Samsung mueve ficha. Después de un año en el que quiso acaparar los focos y dejar de lado las grandes ferias tecnológicas para anunciar sus productos estrella, la firma surcoreana ha desvelado, tras meses de rumores, la fecha de presentación de su próximo buque insignia, el Galaxy S9, según se puede deducir de la invitación de prensa.
Un teléfono móvil de altas prestaciones que viene a mejorar en ciertos aspectos a sus predecesores y mostrar las capacidades de reinvención del mayor vendedor de móviles del mundo. El terminal se desvelará el 25 de febrero en el marco de la próxima edición del Congreso Mundial de Móviles que está previsto en Barcelona. Una cita ineludible para la industria de la tecnología y en la que, pese a notables ausencias habituales como Apple, suelen exhibirse algunos de los dispositivos más avanzados del momento. También está previsto que Huawei o Xiaomi anuncien sus propuestas (Huawei P11 y Xiaomi Mi7, respectivamente).
Siguiendo los pasos de los modelos anteriores, las filtraciones de las últimas semanas han aireado que el gigante coreano apostará por dar un salto cualitativo en su apartado fotográfico. De hecho, la invitación se habla de una «cámara reimaginada». Todo hace sospechar que el Galaxy S9 se sume a la corriente de cámaras duales que popularizó Apple a partir del iPhone 7 en 2016. Un concepto de fotografía que juega con la profundidad de campo para crear efectos muy vistosos gracias al llamado «efecto bokeh», que ya incorporan algunos terminales existentes en el mercado.
De lo que más sentido tiene es que el terminal monte una nueva generación de sensores ISOCELL. Otra idea en este terreno que ha trascendido es que disponga de un objetivo más luminoso (F1.5) y con estabilizador óptico de imagen. Una decisión que, además de mejorar las técnicas de cálculo y procesamiento, permitirá en teoría obtener imágenes espectaculares, así como la posibilidad de grabar video en cámara súper lenta con una resolución Full HD (1.080 p.) y a 480 fotogramas por segundo.
Aunque la firma asiática se ha mantenido firme en no dar muchos más detalles, las filtraciones de los analistas (muchas de ellas, controladas por las propias marcas) perfilan a un dispositivo de estética continuista pero que, además de la cámara, se pondrá el foco en otros aspectos como las medidas de seguridad. Lo que más fuerza ha cobrado recientemente es que el terminal introducirá un sensor biométrico debajo de la propia pantalla, que permitirá a los usuarios desbloquear el móvil desde la parte frontal con solo colocar su huella dactilar.
Una idea que ya se barajó el pasado año, y no solo por Samsung, y que se descartó por los reiterados fallos que presentaba esta alternativa. Lo que sí se puede dar por hecho es que, debido a la cuestionada decisión de mantener en el anterior modelo el lector de hellas en la parte trasera pero en desplazado hacia un lateral, el Galaxy aspira a corregir este diseño. Sí ha trascendido por el momento que albergará un chip Exynos 9810 de fabricación propia del que se espera, además, forme pareja junto con el Snapdragon 845, de Qualcomm, acompañado de 4 GB de memoria RAM. Fabricado en un proceso de 10 nanómetros.
Con todo, y pese a la tibia acogida del iPhone X en algunos mercados como España, Samsung está dispuesta a seguir coronándose como el mayor vendedor de teléfonos móviles inteligentes, así como seguir experimentando con servicios com el pago móvil. Su propuesta, Samsung Pay, ya ha alcanzado los 100 millones de euros en transacciones realizadas por sus usuarios en España desde su lanzamiento en junio de 2016, según datos de la compañía, que remarca además que más de 30.000 personas utilizan actualmente su servicio de pago móvil más de 20 veces al mes.
ABC
