#1 Acelera tu envejecimiento
El cigarro y las arrugas vienen de la mano. Y es que la nicotina y el monóxido de carbono estrechan los vasos sanguíneos de las capas más externas de la piel y, por consiguiente, restringe la llegada de los nutrientes que necesita para conservarse resplandeciente.
#2 Opaca tu belleza natural
Ahora bien, la piel no representa la única víctima de este hábito. En este sentido, además de las bolsas debajo de los ojos, la propensión a la psoriasis y las arrugas prematuras, fumar debilita al cabello y hace que los dientes pierdan su blancura.
#3 Afecta tu alimentación
Pero, los daños del cigarrillo no se restringen a lo visible; estos también están presentes en la alimentación. Así, el cigarro reduce el apetito, embota a las papilas gustativas y genera una profunda insatisfacción con la comida.
#4 Te hace más vulnerable a la gripe
El cigarrillo tiene otro poder maléfico: tiene el potencial de convertir una simple gripe en una enfermedad complicada. ¿Por qué? Los componentes químicos del cigarro agudizan las inflamaciones que suelen conllevar los estados gripales y hacen que la gripe tarde mucho más en irse.
#5 Interactúa con las pastillas anticonceptivas
Según estudios, las mujeres que se cuidan con la píldora y además son adictas al tabaco tienen un 30% más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón, sobre todo después de los 35 años. También, son más propensas a desarrollar hipertensión, coágulos de sangre y enfermedades hepáticas.
#6 Pero, siempre puedes dejarlo…
En cada amanecer, resplandece una oportunidad para abandonar este vicio. Fíjate una fecha para concretar tu meta, escribe todos los motivos por los que te gustaría dejarlo y llena el vacío que dejará esta ahumada ausencia con actividades que te hagan sentir más plena: escucha una canción alegre, piérdete (y encuéntrate) en una buena lectura… ¡las posibilidades son muchísimas!
#7 Y el resultado será asombroso
El ritmo cardíaco y la presión arterial se estabilizarán, la circulación sanguínea será más fluida, las terminaciones nerviosas comenzarán a regenerarse, incrementará tu resistencia física y reducirás tus riesgos de experimentar ataques cardíacos y de desarrollar varios tipos de cáncer.
Fuente: iMujer