Tuve la suerte de conocer a Miguel Ángel Capriles, trabajé como consultor de sus medios y pasé varias semanas en la Cadena Capriles. Compartí un par de almuerzos con él y fui testigo de la enorme transformación que hizo de toda la estructura periodística, de una gran inversión que se tradujo en una de las redacciones más modernas de América, 100% digitalizada, con pantallas que emiten información, con periodistas que trabajan y producen contenidos para múltiples soportes.
La noticia de la venta no deja de ser un duro golpe para el sector de los medios independientes. Yo estuve allí el día en que simpatizantes chavistas molieron a palos a los periodistas de Últimas Noticias, almorcé a escasos metros del lugar donde estallaron dos bombas molotov, cuando la redacción estaba en el edificio de la Prensa, a escasos 50 metros del Panteón Nacional donde están los restos de Bolívar.
Muchas veces, el extinto Hugo Chávez amenazó con expropiar la Cadena Capriles, y “Michu”, como le dicen a este joven empresario, sabía que cada día sus medios podían provocar la ira del ex presidente.
El diario Últimas Noticias es el periódico de mayor tirada de América Latina, con 300.000 ejemplares diarios que los caraqueños compran cada mañana.
Para algunos sectores, UN era un diario chavista, porque su director, un caballero brillante llamado Eleazar Díaz Rangel, tenía línea directa con el fallecido presidente. Pero siempre destaqué que las apariencias engañaban: las portadas de Últimas Noticias no necesitan de titulares incendiarios para hacer oposición.
El contenido del periódico tiene algo que muchos diarios han perdido: hacen periodismo para la gente, cumplen una función social como la denuncia de aquello que falta y que fue anunciado. Miles y miles de venezolanos vieron que Últimas Noticias les resolvió un problema: una prótesis para una operación de un niño que vive a cientos de kilómetros de Caracas, las cloacas en un municipio…
Diariamente, Últimas Noticias recibe miles de SMS con pedidos de todo el país. No era necesario denunciar a nadie, no era necesario estar en la mira del socialismo del siglo XXI que crea enemigos para justificar su ineficiencia. Últimas Noticias publica lo que quiere el pueblo y llama a los funcionarios para preguntar “¿qué pasa con ese tema?”
Miguel Ángel Capriles está triste. No hablé con él, pero sé lo que hizo en estos cinco años para transformar y modernizar el periódico y para crear nuevas oportunidades para los periodistas a partir de su apuesta digital.
Pero Capriles (que nada tiene que ver con el líder opositor, salvo por un lejano parentesco), tenía el 15% del paquete accionario, repartido en una familia de varios hermanos, donde se impuso la mayoría.
El “grupo inversor” y los precios que se habrían pagado -entre 130 y 180 millones de dólares- llevan a imaginar que detrás de la operación está el propio gobierno.
El chavismo se subsana con ultrachavismo, como se evidencia. Radicalizar el modelo, ir por todo hasta el punto de no aceptar el mínimo disenso. Chávez era un líder que se imponía por sus ideas, sus sucesores aplican un manual teórico en el que las aplicaciones prácticas sólo se justifican con el autoritarismo. Chávez oía el disenso y trabajaba por el convencimiento, sus herederos ven una amenaza en el disenso, un intento de magnicidio, y no me caben dudas de que Últimas Noticias es una amenaza, y era necesario que las manos amigas intervinieran.
Por Jorge Heili