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Se perdió… el 6D

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Se perdió… el 6D

La incapacidad mostrada por los operadores políticos de la MUD para comprender el significado y sentido del voto ético del 6D -de una mayoría demócrata de venezolanos- para producir un cambio político categórico por vía electoral se perdió. Se perdió el 6D porque quienes se atrevieron a asistir a un supuesto diálogo fueron inhábiles como representantes de la MUD para mantener la vía electoral y alcanzar el RR de Nicolás Maduro. Nicolás Maduro, representante del régimen autocrático-militarista, que al inicio del año 2017 se burlará, como ha comenzado a hacerlo, de la energía política del 6D2015 debido a unos operadores de la MUD que hoy son parte de la treta del post-chavismo.

 

 

 

Se perdió el 6D como fuerza electoral que si hubiese sido instrumentada por la tríada política democrática hubiese contenido la “maroma” del post-chavismo para ganar tiempo y se habría alcanzado el objetivo que requiere Venezuela, como República asediada por un militarismo sectario. Militarismo como poder ideologizado que niega de principio la utilidad del acercamiento dirigido por El Vaticano, que no prioriza el diálogo sino que utiliza el acercamiento como un apalancamiento comunicacional para ganar tiempo y burlarse de los demócratas comprometiendo a unos operadores políticos ingenuos que no entienden las tres facciones enfrentadas del post-chavismo.

 

 

 

Se perdió el 6D como mandato político de la –por primera vez- mayoría democrática, como consecuencia de que los operadores de la MUD no entienden que el sectarismo e ideologización del militar lo amarra al complejo de ser superiores al elemento civil y por ello, emplearon la subpolítica y maniobraron para despreciar el diálogo como “proceso”. Los operadores de la MUD todavía no entienden que el imaginario político real del régimen se centra en los valores de la violencia y la fuerza para subyugar a toda una sociedad. Así, evitarán toda votación por cuanto saben que serán barridos por la ciudadanía que se encuentra en el borde de la ingobernabilidad y se acerca a la explosión social.

 

 

 

Se perdió el 6D como una posible reacción por la vía electoral que garantizase el RR y con ello el inicio de un cambio político categórico. Cambio político categórico para el establecimiento de un “nuevo orden social” distante de la lógica vertical, de la militarización de la política y cercano a la política como obra de Dios para la creación y resolución de las demandas pospuestas, de un pueblo asfixiado en la miseria. El acercamiento o diálogo ha sido simplemente una treta para alcanzar una tregua, una suspensión de la vía electoral y un dislocamiento de la ecuación política que frustra en extremo la energía política del 6D. Energía política que pretende la re-construcción de la democracia que el post-chavismo convirtió en dictadura.

 

 

 

La incompetencia de los operadores de la MUD provoca en la sociedad venezolana un creciente rechazo hacia los negociadores; igualmente, aumenta la resistencia hacia la fragilidad de la MUD, en la cual se acusan sobornados responsables al final por engañar al ciudadano demócrata. Demócratas al borde de la fatiga social que sufren como ciudadanos, además de la desconfianza que cobra fuerza hacia el liderazgo en un ambiente político real de peligro que pudiera conducir, inequívocamente, al rechazo inmediato futuro de cualquier acercamiento. Cualquier acercamiento habida cuenta la experiencia dolorosa y frustrante de todo lo acontecido después del 20 de Octubre hasta el 6D y la propuesta para el 13 de Enero de 2017. ¿No es todo esto una farsa y una muestra de incapacidad de los negociadores hacia los casi ocho millones de electores del 6D?

 

 

 

Lo hasta ahora ocurrido como un inexplicable y convulsionado diálogo, es prueba de las carencias de quienes aspiran liderar una sociedad civil, que está por encima de los operadores políticos que han sido incapaces para interpretar la decisión del cuerpo societal y quizás… distantes de construir en este lapso de tiempo la respuesta política para la decisión cumbre del 6D2015. El voto ético del 6D2015 es un mandato de la sociedad civil que cree en una nueva ruta electoral para revocar al régimen e imponerse con poder diáfano para facilitar la democracia y contener la violencia política. Violencia política que se aprecia y desnuda la barbarie del post-chavismo y sus facciones.

 

 

 

La pérdida del 6D impone un re-ordenamiento de los operadores políticos de la MUD y en las acciones que ellos acometan para hacer realidad el mandato del 6D2015. La pérdida del 6D muestra además como un hecho histórico -a partir de este inconveniente diálogo- la posibilidad de re-enrutar a la sociedad por la vía electoral con lo cual se garantizaría la paz social. Este re-enrutamiento debe contener a la barbarie post-chavista, crear el piso político para re-ordenar la grave crisis económica y garantizar el cumplimiento de lo previsto en la Constitución, que hasta ahora ha sido violada por el post-chavismo por la vía de un militarismo inmoral, que como partido político en armas en funciones de gobierno, veja y maltrata al ciudadano de espaldas a la virtud política y al gran valor de la decisión cívica de la mayoría democrática de Venezuela. @JMachillandaP

 

 

José Machillanda

Director de CEPPRO

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