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Los retos de la pandemia y el inicio de una nueva era

Posted on: abril 8th, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Esta crisis, originada por el brote de Coronavirus (COVID-19), no tiene precedentes en la historia contemporánea. Una crisis de acción simultánea a nivel mundial, que supone un riesgo a la salud colectiva, genera disrupción en toda la actividad económica y restringe la movilidad de las masas, no tiene parangón. La crisis más reciente con efectos globales aconteció en 2008, fue de orden financiero, y aunque tuvo grandes repercusiones en el ámbito económico, hoy se aminora como punto de referencia ante la magnitud de los acontecimientos.

 

 

Pocas empresas, generalmente grandes corporaciones con operaciones globales, habían previsto, a principios de siglo, la posibilidad de una situación de esta naturaleza como resultado de la amenaza por la Gripe Aviar (H5N1), por lo que algunos iniciaron importantes esfuerzos por diseñar planes de continuidad de negocios y manejo de crisis, ajustados a estos escenarios. Sin embargo, mientras disminuía la probabilidad de dicho riesgo, se diluyeron los esfuerzos sin necesariamente concretarse en un 100% para muchas de ellas.

 

 

La mayoría de los planes de manejo de crisis están construidos para escenarios de alto impacto y alta o media probabilidad de ocurrencia, dado el trabajo y los costos que supone detallar específicamente todos los escenarios, incluyendo los de baja probabilidad; generalmente las empresas no los describen exhaustivamente. Sin embargo, es de destacar que hay aspectos de los manuales de crisis que, si están bien elaborados e internalizados en el ADN de la empresa, son útiles para organizar el trabajo, por ejemplo, la actuación del comité de crisis según haya sido diseñado su modelo de operación.

 

 

Una crisis donde la empresa está sujeta a variables que no controla, donde la extensión de la situación arropa a toda su operación y su cadena de valor; complica su manejo y requiere de análisis permanente, construcción de escenarios y decisiones operativas, legales y comunicacionales que seguramente no encontrará en su manual de crisis habitual.

 

 

A diferencia de otras coyunturas, ésta impacta a todo el sector empresarial por igual, por lo que alcanzar “mejores prácticas” en el sector para el manejo de la crisis, dependerá de cuan preparada, con anticipación, estaba la organización para activar sus planes de contingencia y poder hacer frente a esta situación. Sin embargo, una mejor práctica resulta en tener, no sólo un Manual de Crisis, sino todo un sistema efectivo para el manejo de la situación, lo que supone contar con protocolos claros y recursos humanos preparados, así como de apoyos tecnológicos, logísticos y financieros disponibles para implementarlos. Entre algunas mejores prácticas visibles por parte de algunas empresas al día de hoy podemos mencionar:

 

 

·       La rápida activación de comités de crisis para la toma de decisiones. En algunas empresas ello ha permitido ganarles, incluso a algunos gobiernos, en cuanto a la implementación de medidas de mitigación y contención frente a COVID-19. La figura de una mesa situacional con carácter de declaratoria de sesión permanente es conveniente con esa formalidad.

 

 

·       Estrategias de comunicación asertivas que han sabido acompasar, con sus contenidos, la evolución de la crisis, habilitando todos sus canales disponibles: on-line y offline y dando su gusto lugar a la comunicación de riesgos.

·       Voceros que transmiten, no sólo las frías decisiones operativas, sino un claro sentir y pensar desde el liderazgo que inspira y motiva a los colaboradores a redoblar el compromiso

 

·       Sectores de servicios esenciales que en tiempo récord han rediseñado su logística para atender al consumidor, habilitando nuevos canales para estar más cerca y facilitar la premisa del “Quédate en Casa”

 

·       La expresión social de empresas, puesta de manifiesto al integrarse a esquemas de cooperación Privado-Privado o Público – Privado para ayudar a los más vulnerables ante esta situación.

 

·       Empresas que aprovechan sus insumos o capacidad instalada para reorientar parte o toda su producción a productos o servicios de utilidad ante la pandemia.

 

 

En este momento, el sector empresarial atraviesa su reto más importante: la supervivencia, la sostenibilidad del negocio en sí mismo ante la paralización indefinida de actividades, y con ello, la potencial ruptura de su cadena de valor. Para muchos sectores esto representa un importante riesgo latente: el mantenimiento de muchos negocios en diversas esferas de la economía. Por lo tanto, la gerencia de la empresa enfrenta la necesidad de organizarse para gestionar la coyuntura, realizando una identificación de riesgos permanente y formulando escenarios, con el fin de comprender sus implicaciones y alinear esfuerzos en múltiples ámbitos. Cada uno de ellos representando un reto en sí mismo.  Entre otros:

 

 

Reto Operacional: Dependiendo de la naturaleza del negocio, las empresas deberán dilucidar cómo continuar operando, hasta el alcance de sus posibilidades, con el fin de mantener un flujo de ingresos en concordancia con los compromisos y regulaciones según sea su naturaleza.  Supone prever esfuerzos de cumplimiento de obligaciones legales y la gestión de la cadena de valor, hoy rota en múltiples eslabones a causa de la falta de suministros para muchas industrias, como consecuencia de las “reglas” de abastecimiento en un mundo globalizado.

