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Mercado político: una corporación ineficiente

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Mercado político: una corporación ineficiente

¡Como la pelea entre borrachos, la botella está vacía! Días semanas y meses de errores, amparados todos en los intereses personales y franquiciales, de un partidismo constituido por franquicias cuyas direcciones políticas tienen décadas sin ser renova­das, o al menos pasar por el proceso competitivo de renovación del liderazgo político. Errores, omisiones y ensayos irresponsables, todos, han tenido un costo insuperable, los cuales podemos discernirlos en in elevado quantum de contribución y aceleración del enorme empobrecimiento que la sociedad venezo­la­na ha experimentado en estos años.

 

 

 

Un proceso político y económico generado, no solo por errores instrumentales en políticas públicas sino igualmente por agenda de dominación social, económica y política que el régimen chavista apuntó y dijo y que las franquicias políticas de la oposición no tomaron en serio. Los resultados dicen eso y más.

 

 

 

En agregado, un resultado generado por una particular manera de observar y diagnosticar la realidad política y socioeconómica basada en el corporativismo partidista, razón por la cual no pudieron anticipar, ni tampoco oponerse al no apren­der que el régimen socialista impuesto al ritmo del empobrecimiento colectivo, era de la familia del que la Corporación consentida en su interior, ideoló­gi­camente hablando.

 

 

 

El problema se genera en la configuración política de los sectores de oposición, que, bajo el espejismo de la unidad, elimina lo fundamental del mercado político, competir por el favor del votante, presentar la hoja de ruta del país que desean y propone a todos y la competencia por el cargo burocrático. Todo eso el corporativismo de la organización polí­ti­ca lo mediatiza a Travers de una unidad que como nos lo muestra la historia ha sido ineficiente, clien­te­lar y rentista.

 

 

 

El costo social imbuido en este proceso político no es difícil estimarlo, lo envuelve la enorme tasa de descuento pagada -contribucionalmente- por la acción deliberada de intereses a los cuales el país aceptaría porque pensó colectivamente que la resurrección ofrecida por esos grupos de interés político convertidos en la Corporación MUD ofrece.

 

 

 

La gente puso en la calle una hipoteca social, política y económica su pasión y necesidades en el place otorgado por voto solicitado -hoy finalmente fracasado y arruinado- para acceder a las posiciones de poder público, las cuales serían supuestamente parte del arsenal político para derrotar lo que sabíamos desde un inicio era el cuerpo de una Dictadura. Todo ese proceso es visible en la debi­litada opinión pública, sin que nadie allí se inmute y acepte responsabilidades por tantos errores.

 

 

 

La MUD fue siempre una corporación de intereses que operó bajo las metas de quienes la utilizaron para su propio peculio cabalgando libremente -«free ride»- sobre un colectivo desesperanzado que empobrece absolutamente sin que este perverso proceso de ruina veamos detener en algún mo­mento, el movimiento empobrecedor, como lo evi­dencia un volumen considerable de estudios em­pí­ri­cos del socialismo en un  mundo  que se mueve con movimiento perpetuo, el margen de una pobreza no se siente, pero se dibuja en el organismo y en el espíritu del venezolano trashumante del socialismo.

 

 

 

Dos fenómenos emergen causales del bajo y me­dio­cre comportamiento competitivo de la corporación MUD en el mercado político; por un lado, el veloz proceso de descapitalización nacional, en todos los ór­denes y que abarca al colectivo político-partidista venezolano -contrariamente con el deber ser-  inclui­das las pasiones, hasta un epidémico empobreci­mien­to intelectual que camina al lado del em­po­bre­ci­miento material y que ataca a todos los ciu­dadanos.

 

 

 

Todo ello ensalzado por un régimen que logró desbancar la escasa fe que acumulaba una gene­ra­ción política de jóvenes, la juventud actual, quienes, observando impasiblemente su futuro agotado antes de llegar, prefirieron aceptar las ruinas y el liderazgo de las viudas del pasado partidismo durante largas décadas, cuya acción ruin corrupción, enrique­ci­mien­to inmerecido, trajo el germen de destrucción al­can­za­do hoy por al comunismo y socialismo que todos traen en sus entrañas ideológicas

 

 

 

Ese régimen de vida impuesto por el actual régimen político,  en los hechos, ha podido avanzar por omi­sión de la corporación política de intereses MUD, por contribución rezagada que se cultivó y acumuló durante largos cuarenta años de historia pasada, y también por omisión, en la historia de hoy, por el en­gaño en el ofrecimiento de oponerse compe­ti­ti­va­men­te al régimen empobrecedor del socialismo, y por sembrar falsas esperanzas, las cuales ni siquiera han podido recibir la virtud de responsabilizarse por lo malo.

 

 

 

Al final la tragedia vestida en un grotesco y costoso fiasco político, y quienes lo constituyen aún no están preparados para comprender el enorme daño y costo causado.

 

 

 

Economista, PhD (Londres)

alexguerreroe@hotmail.com

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