Contener el hito de nuevos votantes, hablamos al menos de 6 millones de venezolanos que no podrán elegir en Venezuela ni en el exterior, es otro obstáculo que, a pesar de ser inmenso es superable
Nicolás Maduro ha enfrentado varios dilemas durante su presidencia: i.-Pérdida de legitimidad y reconocimiento internacional [por elecciones ilegales] ii.-Gestión de la crisis económica, iii.-Relaciones [tensas] con la oposición; iv.-Relaciones internacionales [suspendidas] especialmente con EEUU, Europa y algunos países de América Latina, que han impuesto sanciones y han criticado su gobierno por cuestiones de DDHH y democracia.
Sin resolver estos dilemas, le toca enfrentar un nuevo desafío: entregar o no el poder en medio de un clima político adverso, donde más de un 85% de la población pide cambio…canje que lo personifica la dupla Edmundo-María Corina. Algunas tretas no [le] salieron como lo tenían planificado. Algunos actores de oposición pudieron escurrir y otros no resultaron instrumentos de polarización. En este escenario Maduro no puede voltear la elección.
Los caballeros del rey…
Maduro ha enfrentado el dilema de ser reconocido como presidente legítimo por algunos países y organizaciones internacionales. Su carga de ilegitimidad es debido a cuestionamientos sobre las elecciones 2018. Ese año una Asamblea Constituyente convocada ilegalmente desde la presidencia de la república, condujo a una zafra electoral igualmente írrita. Volver con elecciones amañadas no aseguran estabilidad política a un nuevo periodo cuestionado. El método ‘tradicional’ de camuflaje electoral, pasa por: 1.-Abultar la oferta de candidatos de oposición [alacranato]; 2-Impedir inscripciones de nuevos votantes tanto en Venezuela como en el exterior; 3-Voto ilegalmente asistido; 4-Voto restringido y/o 5-Voto arrebatado por falta de testigo[s] en mesa.
En esta oportunidad el dilema se complica. Ampliar la nómina de candidatos “pantalla/fachada” de oposición, no ha logrado disuadir al electorado de inclinar su preferencia hacia ellos. La gente sabe que los candidatos de los partidos AD [el Burro Martínez], PJ [Brito], VP [Ceballos] y otros de entorno [el Lápiz de Ecarri y el Conde de Rausseo] no son alternativas reales de oposición, esto es, nacidos de una voluntad genuina de cambio. Ninguno participó en las primarias y otros son tarifados. Así pocos los reconocen como una opción democrática. Todos estos “postulados” no suman un 5% de preferencia política por lo que no causan mella en la oferta que representan González Urrutia y María Corina.
El régimen pensó que la salida al ruedo de un candidato alternativo de oposición como Edmundo González no contaría con el endoso óptimo de los votantes de María Corina. En un primer ‘conteo’ es verdad que González Urrutia ajustó unos 10 puntos [a la baja]. Pero rápidamente la tendencia se ha revertido. Machado ha sabido comunicar que “Edmundo es el hombre”. El Embajador de La Victoria, también ha sido parco, directo y acertado en sus declaraciones. “María Corina lo hace muy bien recorriendo el país. Yo ahora no puedo. Me reuniré con Maduro si es necesario. Las sanciones se deberán conversar. Hay que liberar a los presos políticos. Es un honor liderar la transición”. Delegar en María Corina la movilización-país y la vigilancia de voto, ha impedido tener la percepción de una doble campaña.
Contener el hito de nuevos votantes, hablamos al menos de 6 millones de venezolanos que no podrán elegir en Venezuela ni en el exterior, es otro obstáculo que, a pesar de ser inmenso es superable. El universo de los que pueden votar sigue siendo notablemente a favor de elegir por un cambio de régimen. Al tiempo de escribir estas líneas la participación [interés de salir a votar] subió a un 75% y la intención de voto por Edmundo regresa a un 62%, y contando.
El ‘voto asistido’ de la mano de la militancia del PSUV (pagada con dinero del Estado), tampoco amarra, pega, ni suma. El poder de emplazamiento, amedrentamiento y compra de consciencia del Chavismo-Madurismo está roto. Han perdido hasta la capacidad de infundir miedo al votante. No más chantaje.
Lo mismo sucede con el cerco de motorizados. El venezolano quiere salir a votar. No importa la clase social. Desde el barrio hasta el country club, el sentimiento de cambio, que es paz, tranquilidad, justicia y prosperidad es irrenunciable e incontenible. Más puede el miedo al continuismo represor que encarar cualquier amenaza a la luz de un mejor porvenir. Hasta los jinetes en motocicletas desean otra vida, y sospecho que apagarán sus motores cuando les ordenen someter. Cuidado si, por el contrario, llevarán gente de sus barrios y todo el mundo a votar por Edmundo.
