La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la depresión afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. La toma de medicamentos es parte integral del tratamiento, pero pese a su eficacia los antidepresivos pueden dañar el amor.

De acuerdo con Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers, con el uso de ciertos antidepresivos se está trastornando el deseo, el elemento primordial para comenzar una relación.

«No digo que debamos evitarlos, pero tenemos que evaluar su uso para conservar el impulso amoroso y estar sexualmente sanos”.

Tratamiento bajo precauciones

Recientemente un estudio de la University of California, demuestra que tomar antidepresivos puede afectar los sentimientos de amor y el apego de las personas.

Basándose en el análisis de los casos de 192 personas con depresión, quienes consumen cierto tipo de antidepresivos, y mencionaron mantener una relación amorosa, los investigadores encontraron las siguientes pruebas de que dichos medicamentos “matan” el amor:

1. Disminución del amor. Los hombres cuyo tratamiento se basaba en los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), sufrieron una afectación en sus sentimientos de amor de manera significativa.

2. Afecta la comunicación. Los participantes que tomaron antidepresivos ISRS expresaron que se sentían menos cómodos con el intercambio de pensamientos y sentimientos hacia sus parejas.

3. Percepción del tiempo. Uno de los efectos que genera la ingesta de antidepresivos es que quienes los consumen se sienten menos deseosos de que el amor por su pareja dure para siempre.

4. Insatisfacción sexual. Las mujeres que consumieron antidepresivos tricíclicos reportaron con frecuencia quejas sobre alteraciones en su vida sexual.

5. Daña el apego. De igual manera los hombres que tomaban ISRS reportaron estar menos propensos a pedir a sus parejas ayuda o algún consejo, además de no desear cuidarlas.

Hagop S. Akiskal, profesor de psiquiatría de la Universidad y autor del estudio, explica que los médicos siempre deben preguntar si hay alguna alteración en la vida amorosa mientras se consumen antidepresivos, para evitar confusiones.

Debido a que la pérdida del deseo sexual y los sentimientos amorosos son manifestaciones comunes de la propia enfermedad”.

Ante dicha situación es importante recalcar la importancia de la no automedicación, si los antidepresivos pueden dañar el amor, es vital que sólo un experto de la salud recete y supervise su consumo.

Fuente: SexualidadSana

Números y datos de lo más divertidos pasan desapercibidos en materia de sexualidad. Te contamos el lado oculto de un tema que siempre convoca.

1) Más sexo y menos gym: el autor norteamericano Richard Smith escribió dos libros sobre sexo y adelgazamiento. En ambos, desarrolla una teoría que apunta a demostrar demostrar que el ejercicio sexual puede reemplazar las ganas de comer y, por lo tanto, colaborar en el mantenimiento de un peso saludable. «Las endorfinas que libera el organismo durante la relación sexual hace que nos olvidemos del estrés y la ansiedad que nos impulsa a ingerir alimentos compulsivamente», afirma. Claro: todo depende de la duración de la relación, de las posiciones y los movimientos y, cómo no, de la intensidad del encuentro amoroso. En resumen, algunos estudios revelan que tomarse un buen rato para desvestir a la pareja equivale a quemar 120 calorías; que un orgasmo esfuma unas 27 calorías y que con un buen beso desaparecen otras 60. Hay debate al respecto, pero podemos encontrar consenso en este número: durante una relación sexual de veinte minutos se consumen 150 calorías.

2) Las mujeres también disfrutan de la pornografía. Según informa el Internet Filter Review, un tercio de los internautas que visitan los sitios para adultos son mujeres, y suman casi 10 millones por mes las interesadas en estas propuestas. Un estudio llevado a cabo por la revista Glamour, un 87% de las mujeres entre 25 y 39 años disfruta del porno como parte de sus hábitos sexuales. Un dato: más del 70% lo mantiene en secreto.

3) Según una investigación de la Universidad de Texas, son 237 las motivaciones que nos llevan a tener sexo. El departamento de Psicología de esta casa de estudios determinó que tener hijos y aliviar la tensión dejaron de ser las principales razones, y que han crecido otras como «para acercarse a Dios» o «para quemar calorías». Otras: «para pagar un favor», «para cambiar el tema de conversación» y hasta «para quitarme el dolor de cabeza». La conclusión de los investigadores no sorprendió a nadie: las personas tenemos motivaciones sexuales muy complejas.