 

 

Reto Comercial: Mantener activos los servicios y/o el abastecimiento de productos al mercado, así como la presencia de marca conectada con el cliente o consumidor, representa el desafío de no desaparecer o ser sustituido frente a una ausencia involuntaria prolongada.

 

 

Reto Financiero: Lograr estabilidad, implicará un esfuerzo por definir el mejor uso para la disponibilidad actual del efectivo, gestionar el flujo de caja y procurar los refinanciamientos de deuda que tenga la empresa, entre otras acciones, considerando el impacto que la situación, en sí misma, tiene en los mercados financieros globales.

 

 

Reto Tecnológico: No sólo para adecuar las necesidades del teletrabajo a raíz de la coyuntura, sino cómo profundizar la transformación digital en beneficio del modelo de negocio, factor que promete ser mandatorio a futuro, como consecuencia de los cambios que se sobrevendrán en la relación producto/servicio – consumidor/sociedad.

 

 

Reto Humano: Proteger al talento humano en las organizaciones resultará un ingrediente indispensable. La protección de aquéllos que ocupan puestos de alta criticidad será fundamental para afrontar con éxito el proceso de recuperación postcrisis.

 

 

Reto Comunicacional: La capacidad de mantener un flujo comunicacional permanente con todos los grupos de interés será muy relevante, y para ello, la comunicación será la herramienta más efectiva, con el fin de dar a conocer las acciones y posiciones de la empresa frente a la crisis y mantener un vínculo permanente con sus audiencias.

 

 

Reto Reputacional: La combinación del adecuado manejo de todo lo anterior, tendrá un impacto sustantivo en nuestra reputación, logrando capitalizar sobre la buena actuación responsable, aun en la peor circunstancia, o destruyendo valor reputacional con un mal manejo. Esto está directamente vinculado a la capacidad y calidad de las decisiones y como estas sean comunicadas.

 

 

Por lo tanto, las empresas deberán considerar premisas y acciones críticas para minimizar el impacto de la crisis, por ello:

 

 

1.     Maneje muy bien sus números, la recuperación postcrisis depende de que la empresa continúe existiendo.

2.     Cuide a sus colaboradores clave, son ellos quienes le podrán ayudar a salir a flote después de la tormenta.

3.     Preocúpese por lo realmente relevante, este no es el momento para el “marketing comercial” o las “utilidades”.

4.     Intégrese, colabore y busque formas de cooperar para fortalecer su sector de negocios.

5.     Ponga a trabajar sus valores y el propósito de su empresa, este momento lo requiere, de lo contrario cuando esto pase, tendrá que sincerarlos y reescribirlos.

 

 

6.     Comunique, Comunique y Comunique. Recuerde que la comunicación es su vínculo con el mundo interior y exterior. En tiempos de crisis, contemple una estrategia para abarcar la comunicación Institucional, Comercial, de Riesgos, Crisis y Continuidad de Negocios. La comunicación juega un papel determinante en el manejo de la crisis. Hay que profundizar el trabajo de comunicación con las audiencias críticas; hay que alinear los mensajes desde arriba, y distinguir entre la comunicación interna/externa (aunque la línea que las separa hoy es prácticamente invisible) y a su vez, en aquélla que es institucional y comercial. La reputación de la empresa es un activo intangible que hay que proteger con el mismo celo que se protegen los recursos financieros.

 

 

Estos son tiempos de preservación de la integridad de la empresa y de cooperación, para poder salir adelante. En un mundo globalizado e interdependiente, nuestro éxito estará asociado al éxito de otros (y viceversa); por ende, nuestra mejor manera de aprovechar esta coyuntura como oportunidad, es demostrar mediante la acción y la palabra, como se articula y se expresa nuestra filosofía de gestión, como se pone a trabajar el propósito de la empresa en beneficio de nuestra gente, clientes, consumidores y la sociedad en su conjunto.

 

 

Este esfuerzo requerirá de un liderazgo efectivo y positivo cuyo comportamiento y capacidad para gestionar la crisis contemple lo racional y emocional de la organización. Estos tiempos complejos obligan a ver desde ambas perspectivas la labor del líder. Deberá tener visión para para ver más allá de la crisis, olfato para la construcción de escenarios, escucha activa de sus “stakeholders”, mano firme para tomar decisiones racionales, toque humano para las personas, y una voz clara e inteligible para comunicar las razones y posiciones de la empresa con efectividad.

