Se acabó el pan

Posted on: marzo 14th, 2017 by Maria Andrea No Comments

 

“Le digo a Dios con humildad. Dios Santo. Tú sabes de mi humildad. El único que puede llegar a la meta de 3 millones y más viviendas es Nicolás Maduro Moros, más nadie lo haría”. Eso lo dice este señor Maduro Moros en una cuña que transmiten con insistencia en TVES. En primer lugar, alguien que le hable a Dios es cualquier cosa menos humilde. Mira Dios, aquí entre tú y yo, el único que puede etcétera, etcétera… ¿Cómo se toma en serio a alguien que suelta semejante fanfarronería? Es difícil.

 

 

 

Ayer se cumplió el primer aniversario de los CLAP. El mismo Maduro Moros dijo: “Ya Venezuela está preparada en las condiciones en que estamos para que, si el petróleo cae a 20, Venezuela va a seguir avanzando en la recuperación económica, productiva, distributiva, gracias al milagro de los CLAP, gracias a eso estamos preparados”.

 

 

 

¿Qué son los CLAP? Ayer Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, los definió así: “Hoy los CLAP cumplen un año y representan el fracaso de las políticas de este gobierno en materia de alimentación. En los CLAP hay corrupción en la compra de productos importados con dólares a 10 bolívares, en el transporte de los mismos, en su distribución y luego en la reventa. No son una solución al hambre, son un instrumento para el enriquecimiento de pocos dentro del oficialismo. Es injustificable que después de la gran cantidad de recursos que ha entrado por concepto petrolero el plan de alimentación nacional sea una bolsa de comida. La escasez es de 90%, el índice de desnutrición ha subido y hay niños muriendo por eso en todo el país. Y la inflación es la más alta del mundo. Los CLAP fracasaron, pero siguen ahí para enriquecer a unos corruptos y someter a los venezolanos”.

 

 

 

Recordemos que, cuando se habla de los CLAP, todos los productos que contienen las bolsas o cajas son mexicanos. De manera que en México están todos muy contentos porque Nicolás Maduro está favoreciendo a la industria mexicana en lugar de la venezolana. Y hablando de industrias venezolanas, hoy El Nacional publica: “8.000 industrias cerraron en 18 años de gobierno de Chávez y Maduro”. Según Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, la economía la maneja gente incompetente para el nivel de responsabilidad que tienen”. Le agregaría al calificativo incompetente el de gente extremadamente corrupta.

 

 

 

Volviendo a los CLAP, cuando Borges habla del enriquecimiento de unos cuantos enchufados, recordemos a Samark López Bello –el supuesto testaferro de Tareck El Aissami, según el Departamento del Tesoro– quien, con dólares preferenciales, tiene el negocio redondo y milmillonario de armar los paquetes CLAP.

 

 

 

Maduro tiene una idea muy peculiar del ejercicio de gobierno: para él gobernar es guerrear, y ayer decretó una nueva guerra: la guerra del pan. ¡Vaya una épica, ni Leonidas en el paso de las Termópilas! Titula Notitarde, en Valencia: “Expropiarán las panaderías que incumplan regulaciones. Para la guerra del pan, el Ejecutivo presentó una táctica: expropiará los establecimientos que comercialicen este rubro porque incumplen con la regulación”. El Nacional: “Panaderías deberán usar 90% de la harina para canilla y pan francés”. “Vamos con todo para neutralizar a las mafias. ¡Que se acabe la guerra contra el pueblo!”. Ahora el panadero es un mafioso, según Maduro.

 

 

 

Recordemos, han impuesto un precio para las canillas que es sencillamente inviable para los panaderos. Con esos precios las panaderías van a la quiebra. Por ello, para que el negocio pueda seguir medianamente en pie, los panaderos se las arreglan produciendo otros tipos de pan que están fuera de la regulación. Pero Maduro ve eso como una guerra al pueblo, como una acción mafiosa, y no se le ha ocurrido otra que convertir en panadero a su vicepresidente. Tareck El Aissami, pues, es quien lleva la voz cantante. El Nacional le reseña: “El Aissami advirtió que 709 panaderías deberán producir desde las 7:00 am. Al final de la jornada tendrá que quedar producto para el siguiente día. Indicó que no podrán tener más de 300 sacos de harina en depósitos para atender la demanda mensual y que no se podrá regular la venta a los consumidores. Señaló asimismo que estará prohibido el préstamo de materia prima entre panaderías”.

 

 

 

Después de este tipo de declaraciones y bravuconadas, anótelo, el pan, y no solo el de piquito, se acabará definitivamente.

 

 

 

 

Cèsar Miguel rondon

 

 

Por Confirmado: Francys Garcìa

Efemérides

Posted on: marzo 7th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

El  5 de marzo, Raúl Fuentes publicó un extraordinario artículo en El Nacional: “Un año más sin ti”. Comenzaba Fuentes recordando algunas efemérides de la fecha. Ayer, por ejemplo, se celebró el Día Mundial de la Eficiencia Energética. A principios de la era democrática se celebraba el 5 de marzo como el Día del Campesino, ya que en 1960 Rómulo Betancourt promulgó la Ley de Reforma Agraria (la conmemoración fue oficializada en 1970 por Rafael Caldera). También se solía celebrar que el 5 de marzo de 1911 había nacido en Carúpano Wolfgang Larrazábal, el joven contralmirante que, tras la caída de Marcos Pérez Jiménez, presidió la junta gubernamental de transición hacia la democracia.