4) No es verdad que a todo el mundo le interese el sexo. El 10% de la gente es asexual: no se siente atraído por ninguno de los dos sexos. Raro, pero cierto.

5) Los hombres pueden tener una erección completa en 10 segundos, y a veces les basta con mirar un par de segundos algo los estimule. Las mujeres, en cambio, necesitamos otro tipo de estímulos más relacionados con el cerebro, más intelectuales. No nos conforman fácil.

6) Besarse puede no ser tan saludable en ciertos aspectos. En un beso profundo, se intercambian unas 40 mil bacterias. Por suerte, la saliva tiene sustancias desinfectantes. Pero no te sorprendas si un resfrío va y viene.

7) ¿Querés saber cuál es el récord sexual femenino? A nivel mundial, el Guinnes ubica el tope en 2004: lo obtuvo la porno star estadounidense Lisa Sparxxx, que aseguró haber mantenido relaciones sexuales con 919 hombres. Así, destronó a otra actriz del cine porno Marianna Rokita, que acumulaba 759 varones en su lista.

8) También existe un récord de orgasmos femeninos en una misma mujer en una hora: lo estableció un estudio científico norteamericano y quedó en 134. Ellos no pueden llegar tan lejos: entre los hombres, en el mismo plazo, sólo se pudieron contabilizar 16 (aunque hay por allí algún estudio que asegura que un hombre logró 34). Las mujeres ganan, de todos modos.

9) Los hombres con pareja se masturban más: como tienen más relaciones sexuales, producen más testosterona, lo cual los hace excitarse más. Es un curioso círculo vicioso.

10) Fingir el orgasmo es habitual entre las mujeres. O, al menos, es mucho más frecuente de lo que creemos. Diversos estudios arrojan que al menos el 50% de las mujeres han fingido el orgasmo en algún momento de su vida.

11) En una eyaculación son expulsados unos 100 millones de espermatozoides, que «viajan» a una velocidad de 18 kilómetros por hora, gracias a la fuerza de las contracciones musculares.

12) El sexo es sano, pero hay que cuidar el corazón, porque puede llegar a 180 pulsaciones por minuto durante un orgasmo. Es más: un síntoma sexual puede estar anticipando un problema cardiovascular.

Fuente: EntreMujeres

Los altos estándares físicos que caracterizan a nuestra época, han ocasionado que hombres y mujeres experimenten una baja autoestima y una percepción errónea de lo que significa un “hermoso cuerpo”. Sin embargo, esto no sólo afecta la interacción social sino también en la intimidad, ya que los complejos corporales impiden, muchas veces, llegar al clímax.

«El mejor indicador para saber si algo está mal o no para ti, es si te sientes cómodo con la situación junto a tu pareja”, así lo expresa la médica y sexóloga clínica, Mayra Pérez Ambriz.

¿Te preocupa más tu cuerpo que el momento con él?

Muchas veces estamos inconformes con nuestro aspecto, pero, ¿esto puede afectar la intimidad con la pareja? Sí, es posible, y la experta Mayra te explica de qué forma.

1. ¡No hay pareja! La persona que tiene complejos, presenta una marcada disconformidad con alguno o varios aspectos físicos y psicológicos de sí misma, experimentándolos y percibiéndolos con sentimientos carentes de valor, así, los complejos en general, tienden a afectar la intimidad sexual porque permitimos que nos aíslen, privándonos de compartir con el otro.

2. Esencial. Nada construye mejor la intimidad en la pareja que la vulnerabilidad compartida, pero, para dejarnos estar vulnerables con el otro, debemos contar con un autoconocimiento, autoestima y auto-aceptación.

3. No tienes plenitud íntima. En la vivencia de nuestras sexualidades no existe «bueno» ni «malo» porque lo que es bueno para ti, no lo será para algún otro. Sólo la comunicación con tu pareja te ayudará a superar esto.

Tú puedes empezar a trabajarlos reconociendo que vales por la persona que eres. Aquello que denominas defectos también eres tú, no busques la aprobación de los demás. Actúa de acuerdo a tus valores para estar a gusto contigo mismo. No le gustarás a todo el mundo, pero a quien le gustes seguro se quedará contigo y no con tus disfraces; no te subestimes”, afirma Pérez.

Tú eres la única persona que puede decir cuánto vales. ¡Nadie más! Recuerda que eres única y por consiguiente especial. ¡Quiérete!

Fuente: VidaySalud