 

 

La normalidad, tal como la conocíamos no regresará en el corto o mediano plazo, mientras no exista una garantía contra el COVID-19, pues ya una vez esparcido el virus y conviviendo entre nosotros, dependerá de una vacuna eficaz que contribuya con la erradicación necesaria para recobrar la confianza de compartir como solíamos hacerlo.

 

 

Ciertamente el aspecto económico es un factor crítico, pues el efecto pandémico en la economía puede resultar en consecuencias aún más devastadoras. Sin embargo, hay que considerar que se requerirán condiciones mínimas para que podamos retomar las operaciones del aparato productivo, por una parte, contribuyendo a que los sistemas sanitarios tengan capacidad de atención, y más adelante, la certidumbre de lugares de trabajo que tendrán que cumplir con nuevas medidas a causa de las condiciones de salubridad que habrán de ser garantizadas y que pasarán seguramente a ser los nuevos lineamientos para quienes trabajan “Seguridad, Salud y Ambiente” (HSE por sus siglas en inglés).

 

 

Hay que destacar que todo este episodio, tal como lo fue la guerra de Vietnam en su momento, es la primera pandemia transmitida en tiempo real por los medios de comunicación y exacerbada por las redes sociales, una de medidas extremas, nunca vistas, que dejará una profunda huella en todos nosotros; por lo tanto, debemos redefinir nuestro concepto de “normalidad” a partir del impacto que habrá de cambiar nuestros hábitos y costumbres como sociedad, al menos en lo inmediato, pues estamos entrando al inicio de una nueva era.

 

 

Thony Da Silva Romero

Consultor internacional en Estrategia y Comunicación Empresarial, Socio de PIZZOLANTE

La comunicación tiene su química

Posted on: junio 18th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

En el ámbito comunicacional, lo que ocurre en nuestro organismo cuando somos parte del proceso de intercambio con otros, ya sea como emisores o receptores en la intrincada red en la que nos desenvolvemos, resulta fascinante cuando se analiza y se comprende desde el punto de vista neuroquímico.

 

 
Nuestro organismo responde al estímulo de forma intuitiva, activando o desactivando grupos de neurotransmisores que generan en nosotros emociones, obligándonos con ello a responder desde esa activación y sometiéndonos, en ocasiones, a su consecuencia no controlada.

 

 
La comunicación es, desde la perspectiva del Dr. Eduardo Jahn, médico internista e investigador en neurociencias, un fenómeno neuroquímico y entre sistemas neuroquímicos; es decir, quien comunica influye en un sistema que va a reaccionar de manera específica según el estímulo recibido. Esto significa que si el mensaje ha sido construido de manera apropiada, verbal y no verbalmente, sin duda tendrá el efecto que el emisor pretende, logrando así mayor efectividad en el logro de su objetivo.

 

 
Para ello, debemos tomar en cuenta la estructura del cerebro humano, el cual posee una gran capacidad para recibir información a través de los sentidos, y racionalizarla a través de los que se denomina el Neo-Cortex o la nueva corteza cerebral, ese espacio donde se procesa el pensamiento complejo que es capaz de comprender ingentes cantidades de reportes, presentaciones PPT, documentos y tablas de Excel, para quienes estamos acostumbrados al mundo corporativo. Sin embargo, solemos olvidar que ese mismo cerebro, requiere de imágenes, afectos y de una sensación de seguridad que le permita entablar un intercambio que resulte memorable, deseable y de impacto.

 

 
La teoría del “Cerebro Triúnico” propuesta por Paul MacLean, y aún debatida, ayuda a comprender desde la perspectiva de un comunicador eficaz, la importancia de ir más allá de la data dura que se procesa en el Neo-Cortex, y de cómo atender al cerebro límbico y reptiliano que cada uno de nosotros posee: uno que busca emociones y empatía, y otro que busca constantemente la seguridad en tiempo y espacio.

 

 
Frente a esta estructura del cerebro y la complejidad neuroquímica de su interior, todo buen comunicador debe darse a la tarea de construir narrativas que estimulen a su audiencia, con aproximaciones que capturen e historias que construyan imágenes lo suficientemente impactantes como para que resulten memorables, liberando así, el cortisol y la oxitocina necesaria para generar la atención y empatía que se necesita.

 

 
Así también, cobran especial relevancia los elementos emocionales dentro del discurso, que se constituyen en espacios donde el comunicador busca generar empatía con su interlocutor, bien sea a través de experiencias personales, ejemplos o anécdotas que permitan transmitir el mensaje de fondo, basados en una plataforma emocional que asegure su impacto y recordación.