 

 

 

Otra importante efemérides de ayer: Fe y Alegría cumplió 62 años, y este aniversario se celebró, según destaca El Nacional, con una gran preocupación: la deserción escolar. Fe y Alegría ha perdido 2.000 alumnos en un año, de ahí el nuevo lema “Ni uno menos”. Noely Aguilar, directora de la red, asegura que la mayor deserción es la de  adolescentes entre 13 y 16 años, que salen para buscar trabajo. Además, de la planta de 10.000 profesores, 20% renunció.

 

 

 

Tenemos instituciones educativas que, desde el kínder hasta la universidad, se van quedando como cascarones vacíos, sin alumnos y sin docentes. En el caso de Fe y Alegría, cuando reparamos en que los alumnos se retiran porque tienen que ir a trabajar, hablamos de que están obligados a contribuir urgentemente con el sustento de la familia. En la misma primera página El Nacional informa hoy: “Alimentos y servicios cuestan 104 veces más que hace 5 años. En Enero de 2012 una familia necesitaba Bs 7.970,85 para cubrir la canasta básica. Ahora se requieren Bs 832.259,95, de acuerdo con la medición mensual que hace el Cendas”. Es decir, en la familia todos, absolutamente todos sin importar la edad ni su condición física, tienen que salir a trabajar para garantizar la subsistencia del grupo. Aunque no es trabajar propiamente, sino rasguñar aquí y allá para obtener algún dinero siempre escaso que permita una mínima alimentación.

 

 

 

Ayer, también, se cumplió un año de la masacre de Tumeremo, condenable masacre criminal en la que, como suele ocurrir en esta Venezuela socialista, la justicia poco ha reinado. Y también se cumplieron cuatro años de la llamada “siembra” de Hugo Chávez. Ayer una caricatura de EDO lo resumía todo: “A cuatro años de tu partida nos queda un inmenso vacío”. Lo decía un hombre en un supermercado ante el desolador paisaje de todos los anaqueles vacíos. El desierto, pues, en que se nos ha convertido la vida.

 

 

 

Pero Hugo Chávez no solo nos dejó un país vacío –vacío de salud, de alimentos, de bienes, de seguridad, de educación, de porvenir, de valores, de esperanzas–. Por vía contraria también nos dejó un país lleno de injusticia y de muerte; un país desbordado de delitos, de delincuentes, de corruptos y de miserables. Ese es su legado.

 

 

 

César Miguel Rondón

 

@cmrondon

 

La realidad… y la realidad

Posted on: marzo 3rd, 2017 by Maria Andrea No Comments

Según el Cendas, alimentos y artículos de higiene personal elevaron la canasta básica a 832.253 bolívares. Esto representa un salto de 11,9% de diciembre a enero. La diferencia entre los precios controlados y los del mercado fue de 4.344%. El costo de un almuerzo para un trabajador promedio es de 3.650 bolívares. Mientras que el bono de alimentación fue de 2.124 bolívares diarios. Así, pues, difícilmente se puede vivir. Por ello se entiende la sensata frase de monseñor Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, quien, al comienzo de la Cuaresma, tiempo del ayuno cristiano, afirmó: “No se puede ayunar en un país donde se pasa hambre”. El obispo ve la realidad, la asume y enfrenta. El régimen hace exactamente lo contrario.

 

 

 

El régimen supone que el país está en total normalidad. Cuando abordan el tema de los carnavales, por ejemplo, asumen que en Venezuela la vida es tan normal que la gente se fue de vacaciones sin mayor inconveniente. Así hoy El Universal titula: “Estiman que en asueto de Carnaval viajaron 8,5 millones de personas”. Según las cuentas del general Néstor Reverol, ministro del Interior Justicia y Paz; quien, además, afirma que hubo un repunte de 1,2 millones de temporadistas. Y, exclama orgulloso, bajaron los accidentes. La verdad sea dicha, general, bajaron los accidentes porque no salió la gente.

 

 

 

Reparemos en otros diarios. Nueva Prensa en Ciudad Guayana, donde el  general Rangel Gómez gastó un dineral promocionando sus carnavales: “Carnavales exitosos”. El Aragüeño de Maracay: “Más de 50.000 personas visitaron Aragua en Carnaval”. Pero El Sol de Margarita, en la isla que representa nuestro mayor polo turístico: “Flujo de visitantes se redujo en 90%, según el Colegio de Profesionales de Turismo en Nueva Esparta”. Es fácil sospechar que El Sol de Margarita debe estar más cerca de la verdad.

 

 

 

Luis Carlos Díaz nos da esta cuenta: en febrero del año pasado, en el estado Sucre, un pescado a la orilla de la playa costaba 1.500 bolívares. Y al mes de febrero de este 2017 –apenas un año después y también a la orilla del mar– un plato de pescado frito y ensalada se ubica entre los 10.000 y 13.000 bolívares en playa Pepe, Barcelona. ¡Menuda diferencia!

 

 

 

Un régimen, en definitiva, trata de imponer una realidad que no existe a un país que padece otra realidad cotidianamente.

