer frente a las contracciones. Aunque puede practicarse hasta los últimos días, es importante evitar las posturas que comprimen el abdomen y consultar cualquier duda con el médico o matrona, tal y como explica Ferraris.
Después de dar a luz
Aunque la especialista en yoga prenatal explica que sí es beneficioso practicarlo después de dar a luz, advierte que hay que tener precaución. Es decir, en el caso de los partos vaginales, se recomienda una espera alrededor de 6 semanas entre el parto y la vuelta a las clases. Por otro lado, cuando hablamos de una cesárea, ésta requiere una espera de unos 5 meses para iniciar de nuevo la práctica, además del alta del médico.
Cuando se retoman las clases, “hay que tener especial atención a la hora de tonificar la musculatura abdominal, ya que no conviene ejercer presión en esta zona y trabajar los abdominales con los típicos ejercicios abdominales. Conviene empezar con ejercicios de tonificación suaves que trabajan las capas profundas, haciendo mucho hincapié en la exhalación”, indica la experta.
Fuente: dmedicina