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Endeudarse en tiempos de crisis mundial

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Endeudarse en tiempos de crisis mundial

Solicitar un crédito es una medida que puede atemorizar a quien nunca la ha tomado, por lo que algunos suelen tardar un tiempo que consideran prudencial en decidirse a dar el paso. Sin embargo, en tiempos como los actuales, endeudarse es más un imperativo que una opción. Necesidades apremiantes como las surgidas de crisis económicas o imprevistos domésticos, nos dejan sin otra alternativa que asumir una deuda, pero puede hacerse de forma inteligente.

 

 

 

Lo macroeconómico en el bolsillo

A lo largo de todo 2017 las principales economías mundiales se han visto sacudidas por temas políticos. Además, se podría afirmar que éste ha sido un año de cambios sustanciales para las principales monedas y bienes cotizables en las bolsas mundiales. Aun siendo simples mortales, sin stocks que se vean afectados por los vaivenes de Wall Street, planes como equipar la cocina o reparar el techo pueden verse entorpecidos por temas como las elecciones estadounidenses.

 

 

 

Las repercusiones geopolíticas no solo estimulan la adquisición de compromisos indeseables. En economías como la china pueden ser un síntoma de prosperidad, ya que allí el alza del endeudamiento es reflejo de un aumento del consumo. En otros países este fenómeno puede ser positivo, aunque de un signo contrario a la salud económica del gigante asiático. Este sería el caso de Venezuela, donde el mejor negocio es precisamente endeudarse en Bolívares y dejar que la inflación deje atrás los incrementos de las tasas de interés.

 

 

 

Lo imprevisible cambia nuestra economía

Otro factor que añade peso a las necesidades crediticias de este año son los desastres naturales. En la mayoría de los países afectados por los huracanes Harvey, Irma y el reciente terremoto de 8,4 con epicentro en Quintana Roo, se establecen modalidades especiales de créditos para particulares y comercios.

 

 

 

La Agencia Federal de Gestión de Emergencias estadounidense ofrece y aprueba préstamos para recuperar economías tan golpeadas como la de Texas. En Puerto Rico, mientras tanto, los créditos forman parte del Programa de Recuperación Económica, orientado principalmente a las Pymes.

 

 

 

La forma de gestionar el dinero también cambia

Pero las obligaciones, una vez adquiridas, no se pagan solas. Si las necesidades sobrepasan nuestra capacidad de cancelación inmediata, la adquisición de créditos puede terminar creando una batería de deudas de difícil manejo. Diferentes préstamos traen aparejados intereses y cuotas muy diversas, sin contar con los requerimientos de las instituciones acreedoras. Planificar qué deuda pagar, en qué fecha y sacar las cuentas para diferenciar la amortización de capital de los intereses, puede ser agotador.

 

 

 

Por ello, aunque podamos pagar nuestros múltiples compromisos, una tendencia cada vez más en auge es la de contratar empresas especializadas en reunificar deudas como Préstamosolución. Aunque la práctica no es nueva, sus ventajas destacan en tiempos como este problemático año económico.

 

 

 

Al reunificar deudas con ASNEF, por ejemplo, después de realizar un estudio gratuito, se pueden unificar todos los préstamos personales de los que se es deudor en una sola cuota. No solo se trata de una simplificación de trámites, sino de un auténtico cambio incluso en la cifra de las cuotas, que usualmente se reduce gracias a una extensión del tiempo de cancelación.

 

 

 

Si antes llegábamos a pensar que endeudarse era el lujo de una privilegiada minoría que contaba con infinidad de avales y fiadores, estos tiempos de crisis también nos han enseñado lo contrario. Cada vez se solicitan menos requisitos para el otorgamiento de créditos personales y microcréditos. Son numerosas las instituciones bancarias que han incluido en sus páginas web botones que permiten solicitar créditos pre-aprobados basados en depósitos de nómina.

 

 

 

Sin salario sí se puede

Pero, ¿qué puede hacer quien no recibe pagos regulares en su cuenta bancaria? Aunque sea difícil de creer, los ingresos previsibles y constantes han dejado de ser indispensables para ser elegido como deudor. Para quienes carecen de ellos existen las empresas Fintech, contracción de términos anglosajones que podríamos traducir como “Tecnología Financiera”. Sus clientes son solicitantes con poco tiempo para trámites, que se manejan online, con necesidad de cuantías bajas, que son evaluados en base a sus balances bancarios.

 

 

 

Sea cual sea la razón para solicitar un crédito o la modalidad de pago de la deuda, lo cierto es que en 2017 se ha registrado un aumento en el mundo crediticio. Incluso excluyendo de las estadísticas aquellos otorgados como subsidios sociales por parte de Estados y organismos de ayuda, en Europa y Norteamérica, aún antes de la temporada de huracanes, las cifras tendían a elevarse.

 

 

 

Es imposible prever los vaivenes de la economía pero, mientras se estabilizan los distintos mercados, parece una buena idea estudiar a conciencia si endeudarnos, refinanciar o si unificar nuestras deudas es la mejor estrategia.

 

 

 

Panorama

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