 

 

 

Ayer nos ocupamos de los temores del régimen, de las directrices que Maduro le ha dado al PSUV para evitar, entre otras, que los saquen del poder y evitar también el muy temido y, por lo visto, cada vez más probable estallido social. En ese orden de ideas, Cronica.uno reseña hoy: “El gobierno gastará casi 14.000 millones de bolívares en inteligencia en 2017. Expertos y activistas se muestran preocupados por la enorme cifra que recibirán tanto el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional como la Dirección de Contrainteligencia Nacional.” Y nos recuerdan una reveladora frase de Maduro: “El camino de la revolución pacífica y democrática está vulnerado, está amenazado”.

 

 

 

Esta última realidad referida por el presidente es muy distinta a la del Carnaval feliz que trata de imponer su régimen. Hay, pues, dos realidades, dos discursos en las confusas bocas del alto poder. Y lo evidente es que más de uno en Miraflores está viendo las cosas, como se decía en mi infancia, color de hormiga. Color además de feo, peligroso.

 

 

 

Cesar Miguel Rondon

 

 

 

¿Cuántos países caben en Venezuela?

Posted on: febrero 22nd, 2017 by Maria Andrea No Comments

 

 

 

¿Cuántos países caben en la Venezuela de hoy? Le doy un mosaico de opciones, usted sabrá cuál escoger. Para El Universal y Últimas Noticias, Venezuela es país normal, sin problemas. El Universal: “182 mil funcionarios serán desplegados en el operativo de carnaval”. Últimas Noticias: “Casi 3 millones se pirarán en carnaval”. Es decir, el país está bien y la gente, con su vida cotidiana resuelta, se ocupa de vacacionar; como cualquier país del mundo donde la vida de los ciudadanos discurre sin sobresaltos, apacible.

 

 

 

Pero hay otro país: “El bono de alimentación representa el 73% del salario integral”, según Crónica.uno. “Los incrementos de sueldos y bonificaciones no logran compensar la aceleración de los precios, y los ingresos se quedan cortos. Ya la Encuesta Encovi reveló que en 93 % de los hogares la plata no da para adquirir los alimentos”. En El Nacional: “El nuevo cesta ticket trae pérdida de puestos de trabajo y el cierre de las empresas. Se ahonda la crisis económica. Entre el sector público y el sector privado deben erogar mensualmente 1.036 billones de bolívares, según calcula Asdrúbal Oliveros”. Este dinero no lo tiene nadie. 2001: “El papaticket distorsionado agravará la crisis económica”. Pero ese no es el gran titular. Hoy 2001 abre su portada con: “Cinco muertos por consumir yuca amarga. Cuatro miembros de una familia y una vecina se intoxicaron con tres kilos del tubérculo comprados en puestos de Catia, pues no tenían más nada que comer, según los parientes”. Esta información la acompaña este titular: “Siete niños cardiópatas fallecieron a la espera de cirugía”.

 

 

 

Otros titulares de hoy hablan de otros tipos de país. El Estímulo.com: “Finalizó la pelea por la presidencia de la máxima corte del país. Según fuentes del alto tribunal la disputa entre Gladys Gutiérrez (Presidente de la Sala Constitucional) y Mikel Moreno (Presidente de la Sala Penal) terminó ayer cuando la mayoría de los jueces decidió apoyar a Moreno y el próximo viernes la sala plena designará entonces al ex Disip como cabeza del sistema de justicia venezolano”. El Estimulo no solo lo califica como ex disip, sino que ilustra la nota con la foto de la reseña policial que le hizo la PTJ a finales de los años 80, cuando Moreno fue acusado de homicidio en Ciudad Bolívar. Estuvo preso, salió en libertad, y luego volvió a ser acusado por otro homicidio, esta vez en Caracas. De manera que hablamos de un país peculiar donde el presidente del Tribunal Supremo de Justicia tiene prontuario.

 

 

 

Otro país es el que reseña El Pitazo. Ayer este portal publicaba: “El don de la ubicuidad de un pran llamado “Wilmito”. Huelgas de hambre, mensajes públicos al entonces ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami, fotos con la ministra Iris Varela, tours por distintas cárceles, e incluso por la isla de Margarita, evidencian el poder que tiene Wilmer Brizuela”. El pran, pues, puede estar en muchas partes a la vez. Esto a propósito del incidente en el que Wilimito resultó herido de bala en Playa Parguito, cuando se suponía debía estar preso. Pero, como si fuese algo digno de Nuestro Insólito Universo, hoy El Pitazo informa: “Las fuentes del Ministerio de Prisiones aseguran que el Wilmito nunca estuvo en Margarita. Según funcionarios de la dependencia manejada por Iris Varela, el sujeto herido en Playa Parguito era el hermano del pran. Brizuela se encuentra, según fotos que están circulando en la red, en el Centro de Régimen Especial de El Paraíso. La foto es curiosa, aparece un individuo con un ejemplar de Últimas Noticias, para dejar constancia de la fecha, y al lado está Wilmito, alzando el pulgar en señal de victoria.

 

 

 

Pero todavía hay otro país más, el que preside Nicolás Maduro. Éste, sin embargo, parece preocuparse más por lo que pasa en el PSUV -que también preside- que por lo que ocurre en el país nacional. Contrapunto le cita: “Cuando haya elecciones, no sé cuando, en qué año, el Psuv debe ganar”. Es decir, solo habrá elecciones cuando el Psuv pueda ganarlas. Con este propósito, informa la prensa, ha ordenado una reorganización total de su partido. Correo del Orinoco: “El presidente Maduro ordenó reorganización total del Psuv”. Y el antetítulo revela algo preocupante y peligroso: “Pidió a la dirigencia organizarse logística y militarmente para garantizar la paz de la nación” ¿Por qué militarmente? ¿Civiles armados? ¿O militares como militantes de un partido político?

