Las estatuas de Maduro

Posted on: mayo 20th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

El tensionamiento de la repolarización en las últimas cinco semanas, ha conducido a que los extremos se apoderen de la escena política y comunicacional. Nada que sea ponderado cautiva la atención de los medios, y los actores políticos tienden a responder a los intereses comunicacionales.

 

 

En el marco antes expresado, la tensión social también se ha exacerbado, colocando a la violencia política en primera fila: el gobierno reprime de manera brutal y la oposición extrema pone de carne de cañón a los jóvenes para enfrentar, en la desigualdad de combatir contra la fuerza de quien posee el monopolio de la fuerza, al Estado. Así la lucha no es de David contra Goliat, sino de tigre contra venado.

 

 

Son cuatro los elementos fundamentales que determinarán el destrabe de este juego:

 

 

Comprender que sólo las manifestaciones no violentas tienen un verdadero resultado. Aquellas que tienen una retaguardia preparada en el momento de la retirada del sector cívico están destinadas al fracaso y a someter a riesgo a vidas inocentes de manera absolutamente innecesaria, porque una cosa es responder instintivamente o tomar medidas de resguardo ante la represión brutal del gobierno y otra es prepararse para la confrontación de manera premeditada.

 

 

Entender que las manifestaciones no violentas, y menos las violentas, lograrán resolver el problema que hoy vive el país si no van acompañadas de acciones tendientes a lograr que sectores institucionales del gobierno den un paso al frente en el restablecimiento del orden constitucional, y eso incluye a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y los Poderes Públicos. Por eso es que el «escrache» (con la legitimidad que pueda tener por la impunidad imperante), no es útil para lograr que funcionarios claves den un paso al frente así como lo dio la Fiscal Luisa Ortega en la reinstitucionalización del país.

 

 

Asumir que sólo el diálogo (transparente, diverso y plural), para negociar cómo garantizaremos que no nos matemos en una confrontación civil estúpida y fratricida y el restablecimiento del orden constitucional, es la única fórmula que tiene plena garantía de resolver el asunto: antes, en medio o después de una guerra civil, y que lo más inteligente es que lo hagamos antes de que suceda senda idiotez.

 

 

 

Aceptar que la resolución de la crisis que vivimos no puede ser resuelta en el marco de la polarización, por lo que los actores despolarizados, despolarizantes y distintos a la polarización asuman su rol protagónico, organizándose para dar frente a lo que demanda un sector de más del 65% de la población, que no se identifica hoy ni con el gobierno-Psuv ni con la oposición-MUD.

 
En estos días he visto con asombro cómo se han derrumbado varias estatuas de Chávez; primero porque no sabía que había tantas estatuas de él, sin duda un error que no lo creo ingenuo, porque quienes las mandaron a hacer y las montaron sabían que eso sucedería, pero no porque exista un desprecio generalizado contra Chávez, recordemos que la última medición hecha pública de su popularidad ronda el 50%, sino porque al final esas estatuas reflejan el uso abusivo de asociar al gobierno de Maduro con Chávez, para al final querer derrumbar la única y verdadera estatua de Chávez (asumiendo por «estatua» un símbolo que merece honores y respeto): la Constitución de 1999. Lo que tumba el pueblo son las estatuas de Maduro, huecas, débiles y de mala calidad, mientras él tumba la única estatua de Chávez reflejada en la dinámica Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al convocar a una Asamblea Nacional Constituyente sin consulta popular para derogarla.

 

 

 

@NicmerEvans
Nicmer Evans
nicmernicolasevans@gmail.com

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a246190.html

Cómo destrabar el juego

Posted on: abril 28th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Los extremistas toman la escena después del fracaso de los moderados por querer hacer una negociación de espaldas a la gente. El «diálogo» como término ha caído en el desprestigio de quienes lo usaron como un papel higiénico en pleno uso, pero no por ello el concepto del diálogo y de la negociación política debe ser desechado; por el contrario, hay que darle el sentido correcto y el que requiere el país, ese «otro diálogo» transparente, que no negociará principios de sus partes pero si negociará el restablecimiento del orden constitucional a cambio de la paz social que requiere nuestro pueblo para trabajar y salir de esta miserable crisis.

