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Todo bajo control

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Todo bajo control

 

Inspirado en la Ley General de Regulación y Control de Organismos sin Fines de Lucro, aprobada por el parlamento nicaragüense a finales de marzo del pasado año, el vicepresidente del partido socialista unido de Venezuela —solo el país se salva de las minúsculas— se apresta a introducir en la írrita asamblea nacional de 2020, y con el visto bueno de alacranes y especímenes similares encurulados para maquillar con un barniz  de amplitud a la aquiescente diputación bolivariana, un proyecto de ley orientado a liquidar a la sociedad civil. A tal efecto el número no tan dos, ni tres, sino más bien cuatro, si no cinco de la jerarquía roja desempolvó el engavetado proyecto de Ley de cooperación internacional, con el cual planea, desde 2020, darle la estocada definitiva a cualquier órgano independiente de acción cívica.

 

 

«Vamos a presentarla la semana que viene ante la plenaria de la Asamblea Nacional, para ver de dónde viene toda esa plata, ya basta de que conspiren contra el país a través de las ONG», dijo la noche del miércoles 18 de enero, blandiendo el garrote de costumbre en su programa televisual, transmitido por el canal confiscado a todos los venezolanos.

 

 

«La semana que viene nosotros vamos a introducir una propuesta de ley que regule el financiamiento, funcionamiento y uso de las mal llamadas organizaciones no gubernamentales […] Ya basta de que a través de las ONG conspiran contra todos los venezolanos […] Es verdad que no dependen del Estado venezolano, pero esas no son organizaciones no gubernamentales, son instrumentos del imperialismo gringo y nosotros vamos a revisar todo eso». Con esta tónica machaconamente repetitiva propia del Big Brother, el autoerigido guardián de la moralidad que recientemente arremetió contra la Conferencia Episcopal Venezolana por sus críticas a la situación política, social y económica del país, demuestra que lo que procuran, él y su entorno, no es construir un Estado comunal sino una nación fascista. La ley que van a discutir les permitirá por extensión ponerles las manos, entre otras asociaciones privadas, a los clubes de recreación y a las federaciones deportivas, tanto de aficionados, cuanto de profesionales. ¡Todo bajo control! Así de simple.

 

Editorial de El Nacional

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