El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, logró una importante victoria el viernes cuando el Senado votó a favor de darle poderes de “vía rápida” que ayudarán a concluir un pacto comercial de 12 países en la cuenca del Pacífico.
La atención pasará ahora a la Cámara de Representantes, donde existe una mayor oposición a otorgarle al presidente el poder para negociar acuerdos comerciales que pueden ser aprobados o rechazados, pero no enmendados, por el Congreso.
Obama necesita la autoridad de promoción comercial (TPA, por su sigla en inglés) para completar el Acuerdo Trans-Pacífico este año, una alianza económica que abarcaría un 40 por ciento de las economías mundiales en países desde Japón a Chile.
“El voto bipartidista de hoy en el Senado es un paso importante hacia adelante para asegurar que Estados Unidos pueda negociar y hacer cumplir acuerdos comerciales sólidos y de alto estándar”, declaró Obama en un comunicado emitido inmediatamente después de la aprobación del proyecto de ley en el Senado.
Si se convierte en ley, la TPA de hasta seis años de duración se extendería a cualquier pacto comercial negociado por el sucesor de Obama, que debería asumir su mandato en enero de 2017.
El Senado votó por 62-37 a favor del TPA, o “vía rápida”, como se conoce en Washington, tras semanas de amargo debate y cabildeo en la Casa Blanca.
El presidente del comité de finanzas del Senado, Orrin Hatch, que fue el republicano que promovió esa legislación en el Senado, dijo: “Este es un pedazo de legislación histórico (…) probablemente el proyecto de ley más importante que aprobaremos este año”.
Antes de la votación final, el Senado derrotó por 51-48 una enmienda, considerada tóxica por la Casa Blanca, que habría impuesto multas a países que se considerara que manipulaban sus tipos de cambio para vender más bienes en el extranjero.
Sus opositores argumentaron que la enmienda derrumbaría al Acuerdo Trans-Pacífico y que violaría las leyes de comercio internacional, al tiempo que habría hecho más difícil a los funcionarios de bancos centrales gestionar sus respectivas economías.
En su lugar, el Senado aprobó un lenguaje más moderado sobre manipulación cambiaria que carece de herramientas para forzar su cumplimiento, en una versión que fue respaldada por la Casa Blanca.
El vicepresidente de Ford Motor Co, Ziad Ojakli, dijo en un comunicado que la empresa “trabajará con legisladores para abordar este tema crítico mientras la TPA avanza en el proceso legislativo”.
Ford es una de las automotoras estadounidenses que temen una mayor competencia de sus rivales japonesas.
Más temprano el viernes, el ministro de Economía de Japón, Akira Amari, dijo que es improbable que se realicen reuniones ministeriales sobre el Acuerdo Trans-Pacífico, a menos que el Congreso de Estados Unidos aprobara la autoridad de vía rápida para Obama.
Los congresistas volverán a Capitol Hill el 1 de junio tras un receso de 10 días por el feriado del Día de los Caídos y se prevé que una entusiasta oposición de grupos laborales y ambientalistas presione a los demócratas para votar en contra de la legislación.
En tanto, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, que respalda la “vía rápida”, tendrá que minimizar la oposición de sus colegas republicanos, algunos de los cuales no quieren otorgar a Obama poderes adicionales.
Fuente: Banca y Negocios