A medida que el músico Jon Batiste arrasaba en los Grammys de 2022, ganando un premio tras otro en el más prestigioso palco de la música, su esposa lo veía como la mayoría de la gente: desde el sofá de su casa por televisión.
Suleika Jaouad no pudo acompañarlo personalmente en esa noche de gloria porque estaba luchando contra una leucemia. Esa dura conjunción entre éxito estratosférico y la cruda realidad es el hilo conductor de American Symphony, un íntimo documental sobre la pareja disponible en Netflix.
«Quería que no solo fuese sobre el proceso artístico, sino que también mostrase lo que implica alcanzar un nivel de grandeza en el arte», dijo Batiste a AFP.
«También creo que estábamos mostrando una lección que no conocíamos entonces: que la creatividad es un mecanismo de supervivencia«, agregó el artista, de 37 años.
Comenzó como un documental sobre el proyecto de Batiste de escribir una sinfonía contemporánea de función única inspirada en la música de varios lugares del mundo. Pero se transformó radicalmente cuando Jaouad descubrió que su cáncer había reaparecido, casi 10 años después.
El resultado es, al mismo tiempo, una historia de amor, una reflexión sobre la enfermedad, una crónica de la vida familiar y una revisión tenaz del proceso creativo en sí mismo.
Jaouad, de 35 años, es una reconocida escritora. Su primera batalla contra el cáncer, una década atrás, quedó plasmada en sus columnas en el periódico The New York Times.
«Negociación» en tiempo real
Durante siete meses las cámaras siguieron a Batiste mientras dirigía ensayos, sufría de una severa ansiedad que lo mantenía despierto en las noches, hablaba con su terapeuta acerca de querer renunciar a su trabajo, y visitaba a Jaouad en el hospital.
«Dar acceso a las cámaras a estos momentos sagrados de nuestra vida fue una negociación en tiempo real», dijo Batiste.
«Definir límites, ellos empujando esos límites, y nosotros empujando de vuelta», cuenta.
Durante la misma época, su disco We Are lideró las nominaciones a los Grammys de 2022, y se impuso ante figuras como Taylor Swift, Kanye West y Billie Eilish en la categoría Álbum del Año.
Pero cuando Batiste regresó de Las Vegas con sus cinco gramófonos, Jaouad estaba de vuelta en el hospital, enfrentando los efectos de la quimioterapia y un segundo trasplante de médula.
Una poderosa escena del documental muestra a Batiste en el escenario durante un recital de piano de dos horas, ante un auditorio repleto.
El músico le dedica la pieza siguiente a Jaouad y a continuación se detiene con los dedos en el teclado, durante un minuto. Tras esta pausa que parece una eternidad, toca una improvisación conmovedora y catártica.
«Estaba procesando todo en tiempo real frente al público», dijo Batiste.
«Es tanto lo que ocurre, lo que pasa en una vida, que es difícil ponerlo en palabras», añadió.
American Symphony, producida por la empresa audiovisual de Michelle y Barack Obama, se perfila como fuerte candidata para la categoría Mejor documental en los Oscar 2024.
Batiste ya ganó un premio de la Academia por escribir la banda sonora de la película animada de Pixar Soul.
Jon Batiste, «Butterfly»
De formación clásica, descendiente de una dinastía musical de Nueva Orleans, Batiste es un erudito del jazz que se hizo famoso al frente de la banda del popular programa de variedades de Stephen Colbert.
El éxito de We Are llevó su estatus de celebridad a otro nivel y, menos de dos años después, está nominado a otros seis Grammys con su disco World Music Radio.
Batiste compite, entre otras categorías, en la de Mejor Canción con «Butterfly», escrita para Jaouad cuando estaba en el hospital.
Es el único hombre nominado para Grabación y Álbum del año, donde se medirá con superestrellas como Swift, Olivia Rodrigo y el grupo femenino boygenius.
Con estas artistas comparte un interés por «música real, arte real», que no se apoya en tecnología y sonidos computarizados, asegura.
Rodrigo «trajo de vuelta ese estilo ‘vieja escuela’ de componer», Eilish es «la voz de su época» y boygenius es un viaje a una «dinámica de banda y a la camaradería basada en valores compartidos», reflexiona Batiste.
Pero cuando piensa en la ceremonia de los Grammys en febrero, lo que más le importa es que su esposa pueda estar a su lado.
«Esta vez, lo que más me entusiasma es que ella se encuentra bien y podrá ir a los Grammys conmigo», dijo.
«Poder celebrar el álbum y esa canción, y poder estar en los Grammys de nuevo, ahora con ella… para nosotros es un círculo completo».
2001