 

 

 

Cuando habló de «otro diálogo» me refiero a un intercambio no sólo entre el gobierno y la MUD, sino entre todos los sectores que tengan algo que aportar al país en función del restablecimiento del hilo constitucional, ruptura que fue anunciada por la Fiscal Luisa Ortega Díaz, y que aún hoy persiste como columna vertebral de nuestra realidad. El país hoy no sólo se encuentra expresada en las cúpulas en conflicto, donde la MUD tiene la más grande minoría y el PSUV tiene la segunda más grande minoría, sino en muchas otras expresiones despolarizadas que en conjunto podrían ser reflejo de la verdadera mayoría si asumieran orgánicamente alguna forma de hacerse presente en este terrible conflicto que nos agobia.

 

 

 

 

El rol de los despolarizados, aquellos que comparten la necesidad de salir de la crisis que vivimos, pero no en manos de la dirigencia de la MUD o el PSUV, que no son «NI-NI» sino por el contrario, son el nicho para el nacimiento de un nuevo referente político que supere la ideologización (falsa conciencia) de los problemas que hoy nos agotan y que asumen la salida de la crisis del país parte de la gente, de su realidad, su cotidianidad, su trabajo, de su calidad de vida; es priorizar el debate de un plan de emergencia para la estabilización del país que nos permita regresar en un futuro próximo al ejercicio de la definición del modelo que el país requiere para su desarrollo.

 

 

 

«Otro diálogo»» mediado y facilitado por venezolanos con la moral y la ética necesaria para facilitar un proceso que parta del restablecimiento del hilo constitucional, que implica el desarrollo inmediato de las elecciones pendiente, pero con unas condiciones realmente democráticas, representativas y fundamentalmente participativas, donde todas las expresiones políticas puedan hacer presencia, sean la mayoría o la minoría que sean, y un cronograma electoral transparente que incluya las presidenciales, que permita la estabilización de la vida electoral y democrática del país; serían los primeros pasos a dar de este sector de los despolarizados, en interpelación a las cúpulas polarizadas, pero comprendiendo que por ahora es inevitable entender que junto a ellos deberá llegar se acuerdo para así emprender un camino alterno al de la construcción de las condiciones para una guerra civil que sólo los miserables pueden desear.

 

 

Nicmer Evans

 

La propuesta: Constitución violada y guerra civil

Posted on: abril 26th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

A lo largo de todos mis análisis como profesional de las Ciencias Políticas y de la Psicología Social, jamás había utilizado la categoría «guerra civil» para describir un escenario político y social en Venezuela, ciertamente cosa distinta a cuando he tenido que formular análisis descriptivos de Colombia.

 

 

 

Pero hoy es distinto. Lo que vivimos en Venezuela hoy no tiene parangón con ninguna situación anterior de nuestra historia, y para hacerlo breve y mostrar el foco central de la fotografía, estamos en medio de un autogolpe constitucional infringido por el gobierno del presidente Maduro, a través de dos sentencias absolutamente viciadas del TSJ (155 y 156) con una corrección parcial de quien no puede equivocarse nunca, como lo es la Sala Constitucional, y una ruptura del hilo constitucional tal como lo expresara la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, además ratificada recientemente cuando el 25 de abril de 2017 denuncia una nueva transgresión a la Constitución, al ser violado el debido proceso consagrado en el artículo 337 de LCRBV en las detenciones efectuadas por el gobierno en las más recientes manifestaciones.

 

 

 

Todo esto sucede en el marco de una serie de acciones de protestas que se generaron como consecuencia del primer pronunciamiento de La Fiscal que la MUD (muy cómoda reactualizando las nóminas de algunos de los partidos en casi un «festín democrático») no podía evadir, viéndose forzados por la gente a tener que salir de una aparente «situación de confort negociado» por un sector de ellos junto a un sector del gobierno.

 

 

 

Lo grave de todo esto, es que tanto el gobierno como la oposición pasaron de un estado de confort parcialmente negociado por sectores de ellos, a ser conducidos por los extremistas violentos de cada bando. Por un lado mercenarios progubernamentales (erróneamente llamados colectivos, que no lo son) convirtiéndose en el brazo armado del stalinismo facineroso con el amparo de un sector de la Fuerza Armada Bolivariana, y por el otro lado unos guarimberos encapuchados financiados desde grupos facinerosos miameros (por lo menos), que empiezan a apertrecharse de armamento para la confrontación con el gobierno y los mercenarios. Esto, sin duda alguna, es un claro escenario de confrontación civil que puede claramente derivar en una guerra civil si seguimos alimentando el odio, la exclusión, la descalificación, el desprecio y la ofensa desmedida desde los actores políticos polarizados.