 

 
Una comunicación consciente de estos elementos, procurará condicionar la respuesta de esa otra persona quien, seguramente, hará un balance entre lo emocional y lo racional para tomar una decisión. Por ello, no debemos subestimar el peso que tiene la emoción al momento de empujar esa última decisión. ¿Cuántas veces hemos tomado una decisión al calor del momento, que tal vez, cuando la pensamos en frío, debimos haber hecho otra cosa? ¿Les ha pasado?

 

 

 

Thony Da Silva Romero

Fuente:el dinero.com.do

El lenguaje como promotor de acción y generador de compromisos

Posted on: abril 5th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

En el mundo de los negocios, la conversación es probablemente la herramienta más efectiva para descubrir y comprender nuestro entorno, buscar explicación a los fenómenos que nos rodean y establecer vínculos y relaciones.

 

 

Es en consecuencia el uso del lenguaje y sus enunciados lo que nos permite movilizar a nuestras audiencias a establecer compromisos, haciendo que nuestras conversaciones, pensadas sobre la base de un objetivo concreto, pasen de ser un simple ejercicio descriptivo de la cotidianidad a ser en sí mismas una poderosa herramienta de comunicación estratégica.

 

 

La diferencia entre comunicar y comunicar estratégicamente, reside en la alineación del acto con un objetivo que condiciona en consecuencia la narrativa, establece reglas de aproximación, genera la capacidad de movilizar a nuestra audiencia en la dirección deseada y establece a través del acto del habla un compromiso deseado.

Sin embargo, no se logra el objetivo porque nuestra audiencia haga lo que nosotros queramos, se logra cuando es ella misma quien desea hacer lo que nosotros queremos que haga.

 

En sí misma, la comunicación estratégica es persuasiva, debe tener la capacidad de “pintar” un futuro posible, donde esa audiencia quiera verse inserta y, en consecuencia, quiera movilizarse en la dirección que le planteamos, traduciendo así lo que puede ser una simple manifestación inicial de intención en una acción concreta de cambio.

 

 

En las conversaciones cotidianas, incluso en aquellas conversaciones y diálogos de negocios a los que el mundo empresarial y corporativo está tan acostumbrado, no siempre la comunicación resulta estratégica, ni aquélla que es verbalizada por sus voceros, ni aquélla que comunica a través de todos los canales y medios a su disposición.

 

 

En cambio, el mundo de la política reconoce que esta herramienta es un factor crítico de éxito en el marco de una campaña electoral o de la comunicación gubernamental, y por ende, mucho tiempo se dedicará a “estrategizar” el lenguaje y su uso.

 

 

Cuando hablamos, no sólo describimos e informamos, sino que consciente o inconscientemente generamos acciones o reacciones en los demás, construimos percepciones e interpretaciones que generan barreras o allanan caminos al acuerdo y el entendimiento.

 

 

Este enfoque, que tiene su origen en los trabajos del filósofo John Austin, introdujo un cambio importante en la interpretación prevaleciente, hasta el momento, sobre el papel del lenguaje, y ha causado gran impacto en la gerencia, la política y la comunicación. La propuesta de Austin (luego perfeccionada por Searle), es que cuando nos expresamos, utilizamos ciertos verbos llamados “ilocutivos” con los cuales generamos compromisos de acción.

 

 

De allí, lo importante que resulta en toda organización la dedicación de tiempo para revisar su lenguaje y con él, asegurar la construcción de narrativas y discursos apropiados que junto a la planificación de sus “actos del habla”, logren generar los compromisos necesarios con sus audiencias en favor de la viabilidad de sus objetivos y planes de negocio.

 

POR THONY DA SILVA ROMERO

 

Fuente: El dinero.com.do

Hegemonía Comunicacional: Un atentado contra la democracia

Posted on: enero 19th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Los medios de comunicación son parte intrínseca de la democracia, son habilitadores, catalizadores y en ocasión también detractores de la vida política de un país, constituyéndose así en las ventanas a través de las cuales la población tiene acceso a la información y sus enfoques, esto desde la línea editorial que cada medio define según sus intereses políticos, sociales o económicos.

 

En el marco de una sociedad donde privan las libertades y entre ellas la económica, donde un individuo o grupo, siguiendo algunos preceptos de ley puede fundar un medio de comunicación sin más trabas que aquellas establecidas en ella, sin embargo, el ejercicio del periodismo y la cobertura noticiosa supondrá una responsabilidad social que se asume al momento de su fundación.

 

Por su parte, los estados también participan de este mapa al establecer medios que le son propios y que representan y sirven en sus contenidos a los intereses comunes de todos  los ciudadanos, procurando hacerlo de una forma idealmente equilibrada, factual y veraz.

