La formación del político
octubre 31, 2013 8:16 am

Este año la Asociación Civil FORMA, Formación y Acción, arriba a su décimo aniversario. Sin duda ninguna, me honra servir como Presidente Ejecutivo de esa institución que durante una década se ha dedicado a formar a políticos profesionales. Ello nos lleva a hacer una síntesis del modelo educativo con el cual cultivamos la vocación política de jóvenes pertenecientes a todos los partidos de las fuerzas democráticas.

 

En primer lugar, la lucha contra la anti política. Somos fieles creyentes de la dignidad intrínseca del oficio político, del carácter insustituible de su práctica decorosa para el sano desarrollo de las relaciones humanas y de la esencial necesidad de los partidos políticos para la andadura democrática de las naciones.

 

En segundo lugar, se trata de una formación de políticos para políticos. Todos los miembros formadores de FORMA son políticos de profesión. Entendemos que la formación de los servidores públicos es un proceso casi artesanal y personalísimo en el que alguien que sufre y goza las tribulaciones y bondades de la vocación política es más apto para orientar a otras personas que comienzan a despertar al llamado de esa misma vocación.

 

En tercer lugar, la educación en la filosofía política clásica y en la tradición de ley natural que de ella deriva y hace de esa sabiduría ancestral un lugar de encuentro en el que se pueden construir diversas opciones legítimas por el bien común. Aunque resulte sorprendente, los participantes de los medios formativos de FORMA son, lo decimos con orgullo, lectores y conocedores de Platón, Aristóteles, Cicerón, entre otros.

 

En cuarto lugar, algo que podríamos llamar apertura a los valores trascendentes del espíritu. Y esto es lo que más nos define, lo que más dota de especificidad a nuestro modelo formativo. Nos inspira una visión humanista de la persona, de la sociedad y de la política.

 

En quinto lugar, nuestra formación es profundamente venezolanista. Se aferra a los valores y formas de la cultura política venezolana. Pensamos que el conocimiento de la tradición filosófica clásica y del humanismo político puede y debe ser casado con el genio propio de ese peculiar tipo humano que es el venezolano de carne y hueso, con sus virtudes y defectos, y con sus luchas históricas.

 

En sexto lugar, intentamos transmitir una concepción de la política como realidad moral, no como ámbito humano meramente técnico que se agota en la creación de bienes externos o materiales. Estamos convencidos de que la dimensión primada del bien común tiene carácter moral y guarda relación con la verdad, la justicia, la libertad y esa forma especial de amor que llamamos amistad cívica.

 

En séptimo lugar, por el actual momento que vive el país, la de FORMA es una educación cívica que enciende en el alma de los jóvenes la avidez de resistir la injusticia, la avidez de enfrentar el mal que supone el totalitarismo intrínseco de la revolución bolivariana.

 

Y por último, en octavo lugar, queremos formar políticos para la auténtica esperanza, para que den razón de la virtud de la esperanza responsable y enseñen con el propio ejemplo, con la propia alegría vital, que el triunfo del mal sobre el bien es siempre un espejismo, nunca real ni permanente.

 

Estas son, en síntesis, las aristas del modelo formativo de FORMA; modelo que, estamos seguros, ya comienza a elevar la temperatura moral de nuestra vida pública. Pero sobre todo, son logros que nos llevan a anticipar con optimismo un nuevo orden de justicia vivificado por la juventud venezolana.

 

Presidente Ejecutivo de FORMA

Secretario Nacional de Doctrina de Primero Justicia

Presidente de la Fundación Caraca Mía

 

@JuanMMatheus

Por Juan Miguel Matheus