A fin de evitar protestas durante visita del Papa a Brasil, las fuerzas armadas de ese país dispusieron barrera en los alrededores del Campus Fidei, lugar donde se celebrará una misa el último día de la Jornada Mundial de la Juventud.
Las fuerzas armadas destinarán cerca de 7.000 agentes sólo a los alrededores de Campus Fidei, en Guaratiba, en Río de Janeiro. En el lugar se llevará a cabo la vigilia el día sábado y la misa el domingo, informó la agencia Reuters.
Las líneas de actuación de los militares abarcarán un rango de 4 kilómetros, y los agentes del Ejército, la Marina y la unidad Aeronáutica harán revisiones puntuales a las personas que ingresen al Campus Fidei. Se espera que más de 1 millón de personas asista a la misa.
Las personas que levanten pancartas de protesta durante la misa también podrían ser retiradas del local. «Los grupos de manifestantes, independientemente de su motivación, no serán permitidos», informó el comandante de la División del Ejército, general José Alberto Abreu.
Dentro de Campus Fidei habrá cerca de 800 militares vestidos de civil que asegurarán el palco del Papa Francisco.
El total de efectivos para asegurar el evento será de 22.000 hombres, contando a las Fuerzas Armadas, la Fuerza Nacional de Seguridad, la Policía Federal, Rodoviaria, Militar y Civil, además de agentes municipales y del Cuerpo de Bomberos y Defensa Civil. También se utilizarán 12 helicópteros y 380 automóviles.
También habrá militares presentes en el encuentro del Pontífice con la presidenta Dilma Rousseff que se producirá en el Palacio Guanabara, un constante escenario de protestas en Río de Janeiro.
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