 

En el caso venezolano vemos como a lo largo de los últimos años el mapa de medios ha variado y porque, como el gobierno ha trabajado por hacer crecer su plataforma mediática y como el sector privado se ha visto constreñido y minimizado tanto en cantidad como en contenidos. Esto se debe a una clara y sistemática estrategia ejecutada por el ejecutivo nacional denominada“Estrategia de Hegemonía Comunicacional” que, tal como lo indica el concepto, supone la  dominación del mensaje oficial por encima de aquel que la “prensa libre” es capaz de compartir con la sociedad. Actualmente Venezuela  sufre de la dinámica y consecuencias que esto ha traído, así como el riesgo que en si mismo esto supone para el desarrollo y la continuidad de la democracia.

 

Los Medios de Comunicación en Venezuela

 

En los tiempos del gobierno de Eleazar López Contreras (1936-1941) y Marcos Pérez Jiménez (1946-1958)  el gobierno venezolano otorgó 27 permisos de radiodifusión sonora y 4 de televisión a sectores privados, con estos inicios el sector privado concentró en su mayoría el espectro radioeléctrico por lo que durante décadas el esquema mediático en Venezuela (y al que se suma la prensa escrita) estuvo dominada por este sector.

 

Si bien en el ámbito de lo público el estado se reservo un espacio en el concierto mediático este no llego a representar más del 20%, por lo que difícilmente el esquema podría denominarse un sistema “mixto” sino un sistema de medios donde la coexistencia de medios públicos y privados representaba una desigualdad entre el régimen privado-competitivo y del público-gubernamental.

 

En el ámbito televisivo (el de mayor penetración e impacto), dos plantas televisoras llegaron a concentrar el 85% de la inversión publicitaria y alcanzar un 66% de poder de transmisión, lo que los convertía de facto en los verdaderos dueños del espectro radioeléctrico venezolano[1]. Estas plantas televisoras con su impacto en los medios de mayor penetración y  el uso del poderoso mensaje audiovisual, manejaban también el 80%  de la elaboración de mensajes y contenidos.

 

En este sentido el crecimiento de los medios en Venezuela, donde poco a poco se le fue dando cabida a nuevos medios impresos y radioeléctricos, estuvo fundamentalmente en manos privadas mientras que los medios públicos, sin publicidad y dependientes de la inversión pública, no solo carecían de impacto en la audiencia y rating sino que cayeron en obsolescencia tecnológica y en víctimas de la corrupción y el uso de los mismos con fines fundamentalmente de apoyo a los procesos electorales a favor del partido de turno.

 

Esta realidad se mantuvo hasta inicios del siglo XXI cuando el gobierno del presidente Hugo Chavez inicia un proceso de fortalecimiento de la estructura mediática del estado, invirtiendo en nueva tecnología y ampliando la base de medios disponibles, abriendo con esto varios canales de TV (Ávila TV, ANTV – canal de la asamblea- TVES – televisora social – , FANBTV – Canal de la fuerza Armada – , CONciencia TV – canal de ciencia – , Vive TV, TELESUR – en contraposición a CNN y modelado por Al Jazeera-), emisoras de radio de alcance nacional, local, medios impresos y los llamados “medios comunitarios” (Radio y TV) para  multiplicar el alcance de la voz gubernamental.

 

Este crecimiento en los medios oficiales ha generado un nuevo mapa mediático y ha dado un giro en la relación entre el estado y los medios privados, formando parte de una estrategia concebida para ejercer control sobre lo que se comunica, como, cuando, donde y que.  Es lo que el propio gobierno llamó: La “Estrategia de Hegemonía Comunicacional”, reconociendo con esto la importancia de la comunicación como un factor crítico de éxito para el proyecto político e ideológico del Presidente Hugo Chavez y la llamada “Revolución Bolivariana” que pretende implantar el llamado “Socialismo del siglo XXI”.

 

Hegemonía comunicacional como estrategia de dominación en deterioro de la democracia y la buena gobernanza

 

“La democracia necesita medios de comunicación que no sean excluyentes, para así poder constituirse en vehículos universales de información, así como en su papel de Contralores Políticos. Todo ello, dentro de un ejercicio de una efectiva libertad de expresión.”[2]

 

Bajo esta declaración de Juan Ignacio García Rodríguez- Director Servicio Electoral de Chile, podemos reforzar la importancia que existe de instaurar  un sistema de comunicación plural, equilibrado, incluyente y libre que se convierta en la plataforma de exposición de las opciones políticas ante un electorado interesado por conocer sus alternativas.

