El compositor que se explaya en sus canciones, que pareciera que le faltan las palabras para expresar su sentir, da muestras de ser una persona tímida cuando se le entrevista. Reservada, dirían los que más lo conocen, aunque a medida que avanza la conversación se distiende.

 
Son cuarenta los años que celebra como cantante, una carrera que pasó de ser promisoria a convertirse en parte de una identidad, del cancionero de un país.

 
“Celebro el aniversario de mi primera producción profesional de larga duración. Desde entonces ha sido toda una carrera ininterrumpida. En ese momento no podía imaginar lo que vendría después. Uno tiene aspiraciones; sin embargo, nadie sabe qué le deparará el futuro. Pero los que creemos en la divina providencia, especialmente, estamos siempre esperanzados y rogando a Dios que nos envíe las mejores cosas”, manifiesta el intérprete de 63 años de edad.

 
Se refiere al disco Yo también quiero cantar, aunque según el compositor no fue sino hasta 1978 que cambió todo con La inspiración del poeta. “Con el primero no pasó mucho, más allá de la experiencia de tener un álbum en el mercado, pero no se conquistaron los espacios aspirados. Con el segundo comencé a sonar en las rockolas del país, me comenzaron a buscar de todos lados. Cambió mi vida, me hice famoso con las giras”.

 
Entre los retos de Armas está, además de la celebración de los 40 años, la realización de su disco número 31. Se llamará La propuesta y saldrá al mercado dentro de cuatro o cinco meses. El nombre es también el de una canción romántica que llama a la comprensión para mantener a la familia unida. “Es apostar al encuentro, no continuar con enfrentamientos y evitar disolvernos como sociedad”, agrega quien se presentará hoy en la sala Ríos Reyna del Complejo Cultural Teresa Carreño.

 
Reitera que en su comienzos eran muy pocos los artistas de música llanera que buscaban el reconocimiento. Ahora, cuando se le pregunta por los talentos emergentes, asegura que hay más que hace cuatro décadas. “No éramos muchos. Si nos contrataban a los seis u ocho que estábamos en el espectro, el resto del país se quedaba sin artistas. Ahora hay para realizar cien espectáculos en todo el territorio nacional simultáneamente. En estos cuarenta años he sido testigo y protagonista de esta evolución. Estamos preparados para buscar mercados internacionales”.

 
Todas las metas, sin embargo, no se han alcanzado. El responsable de canciones como “La muerte del Rucio Moro” afirma que aún falta concientizar a un país muy politizado. “En Venezuela se le ha dado poca atención al folklore. Siempre hacemos cosas, pero pudiéramos hacer más si hubiese un país dedicado al tema cultural y menos a la diatriba política”, expresa.

 
Cuando se le pregunta por iniciativas del Estado que en teoría promueven este tipo de actividades, como el ciclo de conciertos Corazón Llanero, Armas responde: “Son positivas siempre que le den cabida a todos. Pero cuando se dirige específicamente a un tema político, las cosas no van bien. Uno no puede estar supeditado a preferencias partidistas”.

 
La política le llama la atención. Fue candidato a gobernador de Guárico en 2008. A corto plazo no piensa repetir la experiencia, aunque no lo descarta. “No dudo que en un futuro pudiera hacerlo”.

 
A principios de 2016 Armas fue noticia por reclamar a través de las redes sociales una deuda de Petróleos de Venezuela, que según el artista no pagó el hospedaje de varios de sus trabajadores en un hotel de su propiedad en San Diego de Cabrutica. “Han ido pagando, graneado, pero algo”, dice el también empresario, que considera “El pueblo no tiene dueño” como un tema apropiado para escuchar en estos momentos.

 
Teatro Teresa Carreño
Hoy, 6:00 pm
Entrada: entre 4.990 y 18.990 bolívares

Fuente: El Nacional