 

 

 

Es por ello que las palabras de la Fiscal: «La paz no se decreta» sino que se logra pregonando con el ejemplo, sin duda es la mejor referencia que se le puede endilgar a la conducción política de los dos bandos que hoy son minorías en cuanto al contraste de movilización versus desmovilización. El 99% del país no se siente convocado por ninguno de los dos bandos por miedo, por desconfianza o porque prefiere insistir en sobrevivir ante tan inmensa crisis económica en la cual nos encontramos. Respeto a los que ejercen su derecho de protesta polarizada, pero ustedes también tiene que respetar a quienes hemos decidido no movilizarnos con ustedes.

 

 

 

Por último, la propuesta: Es imprescindible comprender que por más que no queramos esto se resuelve con diálogo, pero transparente y con negociación pública, y no entre el PSUV y la MUD solamente, sino entre todos, incluyendo a aquellos que no quieren marcha o no se identifican con las formas de protesta, que insisto, son la mayoría, y a los números en la calle me remito como prueba irrefutable: 300.000 personas entre el PSUV y la MUD, vs 29.700.000 que no salen porque no se sienten convocados. «Otro diálogo», ese otro diálogo incluyente, lleno de voluntad política, donde antepongamos al país antes que nuestros intereses sectoriales, con ideas y proyectos pero sin falsa conciencia (ideología), demos un paso al frente: yo lo doy.

 
Nícmer Evans

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a244811.html

Blog de Nicmer Evans

¿Cuál es la parte del diálogo que no se comprende?

Posted on: enero 28th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Lo advertimos al principio de la develación de espacios de negociación, que se han gestado desde inicios de 2015: el diálogo fracasará si no supera la etapa de la polarización y no se comprende que en Venezuela somos más de dos.

 

 

 

El centro fundamental del diálogo hoy no es el referendo revocatorio ni la libertad de los “presos políticos” (reconocidos por el gobierno al firmar “El pacto del Meliá”), que, aunque hechos necesarios, al final no representan la prioridad de la gente que clama por superar la escasez de alimentos y medicamentos y, sobre todo, que los salarios sirvan para poder vivir dignamente, cosa que no pasa desde hace ya algunos años.

 

 

 

Pero el diálogo que convoca la MUD es para salir de Maduro, y el del gobierno es para ganar tiempo para mantener a Maduro como sea, y por fuera queda la gente con sus padecimientos y su realidad concreta.

 

 

 

Un diálogo polarizado, y sostenido por un sistema electoral que mantiene dicha polarización de manera impuesta, no dejará de pasar factura tarde o temprano a una oposición que cada día más genera mayor desconfianza y se desprestigia con sus acciones, y un gobierno que ya no puede perder más popularidad porque la estructura rentista aún soporta 15% de piso para la dependencia y el clientelismo.

 

 

 

Hoy la gente vive un sistema de temor y de terror por la pérdida de las conquistas obtenidas, y el gobierno opera en el marco de la amenaza permanente, y en una política de desmontaje sistemático y solapado, que en próximos escritos iremos denunciando con elementos probatorios irrefutables, gracias a datos desarrollados por Visor 360 Consultores y su estudio más reciente. Mientras tanto, la oposición expresada en la MUD muestra con resignación la impotencia de no haber podido ser gobierno durante 18 años, extraviada y sin vocación de poder, que genera la absoluta desconfianza ganada después de haber obtenido el triunfo de diciembre de 2015, sin que eso se tradujera en algún cambio real.

 

 

 

Al final, será inevitable, o emerge una alternativa o la paren las fuerzas vivas en movilización y lucha, y esto podemos decir que está escrito en piedra, mientras el diálogo, tal como se ha manejado, incluyendo al Vaticano, a quien advertimos con tiempo sobre lo que pasaría, está escrito en arena.

 

Nicmer Evans

 

@NicmerEvans

 

¿Qué hacer en 2017?