 

La pluralidad en los contenidos que permiten al ciudadano formarse una opinión fundamentada al cruzar las diversas informaciones a las que está expuesto es fundamental para contribuir a una sana democracia.  Esto no supone olvidar que los medios privados son un negocio y están orientados por intereses particulares, así como los medios estatales deben asegurar la pluralidad de pensamiento reflejado en sus página o espacios de tiempo/aire, sin embargo, los desequilibrios son frecuentes y se requiere de una legislación que respetando los preceptos ya comentados, asegure precisamente la  posibilidad por parte del ciudadano a tener acceso a información veraz, oportuna y plural, particularmente en los medios estatales que pertenecen a todos los ciudadanos.

 

Los medios de comunicación son fundamentales para el sustento de una democracia y para el juego político-electoral, representando el canal a través del cual los electores tienen acceso al pensamiento y sentimiento de los candidatos, quienes en el ejercicio de la vocería estratégica para llevar su mensaje y persuadir con sus ideas, dependen de los medios para alcanzar masa crítica en la población con miras a ganar su respaldo. Por tanto, tratar de limitar las opciones atenta contra la libertad de elección que debe tener todo ciudadano para que, frente a una oferta informativa, este decida qué y de quien desea consumir el producto “información” o “mensaje”.

 

Ahora bien, se hace necesario establecer  reglas de juego claras que sobretodo protejan a ese ciudadano, por ende, los medios deben reconocer y respetar el rol y la responsabilidad que tienen para con la sociedad y por ello se hacen necesarias legislaciones equilibradas que permitan de forma consulta, establecer “reglas de juego” fundamentales.

 

El diálogo entre los actores políticos y sociales es objeto de escrutinio cotidiano por parte de los medios y en este sentido, los medios contribuyen a darle viabilidad a dicho proceso a través de facilitar la interacción que contribuye a la gobernanza de una nación, ahora bien para este fin, tanto el estado como los actores políticos deben comprender que la relación con los medios requiere estrategia y táctica aplicada, relacionamiento clave  y definición de aproximaciones bien pensadas y orquestadas para incidir de forma positiva en el logro de sus objetivos con los medios y con ello la posibilidad de llegar de forma favorable a la opinión pública.

 

Por otra parte debemos considerar que hoy por hoy la política es televisada y tiene visos de espectáculo, en este sentido los medios no escapan a la politización y al manejo de la “espectacularidad” del manejo de la información política. Algunos medios privados, aprovechando en el caos de la alta polarización política en la población, se aseguraron una audiencia fiel y contribuidora en consecuencia a sus fines de rating y con ello de atracción publicitaria. En el caso venezolano ciertamente algunos medios de comunicación privados, frente a la debacle y el practicamente inexistente rol de los partidos políticos, asumieron una postura que trascendía a su misión, lo que los llevo en muchos casos a extremos en el tratamiento informativo que terminó por perjudicar su propia credibilidad y legitimidad

 

La Situación

 

La llamada “Estrategia de Hegemonía Comunicacional” contempla su ejecución bajo 4 pilares fundamentales (no limitativos):

A.- Estructurar y consolidar de una amplia red de medios públicos a nivel internacional, nacional, regional y local

B.- Definir la agenda temática en sus medios para incidir sobre la agenda pública.

C.- Neutralizar los medios de comunicación privados  adversos al gobierno a través de diversas vías de presión (legal, económica, editorial)

D.-  Limitar el manejo de información proveniente de fuentes públicas a  los medios privados y el espacio para los líderes de la oposición.

 

A.- Estructurar y consolidar de una red de medios públicos

 

El gobierno nacional se dio a la tarea de hacer crecer el aparato comunicacional del estado rebautizándolo como el “Sistema Bolivariano

de Comunicación e Información”, dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e información, no solo

incrementó el número de medios disponibles con coberturas a nivel internacional, nacional, regional y local, sino que las inversiones

realizadas permitieron elevar la calidad técnica de los medios, su alcance y su integración en red para poder transmitir contenidos

creados a su vez por dicha plataforma. Venezuela llego incluso a lanzar un satélite de comunicaciones que permite incrementar el alcance e independencia para la transmisión de contenidos, con lo que se colocó en una posición de vanguardia a nivel mundial.

 

B.- Definir la agenda temática en sus medios  para incidir sobre la agenda pública.

 

A través de la actuación del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información y del partido de gobierno, el manejo integral de los contenidos para todos los medios es una tarea muy bien diseñada de cara a asegurar sinergia entre estos para la difusión de las informaciones que son del interés gubernamental. De esta manera, los espacios informativos responden al enfoque y el “framing” que el gobierno y su partido quiere darle a los asuntos de interés nacional.  Adicionalmente  a esto y como los medios del sistema público no transmiten publicidad comercial, los espacios se dedican fundamentalmente a la propaganda oficial. En el marco del contenido editorial, los medios del estado son utilizados como plataforma para el liderazgo político del partido de gobierno, y en los diversos procesos electorales que Venezuela ha atravesado en los últimos 15 años, el uso de tiempo/aire para el candidato oficial a significado una clara ventaja electoral en medio de las discusiones sobre peculado de uso.

