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Discurso en XLIX Asamblea Nacional de Consecomercio

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Discurso en XLIX Asamblea Nacional de Consecomercio

La experiencia Empresarial en Venezuela y sus logros, es más antigua que la historia republicana de nuestra nación. Esa persistencia hace posible que hoy, desde la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas, brindemos nuestra bienvenida a todas las cámaras de Comercio, Industria y Servicios del país. Nuestra reunión congrega la perseverancia del empresariado venezolano, y demuestra que el propósito de crear es más potente que el entorno más adverso. Bienvenidos todos a nuestra polis, Bienvenidos a Santiago de León de Caracas. En el honor de ser anfitriones de la XLIX Asamblea de Consecomercio, la Cámara de Caracas celebra 125 años de existencia.

 

 

Ha sido un camino tortuoso en el que la iniciativa privada y la generación de riqueza han sido retadas por realidades muy complejas. En contraste, también han contado con ideas y concepciones que reafirman su naturaleza, ligada a la libertad del individuo, a la autonomía de la sociedad y a la creación conjunta y diversa. Los 125 años de la Cámara de Caracas atraviesan 3 siglos.

 

 

En sus inicios, ella encarnó la Junta Central de Salubridad Pública, responsable de la lucha contra las epidemias. Varias décadas después, entre sus miembros emanó la iniciativa de trasladarse a Estados Unidos, a realizar un exitoso lobby que, sin provenir del Estado ni del gobierno, logró restablecer la compra del petróleo al país, tras una controversia coyuntural. En noviembre de 1934 se efectúo la primera reunión de las Cámaras de Comercio de todo el país: San Cristóbal, Maracaibo, Puerto Cabello, Lara, Valencia, Cumaná y Caracas.

 

 

Tal vez esa fue la primera reunión en la que Consecomercio debía nacer De la Cámara surgieron instituciones cardinales como la Bolsa de Caracas, nuestro aguerrido Consecomercio y el Centro de Arbitraje. Apoyamos y hospedamos, desde hace 35 años a CEDICE en nuestra casa Desde hace 14 años, la Cámara de Caracas sintetizó la fusión de dos instituciones caraqueñas: la Cámara de Comercio y la Cámara de Industriales, que también está de 2 Haydée Cisneros de Salas aniversario: 80 años de historia productiva. Esta fusión simboliza hoy la solidaridad posible, la búsqueda incesante de eficiencia y el trabajo colaborativo. Igualmente la Cámara de Comercio de Maracaibo celebra sus 125 años, en el marco de vicisitudes nunca imaginadas.

 

 

También cruzan la centuria las cámaras de otras ciudades del país. Estos dilatados recorridos son una oportunidad para subrayar la vinculación entre libertad y propiedad, la validez moral de lo individual, la distinción necesaria entre lo público y lo privado, la tensión irresoluta entre la autonomía de la sociedad y la existencia del Estado, y fenómenos como la sociedad ficticia colectivista y sus efectos en la vida humana.

 

 

Desde hace más de 100 años, las Asociaciones empresariales venezolanas y sus miembros se han desenvuelto en un entorno impactado por sucesos nacionales, internacionales y globales en general hostiles a la libertad y al derecho de propiedad. Aún así, la voluntad de los industriales y comerciantes continúa impulsando el propósito de desplegar emprendimientos valiosos para el progreso humano, visible en términos de oferta de bienes, servicios y experiencias, así como en el desarrollo de técnicas, invención y conocimiento. En 1894, momento de la fundación de la Cámara de Caracas, el pensamiento occidental estaba sacudido por la estigmatización del capitalismo como modelo de producción que, de acuerdo con la utopía socialista, debía ser superado por un modelo supuestamente más humano.

 

Al presente, esas concepciones aún califican de salvaje al capitalismo, en desconocimiento de sus valores genuinos, los cuales son opuestos a lo realmente salvaje, es decir, a cada doctrina o movimiento capaz de someter al individuo ante el voluntarismo del Estado, de un partido, una facción o de un solo hombre. En el hilo del tiempo, dentro y fuera de Venezuela, en estos años han ocurrido sucesos frente a los cuales la persistencia de nuestras cámaras, junto con los principios que ellas representan, ha consistido en una hazaña a contracorriente.

 

Las luces y sombras de Venezuela en los últimos 125 años han recorrido hechos como la recordada procesión de los banqueros detenidos por el régimen de Cipriano Castro, el enfrentamiento con las grandes potencias por el endeudamiento nacional de inicios del siglo XX, la configuración del petroestado, la integración y pacificación del país de la mano de una tiranía vitalicia, la Revolución de Octubre, el decenio militarista, los 40 años de social-democracia, el intento fallido de reducción del estatismo, y el tiempo neoautoritario.

 

 

El mundo occidental también ha navegado entre luces y sombras: la ebullición de la utopía marxista, la Revolución Mexicana y sus efectos en doctrinas sociales, la revolución bolchevique y el origen del sistema totalitario, dos guerras mundiales, nazismo, holocausto, bombas atómicas, revolución cubana, guerra fría, derrumbe del comunismo 3 Haydée Cisneros de Salas europeo, la avanzada del Foro de Sao Paulo, la globalización, la comunicación digital, el terrorismo también global. Más de 100 años de nuestras asociaciones de industriales y comerciantes revelan los efectos del emprendimiento privado en el bien común. Una república se funda en el orgullo cívico que nace del espíritu empresarial de sus individuos virtuosos.

 

 

En ella, el bien común es consecuencia de la prosperidad basada en el trabajo productivo y creativo, en el empoderamiento de los habitantes como ciudadanos-propietarios, en la modernización, en el refinamiento en usos y costumbres; en el impulso de la ciencia, en la técnica y la cultura; en el estímulo al ingenio y a la capacidad de logro. Durante la segunda mitad del siglo XX, el empresariado venezolano gestó un sector productivo efervescente, a pesar de que las garantías económicas provistas por la Constitución de 1961 estuvieron suspendidas durante 28 años. En nuestra historia nacional, el esfuerzo emprendedor ha navegado más en medio de estados de excepción, declarados o no, que en medio de condiciones favorables.

 

 

La situación límite de las últimas dos décadas es una escandalosa imagen de ello. No obstante, lo que aparenta ser una experiencia dolorosa en realidad constituye un ejemplo inspirador que habla no de la supervivencia, sino de la pulsión indetenible en la sociedad venezolana por la iniciativa, el emprendimiento, y la generación de riqueza, la técnica y el florecimiento cultural. La realización de esta Asamblea, la presencia aquí de todos ustedes, es una demostración de que el espíritu humano está orientado por naturaleza a la búsqueda del bien, de aquello que hace posible la convivencia cívica en un ambiente de desarrollo y progreso respetuoso con la dignidad del individuo, con la autonomía personal, con el pluralismo, con la justicia de las instituciones, e incluso con la vida en el planeta. Defendamos la Libertad, la Democracia y la Libre Empresa… Trabajemos pues y sigamos trabajando que es lo que requiere nuestra herida Venezuela…. Muchas gracias.

 

 

Haydée Cisneros de Salas

Presidenta de la Cámara de Comercio de Caracas

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