La renta petrolera ya no es suficiente para garantizar el suministro de pan y medicamentos en Venezuela, y el régimen de Nicolás Maduro se ha visto forzado a devaluar el bolívar y a reducir aún más el acceso a los dólares de los venezolanos, pero hay un área que el líder chavista no se atreve a recortar: el masivo subsidio a la economía cubana.
La crisis económica por la que atraviesa Venezuela, con los ingresos petroleros insuficientes para cubrir las necesidades del país, ha llevado al régimen a recortar el presupuesto nacional en cerca del 63 por ciento en términos reales, siendo nominalmente inferior al del año anterior en un 20 por ciento, y tras descontar un 56 por ciento de inflación.
Pero la contribución de más de 100,000 barriles diarios y otros aportes a Cuba, que suman más de $6,500 millones al año, se mantiene inamovible, lo que genera cuestionamientos sobre cuáles son las verdaderas prioridades del chavismo.
“No creo que exista precedente en nuestra historia, desde la conquista hasta la fecha, en el que Venezuela haya hecho un aporte a otro país que represente tantos recursos, como lo que ha significado la firma del acuerdo energético con Cuba”, expresó desde Canadá el asesor político Orlando Viera-Blanco.
“Pareciera que se mantiene intocable el aporte que se entrega a Cuba, y si eso no se llama ser una suerte de protectorado cubano, una suerte de colonia, entonces no habría otro nombre que adjudicarle porque aquí estamos en el terreno precisamente de subyugación económica, pero que también es ideológica y operativa”, enfatizó.
La crisis económica por la que atraviesa el país tampoco tiene precedentes, con millones de venezolanos siendo obligados a formar largas colas todos los días en busca de alimentos, con índices de escasez que no habían sido vistos en el país.
La falta de harina de trigo, por ejemplo, ha llevado a las panaderías del país a limitar su oferta a solo dos panes por persona. La situación con los medicamentos también genera serios problemas de salud para la población, ya que las farmacias registran carencias en sus inventarios del orden del 40 por ciento.
El problema del desabastecimiento tiene su origen en la insuficiencia de los ingresos petroleros para alimentar el inmenso apetito de la revolución bolivariana y las masivas importaciones requeridas para mantener surtidos los anaqueles, en un país que se tornó sumamente dependiente del comercio exterior tras 14 años de sistemática destrucción del aparato productivo, explican los economistas.
Pero pese a la evidente escasez de moneda dura, el régimen de Maduro ha optado por apretar el cinturón de los venezolanos sin tocar a los cubanos.
Para Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la empresa de asesoría Inter American Trends, ese fenómeno ilustra la magnitud de la dependencia de Maduro respecto al régimen de los hermanos Castro. “La isla es la que le asegura el poder a Maduro. En el momento en que Maduro deje de sostener a la isla, su estabilidad política está en juego”, dijo De La Cruz desde Washington.
“Maduro consolidó su poder gracias a los Castro, gracias a la asesoría política y a los sistemas de espionaje y de seguridad que el régimen de la isla mantiene en Venezuela. Y eso es lo que los petrodólares venezolanos realmente están comprando”, sostuvo.
Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubano y Cubano Americanos de la Universidad de Miami, coincidió. “Cuba tiene un personal en Venezuela que es crítico para la supervivencia del régimen de Maduro. No son militares, sino elementos de la seguridad, de la inteligencia y los asesores que tiene. Por lo tanto, Cuba tiene un control, hasta cierto punto, de las estructuras del gobierno en Venezuela y es muy difícil para Maduro desligarse de esta influencia cubana”, afirmó Suchlicki.
“Puede ser que reduzcan un poco los envíos de petróleo, puede ser que incluso los demoren. Pero cortarlo de buenas a primeras al gobierno de Cuba, no creo que es posible”, agregó.
En una clara manifestación de ese compromiso, Maduro y Raúl Castro reafirmaron el martes la cooperación económica entre los dos países durante una reunión de trabajo celebrada en La Habana en el marco de la II Cumbre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Ese compromiso se deriva del convenio marco de cooperación bilateral firmado en el año 2000 por Fidel Castro y el fallecido Hugo Chávez, que convirtió a Venezuela en el principal aliado político y económico de La Habana.
Ambos gobiernos mantienen ese convenio que abarca acuerdos de diferente índole, incluido uno energético por el que la isla recibe unos 100,000 barriles diarios de petróleo.
Cuba paga parte de ese crudo con los servicios que prestan en Venezuela más de 30,000 cubanos, cuyo costo anual para la nación sudamericana ronda los $200,000 por cabeza. Viera-Blanco dijo que los montos enviados este año a Cuba compiten abiertamente con la cantidad de recursos que Venezuela está destinando este año en áreas prioritarias como la salud, la seguridad ciudadana, o la educación.
En educación, por ejemplo, el presupuesto nacional suma unos $10,000 millones al año al tipo de cambio oficial para las importaciones de 6.3 bolívares por dólar, mucho menos si es comparado con la nueva paridad de 11.3 que será utilizada para la gran mayoría de las operaciones cambiarias del país.
“Si uno coteja esa cifra con lo que se le aporta a Cuba, que solamente en petróleo suman cerca de 6,000 millones al año, más otros beneficios, por concepto de pagos. Caemos en el absurdo de que Cuba podría estar recibiendo tanto como el presupuesto de educación en Venezuela”, dijo.
En salud, donde el gobierno destina 41,445 millones de bolívares, los envíos de Cuba los superaría ese monto, al igual que en viviendas, donde solo se tiene presupuestados este año 4,252 millones de bolívares.
El subsidio a Cuba podría ser utilizado para resolver la grave crisis energética del país, o contratar a los más de 80,000 agentes de policías que requiere Venezuela para alcanzar los estándares básicos de seguridad ciudadana, en un país que se ha convertido en uno de los más peligros del planeta, dijo.
Pero son usados para contratar a agentes cubanos para espiar a la oposición y cualquier señal de inconformidad en los cuarteles, en una práctica que se intensificó cuando Maduro llegó al poder a inicios del año pasado, pero que en realidad no comenzó con él.
Los espías cubanos jugaron un papel fundamental en el sostenimiento del régimen cuando Chávez estaba en la presidencia, asesorándolo a él directamente sobre los movimientos de la oposición, las murmuraciones en los cuarteles y toda señal de potencial traición dentro de las filas revolucionarias, según informes del Departamento de Estado y análisis de la firma privada de inteligencia Stratfor, filtrados por WikiLeaks.
Según los cables, La Habana fortaleció los servicios de inteligencia que estaban a disposición de Chávez como jefe de Estado, entrenando a sus empleados y adoctrinándolos.
Pero también suministró miles de agentes que operan con total liberad en Venezuela para monitorear a la oposición y detectar cualquier riesgo de alzamiento dentro de las fuerzas armadas.
“La capacidad de la inteligencia venezolana recibió un fuerte impulso después de que Chávez se alió con Cuba […] Esa es la razón por la que Chávez está tan endeudado con [ellos] […] su régimen puede detectar todo complot de antemano y puede mantener vigilada a la oposición por la gran cantidad de cubanos involucrados en la recolección de inteligencia”, afirmaba un analista de Stratfor en uno de los cables filtrados por WikiLeaks en el 2012.
Nuevo Herald