El Consejo Nacional Electoral ya fijó la cita para una nueva batalla electoral. El domingo 8 de diciembre los venezolanos debemos renovar los mandatos de 335 alcaldes que llevan casi un año con el periodo vencido, 2 alcaldes metropolitanos (Caracas y Alto Apure) y más de 2.400 concejales que suman casi 8 años en ejercicio ininterrumpido de su cargo.
Siempre lo hemos dicho: los comicios locales son esenciales para la democracia porque elegimos a las autoridades que están más cerca de los ciudadanos, que administran servicios de salud y educación, que mejoran la movilidad y mejoran las vías, que construyen infraestructuras, que se ocupan de su seguridad personal y del mantenimiento de los espacios públicos; responsabilidades que tienen un impacto determinante en la calidad de vida de los habitantes de una ciudad, de un pueblo o de un caserío en cualquier rincón de nuestro país.
Por eso haremos lo que siempre hemos hecho: votar con decisión, con entusiasmo y con mucha consciencia. Lo haremos, además, con la misión de consolidar esa nueva mayoría social que reclama un cambio en la conducción política del país, que ya se expresó el pasado 14 de abril. Todos debemos ser conscientes, sin embargo, de que en la crisis que en este momento vive nuestro país votar no es suficiente.
Es la hora de la determinación, y hacemos un llamado a todo el pueblo venezolano a participar activamente en la lucha por la construcción de una salida a esta crisis política que abra las puertas, finalmente, a una transición política en paz y en democracia; y esa participación no puede limitarse únicamente a la lucha electoral. El ejercicio del voto es una herramienta imprescindible, pero que no debe ser la única.
Tan sagrado es el derecho al voto como el de rebelarse frente a las injusticias. Por eso debemos declararnos en un estado de movilización permanente, sin violencia pero sin complejos.
Hay que votar y protestar mientras tengamos un sistema electoral injusto y desigual, con autoridades parcializadas, incapaces de mantener el equilibrio en una contienda.
Hay que votar y protestar mientras tengamos un Estado incapaz de frenar el incremento de los asesinatos, la corrupción, la impunidad, la persecución política y la intromisión de gobiernos extranjeros.
Hay que votar y protestar mientras se violen todos los días los derechos a una educación y una salud de calidad, consagrados en nuestra Constitución.
Hay que votar y protestar mientras tengamos un Gobierno incapaz de responder ante el aumento sin freno de la inflación y el desabastecimiento.
Y no será esta administración de usurpadores y corruptos la que dictará los límites de la protesta de la sociedad democrática. Para cualquier gobierno ilegítimo toda lucha democrática, toda protesta, toda denuncia, se traduce en una operación de desestabilización. Conocemos su estrategia, y no podrán amedrentarnos. No nos importan los ataques de esta banda de vampiros que desangran el país con la mentira, que es su principal herramienta. Se equivocan si creen que nos van a doblegar.
Por eso convocamos a todos los venezolanos de buena voluntad a movilizarse en una lucha activa, sin violencia pero con mucho coraje y determinación, empleando los mecanismos que nos plantea la Constitución: el voto y la calle, la calle y el voto. Los invito a buscar los artículos 63 y 68 de nuestra Constitución, allí está enmarcada nuestra lucha. Estamos ante un gran desafío democrático que nos permite renovar uno de nuestros compromisos: construir un país donde todos los derechos sean para todas las personas. ¡Fuerza y fe, Venezuela!
Por Leopoldo López