Posted on: enero 7th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

Escasez, colas, salarios miserables, hambre, mengua por medicamentos, un gobierno indolente y mentiroso, un pueblo traicionado, una dirigencia opositora tradicionalmente vetusta e incapaz, un pueblo pidiendo cambios urgentes, presión social acelerada, conflictividad a flor de piel y un pueblo noble exigiendo más y mejor democracia; nuevo, eficaz y eficiente gobierno. Ese fue el año 2016 en 50 palabras.

 

 

 

Pero, ante la fotografía que todos conocemos, ¿qué podemos y qué debemos hacer en 2017?

 

 

Algunos jugaron adelantado y de manera muy mal elaborada; en sacrificio de vidas humanas intentaron en 2014 subvertir el orden sin la fuerza popular real movilizada por las fuerzas vivas, sino por un partido político muy débil y caracterizado por el manejo de una violencia irracional promoviendo la mal llamada “salida”.

 

 

 

En 2016 fue el verdadero descontento el que movilizó a las masas, sin conducción política y sin una conciencia de lucha que lleve a la organización, fueron por miles las protestas, movilizaciones e incluso saqueos hijos de la impotencia de un país en incertidumbre, desconcertado y sin orientación.

 

 

 

En 2017 esto debe cambiar. Los sectores sociales, encabezados por el sector estudiantil, de la mano de los trabajadores, deberán estar a la vanguardia de las movilizaciones sociales si realmente queremos un cambio de rumbo en el país que nos incluya a todos. Los partidos políticos tradicionales deberán pasar a la retaguardia, han demostrado ser incapaces hoy de reinterpretar la realidad del país, y nuevos factores políticos deberán emerger desplazando los liderazgos anquilosados del gobierno y de la oposición: Un nuevo referente político democrático, plural y diverso deberá nacer, y liderazgos jóvenes y con algo de experiencia deberán empezar a asumir posiciones y funciones de conducción política democrática.

 

 

 

La presión social de las fuerzas vivas organizadas, como una marea que depura las aguas, debe ser constante y no desfallecer, para así lograr levantar banderas comunes que movilicen sin siglas ni colores diferenciales a todos por igual en torno a:

 

 

La necesidad de enfrentar y derrotar la impunidad jurídica e institucional, convocando a una gran auditoría pública y ciudadana que le ponga nombres y rostros a los que desfalcaron más de 475.000 millones de dólares en los últimos 16 años, estén en el bando que se encuentren y tengan el apellido que tengan. Justicia sin venganza ni odio, solo justicia.

 

 
Desarrollar una auditoría, tiempo de gracia y refinanciamiento de la deuda externa que hoy se paga con el hambre y la muerte de venezolanos, que no tienen medicinas ni sueldos dignos.

 

 
Implementar la unificación de los tipos de cambio que solo beneficia a una élite, y publicación de la lista de esas empresas hasta ahora beneficiadas con el tipo de cambio a 10 bolívares, para que rindan cuenta.

 

 
Cumplir con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 91 en cuanto a la fijación del salario mínimo con base en la canasta básica mensual.

 

 
La definición de una nueva política pública agraria que garantice el abastecimiento de los productos básicos de nuestra alimentación, sustituyendo de manera paulatina pero definitiva el insostenible volumen de importación de alimentos.

 

 
Detener la inflación a partir del estímulo de la producción nacional diversificada y el cese de emisión de más deuda en bonos.

 

 
Implementar un plan impositivo y fiscal que logre de manera eficiente y eficaz que quienes más ganan más paguen, estimulando el pago a través de la mejora de los servicios públicos que garanticen una mejor y mayor producción nacional y calidad de vida de los venezolanos.

 

 
Colocando así a las fuerzas vivas en la capacidad de ser el factor determinante para el logro de todos estos objetivos a través de: la salida democrática y soberana del actual gobierno, por ser incapaz de desarrollar alguno de los anteriores puntos, colocándose de espaldas al pueblo al ser antidemocrático, autoritario e inmoral.

 

 

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

 

 

Nicmer Evans

@NicmerEvans

El desastre de la MUD y la AN 2016

Posted on: diciembre 18th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

Después de la contundente victoria de la MUD el 6 de diciembre de 2015, producto del descontento abrumador del pueblo venezolano, decepcionado y traicionado por el gobierno de Maduro, hubo altas expectativas que se crearon producto de la campaña electoral que iba desde la dolarización del salario (propuesta demagógica y populista del ahora diputado Guanipa), hasta la finalización de las colas, tal como lo ofreció Primero Justicia en sus cuñas de radio.

