El consistorio ha detectado personas que se dedican profesionalmente a alquilar viviendas exclusivamente para ofrecerlas como pisos turísticos.
Airbnb ya ha retirado de su web los 1.036 pisos turísticos ilegales y con orden de cese que el Ayuntamiento de Barcelona le exigió eliminar de la plataforma en el plazo de un mes, que terminaba a finales de agosto, ha anunciado la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz.
La retirada de estos pisos ilegales «confirma el punto de inflexión y la buena voluntad de continuar trabajando con el Ayuntamiento en esta dirección» por parte de Airbnb, ha dicho Sanz en declaraciones a los medios, y ha recordado que estos pisos ya tenían dictada una orden de cese y que continúan con los expedientes sancionadores.
Ha avanzado que prevén que la colaboración con Airbnb sea «mucho más fluida» a partir de septiembre y siga retirando los pisos que indique el Ayuntamiento, mientras desarrolla un ‘software’ que impida ofertar un piso turístico si no se introduce el número de registro en la web, algo en lo que también trabajan con otras grandes plataformas.
«Es lo que garantiza que la oferta de pisos turísticos ilegales decrezca y que estos pisos estén al servicio de los vecinos y no del lucro vinculado a una actividad turística que no cumple la legalidad», ha señalado Sanz, que ha recordado que cerca del 15% de los pisos turísticos ilegales son ofertados y gestionados por inquilinos y no por el propietario del piso.
Pisos realquilados
El Ayuntamiento ha detectado personas que se dedican profesionalmente a alquilar viviendas exclusivamente para ofrecerlas como pisos turísticos, y que varios de ellos tienen diversos pisos, desde un par a decenas, siendo personas de diversos perfiles -tanto locales como extranjeras- conscientes de la actividad que están realizando.
El distrito con más pisos turísticos ilegales es el de Ciutat Vella -especialmente en el Gòtic y la Barceloneta-, seguido por el Eixample -sobre todo en la Dreta del Eixample-, y el tercero es el de Sant Martí, principalmente en su frente marítimo -donde se alquilan pisos de lujo-, por delante de barrios como Gràcia y Sants.
Desde que puso en marcha el plan de choque contra pisos turísticos ilegales hace un año, el Ayuntamiento ha abierto 6.197 expedientes disciplinarios de pisos irregulares, de los que 3.473 han sido expedientes sancionadores y, además, ha dictado 2.332 órdenes de cese -744 la han acatado- y 145 precintos.
Mediante la colaboración de entidades y ciudadanos -hace un año habilitó un canal específico para alertar de pisos ilegales-, el Ayuntamiento ha recibido más de 3.000 quejas y reclamaciones mediante la web, y otras 4.500 con el teléfono gratuito, ha detallado la teniente de alcalde.
Sanz ha recordado que en Barcelona hay entre 5.000 y 6.000 pisos turísticos ilegales -menos que los entre 7.000 y 8.000 que había en 2015, según ella-, y ha recordado que el Gobierno de Ada Colau impulsó este plan de choque «totalmente necesario»; creó la figura de los visualizadores para acelerar la detección de ilegales, con 40 efectivos, e incrementó el número de inspectores hasta otros 40.
Ha reiterado que los pisos turísticos ilegales perjudican la convivencia en los barrios y hacen competencia al derecho a la vivienda, por lo que han impulsado estas medidas por la «necesidad de lograr pisos disponibles que lo sean para los vecinos y no sólo para la oferta turística».
Sanz ha asegurado que son conscientes de que queda mucho trabajo por hacer, pero ha defendido que, con el trabajo de este último año, el Gobierno municipal están «dando la vuelta a lo que estaba pasando hasta ahora en Barcelona, enviando un mensaje de tolerancia cero hacia la actividad turística ilegal».
Expansión.com