 

 

 

He aquí un manojo de países que, aparentemente, se encierran en la misma geografía que corresponde a un cierto país llamado Venezuela. Escoja usted el suyo.

 

 

Cesar Miguel Rondon

 

 

Por Confirmado: Francys Garcìa

¿Infamia?

Posted on: febrero 16th, 2017 by Maria Andrea No Comments

Infamia. La palabra tiene una cacofonía particular. Suena a inflamable. Y así, como si un incendio le brotara de muy adentro, el acusado gritó: ¡Es una infamia! Pero sabemos que los dragones no existen y que sus llamaradas son solo fantasías que no queman. El acusado, a la sazón vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, reaccionó ante el señalamiento de narcotraficante por parte del gobierno de Estados Unidos advirtiendo que recibía esa agresión –esa infamia– como un reconocimiento a su condición de revolucionario antiimperialista. Y me pregunto: ¿cómo se sentirán los otros revolucionarios antiimperialistas que no han recibido una acusación de semejante calibre? ¿Serán menos revolucionarios antiimperialistas? ¿Hay que recibir un señalamiento tan grave como ese para ser un revolucionario antiimperialista a carta cabal?

 

 

 

Por lo pronto, la situación es complicada. Si bien el nuevo secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, ha dicho que esta sanción es el fruto de una larga investigación, con lo cual nos da a entender que viene desde los tiempos de Obama, le ha puesto un par de banderillas al asunto al afirmar: “Es un claro mensaje del gobierno del señor Donald Trump de solidaridad hacia el pueblo venezolano”. Y acota: “Esta medida no tiene nada que ver contra el gobierno venezolano, es una medida muy puntual y personal que involucra al señor El Aissami y a Samark José López Bello”. Además: “En este caso hemos bloqueado activos, decenas de millones de dólares en activos que tendrán un impacto muy grande para El Aissami y su entorno”. ¿Cómo un revolucionario antiimperialista a carta cabal, como se ha definido el vicepresidente, tiene decenas de millones de dólares en activos en Estados Unidos? Y lo más importante, de ser cierta la acusación, ¿de dónde los sacó, de sus salarios como funcionario público?

 

 

 

De Samark José López Bello poco podemos decir ya que hasta ayer era un personaje completamente desconocido para la mayoría de los venezolanos. De él apenas sabemos que es un próspero empresario con múltiples intereses y, al parecer, vinculado con medios de comunicación; de origen muy humilde, nació en Tucupita, estado Delta Amacuro. Con respecto a su relación con El Aissami se ha limitado a decir que “se conocen personalmente”. Hoy, en el editorial de Analítica, se advierte: “Las consecuencias para Venezuela son serias, ya que casi de inmediato elevaron el costo a pagar en intereses por los papeles de la deuda que vence en 2017”.

 

 

 

Por lo pronto, El Aissami no ha pasado de gritar infamia. Horas después coincidió en la palabra la canciller Delcy Rodríguez, y más tarde el presidente de la república, con el mismo vocablo y sin aportar nada original.

 

 

 

Infamia significa deshonra. Pues la deshonra que cae, no solo sobre El Aissami sino sobre todo el gobierno, más el vergonzoso salpicón que enloda a los venezolanos decentes (todos los demás) es letal. Una acusación como esta no se resuelve gritando infamia. Una acusación como esta hay que enfrentarla. Porque lo que está en juego no es solo el nombre del actual vicepresidente y el escaso prestigio del gobierno, sino el de todos los venezolanos. Lo que está sucio y bajo sospecha es nuestro gentilicio, nuestra cédula, nuestro pasaporte cada vez que pisamos el exterior. Por eso quiero hacer mía esta frase que ayer puso en un tuit el actor venezolano Edgar Ramirez:

 

 

 

“Que la vergüenza que sentimos hoy no empañe la voluntad de los venezolanos honestos que intentan echar pa’lante! #LosHonestosSomosMas”.

 

 

 

Cesar Miguel Rondon

Liquidando en liquiliqui

Posted on: febrero 9th, 2017 by Laura Espinoza 17 Comments

 

 

La caricatura de Edo hoy en la página editorial de El Nacional es brillante. Es una caricatura a dos tiempos. La primera imagen: “Esto no puede seguir así. Podemos solucionarlo…”. ¿Quién habla? Habla un obeso Nicolás Maduro embutido en un liquiliqui que por el grosor parece una campana. ¿Qué es lo que no puede seguir así? Dos jóvenes hurgan en la basura peleándose lo que encuentran con un perro. “Esto no puede seguir, podemos solucionarlo con la Misión Liquiliqui”. Y entonces en la segunda imagen está el mismo Maduro enliquilicado (si se puede decir así) y los que siguen comiendo en la basura ahora visten de liquiliqui.

 

 

Brillante Edo. Edo ha puesto en dos imágenes la farsa del régimen. Para el señor Maduro todo se trata de un disfraz. Si yo lanzo la misión liquiliqui y pongo a los hambrientos en liquiliqui, pues, se solucionó el problema, están enliquilicados. Pero la hambruna continúa.