 

 

 

Pero sin duda el centro de la campaña, de la victoria y del inicio de gestión desde la AN giró en torno a la gran promesa de salir de Maduro y del Psuv. Eso condujo a la primera y flamante acción del novel presidente de la AN de desmontar las imágenes de Bolívar y de Chávez del Palacio Legislativo, cosa que fue manejada tan inapropiadamente que generó mucho rechazo de propios y extraños.

 

 

 

Lo demás es historia: 1. El juramento de salida de Maduro en 6 meses, 2. La incorporación de los diputados impugnados de Amazonas, 3. La entrada en desacato de la AN y 4. El decreto de emergencia avalado por el TSJ, sólo fue el principio de la anulación de facto de las funciones de la AN. La respuesta fue: desde la enmienda hasta el Referendo Revocatorio, para al final capitular el último y mal trecho recurso del Referendo Revocatorio en un diálogo que ha sido un teatro que oculta la verdadera negociación de sectores de las cúpulas; 1. Maduro hasta el 2019 y 2. Aplicación del paquete económico antipopular barnizado de rojo por lo menos en un 50%. Qué gana un sector de la oposición: No tener que pasar el paquete completo y tener por ello, que salir en menos de seis meses del poder.

 

 

 

En ese trayecto la dirección política de la MUD perdió la confianza de las mayorías, que esperaron con fe una movilización del 1ro de septiembre que desbordó las calles, pero la respuesta fue la ausencia de direccionamiento de la masa movilizada en protesta.

 

 

 

Hoy la dirección política de la MUD fenece ante la desconfianza e incredulidad de la gente de que puedan siquiera hacerse respetar como institución. Al mantener el desacato, sigue dándole la excusa al gobierno para aplastar sus acciones con el superTSJ, una especie de supragobierno madurista, mientras la MUD sigue proponiendo cosas inviables, habiendo abandonando la única y verdadera carta democrática de un sector con trayectoria desestabilizadora y golpista: el Referendo Revocatorio.

 

 

 

Hoy la decepción desmoviliza a un sector, pero también hace que otro se active en la construcción de un referente político distinto. El 2017 podría ser el año del reacomodo y surgimiento de nuevos actores en la escena política del país, aunque lamentablemente nosotros, el pueblo, estaremos pagando las consecuencias de negociaciones, diálogos, y pactos que el tiempo irá terminado de develar.

 

 

@NicmerEvans

Fuente: http://www.aporrea.org/oposicion/a238642.html

Cariaco, Barlovento, DD HH, OLP y Maduro

Posted on: diciembre 2nd, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 
Las masacres de Cariaco y Barlovento, sumados a tantos actos de violación de derechos humanos (DD HH), políticos y económicos, pone en evidencia que el gobierno está perdiendo la batalla por el control del ejercicio del poder y el monopolio de las armas.

 

 

 

Existen varias vertientes sobre quiénes son aquellos con la capacidad de violar los DD HH, pero de lo que si no hay duda es de que cuando funcionarios del Estado utilizan sus armas y poder para violar los derechos al debido proceso y el derecho fundamental de la vida, estamos ante un acto flagrante de violación de los derechos humanos.

 

 

 

Los gobiernos con responsabilidad en la violación de DD HH, en favor de ellos, por lo general tratan de hacer énfasis en la responsabilidad individual de los funcionarios que abusan de su poder, pero cuando este abuso se hace en el marco de una política como la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP), aun cuando no haya sido una instrucción de un superior, termina siendo parte de una política de gobierno porque es en el marco de ella que se ampara la acción, y eso quiere decir que la política deja espacios abiertos para que esto pase, y si es de manera reiterada, es evidente su complicidad.