 

El manejo de los contenidos se realiza con lineamientos muy estrictos en cuanto a programación, estilo, propaganda, mensaje y manejo de las transmisiones de eventos oficiales, de hecho, fue precursor el presidente Hugo Chavez en la transmisión del programa maratónico de hasta 8 horas de duración llamado “Aló Presidente” donde él mismo se encargaba de dirigir, moderar y presentar las informaciones de relevancia para el país todos los días Domingo.

 

Así también, y como parte del objetivo de incidir sobre el manejo de la agenda pública, el gobierno nacional haciendo uso de la atribución que la ley le permite para informar asuntos de estado críticos para la nación, hace uso sistemático y reiterado en proporciones no justificables de las “cadenas de radio y televisión”, obligando así a los medios radioeléctricos privados transmitan en simultaneo con la red de medios públicos todo aquel contenido que el gobierno quiere promocionar sobre su gestión. Esta recurrencia es realizada en “prime time” y en múltiples ocasiones en horarios donde se anticipan los eventos públicos de los partidos de oposición que tienen convocatoria mediática.

 

C.- Neutralizar los medios de comunicación adversos al gobierno a través de diversas vías de presión (legal, económica, editorial).

A lo largo de los últimos años el gobierno nacional ha procurado neutralizar la actuación de los medios de comunicación privados que le resultan hostiles por su alto nivel de crítica o porque simpatizan con la oposición otorgándoles tribuna para dirigirse al electorado, en este sentido, tal vez el hito más importante lo constituyó el cierre de Radio Caracas Televisión en el año 2007 cuando el gobierno aludió al vencimiento de la concesión para su no renovación sin mayor justificación, salvo la acusación de haber sido este canal “cómplice” del golpe de estado del año 2002.

 

A esto se le sumó por la vía legal la “Ley de Responsabilidad Social  para Radio y Televisión” (LEY RESORTE), en la que el estado se reserva el derecho de aprobar contenidos, horarios de transmisión, manejo de ciertas informaciones, etc. limitando con esto la posibilidad de los medios a transmitir cierto tipo de noticias en vivo, hacer ciertas coberturas y por obligación de ley tener que dar espacio gratuito a los mensajes de propaganda oficial.

 

Por otra parte y a través del control cambiario es el gobierno quien autoriza la posibilidad de comprar divisas para la importación de insumos esenciales para los medios como el papel periódico  para las imprentas por ejemplo, así como también, siendo el gobierno nacional uno de los anunciantes más importantes a nivel mediático a través de su publicidad oficial y la de todas las empresas del estado, desvió la compra de espacios  a los medios oficiales, disminuyendo a un mínimo la inversión publicitaria de todos sus entes en la prensa libre.

 

Cabe destacar que estas restricciones han hecho inviable la continuidad operativa de varios medios privados cuyas líneas editoriales podrían haberse calificado como “contrarias” o “críticas” al gobierno; frente a los escenarios de presión varios medios muy relevantes como la antigua “Cadena Capriles” y el diario “El Universal”  en medios impresos, así como “Televen” y “Globovisión” en la la TV, optaron por vender a grupos económicos señalados de estar conectados con el gobierno nacional debido a las amenazas, presiones o imposibilidad de llevar adelante el negocio de persistir su linea editorial. Posterior a la venta han sido notorios los cambios en sus líneas editoriales para “balancear” la información del acontecer nacional favoreciendo en su cobertura al gobierno nacional, disminuyendo la crítica y alineándose con la línea de los medios públicos, limitando así sus espacios de noticias y opinión y privilegiando los espacios de entretenimiento.

 

D.-  Limitar el manejo de información proveniente de fuentes públicas a  los medios privados y la exposición pública de opositores

 

El gobierno se reserva la información oficial y a sus voceros para apariciones y declaraciones solo en medios del estado o en lo que podríamos llamar ahora el nuevo mapa de “medios privados aliados”, limitando así el acceso a la información por parte de los medios privados cuya línea editorial resulta contraria a sus intereses.