 

 

 

En liquiliqui está aquí el señor Maduro con la banda presidencial y el gran cordón de la Orden del Libertador, muy sonriente en la primera página de El Correo del Orinoco. Ahí aparece al lado de la señora Gladys Gutiérrez, la presidente del Tribunal Supremo de Justicia. Habían dicho cualquier cantidad de mentiras. Por ejemplo, citado en El Nacional dice: “Maduro: El TSJ es el más independiente de la historia”. Falso de toda falsedad. Gladys Gutiérrez: “Afirmó que el Poder Judicial logró dar solución a situaciones de la Asamblea Nacional que atentaban contra el orden constitucional”. Falso de toda falsedad. Y allí en ese acto Maduro anunció la creación de la Gran Misión Justicia Socialista para garantizar la paz. “La Gran Misión Justicia Socialista será una alianza entre los poderes Judicial, Ciudadano y Ejecutivo para combinar tareas de primer orden que permitan avanzar en la construcción de una justicia con visión local, para lo cual instó a conformar casas de paz y que fiscales y jueces junto a la seguridad armada vayan a las comunidades y cuadrantes a formar los consejos comunales sobre esta visión”. Mucho palabreío, pero lo que resalta es este punto: “Junto a la seguridad armada”. Es esa seguridad armada la que va a estar allí, no para garantizar la paz, sino para garantizar que el régimen pueda seguir en el poder. Recordarán. Esto tiene sentido con el anuncio que ya había hecho Maduro días atrás de las milicias con sus armas en los barrios.

 

 

Mientras, estrenan liquiliquis y más liquiliquis, tenemos que el problema del hambre, ese al que aludía Edo en su caricatura es grave. En El Impulso de Barquisimeto la experta Susana Rafalli dice: “El país a un paso de entrar en un estado de hambruna”. Lo dice ella en nombre de la Organización Cáritas de Venezuela.

 

 

 

Y un despacho en El Correo del Caroní dice: “Luego de cuatro niños muertos de hambre en San Félix hubo una reacción. Autoridades del Instituto Nacional de Nutrición en el estado Bolívar (INN Bolívar) expondrán el próximo 13 de febrero a las 8:00 de la mañana, en el auditorio del Palacio Municipal de la Alcaldía Socialista Bolivariana de Caroní (Alsobocaroní), lo que han denominado el Plan Estratégico de Abordaje de Evaluación Nutricional a comunidades priorizadas de Guayana”.

 

 

 

Todo esto es burocracia, todo esto es blablabla. Tal es así que les es indiferente el problema de la hambruna al régimen, que leo en Efecto Cocuyo: “Disputados chavistas no aparecieron en el debate sobre muertes por desnutrición infantil”. Los diputados presentes los acusaron de indolentes. Willian Barrientos dijo: “El gobierno genera un ‘genocidio inducido’ con el desabastecimiento de productos básicos para ‘mantenerse en el poder”.

 

 

Ante esto, un liquiliqui más un liquiliqui menos no importa.

 

 

 

César Miguel Rondón

@cmrondon

El mal muta

Posted on: febrero 8th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

El Universal publica hoy en primera página: “El chipo mutó y ahora es más peligroso. Un estudio de Medicina Tropical de la UCV descubrió que el Chipo P. geniculatus se hizo más urbano y halló una nueva manera de transmitir el Chagas: picando a los humanos”.

 

 

 

Ayer entrevisté al historiador Pedro Benítez para nuestro programa de televisión En Conexión, y nos decía que las dictaduras han mutado, que si bien el modelo de la dictadura convencional, del militar al mando actuando cual gorila, ya está en desuso, ahora las dictaduras se visten con otros ropajes, aparentemente más amables, civiles y democráticos, pero siguen siendo dictaduras. Al caso, lo que vivimos hoy en día en nuestra Venezuela. El mal, pues, muta, se acopla a las nuevas circunstancias para ser tanto o más feroz y letal, y el bien (o lo bueno o sus derivados o sus representantes) se pasma sin capacidad alguna para acoplarse a los nuevos retos, frágil y prescindible en la cuneta de nuestros días.

 

 

 

Baste un ejemplo, ante las acciones dictatoriales de nuestro Alto Mando Militar –en la mejor tradición gorila de las dictaduras militares latinoamericanas– la llamada sociedad civil, con su dirigencia política, queda inerme, desprovista de estrategias y argumentos para hacerles frente con éxito y contundencia. Frente al drama político que nos aplasta, la dirigencia política opositora pareciera minimizada, sin norte.

 

 

 

Al régimen le interesa ganar tiempo. Hoy en El Nacional Ángel Oropeza advierte, agudamente, que estamos otra vez en 2003. El año en el que el régimen estaba muy mal en las encuestas y tenía que ganar tiempo antes de ir a un proceso electoral. Forzaron la barra, y, valiéndose de cualquier tipo de estratagemas, legítimas o no, lo hicieron. La oposición en ese momento no entendió lo que estaba planteado. Pensó que ya la causa estaba ganada, se durmió en los laureles, empezó a verse el ombligo y en 2004 ya Chávez pudo aplastar cómodamente las posibilidades de un cambio gubernamental. Ahora, según apunta Oropeza, estamos en una situación semejante, y pareciera que nuestra dirigencia, como hace catorce años, no termina de entender el lodazal en el que se resbala, hacia dónde y cómo deben enfilarse las principales acciones.

