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Datos curiosos sobre los aztecas

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Datos curiosos sobre los aztecas

– Los aztecas descendían originalmente de tribus cazadoras y ganaderas de Asia, que llegaron 3000 años atrás buscando raíces, frutas y animales salvajes para domesticar. Fue la tribu de los mexicas los que en el 1200 formaron la civilización de los aztecas.
– Los aztecas se asentaron finalmente en una pantanosa isla desierta llamada Aztlán, en el medio del lago Texcoco, y tiempo más tarde construyeron una ciudad donde establecerse, llamada Tenochtitlán -el sitio del cactus-, donde está emplazada ahora la Ciudad de México.
– Los aztecas se extinguieron como civilización en 1521
– Los aztecas creían en trece paraísos y nueve infiernos distintos.
Los aztecas más pobres solían hacer una especie de sobres de maíz llamados «tamales», que rellenaban de cosas varias, como ranas, caracoles, huevos de insectos, hormigas, saltamontes hervidos, babosas, lagartijas y larvas rojas del cieno del fondo de los lagos.
– La ley azteca no permitía a los aztecas pobres construir un segundo piso. La mayoría de casas pobres estaban hechas de ramas y barro, con tejados de paja. Algunos pobres fabricaban ladrillos cociéndolos al sol. Por supuesto, no tenían ventanas ni muebles.
– Muchos aztecas tenían un cuarto de vapor. Este cuarto tenía forma de iglú y las paredes se calentaban al rojo vivo desde afuera, mediante un horno exterior. El típico azteca arrojaba agua a las paredes y se frotaba con ramas y hierbas.
– Las mujeres aztecas se untaban la cara con unos polvos amarillos, se oscurecían las manos y los pies con resina quemada y tinte, y se dibujaban intrincados diseños en las manos y cuello cuando iban a un sitio especial. Utilizaban sellos de barro que usaban para imprimir formas de colores en la cara, como tatuajes postizos (los hombres sí tenían tatuajes permanentes). También se pintaban cosas en sus partes íntimas. Al pelo le daban siempre un último aclarado con un tinte color índigo (violeta o púrpura).
Datos sorprendentes de los aztecas
CURIOSIDADES AZTECAS SOBRE LOS SACRIFICIOS
– Si un niño azteca nacía en una fecha especial era candidato para ser sacrificado al dios Tlaloc, el dios de la lluvia, pero el sacerdote pagaba una buena cantidad por los hijos que iban a ser sacrificados.
– Los niños aztecas que iban a ser sacrificados esperaban en unas guarderías especiales durante semanas, meses o incluso años antes del «gran día». Los inocentes eran vestidos entonces con túnicas suntuosas con las que desfilaban frente a las masas y después eran decapitados. Se suponía que las lágrimas que el espectáculo despertaba en la multitud provocaba la lluvia.
– Otra forma interesante de seleccionar los niños a sacrificar era encontrar a los niños que tuvieran la misma altura que el maíz para promover su crecimiento. Así que cuando las plantas jóvenes no eran más grandes que la palma de la mano, elegían a los bebés más tiernos. Después, cuando la altura del maíz alcanzaba la rodilla, buscaban esclavos de 5 a 7 años (los aztecas solían ser de muy poca estatura).Aunque parezca raro, los tiernos bebés que se escogían eran siempre de familias nobles.

 

La civilización azteca
 

 

 
CURIOSIDADES AZTECAS SOBRE LOS NIÑOS

 

 

 

– A las pequeñas niñas aztecas se les daba una rueca diminuta, una cesta y una escoba en miniatura para mentalizarlas con su futuro rol. Además enterraban en casa el cordón umbilical para que «no se fueran muy lejos». Los nombres de las niñas siempre representaban algo bonito o gentil, como «Auiauhxochitl» (flor de lluvia), «Miahuaxiuitl» (flor de maíz turquesa) o «Tziquetzalpoztectzin» (el pájaro Quetzal). Igualmente, a los niños aztecas se les daba un equipo de guerrero en miniatura y una versión diminuta de los instrumentos que su padre utilizaba en el trabajo.
– La disciplina azteca era extremadamente estricta. Los niños que se portaban mal eran azotados, pinchados con espinas, atados y arrojados a profundos charcos de lodo, o se les colgaba de los pies encima de jalapeños en ascuas.
– Las niñas aztecas de nacimiento noble eran enviadas fuera de casa en cuanto acababan de cumplir los trece años y encerradas en escuelas estrictas -calmeac- para que aprendieran a bordar y para protegerlas de los chicos. Normalmente, cuando salían cumplían los 15, que era cuando comenzaban a recibir las primeras ofertas de matrimonio. La hija de un alto cargo del gobierno azteca lo tenía peor todavía. Tenía que pasar todo su tiempo con las ancianas, sólo podía salir al jardín con guardas, no podía levantar los ojos del suelo y nunca podía volver la vista atrás, so pena de ser castigada severamente. Se suponía que tenía que estar callada permanentemente y no se les permitía dirigir palabra a los hombres.
– Una de las pocas ocasiones en que los hijos de los que estaban en el poder (sacerdotes, líderes militares, jueces), podían salir de la escuela era cuando se les enviaba a la cima de una montaña desierta para una sesión de rezos que duraba toda una noche; en la que además hacían ofrendas de incienso y sacrificaban sangre que habían recogido previamente, pinchándose a sí mismos en piernas y orejas con las espinas de los cactus.

 

Datos interesantes de los aztecas

CURIOSIDADES AZTECAS SOBRE LA GUERRA

 

 

Los soldados aztecas trabajaban sin salario, pero aquel que capturara a cuatro o más enemigos era promovido a noble. Si se perdía la vida en batalla, se creía que los soldados iban a un paraíso especial cerca del sol
Los prisioneros de guerra de los aztecas iban atados entre ellos con una larga cuerda cosida a la nariz. Las mujeres y los niños iban atados mediante pesados collares de madera y eran conducidos hasta la ciudad para ser sacrificados. Era muy común ofrecer a las víctimas que iban a ser sacrificadas agua cortada con obsidiana para drogarlos. Este brebaje era una mezcla de agua con la que se había lavado el cuchillo utilizado para los sacrificios, con chocolate. No obstante, era más probable que fuera la leche fermentada del cactus agave (el que se usa para elaborar tequila), el que actuaba a modo de droga. Cuando llegaban arriba del «todo», una piedra ritual en una pirámide, se cree que los sacerdotes les daban a beber algo todavía más fuerte, el «ololiuqui», hecho con semillas de la planta ipomea; o peyote, lo que conocemos ahora como mexcalina.
Los aztecas se comían solamente los brazos y las piernas de sus víctimas. Arrojaban los torsos a las aves de presa y a las mascotas salvajes de Moctezuma. Las calaveras se utilizaban para lucir clavadas en las estacas o para decorar las paredes. El resto de pedazos eran quemados en grandes hogueras, ya que la tierra era un tesoro escaso y no se podían permitir usarla para enterrarlos.

 

 

 

Cuando algún azteca se endeudaba por alguna razón, podía pagar haciéndose esclavo.

 

 

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