 

 

 

Desde el asesinato sistemático de más de 350 campesinos con complicidad de funcionarios de la Guardia Nacional, denunciados por el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora, hasta los casos de Cariaco y Barlovento con aproximadamente 21 muertos en menos de un mes con responsabilidad directa de soldados del Ejército y de la Guardia Nacional, pasando por la desaparición de Alcedo Mora en Mérida por denunciar corrupción en Pdvsa, sin contar con los presos políticos opositores, reconocidos por el propio gobierno cuando actúa como un captor que libera a los secuestrados cuando le da la gana, y la violación flagrante de procesos judiciales en los casos de Numa Rojas (Maturín), Rodríguez León (Coro, ya en libertad condicional) y José Ramón López (Caroní), políticos y exalcaldes del chavismo, el gobierno de Maduro pareciera tener muchas cosas que explicar.

 

 

 

Pero hoy son jóvenes pescadores y campesinos las víctimas de acciones, en el marco de una política que nada tiene que ver con valores del socialismo democrático, y que aún menos tiene que ver con la doctrina de Hugo Chávez en esa materia.

 

 

 

En nombre de la inseguridad, y bajo condiciones de miseria salarial, militares asumen la seguridad ciudadana y ocurre lo que se dijo que pasaría: no se reduce la inseguridad y se incrementa la violación de DD HH de los pendejos, que terminamos pagando las incoherencias de políticas públicas de espaldas al pueblo que exige respeto a su dignidad.

 

 

 

Nicmer Evans

 

El vacío de la MUD

Posted on: noviembre 11th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

Un gobierno indolente como el conducido por el presidente Maduro, solo puede mantenerse en el poder por dos razones: 1.- porque lo subestiman, y la realidad es que lo único que sabe hacer bien es preservarse en el poder, y 2.- porque la oposición es sin duda peor que el gobierno.

 

 

 

La MUD hasta ahora lo único que ha demostrado es constancia, pero en cuanto a la conducción política, liderazgo y estrategia, simplemente es mediocre, podríamos decir que merece el gobierno que tiene. Pero la otra realidad es que el desprecio que hoy genera el gobierno concentra toda la atención y expectativa en la única alternativa medible (como consecuencia del sistema electoral), y por ello la MUD es la única tarjeta que hoy capitaliza el descontento.

 

 

 

En política no existen vacíos ni ausencias, el que no está no hace falta aunque lo recuerden, y todos los espacios están copados por quienes están, no hay espacio que espere ser llenado por quien no ocupa el mismo. Esto lo menciono porque la otra realidad es que hoy el espacio que debería dejar la pésima conducción política del PSUV y de la MUD no es llenado por otra forma de organización porque no tiene aún la capacidad de llenar esos espacios, y mientras no pueda, como dice la canción popular de Los Amigos Invisibles: “Esto es lo que hay”.

 

 

 

Sin embargo, esto que expreso no tiene de ninguna manera la intención de generar conformismo, por el contrario, la idea es convocar a una mayor activación de todos esos factores que en suma, aunque fraccionados, representan más del 50% del país, y desde la izquierda, representan la esperanza de que Maduro no acabe con todo el capital político acumulado en los años de gobierno de Chávez, aunque con un saco de errores que, o son enmendados y corregidos, o terminará sepultado cualquier esperanza de un proyecto progresista en el país.

 

 

 

Que del descontento, la rabia e indignación surja una alternativa política que se diferencie de los actuales polos políticos, depende en mucho la posibilidad real de que salgamos de esta crisis que nos agobia a todos los que intentamos vivir de nuestro trabajo, pero solo con un sentido de amplitud, con tolerancia y respeto a las diferencias, además de voluntad política de sumar entre distintos para lograr el acuerdo de puntos mínimos en común, depende el destrabe de esta, la peor crisis de la vida republicana venezolana.

 

 

 

Es por ello que es urgente llenar el vacío que va dejando la MUD, y también el que está dejando el PSUV, pero no por más de lo mismo, sino por una concepción política distinta, que se base en la ética como epicentro estratégico para la superación estructural de la crisis.

 

 

Nicmer Evans

La trampa del diálogo polarizado y polarizante

Posted on: noviembre 3rd, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 
Sería absurdo no estar de acuerdo con el diálogo que está siendo mediado por el Vaticano en Venezuela para evitar que los niveles de conflicto se colombianicen, eso está muy bien, pero el problema hoy no es el qué, sobre lo que más del 90% está de acuerdo, el asunto es el cómo.