 

 

 

Por lo pronto, se ha hecho hasta fastidioso el recurrente tema del diálogo. Jorge Rodríguez, con la alta credibilidad que le caracteriza, desmiente a los dirigentes de la MUD que dijeron que no habían tenido ningún contacto con el gobierno. “Es coba”, afirmó tajantemente Torrealba. Pero Rodríguez, citado en El Correo del Orinoco, insiste: “… Sí han sido varias las conversaciones. Existen pruebas irrefutables y existen actas con lugar, temas y asistentes”.

 

 

 

Y si es así, Rodríguez, ¿por qué no publica dichas pruebas? Estamos en el gobierno de los miles de intentos magnicidas, de las miles de irrupciones golpistas, y nunca se ha dado ni una sola prueba. No hay un solo supuesto magnicida preso.

 

 

 

Volviendo a lo inicial. El mal muta, el mal se las arregla para estar siempre allí y ser cada día peor, más eficaz. Cada día más maluco. Y así se nos va el país. Ayer una joven liceísta le reclamó a Maduro el mal estado en que se encuentra su liceo. Este reaccionó, con la irresponsabilidad que le caracteriza, haciendo ver que la niña era la culpable por no haber salido a manifestar. La niña le insiste, le revela que sus compañeros se están desmayando por hambre. Y el presidente queda sin palabras: “¡Tenía yo que venir acá para enterarme!”. Confesando que, en efecto, vive en una burbuja, aislado de la realidad del país.

 

 

 

Hay hambre. Hambre que a él no le toca y que desconoce. Hambre que, en definitiva, le es indiferente. El hambre que es la marca fundamental de estos días lamentables. Nuestra peor y más terrible característica. Hoy El Nacional y 2001 publican una noticia que viene del infierno: “Un hermano mató a otro por un pedazo de pan”.

 

 

César Miguel Rondón

@cmrondon

El opositor y el gorila

Posted on: febrero 7th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

Los diarios oficialistas titulan hoy a propósito de una jugada novedosa por parte de Maduro, según la cual pretende regularizar la situación entre el Ejecutivo y la Asamblea Nacional.

 

 

 

Pero el verbo regularizar queda en un segundo plano cuando viene acompañado de algunos calificativos políticamente espinosos y peligrosos. El Correo del Orinoco: “He autorizado a Jorge Rodríguez para que avance en un proceso de elaboración de un documento central, consensuado con la oposición, que junto al diputado Héctor Rodríguez facilite la legalización, la vuelta a la Constitución y la regularización de la Asamblea Nacional, tal como nos lo han solicitado varios dirigentes de la MUD”.

 

 

 

Nótese que, para “regularizar”, Maduro parte del supuesto de que la Asamblea Nacional está ilegal. Ha dicho “la Asamblea es inconstitucional: “La vuelta a la Constitución de la Asamblea Nacional”.

 

 

 

Según estos criterios, Maduro actúa como el padre benévolo que recibe al hijo díscolo al que magnánimamente habrá de perdonar. ¿Es que acaso, en efecto, la Asamblea Nacional ha estado fuera de la Constitución? ¿Ha estado fuera de la ley como para que ahora sea legalizada?

 

 

 

Reparemos en la diagramación de primera página de El Universal, y quizá entendamos mejor lo que está ocurriendo. El gran titular dice: “Maduro: sector de la MUD busca acuerdo para regularizar la AN”. En otras palabras, todo se da a instancias de un sector de la MUD. En un extremo de la misma página se destacan las declaraciones de Jorge Rodríguez: “Vamos a insistir tercamente en el diálogo, porque eso es lo que el pueblo quiere, que el diálogo permanente se mantenga”. Sería bueno saber cuándo, cómo y dónde le preguntó al pueblo, y, sobre todo, cómo, cuándo y dónde se manifestó dicho pueblo. Según la reseña, Rodríguez también dijo que van a responder al documento presentado por los facilitadores internacionales –el mismo que ya fue descartado por la MUD–, que reanudar el proceso de diálogo puede ser positivo y fructífero, y que “la profunda división que hay en la MUD es uno de los obstáculos del diálogo”. ¿“Profunda división”? ¿Dónde existe, quién la promueve, qué factores la protagonizan?

 

 

 

El tercer elemento en esa misma primera página de El Universal, sin embargo, nos aporta suficientes luces. Es una entrevista exclusiva a Manuel Rosales:

 

 

“Ninguna de las partes en conflicto podrá desaparecer a la otra, dice Rosales. Luego de seis años en el exilio y más de un año de cárcel, Rosales dijo que después de la victoria parlamentaria de la oposición el 6-D, el balance de hoy es negativo para el pueblo en general y para los dos sectores. Llamó a la negociación, a un diálogo entre las partes, con la garantía que ofrecen los facilitadores internacionales”.

 

 

Más claro, imposible.

 

 

A todas estas, en el diario 2001 citan la opinión del actual presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges: “Estamos dispuestos a lo que sea para que haya un respeto institucional, pero no a humillarnos”.

 

 

Pero todo esto pasa a un segundo nivel cuando reparamos en la información que publica El Nacional sobre el general en jefe Vladimir Padrino López. El diario coloca un antetítulo grave: “Preocupa deserción militar”. Grave no, gravísimo. Si a usted le preocupa la deserción militar es porque las Fuerzas Armadas no están en absoluto cohesionadas, como usted lo quiere hacer ver, todo lo contrario.

