La Agencia de la ONU para los refugiados, instó a Israel a permitir inmediatamente la entrega del combustible necesario para el funcionamiento de las plantas de agua, «tal y como lo exige el derecho humanitario internacional»
Al menos 70 % de los habitantes de Gaza no tendrán acceso al agua potable a partir de este miércoles, advirtió la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). El motivo es el bloqueo de combustible por parte de Israel, que ha provocado la paralización e incluso destrucción de la infraestructura hídrica del enclave.
«Al final del día de hoy, alrededor de 70 % de los habitantes de Gaza carecerán de agua potable. Los servicios claves, incluidas las plantas desalinizadoras de agua, las de tratamiento de aguas residuales y los hospitales, han dejado de funcionar», dijo el director de la Agencia, Philippe Lazzarini, en un comunicado.
El miércoles, la UNRWA recibió algo más de 23.000 litros de combustible para la asediada Franja de Gaza, entrega que las autoridades israelíes condicionaron a que solo pudiera utilizarse para transportar las «pequeñas cantidades de ayuda que llegan a través de Egipto», dijo. Entre tanto, el enclave necesita 160.000 litros de combustible cada día para llevar a cabo operaciones humanitarias básicas, señaló.
La Agencia hizo un llamamiento a las autoridades israelíes para que autoricen inmediatamente la entrega de la cantidad necesaria de combustible, «tal y como lo exige el derecho humanitario internacional».
«Con solo el combustible para los camiones, ya no se salvarán vidas. Una espera más larga costará vidas», advirtió Lazzarini.
«Es atroz que se siga utilizando el combustible como arma de guerra. Durante las últimas cinco semanas, UNRWA ha estado suplicando por combustible para apoyar la operación humanitaria en Gaza. Esto está paralizando seriamente nuestro trabajo y la entrega de ayuda a las comunidades palestinas en Gaza», escribió.
Anteriormente se informó que las instalaciones públicas de agua y de aguas residuales, incluidos 60 pozos en el sector sur del enclave y dos plantas desalinizadoras principales en Rafah y la zona Middle, comenzarían a tener que cerrar a partir del 15 de noviembre. Esto provocará, entre otras cosas, la desconexión del suministro de agua doméstica a 44 refugios de la UNRWA para desplazados internos, que actualmente albergan a más de 290.000 personas.
GV