 

Todas estas acciones se desprenden de la alta polarización de una sociedad  donde los  medios de comunicación privados dominaron la escena informativa y tuvieron un rol fundamental en los procesos políticos y electorales durante la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, es precisamente esa influencia (que benefició de hecho al Hugo Chavez candidato) la que el gobierno pretende neutralizar con el fin de dominar la escena informativa y con el fin de asegurarse los espacios necesarios para la transmisión de sus mensajes y evitar la exposición pública de sus contrincantes políticos. Esto ha originado como resultado un proceso sistemático por parte del gobierno de dominación del espacio mediático con el fin de controlar contenidos, pero más importante, de restar espacios que habiliten la construcción de alternativas políticas en el imaginario colectivo del electorado.

 

Si consideramos que un político para ejercer su función pública depende de sus habilidades de comunicación y relacionamiento, también comprendemos entonces la estrecha vinculación que existe entre la política y los medios de comunicación como la herramienta masificadora del mensaje y que, dependiendo de las habilidades del candidato, podrá “conectar” con el electorado de cara a ser capaz de pintar una visión de la realidad y futuro posible que mueva a la población en una dirección concreta de apoyo hasta llegar al voto. El cercenar los espacios y coartar la posibilidad de exposición  a los opositores supone impedir el derecho del electorado a conocer sus opciones políticas y por tanto contribuye a debilitar la democracia.

 

Por otra parte y como respuesta a esta situación promovida desde el ejecutivo nacional, Venezuela ha registrado un repunte en el uso de las redes sociales y estas han sido utilizadas para “informar” a la oposición venezolana que se ha quedado limitada en espacios para expresar su posición frente a decisiones gubernamentales o simplemente para describir la realidad desde su perspectiva. Las redes han sido epicentro de la protesta pública y ha servido como medio alternativo para poder tener acceso a informaciones que solo a través de la web se pueden obtener, sin embargo, esto permite llegar (a veces de forma un tanto distorsionada y hasta extemporánea) solo a un porcentaje relativamente pequeño de la población que tiene acceso a la red, pues la penetración de internet aun es baja comparativamente hablando con otros países de la región.

 

En conclusión

 

Esta realidad define y caracteriza muy bien lo que supone para la democracia perder los espacios de discusión plural o la ventaja que representan el balance y contrabalance de poseer una diversidad de medios donde el ciudadano tenga la opción de exponerse al contenido que desee, que le permita nutrirse de una oferta plural para tener elementos que le permitan construirse un juicio de valor sobre la realidad que le rodea. En este sentido se identifica con claridad como los talantes autoritarios y hasta dictatoriales se definen por su necesidad de controlar el flujo de información con el fin de condicionar las percepciones de la sociedad en cuanto a su realidad, haciendo así un flaco favor al mantenimiento de una sana democracia.

 

La concentración de medios no facilita la democratización de la cultura política en las sociedades contemporáneas pues los medios permanecen reservados a un espectro limitado de actores sociales con afiliaciones políticas determinadas que condicionan el consumo de información según sus intereses,  cuando es el gobierno quien apunta a una esquema de dominación se inhibe la creación de sistemas de radiodifusión con autonomía editorial y apoyo financiero independiente, se adecuan las leyes para favorecer al estado quien utiliza sus atribuciones para tal fin,  facilitando un monopolio estatal de comunicación que debilita a la sociedad al inhibir el proceso de formación de juicios de valor fundamentados en una visión integral desde las diversas perspectivas que se podría construir a partir de un sistema abierto de información con medios privados y públicos en coexistencia.

 

Sin un sistema de medios equilibrados, los procesos políticos y electorales se ven perjudicados, limitando la libertad que tiene los ciudadanos a tomar decisiones sobre una amplia oferta informativa que les permita crearse un juicio de valor propio sobre su realidad, de tomar las mejores opciones y decisiones según sus intereses, pensamientos y sentimientos.

 

Es así que los gobiernos, partidos y políticos deben procurar comprender que en la dinámica de los medios, hoy cada vez mas “democratizados” con el internet y que a través de la vía digital procuran compensar las limitaciones impuestas al libre ejercicio y transito de la información de los medios tradicionales, son las habilidades, prácticas y estrategias las herramientas que deben ser consideradas para  lidiar en este campo, más que las vías restrictivas que pretenden criminalizar a quienes desde los medios pretenden compartir  información que le resulte disonante a los intereses de la instancia gubernamental.

 

Una sociedad democrática requiere un sistema de medios heterogéneo, plural y libre, donde conviva el régimen privado-competitivo y el público gubernamental haciendo un balance y contrabalance permanente en favor de la sostenibilidad democrática y la buena gobernanza.

 

Vale la pena recordar un pensamiento de Thomas Jefferson cuando dijo… “Si tuviera que decidir si debemos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en preferir lo segundo”.

 

 

Por Thony Da Silva

[1] Maria de los A. Pérez – Monografía

[2] Juan Ignacio García Rodríguez- Director Servicio Electoral de Chile

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