En otro sentido, la organización militante de oposición se ha reforzado. El equipo de Vente acompañado de la militancia de los partidos legítimos [no arrebatados] están preparados para vigilar el voto desde Petare hasta la Pastora, llegando hasta El Saladillo, Las Mercedes del Llano, el Arauca vibrador; pasando por La Gran Sabana, San Félix, El Tigre, Tucupita, Puerto Píritu y Güiria. Todos saben cómo-después de los horarios de cierre de mesa-, le meten el dedo a la máquina no vigilada, o despachan a los testigos para hacer de las suyas Eso no será así. Ahora la gente se quedará para defender su elección.
Un fenómeno interesante son las FFAA. Muchos de los “Caballeros del Rey de Miraflores” ese generalato militante, acomodado y servil, se quedarán con lossables hechos, porque un llamado a voltear o boicotear la elección, o reprimir en caso de resistencia, luce que será desobedecido. Aquí desde los pensionados de la Administración Central; los maestros, los sindicalistas, los obreros, los pocos empleados de gobernaciones o empresas privadas; los jubilados de la AN o el TSJ; los militares que se dieron de baja o aún los activos que no comen con 5$ al mes, están hartos de ninguneo, cajas CLAPS, oro de sangre, cubanos y corrupción, por lo que están montados en la ola civilizadora de democratización, convertida en un sentimiento nacional. Nada así había pasado antes.
Mejor es negociar hoy que correr mañana
Maduro se ha enfrentado al dilema de cómo manejar la grave crisis económica que ha afectado a Venezuela durante su presidencia, incluida la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, y el deterioro de los servicios públicos. Escamotear una elección aunado a estos dilemas, no le arrienda ganancias ni estabilidad. Ese es el problema de un Estado fallido. No sólo las sanciones sino la disposición de un régimen a sobrevivir de forma celestina, corrupta y bajo terrorismo de estado.
Maduro ha tenido que lidiar con el dilema de cómo manejar las tensiones con una oposición política en Venezuela, que ha estado activa durante su presidencia y ha buscado su destitución. Una oposición que ha sido amenazada, dividida y confiscada. Hoy muchas de las tensiones dentro de la propia oposición se han disipado. La oposición maduró. Aún quedan refriegas como los lances pérfidos de Capriles, o las escaladas esquivas de un sector anodino de opositores-escaparates. Pero son escaramuzas sin peso y sin dirección.
Edmundo González es el resultado de un acuerdo político elevado donde unieron esfuerzos María Corina y la plataforma unitaria. Hasta ayer era bloques irreconciliables. El recelo y muchos reconcomios latentes (y válidos) de ambas partes, quedaron atrás gracias a gestos nobles e inteligentes de unidad y vocación de eficacia política. Maduro no podrá lidiar con esta oposición que desborda alegría y entusiasmo. Y la gente aplaude a la oposición real.
Las relaciones internacionales son otro dilema con el que Maduro no tiene margen de maniobra. No es lidiar con EEUU, Europa y algunos países de América Latina. Es que sus propios aliados lo confinan y se desmarcan. Putin necesita asegurar el mercado petrolero de China e India. Brasil y Petro no ven en Maduro una aliado estable, rentable ni demócrata. China no tiene manera de cobrar su deuda con un gobierno caótico, corrupto e ineficiente. Y Cuba tiene su propio dilema con una economía devastada, un pueblo que se levanta y una pérdida de liderazgo sensible. Patria y vida es Patria y valentía. El miedo quedó permutado por calidad de vida, internet, pasta dental y la prosa libertaria de Martí, porque “pueblo que se somete perece…”
Estos son algunos de los dilemas que Nicolás Maduro tendrá que enfrentar el próximo 28/7/24. Muestran una complejidad política, social, global y hasta personal realmente inédita.
Como no se había visto antes, la participación y la diferencia de voluntad de voto entre la oposición originaria y Maduro, es abismal. Intentar mantenerse después de una elección manifiestamente espuria es temerario. La oposición ha blindado una unidad sin precedentes, y las propias FFAA están conformadas por nuevas generaciones de pelotones [los que quedan] cuyo estómago y cuyo corazón demandan dignidad, estabilidad y felicidad más que “patria, socialismo o muerte”. Seguimos con Martí: “Haga cada uno su parte de deber y nada podrá vencernos…”
Venezuela va camino a una transición democrática alucinante. No todo está ganado. Aun retornando la democracia-el único juego aceptable-queda el fantasma del chivateo electoral y la represión. Pero en ese escenario juegan con fuego, porque esta vez no cuentan con los muros de terror El pueblo está decidido a no someterse.
Vienen tiempos buenos, interesantes, ilustrados, de grandes retos para la oposición y la gran mayoría de los ciudadanos que queremos cambio. El valor es que la oposición y sus seguidores, nos mantengamos unidos. Es la resiembra de la tierra de gracia. La transición es la más compleja que ha visto la república desde la independencia, por lo que la consigna será redimirnos como sociedad.
Y lo dijo Dostoievski: “Para el realista no es la fe lo que nace del milagro, sino el milagro el que nace de la fe. Si el realista adquiere fe, ha de admitir también el milagro, en virtud de su realismo.” Lo admito, soy realista. !Venezuela, el milagro viene…!
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