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Los puntos calientes de una mujer

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Los puntos calientes de una mujer

¿A ella le cansa lo de siempre? Pues no dejes pasar ni una noche más: actualiza tu repertorio de prolegómenos con estas técnicas infalibles.

 

Labios

 

Préstales atención: si los aprieta, significa rechazo. La boca es la guardiana del resto del cuerpo y está rodeada de terminaciones nerviosas. Si así lo desean, en la cama las mujeres tienden a adoptar posturas en las que puedas alcanzar a besarlas.

 

Ojos

 

Cuando las mujeres no se encuentran cómodas (dentro o fuera de la cama), reducen al mínimo el contacto visual. Ponla a prueba echándole un piropo (por ejemplo, “me encanta cómo huele tu piel”) y mírala a los ojos. Si te devuelve la mirada y sientes que se calienta, vas por buen camino.

 

Cara

 

 

Acaricia sus mejillas, orejas y sienes con las yemas de tus dedos, con movimientos ascendentes y hacia fuera. Masajea el centro de su frente y el arco de la nariz trazando pequeños círculos con tus pulgares. Termina con unas suaves caricias hacia arriba por ambos lados de la cara.

 

Cuello

 

Un nudo de terminaciones nerviosas hacen de esta parte una de las más sensibles de todo su cuerpo. Exhala mientras la besas suavemente por la línea del pelo. Sujeta su nuca con cuidado; esto le proporcionará una sensación de confianza y seguridad, lo cual necesita para ponerse de verdad a tono.

 

Pechos

 

 

Utiliza toda tu mano y céntrate en todo pecho. Procura ahuecarlo y abrazarlo con suavidad hacia arriba. No te olvides del canalillo, ya que a todas les gusta pensar que tiene uno especialmente sexy. Incluso puedes probar con pequeños rebotes, sobre todo si la cosa se pone muy caliente.

 

Espalda

 

¿Conoces esa pequeña curva en la base de su columna, justo encima del culo? Pues se trata de una zona muy agradecida con las atenciones. Masajéala con movimientos suaves y circulares.

 

Barriga

 

 

Desliza la palma de tu mano y masajea con suavidad con los nudillos por la zona inferior de su abdomen y las caderas. La piel de estas áreas es muy sensible, así que ella terminará pidiéndote que vayas un poco más hacia el sur…

 

Rodillas

 

Casi nadie piensa en esta zona pero, así que puedes sorprenderla besándola con suavidad o incluso haciéndole un poco de cosquillas. Incluye la parte de los gemelos, pero asegúrate de que esté tumbada, a no ser que estés seguro de poder agarrarla cuando sus piernas se rindan.

 

Muslos

 

 

Justo donde las nalgas se encuentran con el muslo existe un área con múltiples terminaciones nerviosas. Desliza lentamente tu lengua por cada uno de ellos, en línea recta, y contempla cómo se retuerce de placer.

 

Pies

 

Masajea suavemente la parte inferior, desde el tobillo hasta los dedos. A continuación, céntrate en cada uno de los dedos por separado, estirándolos y masajeándolos. Presta especial atención al anular: según muchos expertos, tiene una conexión directa con los genitales. Termina con movimientos profundos y relajantes en la parte del arco.

 

 

 

 

Fuente: Men’sHealth

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