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¿Por qué algunos se rascan la cabeza cuando piensan?

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¿Por qué algunos se rascan la cabeza cuando piensan?

Los gestos automáticos como rascarse la cabeza son una especie de taquigrafía expresiva de nuestros sentimientos. Una explicación popular sobre este acto, es que es una agresión frustrada o una reversión a los movimientos naturales de nuestros antepasados que arrojaban piedras.

 

 

 

 

Cuando estamos trabajando en algún problema experimentamos sentimientos de frustración, tal vez rabia, y antes de darnos cuenta, nuestra mano está en el aire. Los psicólogos dicen que la mayoría de los movimientos autónomos son esfuerzos que alivian nuestro estrés. Es como darnos una palmadita tranquilizadora. Rascarse la cabeza sería una forma de aliviar el estrés de no saber algo, y está dirigida a la cabeza, porque esa es la fuente de nuestra angustia, así lo publica San Diego Reader.com.

 

 

 

 

 

Los neuropsicólogos aseguran que la comezón en la cabeza ayuda a las personas a aprender mejor a través del tacto o el movimiento. Cada persona tiene un modo dominante de aprendizaje. Una persona visual puede dirigir sus ojos hacia el cielo mientras reflexiona. Una persona auditiva podría estirar su oreja.

 

 

 

 

¿Por qué el rascarnos produce comezón en otra parte?

¿Alguna vez te has rascado el estómago y sentir más comezón en el codo? Muchas personas dicen sentir una sensación de comezón lejos de los lugares donde se están rascando, incluyendo rasguños en el oído que producen cosquillas en la garganta o la lengua.

 

 

 

 

 

 

Estas sensaciones han sido estudiada por siglo. El clérigo y científico inglés Stephen Hales describió por primera vez el fenómeno en la década de 1730, refiriéndose a ella como «instancias de simpatía de los nervios».

 

 

 

 

 

Un siglo después, el fisiólogo Johannes Müller resumió a esta sensación como mitempfindungen. Desde entonces, simplemente le llanos comezón.

 

 

 

 

Para la mayoría de la gente, la comezón hace referencia a una molestia extraña. Los científicos ni siquiera han sido capaces de concretar y delimitar su definición. Un estudio encontró que sólo ocurre en 10% de la población.

 

 

 

 

 

¿Cómo y por qué sucede? Nadie lo sabe, pero los científicos tienen un puñado de hipótesis para explicar que está pasando. Una idea es que la sensación se debe al extraño y complejo sistema nervioso. El médico británico Phillip Evans en la década de 1970 dijo que era muy difícil para él imaginar un «sistema que proporciona sensaciones en otras partes dek cuerpo». En otras palabras, en nuestro mapa desordenado de los nervios, algunas sensaciones están obligados a confundirse.

 

 

 

 

 

Otra explicación en la misma línea de investigación, es que algunas ramas de un nervio puede viajar en un camino muy diferente a los demás y terminar en alguna parte vasto del cuerpo, así lo publica Mental Floss.

 

 

 

 

 

También podría ser que la confusión no se encuentra en los nervios, sino en el cerebro. En las partes del cerebro que tienen que ver con nuestro sentido del tacto, las regiones que reciben y procesan información de diferentes partes de la superposición cuerpo. «La mano y las zonas de los hombros … se superponen el área del tronco, y el área para el pulgar se superpone a la parte superior de la lengua», dijo Evans.

 

 

 

 

 

¿Hay quien no deja de rascarse?

 

Aproximadamente 10% de la población general tiene dermatitis atópica (DA), con una especial incidencia en niños y adolescentes; de hecho, se estima que supone hasta un 5% de las consultas pediátricas y la mitad de las consultas de dermatología pediátrica.

 

 

 

 

 

Al dolor, comezón y molestias físicas generales que provoca el que pasa por ser uno de los trastornos dermatológicos más frecuentes en nuestro medio, se unen los problemas psicológicos, la incomprensión y las limitaciones de todo tipo que sufren los pacientes, así lo publica ABC.es

 

 

 

 

 

La comezón es uno de los principales rasgos característicos de esta enfermedad y, sin duda, uno de los que más impacto psicológico y físico causa al paciente. Según la presidenta de ADEA, «la comezón es el peor problema de los atópicos, puesto que convierte nuestro día a día en un infierno».

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, se queja, «lamentablemente los dermatólogo disponen de pocos recursos y suelen prescribir medicamentos que pueden producir una fuerte soñolencia para controlarnos la comezón».

 

 

 

 

 

 

La frecuencia de la dermatitis atópica se ha incrementado sustancialmente, de 2 a 5 veces, a nivel mundial en los últimos 20 años. El estilo de vida occidental, el aumento de la edad materna, la polución, el tabaquismo materno, la migración de áreas rurales hacia centros urbanos o los cambios ambientales que están sucediendo, así como la exposición temprana a pólenes, ácaros o alergenos, están facilitando la extensión de esta enfermedad en individuos genéticamente susceptibles.

 

 

 

 

 

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