Quito, 14 feb (EFE).- Un teniente coronel de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) fue asesinado este viernes cuando circulaba cerca de la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más grande, poblada y peligrosa del país, uno de los epicentros de la crisis de violencia que se vive en Ecuador.
Según la prensa local, el teniente coronel de la FAE Porfirio Cedeño viajaba desde Guayaquil a una ceremonia militar en Manta, pero dos sicarios interceptaron el vehículo en el que se movilizaba y dispararon en repetidas ocasiones, hiriendo, además, al conductor.
El asesinado era comandante del Grupo de Operaciones Especiales de la FAE y cumplía operaciones en la base de esa institución en La Atarazana, norte de Guayaquil, capital del Guayas, según publicó el portal Primicias.
«Penosamente el coronel es interceptado por unos sujetos, y los sicarios lo alcanzan a unos 200 metros antes de llegar a la Penitenciaría, tenemos más de 20 indicios balísticos en el lado izquierdo y unos tres más en el lado del conductor», dijo un oficial de la Policía a la prensa.
En redes sociales, las Fuerzas Armadas solicitaron apoyo a la ciudadanía para capturar a los responsables del ataque armado contra personal militar en las inmediaciones del Centro de Rehabilitación Social de Guayas.
Además, pidieron proporcionar información a la línea gratuita 131, a redes sociales o al correo informa@recompensas131.org.
La Fiscalía, que abrió de oficio una investigación previa, confirmó que en la escena del crimen se hallaron hasta una veintena de casquillos de bala.
En un comunicado, el Gobierno de Ecuador afirmó que el asesinato del coronel de la FAE «evidencia el estado de guerra en el que está sumido Ecuador» contra el crimen organizado.
«Con esta realidad, está claro que se vive un ‘conflicto armado interno'», aseveró el Ejecutivo del presidente Daniel Noboa, que desde inicios de 2024 declaró a Ecuador bajo esa situación, a la vez que decretó sucesivos estados de excepción donde puso a las Fuerzas Armadas a realizar operaciones contra las bandas criminales, a las que pasó a catalogar como «grupos terroristas».
La declaración de «conflicto armado interno» ha sido objeto de polémica al ser un término comúnmente usado para conflictos contra guerrillas o grupos subversivos que buscan apoderarse del Estado por las armas para imponer un proyecto político, pero no contra organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y las extorsiones, entre otras actividades ilícitas, si bien estas se infiltran en la estructura estatal para seguir operando.
«El estado de excepción, previamente decretado, se mantendrá», apuntó el Gobierno en referencia al último de estos decretos emitidos por Noboa, que incluye a la provincia de Guayas (cuya capital es Guayaquil) dentro de las jurisdicciones donde las fuerzas estatales concentran sus operaciones contra el crimen organizado.
«A quienes perpetuaron (sic) este hecho, que no les quede duda: nuestra respuesta será contundente», concluyó el Ejecutivo.
El atentado de este viernes se suma a otro ocurrido el pasado miércoles en el que fue asesinado René Zamora, teniente político del cantón (municipio) de Olmedo, de la provincia de Manabí, vecina del Guayas, y otra de las zonas que permanecen bajo estado de excepción.
Estos asesinatos se suman a la ola de atentados a alcaldes, funcionarios municipales, fiscales y funcionarios de prisiones que se atribuye al crimen organizado, causante de la escalada de violencia criminal que llevó a que Ecuador registrara en 2023 la tasa más alta de homicidios de Latinoamérica.
En medio de la crisis de inseguridad, el jueves una niña de dos años fue asesinada junto a un adulto en un ataque armado ocurrido en el sur de Ecuador, donde también resultó herida una mujer, mientras que un bebé de 11 meses corrió la misma suerte en otro ataque en la costera provincia de Manabí. EFE