Valérie Trierweiler ha tenido acceso a secretos y confidencias de Estado que complican su separación y / o reconciliación con François Hollande, presidente de la República. La pareja sigue “reflexionando” y / o “negociando” el futuro de sus relaciones, con muchos flecos políticos tradicionalmente alejados de las historias más convencionales del vodevil amoroso, representado, en esta ocasión, en el Palacio del Elíseo, la residencia oficial del jefe del Estado.
Trierweiler ha acompañado al presidente Hollande en numerosos viajes oficiales, y ha participado en reuniones tradicionalmente confidenciales. Sin duda, la compañera oficial del jefe del Estado, desde que Hollande abandonó a su anterior compañera, madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, no ha tenido acceso a informaciones confidenciales ni secretas. Pero si conoce, desde la intimidad, sucesos, acontecimientos políticos altamente inflamables.
Una mujer traicionada y ofendida, en público, puede ser un enemigo temible, en caso de ruptura y separación. Libre, alejada del Elíseo, periodista, Trierweiler podrá escribir y vender, con mucho éxito, artículos, reportajes y libros filtrando confidencias íntimas a un ritmo temible para el calendario político del presidente Hollande.
Vigilada en La Lanterne
La ruptura sentimental de una pareja “normal” puede resolverse con relativa “facilidad”, de común acuerdo. En el caso de la pareja Hollande – Trierweiler, la ruptura pudiera ser el comienzo de un lento y muy largo proceso de revelaciones íntimas difícilmente controlables. Esa “complejidad” está alargando el folletín de la ruptura o “reconciliación” que los protagonistas prolongan instalados en el secreto de dos palacios de Estado, el Elíseo, residencia del presidente, y la Lanterne, residencia de una primera dama ofendida, muy vigilada y protegida por los servicios de seguridad del Estado.
Fuente ABC