 

 

“Padrino López ordenó defender la revolución al Alto Mando Militar. A principios de enero el ministro de la Defensa reunió a miembros de la jerarquía castrense y comandantes de guarniciones en Fuerte Tiuna y luego distribuyó una guía con directrices”. La guía trae como título “Guía de planeamiento del ministro de la Defensa, comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana 2017”. En ella se indica: “El llamado al sufragio y la petición de liberación de presos políticos, entre otras demandas de la oposición, buscan desprestigiar al gobierno del presidente Nicolás Maduro”.

 

 

¡El tupé del general Padrino López! Pedir elecciones es querer desprestigiar al gobierno. Pedir la libertad de los presos políticos es querer desprestigiar al gobierno. Eso y gorilazgo son una y la misma cosa.

 

César Miguel Rondón

@cmrondon

 

En las catacumbas

Posted on: febrero 2nd, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

“Que nadie dude que enfrentamos una verdadera guerra económica. Ese es el legado que ha dejado Barack Obama en Venezuela, una persecución financiera que aún continua. Las dificultades aún no han pasado, las hemos superado pero están latentes. El 2017 será el año para curar las heridas económicas, sociales, políticas y morales, y para eso he designado, como presidente de la República, con las facultades que me otorga la Constitución, en pleno ejercicio de mi cargo, a esta junta directiva de Pdvsa para curar esas heridas y que la estatal petrolera vuelva a ser una industria de desarrollo, de inversión, de palanca para la diversificación económica del país”.

 

 

 

Bien sabemos que la palabra de este señor no tiene mayor contenido ni credibilidad, pero igual hay que detenerse en ella. Resulta que Barack Obama dejó un legado –no en Estados Unidos, sino en Venezuela– nefasto: la guerra económica. Resulta que la nueva directiva de Pdvsa está allí es para curar heridas económicas (¡vaya usted a saber cómo se cura ese tipo de heridas!). Heridas sociales, políticas y morales. Y reconoce tácitamente este caballero “que la estatal petrolera debe ser una industria de desarrollo, de inversión, de palanca para la diversificación económica del país”. Es decir, la Pdvsa que hemos padecido los venezolanos ha sido un desastre que no ha servido ni para el desarrollo, ni de inversión, ni de palanca para la diversificación económica del país. Podemos coincidir en el diagnóstico, ¿pero pretende el señor Maduro que creamos que todo eso fue por un orden ejecutiva, malvada, maluca de Barack Obama?

 

 

 

Además, según reseña la nota periodística, “insta a los trabajadores (de Pdvsa) a trabajar con mayor eficiencia, dejar atrás el derroche y la corrupción y obtener resultados cada vez más superiores para la patria”. ¿Que esa nomina tan abultada de Pdvsa se haya dedicado al derroche y no haya obtenido resultados y se haya dejado llevar por la corrupción, también fue culpa de Obama? ¿Es que acaso esta nueva junta directiva –“curadora” o “sanadora”– es la que la va a rescatar?

 

 

 

En El Universal leo: “Pdvsa inicia consulta laboral sobre la futura reestructuración. Se creará un nuevo sistema de consulta con la clase obrera para recibir y coordinar proyectos que permitirán la transformación interna y la conversión en una “corporación socialista”.

 

 

 

Cuando a usted le dicen que se va a gerenciar y planificar según una consulta con los trabajadores, usted sabe bien que se está saludando la bandera del populismo y la demagogia, que tal consulta es una pantomima, una farsa. En este régimen los trabajadores no deciden y nadie les consulta, punto. ¿Cuántas empresas conocemos que han ido dizque a manos de los trabajadores y que hoy en día no producen absolutamente nada? Según todo este palabrerío oficial, la Pdvsa que arrancó ayer con la juramentación, por lo visto, será peor, más ineficiente y quizá hasta más corrupta que la que teníamos antes.

 

 

Por lo pronto, leo en Forbes: “Nicolás Maduro está a punto de empeorar de nuevo a Venezuela”. De acuerdo con los ratings de Fitch, esa Pdvsa de la que hablamos está a punto del default. Analitica.com ahonda en el tema: “De acuerdo con la agencia calificadora, en el caso de un default, la recuperación promedio de los acreedores se anticipa entre un 31% y un 50%. (…) La estatal de hidrocarburos estaría en riesgo de incumplir el pago de su deuda, según un reporte de la calificadora Fitch Ratings”.

 

 

En paralelo a lo anterior –porque la perorata no se le agota– el señor anuncia que va a crear un estado mayor en todas las regiones. Informa El Universal: “Al juramentar el ‘Estado Mayor para Caracas’, dirigido por el alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, y que anunció el pasado domingo, el presidente dijo que esta será ‘una experiencia piloto’, para instalar mecanismos similares en todo el país, ‘para que la revolución se reconecte con las catacumbas del pueblo”.

 

 

 

¿Se habrá dado cuenta de lo que ha dicho, del eco sombrío y siniestro de la palabra? “Reconectarse con las catacumbas del pueblo”.

 

 

 

En efecto, el pueblo está en las catacumbas. Está como al principio de la cristiandad, perseguido, castigado, reducido a cuevas subterráneas, a la oscuridad donde prevalecen la peste, el hambre, la miseria y la muerte. Antes el pueblo, mal que bien, vivía en la superficie. Ahora, gracias a la revolución y muy en especial al señor Maduro, ha quedado condenado al inframundo de las catacumbas donde se malvive sin porvenir.

