Muerte de Chávez: dos polos, dos visiones

Muerte de Chávez: dos polos, dos visiones

“¡No Dios! ¿Por qué te lo llevaste?”, se escuchó no una, sino varias veces en la denominada “Esquina Caliente” de la plaza Bolívar de Caracas a las 4:50 pm, minutos después de que Nicolás Maduro anunciara en cadena nacional la muerte del ex presidente Hugo Chávez.

 

 

La confusión, el miedo y la desolación se apoderaron de quienes vieron en el televisor, instalado en uno de los puntos más emblemáticos del oficialismo, al entonces vicepresidente de la República llorar y afirmar que el líder de la Revolución Bolivariana había muerto.

Tensión. Las imágenes transmitidas desde el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo se observaron desde un pequeño televisor en la cocina del partido Voluntad Popular en la avenida Francisco de Miranda de Chacao. Ahí se encontraban dirigentes, activistas y personal de la tolda naranja. El silencio reinó por algún tiempo. El ambiente se tornó en una “tensa calma”.

 

 

El sol se ocultó. Poco después de que se conociera el fallecimiento de Chávez, el cielo se tornó con nubes grises y parecía que una tormenta estaba por caer en Caracas. La desesperación y el dolor se apoderaron de los seguidores del presidente en la Plaza Bolívar. El llanto y los gritos protagonizaron la escena que no sale de la memoria de una de las vendedoras de maíz para alimentar a las palomas de la plaza.

 

 

“Acaba de fallecer el presidente Chávez’, dijo Maduro y empezó esa gente a llorar, gritar y a correr para ese hospital y allá no los dejaban entrar. Yo me quedé aquí. Todos se pusieron allá –señala a la esquina– y se organizaron para ir al hospital. Había una nube toda oscura aquí arriba”, comentó.

 

 

Mientras hombres y mujeres de todas las edades derramaban lágrimas y se aglomeraban en la plaza, en la avenida Francisco Miranda a la altura de Chacao, específicamente en la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, el miedo se apoderó del entonces concejal Freddy Guevara y los jóvenes que ese 5 de marzo protestaban y que primero manifestaron en la sede de la Embajada de Cuba para exigir que se conociera el verdadero estado de salud de Chávez.

 

 

Guevara recordó exactamente lo ocurrido ese día por la cantidad de rumores que le llegaban sobre el presidente y porque, minutos antes de las 4:30 pm, un hombre se acercó a los jóvenes y les ordenó irse del sitio. Poco después de eso inició la cadena nacional.

 

 

“Lo primero que dije fue: ‘¡Coño! Esto cambia todo’. Es un momento que sabes que pasará, pero que cuando ocurre es fuerte, algo que no queríamos que pasara. El tipo volvió y echó dos tiros al aire para que nos fuéramos. Nos recogimos y estuvimos en resguardo para evitar ser víctimas de la violencia producto del dolor y porque buscamos respetar el dolor de las personas”, destacó.

 

 

Apenas culminaron las palabras de Maduro, con lágrimas en sus ojos, se levantó “Mauro” de su silla bajo el toldo de la “Esquina Caliente”. Va a ese sitio desde la llegada del poder de Chávez en 1999.

 

 

“Estaba ahí sentado cuando llegó la cadena de Maduro. Apenas lo dijo el cielo se puso negro. Fue un fenómeno eso del cielo negro por el comandante. Enseguida me paré y subí a la esquina a llamar a mi hija y contarle la noticia. Aquí había gente gritando y llorando pero yo no sabía nada. Me fui. Lloré. Yo no había llorado ni por mi mamá, pero es que era el comandante, no hay un hombre como él”, aseguró.

 

 

Un “vacío” es lo que vino ese día a la mente de “El Profesor”, apodo con el que se conoce a Víctor Carrillo en la plaza Bolívar. Horas antes de la cadena presidencial se fue porque sentía un “clima extraño” en el ambiente.

 

 

“Ese día yo estuve aquí hasta el mediodía. Cuando estaba en la casa a las 4:00 pm sentí un vacío, como cuando algo se pierde. El ambiente era diferente. Hubo un momento de silencio en la casa. Yo lloré. No bajé a la esquina porque sabía que todo estaba alborotado. Se me salieron las lágrimas. No me esperaba eso. Yo sabía cuándo en diciembre de 2012 estuvo en la avenida Bolívar. Cuando vi que miró hacia arriba dije: ‘Está entregado”.

 

 

 

 

Una sensación de “vacío” también tomó Voluntad Popular. Juan Guaidó se encontraba junto a los que conocieron la noticia en el partido y el sentimiento se convirtió en preocupación.

 

 

“Hubo de todo. Sorpresa, asombro. Un minuto de silencio como que bueno sí murió. Algunos gritaron algunas groserías como ‘qué bolas’, otros pasmados. Fue una conmoción y una tensa calma por minutos. Había que asumir los siguientes pasos rápidamente, sobre todo por lo que significaba. No sabíamos quién estaba de presidente y estábamos pendientes y preocupados por los chamos que protestaban”, rememoró.

 

 

Los negocios en las calles del municipio Chacao y en el municipio Libertador de Caracas tenían sus santamarías abajo a la 5:30 pm. Muchas personas caminaban más apresuradas de lo normal para llegar pronto a sus casas y despejar las calles. La tensión reinaba en el ambiente y la avenida Francisco de Miranda se vació parcialmente.

 

 

A las 6:00 pm el cielo ya no era gris, sino azul oscuro. La Plaza Bolívar se llenaba a cada minuto de simpatizantes de Chávez, quienes en medio llanto llevaban imágenes del presidente en afiches y hasta recortes de periódico. Los gritos continuaban. Mujeres y hombres le reclamaban al cielo y se consolaban entre ellos acompañados del grito: “¡Todos somos Chávez!”. Un clamor que se hizo eco durante los siete días del velatorio del presidente.

 

 


 

 

 

 

 

JORGENIS HERNÁNDEZ | @JH_PACO | JORHERNANDEZ@EL-NACIONAL.COM ¬ INFOGRAFÍA: YUGLEY TORREALBA | @YUGTOR | EN

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