El fútbol español mira a Oriente, y no sólo para esperar a los Reyes Magos, sino también para intentar mostrarse con toda su fuerza para lo que ha programado su partido estrella, Real Madrid-Barcelona, en un horario nada habitual, que le garantiza máxima visibilidad en tierras asiáticas.
Con 650 millones de telespectadores previstos, es decir, un décimo de la humanidad, el duelo entre el Real Madrid de Cristiano Ronaldo y el Barça de Leo Messi es el más visto en el mundo.
Y es una máquina de ingresos para la Liga, para la que la rivalidad permanente entre estos dos gigantes supone una uno de sus principales atractivos.
«Es el escaparate ideal y el partido reclamo, el partido llamada para que la gente vea al fútbol español», explica José María Gay de Liébana, economista de la Universidad de Barcelona.
Este especialista en la economía del deporte subraya que el campeonato español genera, según algunas estimaciones, entre 10.000 y 15.000 millones de dólares de ingresos, es decir, entre el 1 y el 1,5% del PIB español, y calcula que los ingresos directos e indirectos generados únicamente por el clásico se elevan a «varios cientos de millones de euros».
Así, según un reciente estudio de la consultora Nielsen, el clásico de diciembre de 2016 en el Camp Nou (1-1) generó 36 millones de euros de exposición mediática para las diferentes marcas patrocinadoras de los dos clubes.
GV