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10 zonas erógenas que debes explorar con tu pareja

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10 zonas erógenas que debes explorar con tu pareja

No hay nada más sexy que un beso en el cuello o una caricia en tu espalda. Las zonas erógenas perciben sensaciones eróticas cuando son besadas, tocadas o acariciadas y pueden llegar a ‘prenderte’ más de lo que te imaginas.

 

 

“La obsesión por la genitalidad hace que muchas veces descuidemos otras partes de nuestro cuerpo y el de nuestra pareja”, comenta Sylvia de Béjar, autora de Tu sexo es tuyo, Ediciones Océano. “Además de los senos, labios y boca, hay otras partes a las cuales debemos de sacarles más provecho durante los encuentros pasionales como son: lóbulos de las orejas, párpados, cuello, hombros, espalda, axilas, alrededor del ombligo, cintura, caderas, nalgas, interior de los muslos, detrás de las rodillas, dedos de las manos y pies”.

 

 

Al tocar tales zonas, ya sea con las manos, con otras partes del cuerpo o incluso con objetos (plumas, perlas, pinceles, cepillos, pieles, telas, etcétera), el encuentro se puede volver aún más sensual y especial, pues la anticipación al acto sexual hace que ambos alcancen mayor excitación. Y aunque a cada persona le gusta ser estimulada de diferente manera prueba estos lugares con tu pareja y descubran cuáles les agradan más.

 

 

1. El cuello. Es uno de los preferidos por ellos y también por nosotras. “Me fascina cuando un hombre respira cerca de mi cuello y lo empieza a besar –comenta Roberta*–, me vuelve loca”. Esta zona es sumamente sexy, así que deja los foulards en casa cuando salgas con él. Ganarás puntos extra si te pones un delicioso perfume y algún delicado collar que atraiga las miradas a esta parte de tu cuerpo.

 

 

2. La espalda. “Me encanta cuando mi novio me aplica un rico masaje en la espalda antes de hacer el amor. En verdad me pone en el mood correcto”, asegura Katia*. La espalda es sumamente erógena. Lo mejor de todo es que, por ser extensa, se puede masajear, besar y acariciar por mucho tiempo. Y si se le aplica un poco de aceite o crema, esta zona se volverá aún más sensible.

 

 

3. Hombros. Descubiertos son ideales para rozar con los dedos y los labios. ¿A quién no le gusta un rico masaje para liberar la tensión y el estrés del día? “Mi truco es usar t-shirts o vestidos sin mangas de modo que sea fácil para mi galán jugar con ellos”, comenta Julia*.

 

 

4. Parte interna de los muslos. “A mi novio le gusta tocar esta zona porque la piel es muy suave. Y a mí me excita mucho cuando lo hace, sobre todo si usa la boca”, admite Karla*. Y es que, por estar tan cerca de la zona genital, es más sensible. Usa una falda o vestido en tu próxima cita para que él pueda jugar por debajo de la mesa sin que los demás lo noten.

 

 

5. Abdomen. No hay nada más sexy que explorar el área alrededor del ombligo. Iniciar un encuentro sexual con besos en el abdomen, acariciándolo y, ¿por qué no?, haciéndole cosquillas, es fabuloso; además, también resulta estratégico por su cercanía a los genitales.

 

 

6. Lóbulos de las orejas. La suave piel que los conforma los vuelve sumamente eróticos. La clave es estimularlos con mucha delicadeza, porque si no, quizá resulte molesto y puede llegar a provocar el efecto contrario. Ya cuando la excitación es mayor, es factible aumentar la intensidad de las caricias y así ¡volverlo loco!

 

 

7. Pies. Para algunas personas son muy eróticos, por lo que les encanta jugar con los de su pareja o que les toquen los propios. Pero ¡ojo!, es importante la higiene, y mucho, pues así la experiencia no se volverá algo que termine con la pasión. Sí, estamos refiriéndonos a los pies malolientes. ¡Ughhh!

 

 

8. La clavícula. Este pequeño huesito tiene la capacidad de provocar más lujuria que cualquier otro. Primero que nada, porque la piel que lo cubre es bastante sensible, y segundo, porque se ubica muy cerca de la boca, la ruta perfecta para besarlo sin parar. “El hueso de la clavícula se me hace lo más sexy en una mujer –comenta Rafa*–. Cuando una chica usa blusas un poco escotadas es en lo primero en que me fijo”.

 

 

9. Palmas y dedos de las manos. Ambos son una parte muy receptiva del cuerpo, aunque casi siempre se mantienen en el olvido. Te sorprenderá lo rico que se sienten ahí las caricias y los besos. Lo mejor de todo es que también puedes indicar a tu galán cómo y en dónde te gustaría ser explorada. “Yo beso la mano de mi novio primero y luego la pongo en donde me gusta que me toque. Funciona de maravilla”, confiesa Nuria*.

 

 

10. Cerebro. Last but not least… No olvides que el cerebro es LA zona erógena por excelencia, pues ahí surge el deseo al escoger una pareja. Todo nace en una parte de la base llamada VTA, que crea la dopamina dándonos sensaciones de deseo, éxtasis, obsesión, energía y júbilo. Por ello recuerda decirle que lo deseas, ya sea de viva voz o aplicando el sexting horas antes del encuentro y, así, ir prendiendo la chispa sensual.

 

 

 

Glamour.mx

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