 

 

 

Lo hemos venido advirtiendo desde hace tres años, la posibilidad de un diálogo eficiente, que avance en acuerdos que logren destrabar la crisis económica, política y social del país, debe partir del principio de que la polarización le hace hoy un tremendo daño al país, ya que no representa a la mayoría de la población que cada vez más no se siente identificada ni en la cúpula del PSUV (gobierno) ni de la MUD, aun cuando el sistema electoral venezolano entrampa a los ciudadanos a tener que optar por uno u otro polo como consecuencia de una racional “economía del voto”, tal como sucedió el 6 de diciembre de 2015.

 

 

 

Hoy el sistema electoral venezolano, e incluso el Poder Electoral, no es reflejo de la realidad política venezolana mucho más diversa y democrática que su sistema electoral polarizado y polarizante.

 

 

 

Es por ello que cualquier intento por desarrollar un diálogo que conduzca a resoluciones concretas debe involucrar a los actores políticos, económicos y sociales que tienen propuestas puntuales para salir de la crisis y no solo aquellos que pugnan por controlar la renta petrolera, ya bastante escasa. Mientras esto no pase, el bajo nivel de representatividad destinará este gran esfuerzo al fracaso.

 

 

 

Pero aun más importante, si las negociaciones excluyen la legitimación de las mayorías, como hasta ahora ha ocurrido, dejando de lado al referendo revocatorio, solo para adelantar un pacto del “borrón y cuenta nueva”, en el marco de la componenda polarizante de que todo lo que esté por fuera de ella quede convertida en “polvo cósmico y arena playa”, no tendremos ninguna duda en confrontar y evitar que tal cosa se dé, ya que una acción como esta estaría atentando en contra de la Constitución y de los principios democráticos y participativos que la acompañan.

 

 

Nicmer Evans

Lo que pasa mientras pactan y lo que podemos hacer

Posted on: septiembre 29th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

Algunos hemos denunciado que existe la construcción de un pacto entre sectores del entorno del gobierno y una parte de la MUD, imponiendo lo secreto sobre lo privado, para seguir la conducción del país de espaldas a las mayorías y, definitivamente, negando la democracia en nombre de la paz, que al final termina siendo la excusa para hacerlo a favor de sus intereses económicos.

 

 

 

También hemos dicho que el problema no es el diálogo o la negociación, sino el engaño, la mentira y el menosprecio a la mayoría del país, y que el problema fundamental, mientras pactan, es que un sector cada vez más vulnerable, que está en franco incremento, ya no solo hace colas o no encuentra medicinas, sino que entra en el ámbito de la indigencia y se alimenta de los restos de comida que desechan otros; y al sector mayoritario, el trabajador, hoy le es imposible vivir dignamente de su empleo y cada vez más depende de dádivas que pretenden que cobren con sumisión.

 

 

 

Mientras ellos pactan la indignación se incrementa, pero la manipulación también, y gana espacio la antipolítica desmovilizadora ante la necesidad imperante de sobrevivir. En ese escenario, los que terminan victoriosos son el poder y el autoritarismo, a menos que suceda un fenómeno extraordinario que rompa la escena y la obra desemboque en un final distinto.

 

 

 

Lo que no debemos hacer hoy es desesperarnos, sino ocuparnos de evitar que un pacto a espaldas de la democracia se junte con la voluntad autoritaria y termine secuestrando la fuerza del poder popular, que en el marco de otra lógica ya debería haberse pronunciado.

 

 

 

Sin embargo, es importante que nadie desde una posición cómoda pretenda conducir el giro que esto debe dar. Tampoco se debe permitir que falsos mesías nos vengan a ofrecer espejitos por oro. Y lo último, pero aún más determinante, es que nunca debemos perder de vista que si la vía de destrabe de la crisis se sale del cauce democrático, todo lo demás estará destinado al fracaso.

 

 

 

Mientras todo esto pasa, lo que queda por ahora es organizarnos y seguir avanzando para evitar que el dinero del país se siga fugando de los destinos necesarios para el bien común, y eso solo se logra con la denuncia. Debemos sumar fuerzas dialogando entre iguales y debatiendo entre diferentes, con el respeto que implica tratar de ponernos de acuerdo, de manera transparente, en un mínimo de puntos en común para salir de este atolladero.

 

 

 

Si las cúpulas polarizadas pretenden arrebatarnos los sueños, pueden tener por seguro que no volverán a dormir en paz.

 

 

Nicmer Evans