 

César Miguel Rondón

@cmrondon

 

La hora cero y el reloj de la revolución

Posted on: enero 31st, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

31 DE ENERO DE 2017 12:08 AMAyer el cuerpo Siete Días de El Nacional trajo, en par de extensos trabajos, una contradicción grave y profunda. Por una parte, Leonardo Padrón publicó “La hora cero”, una desgarrada crónica de cómo se ve el país desde el exterior:

 

 

 

“En el extranjero, los venezolanos se tratan como gente de tierra arrasada. En cada conversación alguien insiste en hablar de la enfermedad. Porque hoy el país es una enfermedad (…) De ser una futura Cuba, ahora somos su posdata. Vida en los márgenes. Historias de sofá cama. Gente que no tiene lecho propio. Que va de casa en casa, de amigo en amigo, mientras reúne algún dinero y un código postal. Mientras alcanza estatus de ciudadano (…) Todos asumían al país como un error consumado, como si ya no hubiese esperanza”. Y, al final de su crónica, Padrón se hace una serie de preguntas. Preguntas fuertes: “¿Seremos capaces los venezolanos de convertir nuestra miseria en un acto definitivo de redención? ¿Alcanzaremos a reaccionar masivamente? ¿Lograrán estar finalmente al nivel de las circunstancias los líderes de la oposición? ¿Sabremos comprarle el ticket de regreso a la democracia y colocarle una lápida a la dictadura que nos gobierna?

 

 

 

“Nos va la vida en esas preguntas.

 

 

“Sobre todo en sus respuestas.

 

 

 

“Es la hora cero de Venezuela.”

 

 

 

Padrón, pues, estima que esta es la hora cero y que a partir de ahora debe haber un punto de inflexión para cambiarlo todo. Sin embargo, en el mismo cuerpo Siete Días, el periodista Franz von Bergen presenta un largo análisis –especulativo, claro está, pero importante– donde presenta una perspectiva contraria. “Reacomodos en la casa roja” es su reseña:

 

 

 

“Nicolás Maduro resistió en 2016 todos los intentos de la oposición para lograr su salida de Miraflores. Sin embargo, con la llegada de 2017 su permanencia como jefe del Estado ya no es imprescindible para el chavismo, grupo en el que se han empezado a dar movimientos que debilitan su liderazgo y fortalecen el de otras figuras como Tareck el Aissami”.

 

 

 

El trabajo parte de una premisa interesante: ya Maduro no es necesario, pero el chavismo sí, y Tareck el Aissami empieza a perfilarse como el hombre fuerte. No es de gratis que sea el actual vicepresidente, y si se le considera hombre fuerte es con miras a las elecciones presidenciales de 2018. Obsérvese que el salto es directo a las presidenciales sin reparar en las regionales.

 

 

 

¿Qué puede ocurrir en 2018? Algunos sospechan que con la oposición eliminada (ilegalizada), gracias a las decisiones del Consejo Nacional Electoral que obraría siguiendo los argumentos que ha venido soltando, entre otros, Diosdado Cabello, tendríamos en el país una elección a la nicaragüense. Es decir, una elección en la que no hubiese partidos opositores. El régimen, pues, competiría contra sí mismo, lo que no es competir.

 

 

 

En otras palabras, mientras Padrón señala que hay una hora cero, que a partir de hoy, sin mayor dilación, debe comenzar a andar un nuevo reloj para el país, en el mismo cuerpo del diario vemos que, para el oficialismo, no hay pausa alguna y que el tiempo seguirá corriendo según el ritmo caprichoso que le impone el régimen. No hay hora cero, no hay cambio ni viraje. Así, entonces, pareciera que la oposición perdió lo poco que le quedaba y que la revolución ganó por lo que le faltaba.

 

 

 

Pero en el mismo diario El Nacional el gran titular de primera página es lapidario, aplastante: según el último estudio de Datanálisis, 95% de los venezolanos tiene una visión negativa del país. Estadísticamente hablando, 95% de los venezolanos son todos los venezolanos. Y si todos los venezolanos tienen una visión negativa del país y hacen responsable directo de lo que está pasando a Nicolás Maduro, a su gobierno y al chavismo en general, ¿cómo se explica, entonces, que el chavismo pueda actuar y planificar y decidir a sus anchas sobre un escenario de finales de 2018 cuando apenas esta comenzado 2017?

 

 

 

¿Qué pasa con todos los venezolanos ante un panorama como este?

 

 

 

¿Es que todos los venezolanos se resignaron?

 

 

 

¿Es que todos los venezolanos se rindieron?

 

 

 

¿Cuál es el reloj que debe marcar, de ahora en adelante, nuestras horas? ¿El de la hora cero o el del lento pero inexorable avance de la revolución?

 

 

 

Por lo pronto –y hablando del tiempo– el señor Maduro decidió que este miércoles 1° de febrero no se trabaja. Usa como excusa la celebración del bicentenario del nacimiento de Ezequiel Zamora. ¿Pero puede un país que está en la carraplana darse el lujo de perder un día laborable? Quizá sea una forma de eludir el grueso bulto de la realidad. A lo mejor es una manera de disimular las dificultades de un país al que le cuesta amanecer, le cuesta ya no avanzar sino tan siquiera estar en el día a día. Si es así, y ya que el reloj de la revolución es caprichoso y arbitrario, puede, señor Maduro, decretar desde ya el Carnaval. Y si le da la gana hasta la Semana Santa incluida. Total, parece que ya no hay país dónde mandar.

 

César Miguel Rondón

@cmrondon