Altos, guapos, barbones y corpulentos; aventureros, divertidos y renegados… seguramente es el tipo de hombre con el que todas soñamos o hemos estado alguna vez, y si bien nos aceleran el corazón y nos hacen vivir momentos memorables, la verdad es que no son para el “vivieron felices por siempre”.
Y es que eso que tanto nos gusta de un chico malo, es lo mismo que nos lastima. Aquí algunos ejemplos:
Emociones a flor de piel
Los chicos malos son aventureros y arrebatados, y esa adrenalina que experimentamos a su lado nos vuelve locas, pues elevan nuestro deseo y nos llevan al extremo de las emociones, desde peleas intensas hasta reconciliaciones mayores.
Si bien al principio es divertido, llega un punto en el que necesitas estabilidad y no una montaña rusa de sensaciones y pensamientos.
Una vida intensa todo el tiempo
Los chicos malos no piensan en consecuencias, por lo tanto no escatiman en planes a corto plazo, visitas inesperadas, regalos caros o viajes improvisados, pero por su misma naturaleza no se comprometen en algo a largo plazo.
Ellos necesitan la incertidumbre para sentirse enamorados y, aunque por un momento nos basta hay que regresar a la vida real y pensar a futuro.
Mucha química sexual
Los encuentros íntimos con un chico malo son como sacados de película; hay demasiadapasión y fuerza, pero si te enamoras llegará el punto en el desees hacer el amor de forma delicada.
Poder de decisión
Los chicos malos son emocionales e inestables y lo que los motiva es sentir ese mismo arrebato de parte nuestra: “escápate conmigo”.
Al principio creerás que de eso se trata el amor y que deberías dejarlo todo para demostrarle tus sentimientos, pero pronto te darás cuenta de que por el contrario, quien te quiere no te hace decidir de esta manera.
Palabras que atrapan
La mayoría de los chicos malos saben exactamente qué decir, cómo y cuándo decirlo, y aunque leamos y leamos artículos como este no podemos evitar creerles aunque sea parte de lo que dicen (¡es que suena tan lindo!) pero la verdad es que mientras más grande sea una promesa o confesión, seguramente más lejana de la realidad estará.
También pueden comenzar con control y posesión, celos y demás comportamientos disfrazados de amor.
Aunque creamos que una relación así de intensa es lo que necesitamos, tarde o temprano terminamos desgastadas.
Te gusta demasiado
Los chicos malos sacan nuestro lado más primitivo, entre la atracción y las emociones llegamos a perdernos y con esto el rumbo de la vida que queríamos; cuando un chico simplemente nos gusta DEMASIADO hay que tener cuidado, aunque parezca imposible, lo mejor es aprender a enamorarnos con el corazón… y la cabeza también.
¡Confiesa! ¿Te has clavado con un chico malo?
Fuente: iMujer