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¿Por qué Hiroshima y Nagasaki no son ciudades radioactivas y Chernóbil sí?

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¿Por qué Hiroshima y Nagasaki no son ciudades radioactivas y Chernóbil sí?

Los acontecimientos nucleares que se suscitaron en Hiroshima, Nagasaki y Chernóbil fueron hechos terribles que marcaron la historia de la humanidad. Pero, tanto el origen como el desarrollo de estos acontecimientos, poseen características diferentes que condicionaron las consecuencias, que se observan incluso hoy en día.

 

 

 

Hace 70 años las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueron blanco de dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos que causaron enorme devastación y destrucción.

 

 

 

 

En Hiroshima vivían unas 350.000 personas y se calcula que la bomba que cayó el 6 de agosto de 1945 mató a unas 80.000 personas. Casi 80% de los edificios fueron destruidos o quedaron severamente dañados.

 

 

 

 

Todavía se disputa cuál fue el número total de muertos en la ciudad, debido a las heridas sufridas en la explosión o a los efectos de la radiación, pero la cifra varía entre 90.000 y 166.000. Hoy habitan en la ciudad 1.174.000 personas.

 

 

 

 

 

En Nagasaki, el día de la explosión nuclear, el 9 de agosto de 1945, vivían en la ciudad 263.000 personas. En menos de un segundo tras la detonación, el norte de la ciudad quedó destruido y se calcula que entre 39.000 y 80.000 personas murieron, pero actualmente viven en esa ciudad unas 450.000 personas.

 

 

 

 

Por otro lado, lo ocurrido en Chernóbil el 26 de abril de 1986 fue un hecho totalmente distinto a la llegada de una bomba nuclear. En esta ciudad, la tragedia se dio gracias a la explosión de un reactor.

 

 

 

 

 

El reactor número 4 de Chernóbil tenía aproximadamente 180 toneladas de combustible nuclear, que, entre otros elementos, se encontraba 2% de uranio puro. En el momento de la explosión se estima que se liberaron siete toneladas de combustible nuclear.

 

 

 

 

 

Este desastre emitió 100 veces más radiación que las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki. Por lo tanto, la proporción de destrucción, comparando lo sucedido en las 3 ciudades, es muy diferente por el origen de la tragedia.

 

 

 

 

De forma más específica, en Hiroshima solo reaccionaron cerca de 0,90 kg de uranio. Mientras que en Nagasaki, solo 0,90 kg del plutonio fue sometido a una fisión nuclear.

 

 

 

 

 

A diferencia de la magnitud de la explosión en la ciudad ucraniana, la bomba Little Boy (Hiroshima) transportaba 63 kilogramos de uranio enriquecido y Fat Man (la bomba de Nagasaki) contenía unos 6,2 kilos de plutonio. La explosión de Chernóbil fue al menos 100 veces más radioactiva que las ocurridas en las ciudades japonesas.

 

 

 

 

Las bombas de Hiroshima y Nagasaki fueron detonadas en el aire, a mucha distancia de la superficie de la Tierra. Y, como resultado, los elementos radioactivos se dispersaron a través de la nube creada por la explosión.

 

 

 

 

 

Por otro lado, la detonación del reactor nuclear 4 se suscitó en el suelo ucraniano, liberando a la atmósfera diferentes isótopos radioactivos que incluían xenón, yodo radioactivo y cesio.

 

 

 

 

En el momento en que se funde el reactor en Chernóbil, se produjo una activación de neutrones que provocó que la tierra del lugar se volviera radioactiva. La explosión trajo como consecuencia directa la muerte de 31 personas.

 

 

 

 

Inmediatamente el accidente produjo un incendio que arrasó con los sectores aledaños. Pero, aún hoy en día, continúan investigándose los efectos a largo plazo de la radiación, como el cáncer entre generaciones.

 

 

 

 

Los especialistas indican que aunque los tres hechos funcionan sobre la base de los mismos principios, la detonación de una bomba atómica y el colapso de una planta nuclear son procesos y acontecimientos muy diferentes, tanto en desarrollo como en resolución.

 

 

 

 

 

En términos más pragmáticos, una bomba atómica se encuentra diseñada para liberar la mayor energía posible, producto de la reacción de una fisión nuclear, en el menor tiempo posible. El objetivo original de una bomba nuclear es crear el mayor daño para anular a las fuerzas enemigas.

 

 

 

 

Debido a la función de las bombas nucleares y su composición, los isótopos radioactivos que se crean en una explosión atómica tienen un período de existencia relativamente reducido.

 

 

 

 

En cambio, un reactor nuclear, se encuentra diseñado para producir energía, mediante un proceso de reacción lento, constante y sostenido. Es por esto que los materiales de desechos nucleares que tienen estas plantas pueden tener una vida mucho más larga.

 

 

 

 

Gracias a estas diferencias de concepción y desarrollo en la reacción nuclear ocurrida, estas tres ciudades que vivieron terribles tragedias, con un origen similar, actualmente se encuentran en situaciones tan diferentes. Mientras que la vida en Hiroshima y Nagasaki, transcurre de forma regular -sin olvidar el pasado-, en Chernóbil se estima que pasarán al menos 20.000 años para que la zona de exclusión vuelva a ser habitable.

 

 

 

 

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