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Trapo rojo

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Trapo rojo

 

Hay determinados «trapos rojos» que hay que embestir y atajar cuando se presentan

 

Tan asqueante, repetitivo y absurdo en materia política es decir que «El tiempo de Dios es perfecto» y «Nunca está más oscura la noche que cuando está a punto de amanecer», es señalar a todo como «trapo rojo». Suena a esas frasecitas comodines que no dicen nada pero que suenan bonito y sirven para salir de una situación a la que realmente no se le quiere meter el pecho. Sean trapos rojos o no, las acciones que está tomando el gobierno (recientemente las denuncias contra Julio Borges y Ramón Muchacho, o las palabras apartadas de lo que dice la Constitución Nacional del general Padrino López amparadas en una sentencia del TSJ) son claras muestras del tono en el cual se presentan las relaciones entre gobernantes y gobernados.

 

Si bien es cierto que el alto costo de la vida, la pésima prestación de servicios públicos, la inseguridad desbordada, la incertidumbre por un futuro incierto son temas de urgente atención, estas maneras de minar el ánimo colectivo (como, por ejemplo, la destitución de dos alcaldes democráticamente electos, la prisión para un líder político carismático como Leopoldo López, la defenestración de la diputada María Corina Machado, la persecución criminal contra jóvenes estudiantes) no pueden minimizarse con el calificativo de «trapo rojo» por el simple hecho de que no sepamos o no convenga en un momento determinado hacerle frente por el riesgo o el costo político que pueda traer en un momento determinado.

 

Hay determinados «trapos rojos» que hay que embestir y atajar cuando se presentan porque si no se corre el riesgo de quedar como cobardes, o indolentes, y hasta como cómplices de un gobierno que está en su peor momento de popularidad y fractura, y que da la sensación, para el ciudadano común, que desde la oposición se está apuntalando por algún interés inconfesable. Si a ver vamos todo podría calificarse de «trapo rojo». También el pésimo manejo de la economía o los convenios internacionales que ceden nuestra soberanía. Sean «trapos rojos» o no, enfréntenlos para que mantengan algo de respaldo cuando lo requieran desde el punto de vista electoral.

 

unaiamenabar@gmail.com

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